jueves, 1 de marzo de 2012

La frontera invisible del Islam: los Musulmanes del Turquestán Oriental


Autor: Harún Moghul(2) 
Si tuviera que informar de que un país musulmán –ligeramente más pequeño que Irán, pero aun así tres veces más grande que Francia, y afortunado por contar con unas abundantes reservas de petróleo, una rica cultura y una larga vinculación con el Islam– está sufriendo un brutal tormento, tendrían razones para mostrarse preocupados, tanto más cuanto que les resultaría difícil saber a qué país me estoy refiriendo. Esta es, de hecho, la mayor tragedia del Turquestán Oriental ocupado por los chinos, cuyo territorio limita al este con China, al sur con el Tibet y al oeste con Pakistán y los nuevos estados de Asia Central que surgieron de la dominación rusa.(3)
Por varias razones, entre otras por la influencia de algunos de sus más famosos defensores, oímos hablar casi todos los días sobre el trato infligido a los nativos de algunos lugares como el Tibet. Sin embargo, resulta inexcusable nuestra falta de atención hacia el Turquestán Oriental. A causa de más de medio siglo de control comunista sobre Asia Central, un tupido velo de ignorancia ha cubierto esta parte de la Ummah (comunidad islámica mundial), incluso para muchos musulmanes.
Musulmanes de Asia Central: antecedentes
La estepa euroasiática es una enorme zona casi llana formada por onduladas praderas que se extienden más de ocho mil kilómetros desde Manchuria, en China, hasta la frontera con Hungría, otra nación liberada del yugo comunista. Desde estas llanuras han surgido algunos de los más poderosos guerreros de la historia: los hunos, de origen turco, que acosaron Roma con Atila; los escitas iranios, que dominaron el Cáucaso; y las hordas mongolas, que casi arruinaron el mundo islámico hasta ser detenidas por los gobernantes musulmanes de Egipto, los mamelucos, quienes también eran jinetes de las estepas euroasiáticas. Sin embargo, aunque las estepas han visto nacer a pueblos como el húngaro, el mongol o el iranio (éste ultimo emparentado con los persas del Irán actual), el grupo dominante durante el último milenio y medio ha sido el de los turcos, el cual se dio a conocer cuando desplazó o conquistó a los nativos iranios cuyos descendientes se encuentran hoy en Tayikistán, la única nación no turca de Asia Central, y cuya lengua está estrechamente emparentada con el persa. No obstante, teniendo en cuenta la amplia difusión de los pueblos turcos y el hecho de que se los confunda habitualmente con los habitantes de la Turquía actual, sería adecuado explorar algo más la historia de estos pueblos.
En torno al 522 d.C., los turcos irrumpieron en el escenario de la historia fundando un imperio que se extendió desde Mongolia (turcos y mongoles están muy relacionados) hasta el Mar Negro. Fuera de este imperio vivían muchos pueblos turcos, algunos de los cuales se desplazaron hacia Rusia, aunque la mayoría lo hizo hacia el sureste musulmán. De hecho, lo que une a los pueblos turcos no es el idioma o la cultura, sino el Islam.
Janato Uigur Para entender mejor el papel de los turcos en la civilización islámica, debemos dividirlos en dos grupos, el occidental y el oriental. En occidente, los turcos selyúcidas afirmaron su dominio sobre Oriente Medio alrededor del siglo X. Cuando los selyúcidas se introdujeron el Anatolia, los agricultores y los comerciantes turcos los siguieron, difundiendo el Islam dondequiera que llegaban. Uno de los pequeños estados fundados por estos pioneros fue un principado gobernado por un jan (líder) llamado ‘Uzman. El famoso viajero Ibn Batuta conoció a ‘Uzman y señaló que era un líder especialmente único, llegando a la conclusión de que la historia reservaría grades cosas a la estirpe de ‘Uzman. No sabía hasta que punto estaba en lo cierto. (4)
Del linaje de ‘Uzman surgió el Imperio Otomano: (5) en 1453, los otomanos tomaron Constantinopla, convirtiéndola en su capital. La bandera turca actual, con su característico diseño con una media luna y una estrella, conmemora esta victoria: la media luna representa los ejércitos del Islam, mientras que la estrella representa Constantinopla siendo conquistada. En su apogeo, el Imperio Otomano se extendía desde Argelia hasta el Mar Caspio y desde el Yemen hasta Austria. Sus navíos combatieron contra los franceses y los ingleses en el Océano Atlántico, e incluso ayudaron a los indonesios en su resistencia contra las fuerzas portuguesas y holandesas en un lugar tan lejano como las Indias Orientales. (6) La dinastía otomana también fue la más longeva de la historia del Islam, pero su decisión de combatir contra Estados Unidos, Gran Bretaña y Rusia durante la Primera Guerra Mundial condujo a su caída en 1924. El último califa otomano fue desterrado a Medina, donde falleció en la década de 1940.
En cuanto a los turcos orientales, también tuvieron una historia igualmente espléndida, aunque buena parte de ella continúa siendo desconocida, quizás porque formaron muchos grupos étnicos como los kazajos, los uzbecos, los uigures del Turquestán Oriental y los búlgaros del Volga (tártaros). El concepto de grupo étnico, tal y como se desarrolló en Europa y América, nunca existió de un modo tan estricto en el mundo islámico hasta la colonización. Posteriormente, la tolerancia y la aceptación de la diversidad fueron remplazadas por el totalitarismo, el autoritarismo y un deseo de uniformidad.
Los turcos orientales
En el siglo XIV, los turcos orientales y los mongoles del imperio musulmán de la Horda de Oro (7) gobernaban sobre Moscú y sus alrededores. En el valle del río Volga, los tártaros fundaron un sultanato llamado Bulgaria del Volga, con su capital en Kazán. En su apogeo, Bulgaria del Volga fue una tierra próspera y poderosa, famosa por su erudición islámica. De hecho, cuando la España musulmana cayó en manos de las fuerzas invasoras cristianas, muchos sabios y científicos andalusíes llegaron a Bulgaria del Volga, donde fueron acogidos con entusiasmo. Hasta principios del siglo XX, Kazán fue un importante centro de erudición y reforma en el mundo islámico.
Al sur, un guerrero llamado Uzbek fue el jan de otra tribu turca. Se convirtió al Islam (su pueblo, convertido en masa después de él, se hizo llamar uzbeco en su honor) y dio inicio a una poderosa dinastía en Asia Central, conocida por fomentar muchas disciplinas islámicas. Al-Biruni, el gran geólogo, lingüista y sociólogo estudioso de la India, era de Asia Central; (8) y el prestigioso astrónomo Ulugh Beg también fue turco. Tras el jan Uzbek llegó otro de su misma tribu llamado Shayban, quién fundó una segunda dinastía en el sur, a comienzos del siglo XVI. En un cierto momento, los uzbecos (parientes cercanos de los uigures) y los otomanos estudiaron la posibilidad de construir canales entre el Mar Negro y el Caspio para conectar sus imperios. Esta obra, sin embargo, nunca se llevó a cabo.
Las divisiones en sus filas convirtieron a las tierras de los musulmanes turcos en un tentador objetivo para una Rusia renacida. En 1552, Bulgaria del Volga fue atacada por las fuerzas rusas. Los kazajos, quienes no se habían convertido al Islam hasta el siglo XVIII, fueron los siguientes. Hacia el siglo XIX, todos los pueblos musulmanes de la estepa excepto los otomanos, que nunca fueron colonizados, estaban sometidos a la dominación extranjera. La situación empeoró aún más en la década de 1920, hasta el punto de que los musulmanes de Asia Central ya no se encontraban dominados por un lejano Zar en Moscú, sino por un agresivo Partido Comunista empeñado en destruir el Islam. Los habitantes del Turquestán Oriental estaban a su vez bajo el dominio chino, separados de quienes compartían su misma etnia y religión por los poderes de la época. En 1949, el Turquestán Oriental sufrió un cambo al comunismo similar al de China. La Unión Soviética se colapsó rápidamente, lo cual condujo a la independencia de gran parte de Asia Central. Sin embargo, los uigures del Turquestán Oriental continúan sometidos a la ocupación, y quizá por ello también siguen olvidados.

Los uigures del Turquestán Oriental
En el año 751, los musulmanes y los chinos se enfrentaron por primera vez en el campo de batalla, cerca del río Talas. Las tribus tibetanas y uigures de la zona, que en esa época eran budistas, se aliaron con los musulmanes. La victoria musulmana permitió las relaciones pacíficas con los uigures y la expansión de éstos por Asia Central. En 934, el líder uigur, Satuk Boghra Khan, aceptó el Islam. Muchos compañeros uigures lo imitaron, aunque la conversión no fue forzosa. Los uigures gobernaron un reino independiente con una mezcla de población musulmana y budista, el cual perduró hasta 1759, cuando los chinos manchúes lo invadieron y lo destruyeron. En el sur, el Tibet, una región budista con una importante minoría musulmana, corrió una suerte similar y también se vio sometido a una lamentable dominación extranjera.
En 1864, los uigures se revelaron contra la dominación extranjera con la ayuda de los lejanos musulmanes otomanos. Aunque vencieron, su independencia fue efímera. Los chinos regresaron con más fuerzas en 1884, conquistando el territorio una vez más. Esta vez cambiaron su nombre por el de Xinjiang: “el Nuevo Dominio”, expresión por la cual se conoce la región hoy en día. Los uigures, sin embargo, se negaron a someterse. Una de sus muchas revueltas triunfó en 1945, lo que condujo a la independencia de la República del Turquestán Oriental.(9) En esa época había muy pocas naciones musulmanas independientes, si exceptuamos Afganistán y Turquía.
Pero, una vez más, la independencia no duró mucho. La población del Turquestán Oriental fue invadida en 1949 por una nueva China, la comunista. Esta demostró ser una ocupación mas destructiva que cualquiera de las anteriores, sobre todo porque el comunismo, desde su creación, se había mostrado incómodo con el Islam, debido al el potencial de éste para crear un sistema social alternativo y porque insuflaba un espíritu de resistencia en sus seguidores, tal y como había ocurrido con los combatientes basmachi de Asia Central, quienes habían resistido contra el comunismo ruso durante más de una década. (10)
La importancia estratégica del Turquestán Oriental
Antes de poner de relieve las graves violaciones de los derechos humanos cometidas en el Turquestán Oriental, debemos comprender la razón por la cual China es tan agresiva en su política hacia esta región. En primer lugar, el Turquestán Oriental es sencillamente enorme, representando una sexta parte de la superficie total de China. (11) Por si esto fuera poco, la región ocupada hace frontera con tres de los nuevos países independientes de Asia Central. Si el Turquestán Oriental llegara a ser independiente es concebible que a largo plazo pudiera unirse a sus países hermanos en occidente, o crear con ellos algún tipo de bloque económico. Este sería un territorio de un tamaño muy parecido al de la propia China, lo cual no sólo resultaría especialmente peligroso para los intereses chinos, sino también para los de Rusia y otras potencias, pues todas estas naciones centroasiáticas, incluyendo el Turquestán Oriental, disfrutan (o, desde una perspectiva histórica, podría decirse que “sufren la maldición”) de unas vastas reservas de petróleo y gas, y una herencia cultural e islámica en común, aunque actualmente ésta sea débil. Por estas razones, China no puede permitirse el lujo de dejar marchar al Turquestán Oriental, pues significaría el final de su independencia energética y la posibilidad, aunque distante, de que pudiera ponerse en peligro su expansión en Asia. Al igual que las naciones occidentales han dividido y conquistado Oriente Medio, Rusia y China también han hecho lo mismo en Asia Central.
Lo que sí posee China es una enorme población, si la comparamos con la del Turquestán Oriental, mucho menos estable. Para controlar el territorio del Turquestán Oriental, China ha decidido llevar a cabo una doble política. Por un lado, hará todo lo posible para minar la resistencia de los uigures, debilitando su identidad y su cultura. Esto significa, básicamente, atacar los valores del Islam. Por otro lado, China está enviando una gran cantidad de colonos al Turquestán Oriental, siguiendo una política de “hechos consumados”, sin posibilidad de marcha atrás. Gracias a su gran ventaja demográfica, cientos de miles de chinos son introducidos cada año en el territorio, convirtiendo una región musulmana en lo que pronto será, si nadie lo remedia, una región china. Cuando esto ocurra, el petróleo y los recursos de la región quedarán en manos “locales”. En esencia, ésta es la misma política que Israel ha intentado aplicar en Cisjordania y Gaza, aunque Israel no dispone de la suficiente población para alcanzar plenamente sus objetivos.
Las violaciones de los derechos humanos por parte de China en el Turquestán Oriental
A la sombra del 11 de septiembre, la situación no ha hecho sino empeorar. Estados Unidos ha colaborado con China en la “guerra Mezquita de Kashgar contra el terrorismo”, congelando los bienes de los movimientos de resistencia uigur, la mayoría de los cuales nada tiene que ver con el terrorismo. Además, con los ojos del mundo centrados en Irak y Afganistán, China se ha sentido más libre para hacer lo que desea sin que ni siquiera se le preste un mínimo de atención. Antes del 11 de septiembre, los uigures ya sufrían quizá una de las peores ocupaciones, sino la peor, del mundo islámico. Ahora, aunque resulte difícil de imaginar, es casi seguro que la situación ha empeorado. A continuación enumeraré sólo algunas de las mayores violaciones de la dignidad y de los derechos humanos que han cometido los chinos, con el fin de ofrecer al lector una muestra del mal que envuelve al Turquestán Oriental.
- En 1996, el gobierno chino hizo detonar cuarenta y cuatro artefactos nucleares en el Turquestán Oriental, usando al país para un experimento de contaminación radioactiva permanente. En otras palabras, se trata de una política que pretende dejar inhabitable amplias zonas del territorio ocupado. El resultado ha sido una incidencia de cáncer tremendamente alta entre los uigures. El porcentaje de niños uigures con defectos de nacimiento también es muy preocupante.
- Como ya se ha mencionado, China envía colonos étnicamente chinos para ahogar a la población local. En 1949, cuando el Turquestán Oriental perdió su independencia, el 93% de su población era musulmana; hoy en día, sólo lo es el 50% (12) . Para garantizar que su plan tenga éxito más allá del asentamiento colonial al estilo israelí, el gobierno chino impone la práctica del aborto en el seno de numerosas familias musulmanas.
- Como parte de su campaña para destruir la cultura uigur, los chinos han intentado sustituir el alfabeto uigur por el latino. Sin embargo, los uigures se han negado, manteniéndose fieles a su alfabeto basado en el árabe, de modo que se han convertido en el único pueblo turco en seguir empleándolo. Como consecuencia de esta resistencia, a los uigures se les ha negado el acceso a la educación, de manera que su actual tasa de analfabetismo es de un desastroso 70%. Considerando el gran número de colonos chinos, la competencia por el trabajo es cada año más feroz, y los uigures, ya de por sí muy discriminados y con escasas posibilidades de conseguir trabajo, lo tienen aún más difícil debido a su limitada formación técnica y cultural.
- Los uigures pueden ser encarcelados por negarse a comer durante el día en el mes de ramadán, lo cual forma parte de una campaña orquestada para apartarlos de su identidad y sus valores. Esta política se inició hace sólo unos años, y pocos países musulmanes le han prestado la más mínima atención. (13)
- Incluso ha habido un intento de crear un Islam comunista: ¡China exige que las mezquitas uigures exhiban imágenes de los líderes comunistas, mientras que los imames deben hablar favorablemente del ateísmo comunista en sus sermones!( 14)
- Sin embargo, la “conversión” del Islam al comunismo ha fracasado sin ninguna duda, como lo demuestra el hecho de que los chinos simple y llanamente hayan tratado de destruir el Islam: más de 29.000 mezquitas han sido cerradas o demolidas, y algunas incluso han sido convertidas en explotaciones porcinas.
- Los imames son perseguidos con frecuencia, a menudo sin más razón que su apego a la religión. Algunos son obligados a limpiar alcantarillas, establos y granjas de cerdos.
- Los hombres jóvenes a menudo son secuestrados por el gobierno, y nunca más se los vuelve a ver, sobre todo en el caso de quienes muestran interés hacia su religión y/o su cultura. China pone la lamentable excusa de que esos jóvenes son terroristas. De hecho, representan a una juventud que está harta y cansada de sufrir las humillaciones de una brutal ocupación y, por lo tanto, son una amenaza potencial para el despotismo y la dictadura.
- Por último, de una población que hoy alcanza los diez millones de uigures, al menos 300.000 han muerto como resultado de la ocupación china, lo cual supone una proporción alarmantemente alta.
¿Qué se puede hacer? Tres propuestas
Entonces, ¿qué se puede hacer? A continuación presentaré tres propuestas de diversa intensidad que sugieren cómo manejar este conflicto de un modo razonable y legítimo.
En primer lugar, debemos conocernos como comunidad islámica para que nosotros y nuestras generaciones futuras seamos conscientes de las muchas ramas de la nación musulmana, lo cual representa el mejor modo de aumentar la concienciación y llamar la atención sobre las injusticias. Para las escuelas islámicas y las mezquitas esto supondría la organización de reuniones, conferencias, programas especiales, etc., con el fin de familiarizarse con los uigures y su difícil situación.
En segundo lugar, existen opciones más ambiciosas para muchos musulmanes prometedores interesados en el mundo académico y la lingüística. Es posible que se planteen la posibilidad de recibir cursos sobre esta región del globo, o incluso especializarse en estudios euroasiáticos. En las próximas décadas, dado que la importancia de los recursos petroquímicos de esta región será cada vez mayor, la demanda de especialistas, pensadores, escritores y otras profesiones semejantes aumentará vertiginosamente hasta alcanzar el mismo interés que existe con respecto al Oriente Medio musulmán. También hay posibilidades abiertas para los musulmanes interesados en los idiomas: tal vez puedan considerar la opción de aprender la lengua uigur u otras lenguas de Asia Central en alguna universidad como la de Indiana, la cual ya imparte unos excelentes cursos de verano sobre el idioma uigur, con importantes subvenciones y becas disponibles.
Consideren el efecto de sólo un puñado de musulmanes comprometidos que aprendieran este idioma. A los uigures se les ha impedido aprender árabe durante bastante tiempo, de modo que gran parte de su religión ha quedado fuera de su alcance. Armados con el conocimiento de las lenguas locales, los especialistas podrían traducir libros y archivos importantes, y también podrían crearse páginas web de fácil acceso que ofrecieran recursos y noticias fundamentales para los musulmanes, las cuales serían difundidas gradualmente. Por muy pobres que sean los uigures, los chinos no pueden detener los beneficios de Internet y de los medios de comunicación que permanecen fuera del alcance del control del Estado. También debería traducirse el Corán y libros de oración, buenas maneras, modales y virtudes, etc. Esta iniciativa por nuestra parte también podría evitar la influencia de los grupos extremistas que se aprovechan de la falta de conocimientos sobre el Islam que tienen algunas personas, difundiendo creencias erróneas y peligrosas. Algunos grupos sirven incluso de fachada para los misioneros. Por ejemplo, en Albania, tras la caída del comunismo, algunos grupos cristianos marginales vendían Biblias bajo el nombre de “El Sagrado Corán”. (15)
En tercer lugar, podemos adoptar una postura abiertamente política. Si el objetivo de la operación Libertad Irakí era la liberación de Irak, ¿por qué, entonces, el Turquestán Oriental no se menciona ni una sola vez en los discursos y en las informaciones políticas, y mucho menos recibe la clase de atención que, de un modo absurdo, se prestó a Irak en el periodo previo a una guerra que resultó ser absolutamente injustificable? Nunca debemos subestimar el poder de la presión política. Esto significa que debemos involucrar a la sociedad civil en su conjunto, cruzando las fronteras de nuestros grupos y organizaciones religiosos, a fin de crear el mayor efecto posible. Hay un gran potencial en la alianza con quienes defienden la causa del Tibet, igualmente justa; una vasta oleada de apoyo para la acción. De este modo, los oprimidos siempre son agraviados y siempre buscan aliados para una lucha activa y apropiada con el fin de cambiar su situación.
Por ahora, sin embargo, el Turquestán Oriental sigue luchando prácticamente en solitario. Es nuestra responsabilidad que esto no siga siendo así. Nuestros esfuerzos, recursos y oraciones deben hacer de nuevo visible a un pueblo invisible.
Notas
1 Traducción y adaptación del artículo aparecido en: http://www.islamawareness.net/Asia/China/eturkestan.html

2 Haroon Moghul cursó Estudios sobre Oriente Medio y Filosofía en la Universidad de Nueva York. Pertenece al consejo de redacción de Islamica Magazine y es autor de varios libros.
3 Para más información sobre la presencia rusa en Asia Central y la vinculación de esta zona con el Islam, véase Rafis Avazov, “Islam político en Asia Central”, en revista Alif Nûn nos 55 (diciembre de 2007) y 56 (enero de 2008) . (Nota de la Redacción).
4 Para más información sobre el encuentro entre ‘Uzman e Ibn Batuta, véase Ibn Batuta, A través del Islam , Alianza, Madrid, 2006. (Nota de la Redacción).
5 Para más información, véase Jason Goodwin, Los señores del horizonte , Alianza, Madrid, 2006. (Nota de la Redacción).
6 Para más información, véase Redacción Alif Nûn, “ El Islam en Asia Oriental ”, en revista Alif Nûn nº 32, noviembre de 2005. (Nota de la Redacción).
7 La Horda de Oro u Horda Dorada (en tártaro: āltūn ordū) fue un Estado mongol que abarcó parte de las actuales Rusia, Ucrania y Kazajstán tras la ruptura del Imperio Mongol en la década de 1240. (Nota de la Redacción).
8 Para más información, véase “ Al-Buruni, un precursor de la ciencia moderna ”, en revista Alif Nûn nº 49, mayo de 2007. (Nota de la Redacción).
9 Una rebelión en Kashgar condujo al establecimiento de la primera República del Turkestán Oriental en 1933, la cual duró una década. (Nota de la Redacción).
10 La revuelta basmachi fue un movimiento de resistencia islámico contra el imperio zarista, y más tarde contra la ocupación soviética. Las fuentes soviéticas lo retratan como una revuelta de musulmanes radicales, junto con matones comunes y agitadores de masas. A los primeros rebeldes se los llamó basmachi o “bandidos”, con una evidente intención peyorativa. Otros historiadores afirman que muchos eran simples campesinos y nómadas que se oponían al imperialismo cultural de Rusia, y por supuesto, a la dura política soviética y a las incautaciones de comida y víveres por parte del ejército soviético, que había continuado con la colonización política y militar iniciada por el régimen zarista. Por todo ello, debemos pensar que el Islam tradicional y el pan-turquismo fueron los componentes más importantes del movimiento, aunque algunos delincuentes comunes también estuviesen presentes. Para más información, véase Rafis Avazov, ob. cit. (Nota de la Redacción).
11 Debe tenerse en cuenta que el Turquestán Oriental es la provincia más extensa de China, seguida, curiosamente, por el Tibet, la otra gran región secesionista. Si aceptara la independencia de estas dos provincias, China estaría renunciando a casi una tercera parte de su superficie total. (Nota de la Redacción).
12 Según el censo oficial de la República Popular China del año 2000, la población de uigures representa el 45,21% de la todos los habitantes de la región, mientras que la de han, etnia mayoritaria en China, constituye el 40,58%, sin incluir al numeroso personal militar y a sus familias. Según esos mismos datos oficiales, el porcentaje de la etnia han era del 6% en 1949. (Nota de la Redacción).
13 Una de las razones que podría explicar esta tolerancia con respecto al comportamiento chino en el Turquestán Oriental podría deberse a las excelentes relaciones económicas que China mantiene con muchos países musulmanes. De hecho, gran parte de la tecnología que importa el mundo musulmán proviene de China, e incluso artículos comerciales relacionados con la propia religión islámica (prendas de vestir, alfombras de oración provistas de brújula o despertadores que avisan para las distintas oraciones) son fabricados en China e importados desde allí. (Nota de la Redacción).
14 Este es también el caso del Cristianismo, donde incluso se ha creado la llamada “Iglesia Patriótica China”, escisión de la Iglesia Católica, en la que los obispos son directamente designados por Pekín. Para más información, véase Crawford Young, “ Musulmanes en minoría: la perspectiva de un forastero ”, en revista Alif Nûn nº 30, septiembre de 2005. (Nota de la Redacción).
15 Para más información sobre la situación actual del Islam en Albania, véase Olsi Jazexhi, “ Los albaneses y el Islam: entre la existencia y la extinción ”, en revista Alif Nûn nº 54, noviembre de 2007. (Nota de la Redacción).

1 comentario:

  1. AS salamu aleikum,excelente artìculo,seria muy importante difundirlo entre los musulmanes de Argentina y Latinoamerica,insha Allah.

    Hamid Ali

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