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domingo, 4 de marzo de 2018

Sufismo Militante: Yihad Mayor y Yihad Menor

         
    En cierta ocasión, Rasûlullâh (s.a.s.) dijo a quienes volvían de la guerra con los kuffâr: “Venís del Yihad Menor al Yihad Mayor”. El Yihad Menor es la lucha contra los hombres, y el Yihad Mayor es la lucha que cada musulmán debe emprender contra el mal que hay en sí mismo, contra su ego y sus propias maquinaciones. El Profeta (s.a.s.) llamó Mayor al combate interior, no porque tenga un rango más elevado sino por su complejidad. Efectivamente, luchar contra el demonio que se lleva dentro requiere de una gran habilidad y se está expuesto a unas trampas y engaños que son más sutiles que los que tiende el enemigo humano.

         Esta división del Yihad en Mayor y Menor no puede interpretarse como una oposición entre dos formas distintas de enfrentarse a la realidad para transformarla. Ambas son exigidas al musulmán. Pero en la actualidad se ha querido extender la idea de que la única lucha que verdaderamente el Islam exige es la interior, y se confunde el Yihad Menor con un belicismo contrario a una espiritualidad elevada. En ello no debemos ver más que la expresión de una cobardía que busca justificaciones o el intento de apartar a los musulmanes de la poderosa arma que los ha hecho rechazar el colonialismo y el imperialismo y los hace insumisos ante la injusticia y la opresión.

         El sufismo (Tasawwuf) es la vía de la lucha interior, y siempre se ha conjugado con la necesaria lucha exterior. Los sufíes han estado al frente de los combates de los musulmanes. Es más, una de las formas más nobles del sufismo es la del ribât, que consiste en apostarse en las  fronteras del Islam para defender a los musulmanes. El sufí, a la vez que agiganta su espíritu en las grandes enseñanzas de los maestros, templa su ánimo en el Yihad que lo enfrenta a peligros y riesgos donde su sinceridad y entrega son cuestionadas por el poder de la realidad más abrumadora.

         El sufismo sospechoso, pasivo, políticamente correcto, domesticado por décadas de adocenamiento, es una novedad sin precedentes en los anales del Islam. Por el contrario, el sufismo combativo, del que afortunadamente en la actualidad existen numerosos ejemplos, es la continuación de un Islam tradicional y eficaz con raíces en Sidnâ Muhammad (s.a.s.).

         El sufismo como moda espiritual merece toda la reprobación. Luchar contra el Nafs (el ego) buscando una perfección abstracta o una sabiduría esotérica al margen de la realidad es el delirio del mismo Nafs. Y es una aberración reducir las enseñanzas de los Maestros a esas alucinaciones modernas. El Yihad Menor, al lado del Yihad Mayor, coloca las cosas en su sitio y reunifica al ser.

         El Fiqh enseña que cuando el enemigo ataca las tierras del Islam, el Yihad se convierte en una obligación que incumbe a todos los musulmanes: hombres, mujeres, niños, ancianos,... Todos deben coger las armas para una defensa inmediata y repeler a los agresores. Nadie debe esperar ninguna autorización para ello, e incluso las mujeres deben desobedecer a sus maridos y los hijos a sus padres, si les ordenan que no participen en la lucha. A esto se le llama estar a la altura de las circunstancias. De igual manera, la obediencia debida a un maestro sufí queda abolida si éste ordena a su discípulo abstenerse de la lucha que le incumbe como musulmán. Lo que cabría esperar de ese maestro es que estuviera entre los primeros en enfrentarse a los peligros y riesgos que el Islam ordena afrontar a los musulmanes en defensa de su dignidad y de su condición de seres humanos.

         En el Islam, es inconcebible que los sufíes se queden atrás mientras la nación se ve atacada. Pero eso sucede a veces en la actualidad dentro del complejo sistema de perversiones al que ha sido sometido el Islam durante el último siglo. Se nos ha impuesto la discordia (Fitna), y en tiempos de Fitna, lo que salva al hombre de la miseria del ego es el sentido común y su intuición más profunda, la resolución, la solidaridad con los suyos y con los oprimidos, y su valor y su audacia.

lunes, 25 de diciembre de 2017

Sufismo en el Turkestán chino


Islamización y derviches marginales
(qalandaríles, malamatíes, yasawíes y uwaysíes)

Los derviches marcaron por lo menos de dos maneras el destino de Turkestán oriental, una región habitada por pueblos turcófonos situada al noroeste de China e incorporada al imperio chino a mediados del siglo XVIII, que en el XX pasó a ser provincia china con el nombre de Sinkiang (o Xinjiang): en primer lugar, con su acción de misioneros y activos propagadores­ del islam, y además por su influencia política sobre los sobe­ranos musulmanes de estos lugares, cuando no tenían ellos mismos el poder. Como resultado de su propaganda, los pueblos turcófonos fueron poco a poco sus antiguas religiones (animismo, chamanismo, ­budismo) y se hicieron musulmanes, pero conservando ciertos elementos que han impregnado sus prácticas hasta hoy. La historia de la mística islámica en el Turkestán chino hay que entenderla en relación con el resto de Asia central, dado que la mayoría de los derviches que llegaron allí eran oriundos de Transoxiana (Bujará, Samarcanda, etc.).

Podemos seguir el rastro de los musulmanes desde el siglo X, cuando se constituyó el primer reino musulmán de Asia central, en una época en que el imperio samaní de Irán imponía su ley cultural en la región. Fue en la segunda mitad de este siglo cuando las tribus turcas abrazaron el islam, durante el reinado del karajaní Satuq Qara Jan (m. 955). Este último, que había establecido su capital en Kashgar, según la leyenda fue convertido a la religión del Profeta por un derviche originario de Transoxiana, Abu Nasi Samani. Pero debemos considerar con cierta reserva los hechos relatados en la gesta de Satuq Bughra Kan, una epo­peya famosa en Turkestán oriental, en la que el soberano Satuq Qara Jan aparece como un gran místico y un «guerrero de la fe» (ghazi). Esta leyenda tuvo mucha influencia en el desarrollo de la mística islámica de Turkestán oriental, y el mausoleo de Satuq Qarajan, en Artush (alrededor de Kashgar) es todavía hoy uno de los lugares santos más venerados en esta parte del mundo musulmán, al que acudieron y siguen acudiendo peregrinos y sufíes. No cabe duda de que la propaganda de los primeros mercaderes musulmanes y misioneros sufíes dio sus frutos; por otro lado, a partir de esta época la labor de los derviches entre los turcos se intensificó, y comprobamos que el número de chamanes y budistas disminuye en provecho de los místicos de la nueva religión.

Es difícil poner un nombre a las primeras formas de sufismo que surgieron en estos lugares a mediados del siglo X. La primera gran cofradía centroasiática, la Yasawiya, no apareció hasta mediados del siglo XII en Yasi, Turkestán (actual Kazajstán). Los derviches de esta época debían de parecerse a los que describe Farid adDîn Attar en la conocida obra hagiográfica Tazkarat alawliya (siglo XII): sufíes sin afiliación precisa, seguramente influidos por la Malamatiya de Jurasán, y quizá por la karramiya, que estaba bien representada en Transoxiana (Samarcanda, Farghana). En efecto, varios hagiógrafos mencionan la llegada de los sufíes ­iraníes procedentes de Jurasán (noreste de Irán) a la región de Farghana, junto al Turkestán oriental. La primera forma de sufismo fácil de identificar que aparece en Turkestán oriental es la Qalandariya, un misticismo marginal, anticonformista y heterodoxo, que la historia suele relacionar erróneamente con la Malamatiya —más bien se trata de una "perversión" de esta última—. La confusión ha existido, y ciertos sufíes respetuosos de las Escrituras aparecen a veces como qalandaríes. De hecho, según las regiones del mundo islámico, el término qalandar podía caracterizar conductas diametralmente opuestas.

En Turkestán oriental, al parecer, el qalandarí era un sufí a medio camino entre el monje budista o el chamán turco y el místico musulmán propiamente dicho. En los qalandaríes del siglo XIII, lo mismo que en los actuales, se advierte un sincretismo religioso muy evidente. El modo de vida y mu­chas de las prácticas de estos sufíes son una réplica de los de las comunidades de ascetas budistas. En realidad el budismo no fue totalmente barrido por el islam, y en algunas regiones de Turkestán las dos religiones llegaron a convivir. En 1419 el país de los uigures (Turfan y el valle del río Tarim) era mayoritariamente budista, pero también había derviches (como un tal Sufí Ata, de Qara Qosha o Qosho). Los místicos turcos se hicieron eco de ciertas leyendas budistas, y así, en el siglo XIII, una de las cuevas del conjunto de las cuevas-templo búdicas y tántricas situadas junto a la antigua capital de los uigures, Qosho, fue recuperada por la tradición qalandarí, que la convirtió en la tumba de los "siete qalandaríes"­, (Yiti qalandar) y en un convento. Otros dos enclaves de Tur­kestán oriental eran conocidos a principios de siglo con el nombre de Yiti qalandar, y también había una tumba de un tal Shah Qalandar (cerca de Korla). El explorador inglés Aurel Stein, que a principios de siglo dedicó a buscar las antiguas ciudades budistas perdidas en el de­sierto de Talda Makan, confesó que casi siempre las había localizado gra­cias al hecho de que en las inmediaciones había tumbas de santos mu­sulmanes. La Qalandariya hizo gala de este sincretismo no sólo con las otras religiones, sino también en el seno del islam, y absorbió otras co­fradías místicas afines, o incluso órdenes ultraortodoxas como la Naqshbandiya, o se fundió con ellas.

La historia nos enseña que la combinación YasawiyaQalandariya es una de las principales características de la mística musulmana en Turkestán oriental. En esta región la Yasawiya aparece partir del siglo XIII. Según el biógrafo turco Ali Shir Nawai un miembro de esta orden, Kishing Ata, en fecha no precisada pero anterior al siglo XIV, tuvo numerosos discípulos en la propia China. Su tumba se encontraba en este país. La obra poética del fundador de la orden, (m. 1187), los Hikmet, es una de las preferidas de los qalandaríes. Esta poesía es cantada en unas reuniones donde también se baila y se recita el dhikr. En todas las épocas, los viajeros oc­cidentales que recorrieron Turkestán oriental hablaron de sus encuentros con los qalandaríes. Uno de ellos escribió en el siglo XIX que también les llamaban Yarr a causa de su dhikr ruidoso (del árabe yahri).

En Turkestán oriental hubo otra corriente sufi por la que pudieron tener afinidad los qalandaríes: los uwaysíes. Pero el término uwaysi, en la mística musulmana, designa uno de los rangos más elevados de la jerarquía mística, el de los derviches perfectos, instruidos directamente por el espíritu del Profeta, y no por un maestro terrenal. No está claro que se constituyera una orden sufí con este nombre; más bien parece que se trataba de una corriente mística. Sea como fuere, a un tal Qoya Muhammad Sharif, de Samarcanda, se le atribuye la fundación de esta cofradía en Kashgar a mediados del siglo XVI. Se dice que fue iniciado en esta doctrina por el espíritu del soberano y santo Satuq Bughra Jan, y que Qoya Muhammad Sharif reactivó el culto a su santo patrón en Kashgar. En el siglo XVII-XVIII uno de los más famosos poetas místicos del Rurkestán chino, afín a los qalandaríes, Muhammad Sadiq Zalili, muy apreciado también hoy, dijo pertenecer a esta corriente. En su poesía honra a Satuq Bughra Jan y a Qoya Muhammad Sharif; también menciona a Ahmad Yasawi y habla de su estancia en los conventos sufíes de Turkestán oriental. Otro místico venerado en esta región se sitúa en la confluencia de las tradiciones qalandari, malamatí y yasawí: se trata de Shah Mashrab (1659-1711), natural de Andiyan (Ferghana), cuya poesía mística es célebre en toda Asia central. Recorrió Turkestán e India, y su poesía es muy apreciada por los qalandaríes, pero fue perseguido por otros sufíes que le consideraron impío. En Turkestán oriental la importancia de la poesía y la literatura mística es tan grande que en los siglos XIX y XX los libros sufíes se leían y estudiaban incluso en las escuelas islámicas oficiales, las madrasas. En ellas no podían faltar los Hikmet de Ahmad Yasawi ni las poesías del sufí Allah Yar (otro poeta muy apreciado por los qalandaries), autores místicos leídos sobre todo en el área centroasiática.

Complicidad con la política e imperio de la sharî’a (la Naqshbandiya)

A partir del siglo XIV, y aunque siguieron existiendo las corrientes místicas mencionadas —más bien entre los nómadas, lejos de los centros urbanos— se desarrolló una nueva forma de sufismo fuertemente vinculada a la ortodoxia islámica, la Naqshbandiya. A esta cofradía se debe en parte, a través de la dinastía timurí de Samarcanda, la islamización casi total del Turkestán oriental (siglo XVI), con intentos de penetración en el Tibet. La operación corrió a cargo de los enviados del famoso sheykh de Samarcanda Ubaydullah Ajrar. Pero el sufismo empezó a desempeñar un papel francamente político e incluso económico en el siglo XVI, con la llegada al poder en Kashgar de la familia de los Majdumzada o jodya (maestros), soberanos todopoderosos del país de las "seis ciudades", (Kashgar, Yarkand, Jotan, Aqsu, Kusha y Turfan). Dos linajes de esta familia oriunda de Transoxiana, descendientes de Ubaydullah Ajrar, se disputaron el control de Turkestán oriental: los Ishaqiyas y los Afaqiyas.

Con la llegada al poder de una dinastía de soberanos naqshbandíes se aceleró y completó el proceso de transformación de un país con un código de valores heredado de la estepa, en un país regido por los mandamientos del islam. Al mismo tiempo, el poder político, que había pertenecido a los descendientes de Gengis Khan, pasó con los Majudumzada a tener unos jefes dotados de legitimidad religiosa, que se proclamaban descendientes del Profeta y de Satuq Qara Jan. De este modo, en el siglo XVI el islam fue un factor unificador, y la Naqshbandiya el instrumento, bracchio forte, de esta política. También data de esta época la implantación duradera de la Naqshbandiya, desde Asia central hasta la población musulmana sinófona de China. Un descendiente de Majdumzada, Afaq Joya (m. 1694) fue, junto con los jeques árabes de Yemen, el iniciador de las principales figuras chinas de la Qadiriya y la Naqshbandiya. La dinastía de los Majdumzada (el linaje de los Afaqiyas) reinó en Turkestán oriental, convirtiéndolo en un estado casi sufí, hasta la ocupación china de 1759, y luego pasó a la oposición, desde donde organizó varios le­vantamientos contra el estado chino hasta mediados del siglo XIX. Otras ciudades de Turkestán oriental (Kusha, Yarkand, Urumshi, Jotan) también fueron escenario de violentos movimientos de rebelión religiosa, casi siempre encabezados por jeques naqshbandíes. La generalización de estas rebeliones fue la causa de la retirada china de Turkestán oriental a mediados del siglo XIX.

En 1869, cuando Kashgaria recuperó la independencia, el último sufí del linaje de los Afaquiyas (Burzug Jan) fue derrocado por un militar, Yaaqub Jan, que se proclamó emir de Kashgaria e impulsó la sharia en todo el territorio. Consciente de la situación precaria del emirato, arrin­conado entre los británicos de la India, los rusos, cada vez más presentes en las llanuras kazajas yTransoxiana, y los chinos por el este, Yaaqub Jan decidió jugar la carta del panislamismo y se acercó al poderoso imperio otomano, llegando a reconocer la soberanía del sultán. La Naqshbandiya, que siempre había estado presente en la política religiosa del emirato, desempeñó en esta época un papel nuevo por mediación del sobrino del emir, miembro de la orden, que fue emisario y diplomático, y supo sacar partido de las cofradías sufíes radicadas en India, Turquía y Turkestán oriental. Los correligionarios sufíes de Estambul contribuyeron a que el enviado extraordinario de Yaaqub Jan ante el sultán obtuviera el apoyo incondicional de los otomanos, que enviaron consejeros militares a Kashgaria. El emisario del emir era muy respetado en los círculos místicos de Estambul, y destacó como comentador de los grandes autores místicos como lbn ‘Arabî e Ibrahim Iraqi. Tras la caída del emirato de Kashgaria, invadido por el ejército chino, y la muerte del emir en 1877, Yaaqub Jan Tore se refugió en la India entre los derviches, y se dedicó por completo a la enseñanza y el estudio del sufismo.


Tenemos pocos datos sobre la situación del sufismo en Turkestán oriental a principios del siglo XX y durante la república popular china. El poder comunista no fue muy condescendiente, y aún hoy fustiga a los maestros sufíes, tachándoles de ignorantes, fundamentalistas religiosos y agitadores. De todos modos sabemos que la Qalandariya sigue activa (en 1994 conocí a un qalandarí en Urumshi), y que la Naqshbandiya es más fuerte que nunca, sobre todo en los oasis del sur, en Yangishahr, Yarkand y Jotan. Un amigo uigur, refugiado en Tashkent, me ha asegurado que en los años cincuenta aún quedaban derviches yasawíes en la región de Kulsha. Actualmente un sufí casi nunca es designado con este término (supi en lengua uigur), sino con el de pir (viejo maestro) y sobre todo el de ishan. Según recientes trabajos etnográficos (1993) de un investigador uigur, los ishan, sobre todo naqshbandíes, constituyen una fuerza bien organizada, con una importante red de mezquitas y kanaqa, y sus discípulos (murîd) se mantienen más que nunca en secreto. Por otro lado, la literatura sufí no ha sido prohibida por las autoridades chinas, a diferencia de lo ocurrido en el Asia central soviética hace varios años. Las obras más leídas son las de los poetas místicos Ahmad Yasawi y Sufi Allah Yar, que se pueden encontrar fácilmente en las librerías de viejo de Kashgar. Los mausoleos de los principales santos sufíes, como los de Satuq Qara Kan y joya Afaq de Kashgar o el de joya Rashidin jan de Kusha, siguen siendo lugares de peregrinación. Los más visitados son el del famoso naqshbandí Afaq joya, en Kashgar, y el de Ordam, entre Kashgar y Yarkand, donde se reúnen miles de peregrinos el mes de muharram. La in­dependencia de las repúblicas vecinas del Turkestán occidental, donde el sufismo, ha sido rehabilitado con entusiasmo, ha alentado las de los turcófonos de Sinkiang, así como la idea de independencia. Los hombres cuentan con más libertad que en la época soviética entre los dos Turkestanes, al igual, sin duda, que las ideas políticas, culturales y... místicas.

Autor: Thierry Zarcone

lunes, 9 de octubre de 2017

La Esencia del Islam: No culpes a los demás, apréstate a su servicio


Bismillahi Rahmani Rahim

No busques la culpa en los demás cuando a quien tienes que culpar es a ti mismo. Obsérvate, reflexiona, ¿cuál ha sido tu culpa? Incluso si el perjuicio te llega de otra persona, no la mires a ella, sino a Aquel que te la ha enviado. Dios no escribe nada malo para Sus siervos mientras ellos no traspasen sus limitaciones. Y cuando traspasas tus límites, Dios te devuelve a tu órbita de la mano de otro siervo Suyo. Si algo te sucede a manos de otra persona, no la culpes, más bien piensa: "¿Qué habré hecho para que Dios me envíe a esta persona para que me lastime?". Fíjate en eso. Son llamadas de atención. Si buscas con sinceridad, lo encontrarás por ti mismo.

Deja de ocasionarte problemas a ti mismo y a los demás. Ocúpate de tus asuntos, corrige tus intenciones, ya que toda acción que llevas a cabo recibe lo que le corresponde de acuerdo a la intención que la impulsó. La paz no proviene del exterior, sino del interior. Y lo más importante para obtener paz es aprender a compartir, a dar. No dar tan sólo lo material, sino dar buen ánimo, dar amor, no odio. Debes aprender a amar a los demás. Incluso si ellos no te aman, tú debes amar. Y amando te llegará la paz. Hoy en día no hay más gente pacífica porque todos se están atacando mutuamente a través del odio, el rencor, los celos y la envidia. Así es que deben despertar a sí mismos. La vida en este mundo tan sólo representa tres días: ayer pasó, mañana es desconocido; vive hoy, vive correctamente hoy. Entonces, si llegas a mañana, lo vivirás mejor. Si estás feliz con Dios, no importa dónde estés, serás feliz, así estés sentado en un palacio, en un basural o en prisión, no importa. Dios está contigo.

El Islam ha sido construido y se asienta sobre dos principios fundamentales: uno es aprender a servir y adorar a Dios, Creador, Sustentador y Señor del universo; el otro, ayudar y llegar con bondad a Sus criaturas, es decir, a todo ser humano. Si una persona hace estas cosas sin distinciones que digan: "este es judío, este es cristiano, este es negro, este es blanco...", alcanzará las estaciones espirituales más elevadas.

Nuestro deber como seres humanos es amarnos unos a otros, respetarnos unos a otros, respetar los derechos de los demás y aprender a conocernos, a comunicarnos, a amarnos mutuamente. Cuando aprendamos a amarnos unos a otros seremos capaces de alcanzar a nuestro Señor.

Todo el que sinceramente afirme que no hay más divinidad que Allah (Dios), y crea con el corazón en estas palabras, entrará  al Paraíso. Eso significa que esa persona tiene Fe. Pero si no se aman los unos a los otros, si no aprenden a amarse los unos a los otros, aunque digan aquellos no habrán alcanzado las raíces principales de la Fe.

Cuando realmente dispongamos nuestras obras al servicio de Dios, seremos capaces de ver a Sus criaturas y decir: "Esta es una criatura de Dios; mi deber es servir a esa criatura. Si estoy sirviendo a mi Señor, mi deber también será servir a Su criatura".


(Enseñanzas tomadas de sohbets dados por Hz Sheykh Abdul Kerim Effendi, quiera Allah-swt- santificar su secreto)

miércoles, 23 de agosto de 2017

Estar con nuestro Señor


Bismillahi Rahmani Rahim

Nuestro Señor dice: “Yo te recuerdo. Tú debes recordarme”.

Nosotros no conocemos a Allah-swt-. ¿Cómo vamos a darle una descripción a nuestro Señor? Así que al menos recordar Sus nombres nos acercará a Él y un día alcanzaremos esa estación en que entenderemos a nuestro Señor.

Hoy en día, quienes no son cercanos a Allah están pretendiendo conocer a su Señor. Ellos no lo conocen. Los únicos que conocen a Allah-swt- son los cercanos a Allah.

¿Quién es el Creador? No es algo que sea fácil de conocer. Aún no somos capaces de descubrir lo que hay en nuestro interior o en este mundo. Y este mundo es solamente un punto en esta galaxia. Y esta galaxia es solamente un punto entre infinitas galaxias. Así es que cuanto mayor sea el entendimiento que alcancemos, mejores siervos nos haremos de nuestro Señor, insha'Allah ar-Rahman. Por eso es que ahora hacemos todo a un costado mientras hacemos Zikr.

Es como cuando dejas a todos a un lado, a tu gente amada y a lo demás, y marchas a trabajar para ganar dinero. Eso es para ti, para ti mismo. Lo dejas todo para irte de viaje. Eso es para ti, para tu ego.

La gente de este siglo 21 puede alcanzar la cima de la tecnología, lujosos estilos de vida, automóviles lujosos, mansiones lujosas, esto y aquello; pero encontramos que muy pocos tienen paz en sus corazones y todos están preocupados. El rico está preocupado, el pobre está preocupado, los oficiales están preocupados, los presidentes están preocupados, y todos están preocupados. Están temblando. Sus propios temores los han tomado y ahora no tienen paz en ningún lado.

Los creyentes se han vuelto así y los incrédulos se han vuelto así. Sin paz. La paz solamente puede llegar al corazón del hombre a través de su Señor. Esa es la única manera de obtener paz.

Recordar a Allah es recordar Sus Santos Nombres y elogiar a Su bendito Profeta (asws). Alhamdulillahi Rabbil 'alamin. Y el bendito Profeta (asws) nos dice: “Mi Nación, su fe envejece como la ropa que ustedes visten. Ellas se desgastan, se rompen y desaparecen. Cuando pasa eso, consiguen ropa nueva y la renuevan. Su fe es así. Envejece y lentamente pueden perderla. Por lo tanto, siempre renueven su fe”. Renovar la fe es decir: ‘Ash hadu an la ilaha illa Allah, wa ash hadu anna Muhammadan abduhu wa rasuluhu’.

Estamos haciendo todo a un lado para estar con nuestro Señor. Eso es por Allah. Luego, todo lo que estés ganando te dará bendiciones y Rahmat en este mundo y en el próximo.


-Hz Sahibul Sayf Sheykh Abdul Kerim Effendi (qs)

domingo, 14 de mayo de 2017

Diez perlas negras - Máximas de sabiduría de Sheykh Mahy Cisse (ra)


Sheykh Mahy Cisse (ra) es uno de los grandes maestros vivos de la tariqa Tijaniyya. Nieto de sheykh al-Islam Ibrahim Niasse (ra) e hijo del gran Aliou Cisse (ra), enseña en su casa en Kaolack. Actualmente tiene miles de discípulos en África, Europa, USA y Asia.

1.
Hay quien entre nosotros quien dice que el Profeta (saws) es un hombre normal como cualquier otro. Pero Allāh (swt) ha dicho en el Corán que sus mujeres no son mujeres cualquieras. Ellas no fueron mujeres normales porque fueron las mujeres del Profeta (saws). Así que si sus mujeres no fueron mujeres cualquiera, como osar decir que el Profeta es un hombre corriente.

2.
Si tienes buen comportamiento, alcanzarás un nivel de alguien que ayuna durante el día y reza durante toda la noche. Estarás en la posición (maqām) de la excelencia de la creación (ḥusn al-khalq). Solo entonces, empezarás a ver como la gente te considera. Un joven hombre se acercó al Profeta (saws) y dijo: «¡Oh Profeta! Dame el permiso para fornicar (zīna)» Todo el mundo quedó en silencio y el Profeta (saws) le dijo: »¿Aceptas que la gente lo haga con tu hermana, tu tía, tu madre o tus esposas?». Y el hombre le dijo que no. Entonces el Profeta (saws) puso sus manos en el pecho y rezó por él.

3.
Las soluciones para cada tiempo, para cada uno y para cualquier situación están dentro del Corán y la sunna de Muhammad (saws). El Corán es el espíritu (rūḥ) y sin él no tenemos espíritu, ni luz. Y la luz del Corán es el Profeta Muhammad (saws). Una vez preguntaron a sayyida ‘Aīsha’ (ra): «¿Cómo era el mensajero de Allāh (saws)?» Y ella respondió: «En sus actos estaba el Corán».

4.
De una persona sin imān, no hay beneficio.

5.
Sin imān, ningún shaykh puede buscarte, no es por nada, sino porque no te encuentras próximo a Allāh.

6.
Nadie es shaykh sino enseña, no importa su posición espiritual (maqām) ni si está en la élite (rabbaniyyā). Y es que no puedes estar en la rabbaniyyā  a menos que estudies y enseñes. Asegúrate que aprendes por Allāh tabāraka wa t‘ala.

7.
Una persona que sigue su ego (nafs) y sus deseos, incluso pensando que tiene conocimiento, es alguien abocado a la perdición. Eso es lo que Allāh dice.

8.
Allāh es la única realidad. No hay realidad sino Allāh. Pero, ¿Por qué? Porque la realidad (al-ḥaqq) nunca cambia. Fíjate aparentemente hay un cambio constante y Allāh es la única realidad que nunca cambia.

9.
Si no estás recordando a Allāh (swt) día y noche, no encontrarás descanso en nada por mucho dinero que tengas.

10.

El verdadero ayuno, es ayunar de cualquier cosa que no sea Allāh (swt).

sábado, 6 de mayo de 2017

15 Shaban: Laylat-ul Bera’at


Bismillahi Rahmani Rahim

Shaban es el mes del Sagrado Profeta (asws). Otra Rahmat (Misericordia), gran Rahmat, está descendiendo.

Insha’Allah, en el transcurso de este mes, si ponemos la intención de cambiarnos a nosotros mismos y nuestro comportamiento, entonces podremos entrar con fuerzas a Ramadán, y en el transcurso del tiempo de Ramadán podremos atrapar a nuestro ego.

Pero debemos ser cuidadosos. Shaban tiene la noche de Bera’at, la Noche del Cálculo, en la que todo lo que hiciste el año pasado hasta este año va a ser calculado y llevado a la presencia del Señor Allah-swt-.

“Mi destino, no puedo cambiar mi destino.”

Claro que puedes. Puedes cambiarlo de esta manera. Cuando el cálamo escribe, no cambia. Pero el cálamo escribe de la forma en que te mueves, de la manera en que hablas, de la manera en que llevas a cabo tus acciones. El Cálamo lo escribe todo. Escribe las 24 horas. Desde el lado derecho y el lado izquierdo los ángeles lo ponen todo en cuenta y están observando desde el último Shaban hasta este Shaban, noche de Bera’at, último 15 de Shaban y este Shaban, ¿cómo se está movilizando este siervo de Allah?

¿Está intentando moverse hacia Allah, o está intentando moverse hacia dunya?

¿Cuánto intento en el camino hacia Allah?

¿Cuánto intento en el camino hacia dunya?

Todo llega para ser calculado. Y está llegando a la presencia de Allah.

Allah pregunta: “¿Qué está haciendo mi siervo?”

Los Ángeles dirán: “Ya Rabbi, Tú sabes, te es conocido, él intentó lo mejor en Tu camino, pero debido a su año previo tantos obstáculos tuvo frente a él que le fue imposible continuar.”

Allah pregunta: “¿Y qué hizo?”

Los Ángeles contestan: “Ha dicho: ‘No me importa’.”

La gente ignorante, arrogante y testaruda del siglo 21 dice: “No me importa”. 

Debería importante. Ellos harán que te importe. Allah no está jugando juegos. Te será de importancia.

Y Allah pregunta: “¿Mi siervo espera pacientemente, se esfuerza pacientemente intentando encontrar el camino correcto y alejarse de los problemas de dunya?”

“Así es, Ya Rabbi.”

“Ahora háganlo fácil para él. Denle una apertura.”

Verás que ese año entrarás a un mundo mejor.

“¿Qué está haciendo mi siervo?”

“Él estaba en el camino correcto, estaba sobre el rumbo correcto. Estaba con las personas correctas, sin embargo aún sigue a su ego. No obtuvo ningún placer (espiritual) ni Rahmat porque estuvo en problemas y aun así intentó encontrar caminos por dunya. Él estuvo entre los demás, no por Allah, sino porque no tuvo otra posibilidad.”

“Bien, ábranle un camino para dunya”, y verás que ahora no lo puedes cambiar.

El año siguiente, lo que Él ha preparado para ti, estará en tu mano.

Tienes quince días. Quince de Shaban, para sentarte y comprender, para calcular, para colocar tus acciones, tus pensamientos, todo frente a ti. De las buenas cosas que has hecho tienes que entender, mirarlas y decir: “¿Por qué hice estas cosas buenas? ¿Fue por la Causa de Allah, o fue de alguna manera para mi ganancia personal?”

Verifícalo correctamente. No le tienes que decir nada a nadie. No tienes que mentir ni engañar. No te mientas a ti mismo. Siéntate, calcula, comprende, profundiza y dite a ti mismo: “Así es. Esto lo hice por la Causa de Allah. Esto lo hice por mi propio ego.”

No te mientas a ti mismo. No le vas a rendir cuentas a nadie. Ríndetelas a ti mismo. Comprende, siéntate a un lado y di: “Astaghfirullah, Ya Rabbi, soy un siervo débil. Sé que no lo he hecho por Ti, por Tu Causa. Ya que si lo hubiese hecho, hoy no tendría que estar en estos problemas.”

Todo lo que hagas por la Causa de Allah, definitivamente (si lo haces) no estarás en problemas. Definitivamente el año siguiente, cada año, te traerá situaciones mejores. Cada año tiene que traerte algo mejor.

Aún tenemos algunos días, insha’Allah ar-Rahman. Los creyentes inteligentes deben sentarse y preguntar.


Wa min Allahu Taufiq.

-Sahib us Sayf  Sheykh Abdul Kerim Effendi Hz (qs)

sábado, 22 de abril de 2017

La oración es el Mir'aj para el creyente


Jutbah dada por Sheykh Abdul Kerim al-Hakkani el 23 de Rajab de 1427 (18 de agosto de 2006) en la Osmanli Naksibendi Dergahi del Siddiki Center en New York. 
Bismillahi Rahmani Rahim

Astaghfirullah wa shukr Allah. Siempre estamos pidiendo el perdón de nuestro Señor por nuestros errores, y agradecemos a nuestro Señor Allah -swt- por habernos creado, haciéndonos de entre la humanidad y dándonos la Shahadat, por hacernos y contarnos entre los creyentes.

Ajir Zaman, los Últimos Días sobre la faz de esta tierra y el último momento para todo lo que Allah-swt- ha creado. Allah conoce el Día de la Creación, cuando comenzó a crear. Nosotros no lo sabemos. No podemos ubicar ese número en ningún cálculo. Pero Allah-swt- nos dice que llegará un día, el Qiyamat, el Último Día, para no sólo este mundo, sino para todo lo que Ha creado que el hombre pueda ver y pensar y lo que no pueda pensar. Todo tendrá un final y todo llegará para ser contabilizado, para ser juzgado. Para esto es que los creyentes se deben preparar a sí mismos. Y es un viaje tan largo.

Cuando alguien intenta viajar hacia algún lugar lo prepara todo, lo que le sea necesario. Nos debemos preparar para ese viaje, cualquiera sea nuestra necesidad en este mundo. Y será fácil de preparar cuando nos sometamos nosotros mismos a nuestro Señor, a nuestro Profeta (asws) y a aquellos que Allah-swt- ha elegido y seleccionado para nosotros diciéndonos: "Sigan a estos". Si les seguimos, entonces en corto tiempo debemos alcanzar ciertas estaciones con las que luego entenderemos cuál es el valor de este mundo y cuál es el valor de Ajirat. Cuando entendemos el valor de Ajirat, el valor de este mundo se convierte en cero en nuestros corazones. No nos volveremos locos por los beneficios de este mundo porque conocemos una realidad: que si no es hoy entonces mañana, si no es mañana entonces al otro día, si no es al otro día entonces un año después o diez años a partir de ahora o cincuenta años, la muerte nos llegará. No creo que nadie aquí vaya a vivir para ver otros cien años más. Así que conocemos esa realidad, que dentro de cien años nadie aquí permanecerá en este mundo. Todos se van a retirar de él. No sabemos cuánto tiempo queda para el Día del Juicio, pero debemos ver qué nos corresponde y cómo prepararnos a nosotros mismos.

Así que Allah-swt- sabe que las criaturas que Ha creado son débiles y que corren sin detenerse tras este mundo. Por esto es que Ha creado otros días especiales en el transcurso del año diciéndonos: "Observen cuidadosamente estos días. Muestren el correcto respeto a estos días y la recompensa que van a recibir en estos días puede que no la reciban en todas sus vidas con toda su adoración". Nos estamos aproximando a una noche muy valiosa. Insha'Allah ar-Rahman estamos poniendo la intención de que mañana a la noche es la noche del Mir'aj. Puede ser esta noche, mañana o al día siguiente. Tu intención debe ser sólida. Debes poner correctamente tu intención y decir: '¡Ya Rabbi! Quiero llegar a esa noche y quiero obtener las bendiciones de esa noche'.

Así que, ¿qué es el Mir'aj y qué es lo que nos da? El incidente sucedió entre Allah-swt- y Su Profeta (asws). Allah-swt- nos dice mediante el Sagrado Qur'an que en una parte de la noche hizo que Su Profeta (asws) se moviera desde Mecca hacia Qudus y desde Qudus (Masyid al-Aqsa) tomó a Su Profeta elevándolo, Mir'aj, hacia los cielos atravesando por todo lo que Allah Ha creado, atravesando todos los Paraísos, viendo qué sucede en el Paraíso, atravesando el Fuego, el Infierno, viendo qué sucede allí y atravesando todo lo existente, llegando al Sidrat-ul Muntaha donde se detiene toda la creación. Nada se mueve más allá de eso. Incluso Yibril (as) no se pudo mover más allá de eso diciéndole al bendito Profeta (asws): '¡Ya Muhammad! Más allá de esto es para ti. No se me da permiso para pasar una pulgada más allá de esto'. Cuando el Profeta (asws) le preguntó: "Ya Yibril, me has acompañado todo el trayecto desde Mecca llegando aquí arriba, ¿y me dejas sólo aquí? No conozco el camino". Le dijo: 'Ya Muhammad. Más allá de esto es sólo para ti, no para mí. Se me ha dado una orden estricta y mi Señor Allah-swt- dice: "Si cruzas más allá de este límite serás enviado a la no-existencia"'. Debido a  que la Nur y las luces que están llegando desde Allah-swt- (son muy poderosas), le dice a Su ángel: "Los elementos con los que te He creado no pueden soportar ver esa luz. Por eso serás enviado a la no-existencia. No volverás a ser creado jamás".

Yibril (as) representa la inteligencia y él dijo: '¡Ya Muhammad! La inteligencia me ordena, Allah lo ha ordenado y mi inteligencia dice: No cruces más allá de esto porque serás enviado a la no-existencia. No puedo pasar. Más allá de esto se te ha dado permiso a ti y tu Señor ya te ha preparado el transporte'. Los Awliya'Allah dicen que para llegar desde el Sidrat-ul Muntaha hasta la Presencia Divina transcurrieron cinco veces quinientos mil años. El bendito Profeta (asws) viajó desde ese punto hacia el otro punto. Tal vez fueron diez veces o tres veces de distancia, pero lo importante es que Allah-swt- tomó a Su Profeta (asws) desde Mecca en un tiempo muy reducido, en una noche, y ese tiempo reducido se convirtió en millones de años. Eso es Allah. No pienses en cómo sucede. '¿Cómo va a suceder?'. Si mediante la inteligencia puedes alcanzar el Sidrat-ul Muntaha, más allá no puedes. Más allá se acaba la inteligencia. Yibril (as) se detuvo allí porque la inteligencia se detiene allí, acaba. Más allá de eso, el bendito Profeta (asws) se movió mediante el corazón.

Antes de que el bendito Profeta (asws) comenzara a moverse desde Mecca tantos otros incidentes sucedieron allí en Mecca. No vamos a entrar en eso en este momento de Juma'a. Pueden leerlo en tantos otros libros, insha'Allah. Pero un incidente que ocurrió fue que llegaron los ángeles y abrieron el corazón del Profeta (asws), el pecho, y sacaron el corazón fuera. Ellos lo lavaron con lo que trajeron del Paraíso. Lavaron ese corazón y lo pusieron dentro nuevamente. Con lo que pusieron allí, ahora, el bendito Profeta (asws) era capaz de moverse más allá de ese punto. Como lo dicen los Awliya'Allah, todo el que vaya a entrar en el Paraíso debe hacerlo a través de un río, un río que da luz, atravesarlo y entrar. No podemos entrar al Paraíso con este cuerpo, pero cuando entramos a esa agua, esa agua va a cambiar este cuerpo, va a poner otros secretos en este cuerpo para entrar al Paraíso, insha'Allah ar-Rahman.

¿Qué nos da a nosotros? ¿Qué tenemos que entender cuando Allah-swt- lava el corazón de ese Profeta (asws)? Ese corazón era completamente puro. No había errores en él. Tenía sumisión completa hacia Allah-swt-. Este incidente sucedió muchos años después de que él declarara 'La ilaha illa Allah Muhammadur Rasulullah'. Por aquel entonces tantos enemigos del bendito Profeta (asws) le estaban atacando. Estaba casi completamente solo. Por entonces sólo un puñado de gente estaba a su lado. Y Allah-swt- lo tomó de Mecca llevándolo hasta Qudus. Allí, 124.000 profetas estaban listos para el Profeta (asws) y él hizo dos rakats de oración con ellos antes de ser elevado de la tierra a los paraísos. Hay otra señal que ahora Sheykh Maulana está poniendo en nuestros corazones de que esa elevación hacia los paraísos mediante la forma física debe ser desde Qudus. Tantas dudas tienen los Musulmanes de hoy en día diciendo: 'Oh, el Profeta fue allí en espíritu, mediante el sueño y no con el cuerpo'. Debe ser cuerpo y espíritu juntos. Si fue un sueño, entonces él tuvo ciento de miles de sueños. ¿Por qué tuvo que hablarnos de ese (Mir'aj)? El cuerpo, la forma física se movió. Allah-swt- lo movilizó desde Mecca hasta Qudus, y desde Qudus hasta Su Presencia Divina.

Cuando el bendito Profeta (asws) llegó al Mesyid al-Aqsa, 124.000 profetas estaban listos. Ellos le dieron bayat (juramento de lealtad) antes de que llegara al Paraíso. Aceptaron su Profecía. Todos los profetas llegaron y se marcharon (de este mundo) antes de que él llegara. Ellos aceptaron que él llagaría. Pero Allah-swt- los preparó allí para que aceptaran y dieran bayat a ese bendito Profeta (asws) antes de que comenzara ese viaje. Así que todas las naciones provenientes de aquellos profetas,- todos los profetas dieron bayat- y, por lo tanto, todas esas naciones dieron bayat al Profeta (asws), los creyentes, quienes creían en sus Profetas. Es una gran bendición para ellos. ¿Pero qué hay de nosotros? Y el bendito Profeta (asws) nos dice: "Si dos días son iguales, si para el creyente dos día son iguales, entonces el creyente está perdiendo". No debemos hacer que dos días sean iguales. Cada día que pasa deben progresar. Progreso no es sólo mediante el entendimiento mundano que 'Tenemos una habitación, hagamos otra habitación, hagamos otro edificio'. No. Te debes preparar a ti mismo, debemos preparar nuestros corazones quitando lo que es incorrecto y poniendo en el interior lo que es bueno como fue abierto el corazón del bendito Profeta (asws) y algo fue puesto en él, debemos preparar nuestros corazones y debemos prepararnos a nosotros mismos para estar listos para ese Mir'aj, para estar listos para esa elevación, porque lo que se le ha dado al bendito Profeta (asws) se le ha dado a su nación, se le ha dado a quienes están siguiendo sus pasos.

El incidente del Mir’aj fue causa de separación entre los creyentes y los incrédulos, entre los creyentes y los hipócritas. Cuando el Sagrado Profeta (asws) regresó contando lo que había sucedido, los incrédulos pensaron de que ahora tendrían una gran arma en sus manos y que habrían de utilizarla en todos lados y contra todos alrededor del Profeta (asws); ellos le dirían: “Estás loco”, y los Sahabas se alejarían de él. En ese momento hubo tantos creyentes que creyeron en Abu Yahil y en los demás que estaban atacando, y cambiaron su línea hacia el lado de los incrédulos. Hasta ese momento eran creyentes, pero cuando Abu Yahil llegó utilizando su propia inteligencia, diciéndoles: “Mirad, ¿es esto posible? Este hombre está loco. No lo sigáis más”, tantos empezaron a cambiar sus caminos. Mas ellos estaban buscando a los grandes que mantienen los pilares del Islam, y así llegaron hasta Abu Bakr. Dijeron: “Si también engañamos a éste, entonces todos los que están junto a él (el Profeta) van a abandonarlo.” Entonces fueron hasta Abu Bakr as-Siddiq y le dijeron: “Oh Abu Bakr, tu eres un hombre inteligente y ahora venimos a ti con inteligencia. Ese hombre que estás siguiendo, ahora, y aunque tú no lo has visto aun, dice que ha ido en Mir’aj en muy poco tiempo durante la noche y ha vuelto con todas esas historias. ¿Qué dices de esto? Eres un hombre inteligente." Les dijo: “Si él lo dijo, lo acepto. No necesito escucharlo. ¿Ustedes dicen que él dijo eso?” Respondieron: “Así es”. Él les dijo: “Entonces lo acepto porque ahora tengo evidencia suficiente para entender que Allah no tiene limitaciones para ese Profeta (asws). Él es un Profeta.” Alhamdulillah. Por esta razón a Abu Bakr se le dio el título de “Siddiq”, “el más veraz”. Alhamdulillah. Estamos siguiendo su camino. Estamos siguiendo el Camino Naksibendi, que es el Camino Siddiqi, el camino que proviene de Abu Bakr y llega hasta nuestro tiempo.

Debemos corregirnos a nosotros mismos, especialmente en estos días y especialmente en estas noches debemos dejar la necedad a un lado, debemos dejar a un lado los deseos egoístas incorrectos, a un lado los caminos egoístas incorrectos y debemos pedir a nuestro Señor Allah: '¡Ya Rabbi! Te pedimos perdón por cada error que estamos cometiendo. Sabemos que no hemos llegado a ningún lado. Todo lo que estamos haciendo no se ajusta a tu Presencia Divina. Acepta este servicio débil, haznos mejores, buenos, y cuéntanos entre ellos'. Debemos pedir. Esto también es algo que la nación, que la Ummat ha perdido. No están pidiendo. Solíamos ir a las mezquitas y ver gente anciana sentada durante horas abriendo sus manos, llorando y pidiendo. Cuando éramos jóvenes decíamos '¿Por qué estos hombres lloran y piden tanto? ¿Qué piden? ¿Qué quieren?'. Ellos no querían nada mundano. Y ellos eran correctos que pasaban toda su vida en las mezquitas. Eso es lo que supimos. Ellos se sentaban allí durante horas y horas, pidiendo y llorando.

Esto es lo que hemos perdido. Sheytán nos engaña. Sheytán nos dice: 'Ah, la misericordia de Allah está allí. No te preocupes'. Luego Allah nos dice mediante otra ayat: "Ese sheytán les viene con la misericordia de Allah. No sean engañados con eso". Tú tienes que hacer lo que te corresponde. Debes cumplir con lo que te ha sido dado. Si no lo estás cumpliendo entonces no tienes derecho de esperar la misericordia de Allah, porque no estás pidiendo y no te estás preparando. El hombre puede hacer todo tipo de cosas incorrectas pero si su corazón está en el camino correcto y está intentando hacer lo mejor todo el tiempo, yendo afuera, haciendo cosas incorrectas, y luego yendo a la Presencia de Allah diciendo: '¡Ya Rabbi! Soy alguien débil. Por favor, perdóname'. Ese puede esperar y aguardar por misericordia. Pero ellos ni siquiera se molestan en pedir, ni siquiera se molestan en decir: '¡Ya Rabbi! Perdóname'. Especialmente en estos días, cuando le hablas a la gente diciéndole: '¿Por qué no pides? ¿Por qué no pides perdón?' Dicen: 'No he hecho nada malo. ¿Por qué debo pedir perdón? Estoy bien. No molesto a nadie. No estoy haciendo esto y no estoy haciendo aquello'. Hmm. Eso nos es suficiente.

Así que debemos tomar a los antiguos como ejemplo. Cuando vemos sus vidas y las comparamos con nuestras vidas entonces vemos que hay una distancia de millones de años entre nosotros y ellos. Ellos no vivieron por este dunya. Vivieron para Ajirat. Vivieron por Allah-swt- y Su Profeta (asws). Contemplaron todo y cada paso correctamente, y aún así estaban sentados allí pidiendo. Esa es la señal de la servidumbre. El siervo debe pedir.

En ese Mir'aj, Allah-swt- nos está dando una gran bendición, a la nación de Muhammad (asws). Una gran bendición. La misericordia y las bendiciones se le han dado a toda la nación, a Muhammad (asws) y a todos aquellos que vienen después. Son las cinco oraciones diarias.

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¿Qué es lo que nos dice el bendito Profeta (asws)? Nos dice: "El Mir'aj de un creyente es su oración". Así que cuando estás en oración estás llegando al Mir'aj, y (negando la oración al no hacerla) estás pidiendo no llegar al Mir'aj. Eh, ¿si no estás llegando al Mir'aj entonces dónde vas a estar? En la suciedad de este mundo. Nunca vas a ser capaz de separarte a ti mismo desde este dunya hacia Ajirat.

Sin embargo la vida pasa. Cada día que transcurre nos estamos haciendo más viejos. Tengo mi fotografía allí. Veo mi fotografía y no fue tomada ni siquiera hace diez años atrás. No hace diez años. Toda mi barba estaba completamente negra. No tenía ni un pelo blanco. Ahora está casi completamente blanca. Huh. No necesito que nadie me recuerde que Azrail está esperando aquí (Sheykh Effendi señala su cuello). Así que entonces este mundo no pude engañarte porque no estás corriendo tras este mundo. No debes correr tras este mundo, sino que te tienes que preparar a ti mismo desde temprana edad. Lentamente te tienes que deshacer de los deseos del mundo y entender que has sido creado para el servicio de Allah-swt-.

Así que Allah-swt- está bendiciendo a esta nación, bendiciendo a la Ummat con las cinco oraciones diarias. ¡Comprende la realidad! La oración fue una obligación para todo profeta anterior. Todos los profetas, desde Adam (as) hasta Isa (as), rezaban, sus naciones no. No era una obligación para sus naciones. Pero era una obligación para los profetas. Quienes llegaban a estaciones elevadas y corrían tras sus profetas, rezaban. Antes de ese incidente (Mir'aj), el bendito Profeta (asws) rezaba. Abu Bakr Siddiq (ra) y los demás, rezaban con él. Ellos eran poderosos. Ellos no querían que les llegara la orden directamente. Dijeron: '¿Qué sucederá si lo hacemos? No vamos a perder nada. Sólo estaremos copiando a nuestro Profeta (asws). El Profeta ha dado la orden de hacerlo, así que nosotros también tenemos que hacerlo'. Esto es tras lo que corrieron para hacer. Los débiles no lo hacían.

Entonces Allah-swt- nos envió bendiciones, diciéndonos: "Recen. Vengan a Mi Presencia cinco veces al día. Ese es el momento en el que los limpiaré. Cada vez que dicen 'Allahu Akbar', les quita todo lo incorrecto que han hecho entre una oración y otra. Cuando vienen a Mi Presencia y dicen 'Allahu Akbar', todo lo incorrecto que han hecho hasta ese momento caerá de sus cuerpos como hojas que se desprenden de los árboles. Así que se volverán completamente limpios. Cuando se levanten para nuevamente marcharse de allí, estarán limpios. Marchan fuera y hacen cosas incorrectas nuevamente, regresen otra vez a la Presencia Divina (mediante la oración)".

La oración es (una puerta de acceso hacia) la Presencia Divina para los creyentes. Cuando los creyentes levantan sus manos de este modo y las ponen hacia atrás (movimiento realizado durante el takbir), quiere decir: '¡Ya Rabbi! Estamos arrojando detrás de nosotros todo este dunya y permanecemos justo frente de Ti.  Tú nos estás observando y nos estás viendo. Somos siervos sencillos y humildes. Acepta esto'. Cuando lo miras de ese modo, entonces es una bendición. Cuando lo miras de otro modo, entonces lloras diciendo: '¡Quita de aquí esta oración, no cincuenta, ni siquiera cinco veces al día!'.

Y es algo triste de decir, que los líderes musulmanes estén diciendo esto en estos días. No los musulmanes, sino los líderes están diciendo esta clase de historias, que ellos hicieron un encuentro interreligioso, que el Profeta (en su ascenso a los cielos, y luego de que Allah le ordenara realizar cincuenta oraciones diarias) le pidió consejo a Musa (as). No sabía nada. Entonces Musa (as) le aconsejaba. ¿Pero acaso no sabes que antes de que llegara allí, Musa (as) estuvo abajo, en Qudus, rezando detrás del Profeta (asws)? ¿Tú crees que el Profeta no lo sabía? Sí, el Profeta (asws) lo sabía todo. Si alguien dice que el Profeta no lo sabía, ¿entonces necesitas tomar consejo de ese? ¿Quién es el Habibullah: Musa o Muhammad? Musa (as) es el Kalimullah. Él es Kalimullah pero Allah-swt- no le habló directamente. Le habló desde el árbol. Allah tomó al Profeta (asws) hacia la Presencia Divina, frente a Él. Él dice en el Sagrado Qur'an que llegó tan cerca como dos palmos juntos que se acercan. ¿Cuál es el significado de eso? ¿Cómo lo entenderás mediante la mente? Y Allah-swt- le dio a ese Profeta (asws) cincuenta oraciones por día porque la razón de ser del hombre es adorar a Allah. Nada más. Cincuenta veces. Cuando el Profeta (asws) estaba descendiendo, entonces Allah-swt- dijo: "Ya Muhammad, todo el que mantenga estas cinco oraciones diarias, le daré la recompensa como si lo hiciera cincuenta veces diarias".

Alhamdulillahi Rabbil Alamin. Debemos entender esto. No debemos volvernos débiles en nuestras oraciones. No escuches a nadie. Si alguien te dice: 'Deja tu oración', ese es socio de sheytán. Sheytán no quiso hacer oración, no quiso hacer saydah y se volvió sheytán. Fue pateado lejos de la Presencia Divina. Allah-swt- nos dice: "Vuestro valor para Mí solamente llega tanto como os acerquéis a Mí. Y la manera más fácil de llegar cerca de Mí es mediante la oración, mediante vuestra intención y mediante vuestra sinceridad". Deben mantener eso. Acerca de la oración, el bendito Profeta (asws) nos dice: "El signo de un creyente y el signo de un munafiq (hipócrita) se distingue mediante las oraciones". Entre los creyentes había munafiqs. Dijo: "Esos (los hipócritas) sólo vienen a la oración cuando quieren mostrarse al mediodía y por la tarde. No los verás ni en la mañana (para el fajr) ni para el momento del Isha. Esa es la señal de los munafiqs".

Debemos juntarnos para la oración del Fajr. Eso es lo más importante. Lo más importante es mantener juntos la oración del Fajr. Si mantienen juntos la oración del Fajr, entonces durante el día te puedes olvidar aquí y te puedes olvidar allí, pero has hecho al rey de las oraciones. Y Allah-swt- lo hace tan fácil. Dos rakats en la mañana. Dos rakats diciendo: "Vengan a Mi Presencia y les concederé lo que necesiten diariamente. Mantenedme cono prioridad. Ponedme por encima de todo temprano por la mañana y entonces luego arreglaré vuestros trabajos. Ustedes corren y todo les funcionará".

Todo el que lo mantenga de ese modo debe chequear sus calendarios. Debes volver en los días, mirar y entender que en los días que hiciste sinceramente dos rakats por la mañana (oración de Fajr), vas a ver que el día corrió por ti. Ese día funcionó para ti. Pero el día en el que no corremos sinceramente y sólo tenemos dudas, ese día puede tener altos y bajos. No importa. Aún así tenemos que llegar a la Presencia (de Allah).

La oración es una bendición para la nación. Mediante la oración, Allah-swt- nos da lo que Él ha dado, lo que Él ha concedido como presentes a Sus Profetas, y, mediante esas oraciones, insha'Allah ar-Rahman, cuando nos corregimos a nosotros mismos, cuando corregimos nuestra espiritualidad, nuestros corazones, nuestros espíritus, cuando tomamos el control de nuestro ego en nuestras manos, entonces podremos desaparecer de la fila de oración y puede que también alcancemos la Presencia Divina. Allah-swt- es el Más Misericordioso y el Más Poderoso.


Wa min Allahu Tawfiq.