viernes, 31 de mayo de 2013

La Traición Árabe

Autor: Abu Bakr Gallego

Uno  de los temas que más preocupa –y casi podríamos decir obsesiona– a los musulmanes  de todo el mundo es la ocupación israelita de Palestina. Sin embargo, detrás de esa inquietud que mueve cada día ríos de tinta y de sangre no hay sino un total desconocimiento de la historia. Todas esas intifadas, mártires, propuestas políticas, luchas… responden más a un romántico sentimiento patriótico que a una clara visión de los hechos.
La conocida Declaración Balfour fue la rápida consecuencia de otros dos acuerdos. En 1915 Gran Bretaña se comprometía ante Hussein (gobernador -sharif- de Mekkah) a apoyar un reino árabe independiente bajo su mandato a cambio de liderar una revuelta árabe contra el Imperio Otomano. Esta promesa estaba contenida en una carta fechada el día 24 de octubre de 1915 de Sir Henry McMahoun, alto comisionado británico en Egipto, dirigida al sharif de Mekkah. Por otro lado, tenemos el acuerdo Skies-Picot, al que se llegó el día 16 de mayo de 1916, según el cual Gran Bretaña alcanzaba un acuerdo secreto con Francia para dividirse las provincias del Imperio Otomano en áreas que en un futuro cercano controlarían. Cuando los bolcheviques sacaron a la luz este acuerdo, después del victorioso triunfo de su revolución en octubre de 1917, los árabes se sintieron consternados al darse cuenta de que habían sido traicionados y de que las promesas que se les habían dado de independencia y autodeterminación a cambio de cooperar con estas dos potencias contra el imperio otomano, no era sino un dulce caramelo que al morderlo mostraba su amarga realidad. 
Planteado el asunto en términos matemáticos, el resultado no puede ser más claro. Los árabes musulmanes traicionaron el Islam, traicionaron las ordenes y los consejos del Profeta Muhammad (s.a.s), quien les había exhortado encarecidamente a que nunca rompieran su unidad, y que obedecieran a sus autoridades mientras no ordenasen algo contra el Din de Allah; y traicionaron a esas mismas autoridades –autoridades otomanas– negociando secretamente con las potencias europeas que abiertamente les habían anunciado su objetivo de romper y descuartizar el Imperio Otomano, el califato, para lograr un absurdo y anti-islámico nacionalismo árabe. La idea de crear estados árabes independientes, idea que tan hábilmente les inoculó en sus extraviados corazones Lawrence de Arabia, les hizo perder la cabeza hasta el punto de no entender lo que era más que obvio. ¿Cómo Francia y Gran Bretaña, que abiertamente manifestaban su intención de acabar con el Imperio Otomano, iban a dar la independencia a la mayor parte de sus provincias, las provincias árabes?
Lo curioso del asunto es que  los árabes escuchan ya desde su infancia la alegoría de los tres toros y del león. Según este relato, había tres toros –uno blanco, uno pardo y otro negro, que siempre estaban juntos, y que por ello un león que hacía tiempo merodeaba por la zona no podía atacarles y comérselos, ya que los tres juntos suponían una fuerza demasiado poderosa para el felino. Un día, el león se acercó al toro pardo, que pastaba ligeramente retirado de sus dos compañeros, y le dijo: “Ese toro blanco es muy llamativo. Por su culpa los cazadores pueden dar con nosotros y matarnos. ¿Qué te parece si me permitís que me lo coma, y de esa forma los tres estaremos más seguros?” El toro pardo habló con el toro negro sobre el asunto, y ambos llegaron a la conclusión de que el león tenía razón. Así pues, se alejaron discretamente de la escena y el león se zampó al toro blanco.  Sin embargo, dos toros juntos todavía suponían una fuerza mayor que la de león. Por ello, éste se acercó al toro pardo y le dijo: “El color de tu piel es igual que el de la mía. Nosotros fácilmente pasamos desapercibidos, pero tu compañero, el toro negro, es muy diferente. Y lo más probable es que nos traiga problemas. ¿Qué te parece si me lo como y de esa forma tú y yo estaremos más seguros?” El toro pardo, después de ponderar las palabras del león, estuvo de acuerdo con él y, como ya había hecho en el caso del toro blanco, se retiró discretamente de la escena. El león entonces se abalanzó sobre el toro negro, lo mató y se lo comió. Unos días más tarde el toro pardo vio al león venir hacia él, pero esta vez no caminaba como antes, con amistosa sonrisa. El toro pardo entonces entendió que estaba solo. Había permitido que el león matase a sus dos compañeros que eran, precisamente, su fuerza y su protección contra el gran felino. El león no perdió tiempo con palabras ni con saludos. De un salto clavó sus afilados colmillos en la garganta del toro pardo.
Uno no puede, por menos, de preguntarse, cómo un pueblo que ha crecido escuchando esta tremenda sabiduría, una y otra vez ha permitido que el león se comiese a sus hermanos. ¿Qué habría pasado si el inmenso territorio árabe se hubiera mantenido unido bajo la autoridad del sultán de Estambul y de sus gobernadores -aún a pesar de que en algunas ocasiones hubieran actuado con extrema dureza? No creo que resulte difícil responder a esta pregunta. Habría pasado que tras la primera guerra mundial el bloque islámico habría salido fortalecido frente a una Europa desgarrada y en ruinas. Habría pasado también que nunca habría tenido lugar la segunda guerra mundial, y que Europa se habría tenido que conformar, en el mejor de los casos para ella, con mantener amistosas relaciones con el mundo islámico. Pero cada día comprobamos con absoluta desesperación cómo la historia se repite una y otra vez;  cómo una y otra vez los musulmanes arrojan a sus hermanos a las garras del león.
Hoy vivimos la misma situación que se vivió en 1914. Las mismas potencias europeas, Francia e Inglaterra, ahora fortalecidas con los Estados Unidos, vuelven a pedir a los árabes sunnis que les ayuden a derrocar al gobierno sirio para de esa forma poder controlar Oriente Medio; y todos los países árabes sunnis –Saudi Arabia, Emiratos, Qatar, Bahrein y –para colmo de paradojas– Turquía, han aceptado y de buen grado son ellos los que sufragan los gastos que esta guerra está generando.
Los árabes siguen afirmando que Arthur James Balfour, entonces Secretario de Estado británico, les traicionó, sin caer en la cuenta de que fueron ellos los que traicionaron al imperio otomano, los que traicionaron la estructura política y social del Islam que el Profeta Muhammad (s.a.s) estableció y exhortó a los musulmanes a que la mantuviesen a todo precio.
¿Podemos realmente acusar al león de haber traicionado a los toros? Sí, es cierto que les mintió, que les dio falsas esperanzas, pero ¿acaso no es propio de los felinos comer la carne de venado? ¿No estaba clara la intención del león? Más aún, ¿no sabían los toros que su única fuerza residía en mantenerse unidos, que uno a uno no podían hacerle frente?
 Lo verdaderamente terrible no es que ocurriera lo que ocurrió tras aceptar los árabes la propuesta de McMahoun y más tarde la Declaración Balfour. Lo realmente terrible es que hoy, apenas cien años después, vuelva a repetirse la misma lamentable y mezquina situación; la misma lamentable y mezquina traición.

martes, 28 de mayo de 2013

Un ejemplo de Hazrat Abu Bakr (ra)

 
Bismillahi Rahmani Rahim
En los primeros tiempos de su califato, Hazrat Abu Bakr (ra) se ganaba la vida ordeñando las ovejas de una mujer. Más tarde le fue otorgado un pequeño salario. En su lecho de muerte, dio una vasija a los que le rodeaban y les pidió que se lo diesen al nuevo califa tras su muerte. Hazrat Umar (ra) fue su sucesor; cuando rompió la vasija había algunas monedas y una carta en la que ponía: "He vivido acorde al nivel de vida de los más pobres de Medina, y he puesto en esta vasija lo que me sobraba de mi salario. Por lo tanto, estas monedas pertenecen al tesoro público donde deben ser devueltas". Al leer la carta, Hazrat Umar lloró e hizo el siguiente comentario: "Abu Bakr, has dejado un peso insoportable sobre los hombros de tus sucesores". (Tabari, Tarij, 4:252)

lunes, 27 de mayo de 2013

Las Alas del Conocimiento


Todos conocen poco excepto el hombre espiritual,

que tiene en su corazón la piedra de toque de la verdad vital.

Los otros, oscilando entre dos opiniones,

vuelan hacia su nido con una simple ala.

El conocimiento tiene dos alas, la opinión sólo una ala;

la opinión es débil y desequilibrada en su vuelo.

El pájaro que no tiene más que un ala cae rápidamente,

y de nuevo vuela dos o más pasos.

Este pájaro de la opinión se eleva y cae

con un ala, en la esperanza de alcanzar su nido.

Cuando escapa de la opinión y ve el conocimiento,

este pájaro gana dos alas y despliega ambas.

Después él va hacia arriba en línea recta,

sin servilismo en su cara ni humillación.

Vuela hacia arriba con dos alas parejas como el ángel Yibril,

libre de la opinión, de la duplicidad, y de la charla vana.

Aunque el mundo entero le diga,

"Tú estás firme en el camino de la fe de Dios",

no se vuelve más ferviente porque se lo digan,

ni su alma excelsa se desvía de su curso.

Y aunque todos le digan, "Estás en el camino equivocado,

te crees una roca pero sólo eres una hoja de hierba",

él no recae en la opinión ante sus críticas,

ni se enfada ante su malevolencia.

No, ni aunque el mar y las montañas pregonaran,

diciendo, "Te has hermanado con en el error",

él no recaería ni una pizca en vanas imaginaciones,

ni se sentiría herido por los reproches de sus adversarios.

(Maulana Jalaluddin Rumi, 'Masnavi', libro III: 5)

sábado, 25 de mayo de 2013

Aproximación a la desviación Shiíta

Según la creencia de Ahl as-Sunnah wal-Jama'at.
 
Bismillahi Rahmani Rahim
Antes de todo, Allah-swt- creó el Paraíso y el Infierno. Pre ordenando, en el eterno pasado, que Él habría de llenar a ambos de hombres y genios, declaró este hecho en Sus Libros Sagrados. Como hay creyentes y buena gente que merecen el Paraíso desde los tiempos de Adam (as), también hay incrédulos, ignorantes y gente malvada que han cometido maldades que les llevarán al Infierno. Estos dos grupos de gente ocuparán la tierra hasta el Día Final. El número de ángeles es incomparablemente mayor que el de hombres, y ellos son creyentes y obedientes. Por contraste, los hombres, son raramente más creyentes, sino que son más bien incrédulos, desobedientes y transgresores.
Buena gente y malvados siempre han intentado aniquilarse mutuamente; los malvados también se han atacado mutuamente y a través de la historia han vivido en ansiedad y angustia. Los creyentes han realizado Yihad para disciplinar a los incrédulos y guiarlos a la fe auténtica y así a la bienaventuranza eterna, y conducir a la humanidad a una vida feliz y pacífica en este mundo y el Próximo. Por el otro lado, los incrédulos han establecido regímenes dictatoriales, en los que un grupo reducido abusa de los débiles e inferiores para llevar una vida de libertinaje y disipación y satisfacer sus deseos voluptuosos. Y, para encubrir sus maldades, perjuicios y deservicios han atacado a los Profetas (as) y a las religiones que trajeron, ya que ellas establecían los principios de la ética, la virtud y la integridad. En algunos siglos, estos ataques fueron instigados con armamento letal, y a veces fueron hechos con combates clandestinos que incluían falsa propaganda, propagación de injurias, levantando conmociones sociales, subversión, socavando las religiones desde adentro, y destruyendo, desde el interior, los estados Islámicos.
Igualmente, la luminosa religión del Islam, la cual es una guía a la salvación y al desarrollo y un faro para el progreso material y espiritual, y que fuera revelada a nuestro maestro, el último y más elevado Profeta Muhammad Mustafa (asws), el cual fue creado por Allah como el más superior, el más hermoso y el más honorable de toda la humanidad alrededor del mundo en todo aspecto, eligiéndolo y enviándolo como Profeta para todas las naciones, fue objeto del mismo tratamiento. Personas incrédulas, inmorales y lujuriosas, no sólo que atacaron Su religión en expediciones cruzadas, las que incluyeron toda clase de tormentos y barbaridades, sino que también se esmeraron en embaucar a los Musulmanes encubriéndose a sí mismos como Musulmanes, haciendo falsos y engañosos planteos, tanto orales como escritos, haciendo que los hermanos estuviesen uno contra otro y así demoliendo el Islam desde el interior. El daño causado por sus empeños sediciosos brama su éxito.
Las actividades subversivas entre los Musulmanes datan desde el tiempo de los Sahaba-e Kiram (ar), cuando un judío yemení, que profesaba haber abrazado el Islam y cambiado su nombre por Abdullah Ibn Saba, plantó las primeras semillas de discordia entre Musulmanes. Él dio inicio a una diabólica tendencia. Se aventuró a vilipendiar a los Sahaba, quienes fueron los Compañeros del Mensajero de Allah (asws). La herejía inventada por este judío fue conocida como la secta Rafidi, apelativo que últimamente fue cambiado por 'secta Shiíta'. Su ejemplo fue seguido por numerosos enemigos de la religión, quienes bajo el manto de 'hombres religiosos' han inventado numerosas herejías y desviado a millones de Musulmanes sacándolos fuera del rumbo correcto.
El Mensajero de Allah (asws) ha predicho acerca de esta catástrofe deplorable que iba a caer sobre su Ummat, con el siguiente hadiz: "Mi Ummat se dividirá en setenta y tres grupos diferentes. Setenta y dos de esos se separarán del camino recto y terminarán en el Fuego. Un grupo permanecerá en mi Camino y el de mis Sahaba". Este grupo del camino recto ha sido llamado Ahl as-Sunnat.
Los Musulmanes sobre la tierra, hoy en día, se han fragmentado en tres grupos. El primer grupo son los Musulmanes que siguen el camino conducido por los Sahaba-e Kiram. Ellos son llamados los Ahl as-Sunnat, o Musulmanes Sunitas, o el Firqa-i Najiyya (el grupo salvado del Fuego, del hadiz). En el segundo grupo están los enemigos de los Sahaba-e Kiram. Ellos son llamados Rafidis, o Shiítas, o Firqa-i Dalla (el grupo herético). El tercer grupo guarda enemistad tanto contra los Shiítas como contra los Sunitas. Ellos son llamados Wahhabis, o Naydis, porque provienen de la provincia árabe del Nayd, lugar de origen de esta herejía. El tercer grupo también es llamado el Firqa-i mel'una (el grupo maldito). La partición de los Musulmanes en estos tres grupos fue urdida por los Judíos y los conspiradores británicos.
Cualquier persona que transige con los deseos sensuales de su ego y tiene maldad en el corazón, marchará al Fuego, independientemente del grupo al que pertenezca. Todo Musulmán debería decir continuamente las palabras 'La ilaha illa Allah' para purificarse a sí mismo de la incredulidad y la pecaminosidad que son inherentes a su naturaleza. Si una persona obedece las órdenes y prohibiciones de la Shari'at, ciertamente sus oraciones serán aceptadas.
En el libro 'Sawaiq-ul Muhriqa', Ibn Hayar al-Makki (ra) cita el siguiente hadiz-i sherif del bendito Profeta (asws):
"Allah-swt- me eligió entre toda la humanidad. Él me agració con toda superioridad y bondad, y eligió a mis Sahaba para mí. De entre mis Sahaba, me eligió familiares y asistentes. Si una persona ama y respeta a esta gente por mí y mi profecía, Allah-swt- le protegerá del Fuego. Si una persona desatiende mi derecho al despreciarlos, criticarlos y dañarlos, Allah-swt- le quemará y atormentará con el fuego del Infierno".
En el mismo libro se narra el siguiente hadiz del Mensajero de Allah (asws):
"Allah-swt- me eligió entre toda la gente. Él eligió a las mejores personas para que sean mis Sahaba y cercanos. Luego de ellos aparecerán numerosas personas que criticarán a mis Sahaba y a mis cercanos. Lanzándoles acrimonias intentarán calumniarlos. ¡No se sienten con tales personas! ¡No coman ni beban junto a ellos! ¡No les den vuestras hijas ni reciban sus hijas en matrimonio!". Este noble hadiz nos muestra que debemos amar y respetar a todos los Sahaba-e Kiram (ra).
Como hemos dicho, nuestro Profeta (asws) ha dicho que luego de él los Musulmanes se dividirán en setenta y tres grupos diferentes; setenta y dos marcharán al Fuego y solamente un grupo entrará al Paraíso. Este único grupo, llamado 'Ahl as-Sunnat wal-Jama'at', son esas personas que siguen el camino guiado por nuestro Profeta (asws) y sus Sahaba. Los líderes de nuestros cuatro Madhhabs y los grandes eruditos educados por ellos son las personas que aprendieron este camino desde los Sahaba-e Kiram, lo transportaron a salvo a través de los siglos e hicieron que llegara a nosotros. Estos mismos grandes eruditos han dicho que una de las condiciones para estar en el Madhhab de Ahl as-Sunnat, y un signo distintivo de esto, es el amor hacia todos los Sahaba-e Kiram. Los nobles hadices del bendito Profeta (asws) muestran que es necesario no decir más que cosas loables de los Sahaba, respetarlos, estimarlos a todos como grandes y decir 'radi-Allahu 'anh' cuando se menciona el nombre de alguno de ellos, ya que ellos fueron los pioneros y guías en la religión del Islam, siendo quienes mejor transmitieron la Sunnat Profética. Fueron ellos quienes tomaron la delantera en seguir a nuestro maestro el Profeta (asws), en difundir su religión por todo el mundo y hacerla conocer a todos. Fueron ellos quienes hicieron llegar el Islam a toda región. Fueron ellos quienes difundieron la religión de Allah por Sus tierras y entre Sus siervos. ¿Hay una bendición mayor que el Islam que nos ha llegado? Todos nosotros deberíamos estarles siempre agradecidos por su benevolencia. Los actos de inquina, enemistad, vileza y maledicencia perpetrados contra los Sahaba-e Kiram (ra), y basados en mentiras, calumnias y falsas historias, que no existieron en los tiempos cercanos a nuestro Profeta (asws) y que aparecieron tiempo después, son todos la suciedad y la mugre de la temprana sedición manufacturada por Abdullah ibn Saba y su fermento Shiíta. Es wayib (obligatorio) para nosotros mantenernos alejados de estos perniciosos movimientos. 
***
Nota de cómo llega el movimiento Shiíta a la actualidad.
Como hemos apuntado, la enemistad contra los Sahaba-e Kiram fue inventada por un judío converso llamado Abdullah ibn Saba, cuyas intenciones disolventes eran sembrar la fitnah dentro mismo del Islam. Si bien con el transcurso del tiempo esto fue olvidado, Shah Ismaíl Safavi sería el encargado de reencenderlo y difundirlo a través del mundo, ocasionando así una honda herida en el Islam y causando un abismo en el mundo Islámico. La genealogía de este hombre que fundó el estado Safávida en Irán por el 1501 e.c., puede ser trazada hasta Safiuddin Ardabili, su sexto abuelo, un musulmán piadoso de la Sufiyya-i Aliyya, quien recibió un elevado estado espiritual desde Muhammad Geylani. El bisnieto de Safiuddin, Junayd, fue deportado desde Ardabil por Mirza Jihan Shah, gobernador del estado de Akkoyunlu, quien había sido alarmado por el enorme número de sus discípulos y seguidores. Fue hacia Diyar-i Bakr, al sureste de Turquía, y recibió asilo de Hasan, gobernador del estado Karakoyunlu. Más tarde se casó con la hermana de Hasan. También su hijo, Jaydar, se casó con la hija de Hasan. El padre de Shah Ismail, y más tarde su hermano, fueron asesinados. Tiempo después se vengó de su padre, estableció un gobierno en Tabriz, Irán, y comenzó a propagar la doctrina propia en la cual se vilipendiaba a los Sahaba-e Kiram. Para desviar con facilidad a los Musulmanes de proclamó descendiente del Imam Musa Kazim (ra), uno de los Doce Imams. Todos los Musulmanes que hasta ese momento vivían en Irán habían sido Sunnis. Él fue un notable sádico cuyas crueldades incluyen el empalamiento e incineración con vida de Shirwan Shah, cuya única ofensa fue la de haber sido el tercer gobernante del estado de Dirbandiyya, al este del Mar Caspio, porque los tempranos gobernantes de ese estado habían exterminado la fitnah y el fasad (el desvío y la corrupción) provocados por su padre; entre sus crueldades también está el haber cortado el cuello de todo Musulmán Sunni que no aceptó su credo hereje cuando invadió Tabriz.
Shah Ismail proclamó para sí mismo una autoridad casi divina y comenzó a cobrar cierto poder. En ese momento el mundo del Islam era gobernado por el Califa Otomano Yavuz Sultan Selim Khan (ra). Apercibido de los peligros que entrañaba para la Aquida del Islam Tradicional, tomó la incitativa de combatir el avance de Shah Ismaíl y su doctrina herética. El éxito de Sultán Selim Khan fue rotundo y se concertó un tratado de cese de agresión quedando restringido el poder de Shah Ismaíl a lo que hoy es Irán, constituyendo la desviación Shiíta una exigua minoría (que en una situación normal no dejaría de ser algo meramente anecdótico) en el ámbito del Islam. Minoría de la cual debemos estar muy prevenidos.
A finales del siglo 19 surge en el ámbito Islámico un movimiento no menos sedicioso y destructivo, instigado por las potencias occidentales que buscaban hincar sus colmillos en las arterias del último gran gobierno valedor del Islam Tradicional, el Califato Otomano. El mayor promotor de este movimiento conocido como 'Salafismo', es Jamaluddin al-Afghani, personaje nefasto educado en el occidente y perteneciente a la secta Shiíta.
Todos los males que aquejan al mundo Islámico y que debilitan nuestra fe como musulmanes, provienen de estas disensiones producidas por agentes extraños al Islam que desde el interior buscan la corrupción y el desvío. Nos corresponde conocer la historia y poner claridad en nuestro camino, aferrándonos con fuerza al Firqa-i Najiya, el grupo salvado, el de la Sunnat, el del bendito Profeta y sus Sahaba, y repudiar toda innovación que con sus trucos y trampas, por más bellos que parezcan, sólo pretenden arrastrarnos al Fuego.
Wa min Allahu Tawfiq.
Para este artículo nos hemos servido del libro 'Sahaba, The Blessed', del cual hemos traducido y reproducido algunos fragmentos. El libro, en inglés, es muy recomendable para ahondar en detalles acerca de la comprensión del nivel de los Sahaba y las causas de las disensiones producidas en su tiempo. Puede descargarse gratuitamente en: http://www.hakikatkitabevi.com/english/english.htm

jueves, 23 de mayo de 2013

Acabando con el racismo

Bismillahi Rahmani Rahim
El racismo es uno de los problemas más graves de nuestra época. Todo el mundo ha escuchado cómo los esclavos africanos fueron transportados a través del Océano Atlántico en barcos especialmente diseñados, siendo tratados como si fuesen ganado. Fueron esclavizados, forzados a cambiar sus nombres, religión y lenguas. Se les negó la posibilidad de esperar alguna vez la libertad verdadera, negándoseles todos los derechos humanos. La actitud de Occidente respecto a los no occidentales ha sido la misma hasta tiempos muy recientes. Como resultado, la condición social y política de los africanos, incluso en el caso de sus descendientes que viven en Occidente entre los americanos o europeos cono ciudadanos teóricamente iguales, continúa siendo la de ciudadanos de segunda clase.
Cuando el Mensajero de Allah (asws) fue hecho Profeta, dicho racismo era corriente en La Meca en forma de tribalismo. Los qurayshíes se consideraban a sí mismos (en particular) y los árabes (en general) superiores al resto de la gente. El Mensajero vino con  Mensaje Divino y proclamó: "Ningún árabe es superior a un no-árabe y ningún blanco es superior a un negro" (Ibn Hanbal, 5:441). La superioridad depende de la rectitud y la devoción únicamente a Dios (Qur'an 49:13). Y dijo: "Incluso si fuese un negro abisinio el que gobernase a los musulmanes, éste debería ser obedecido" (Muslim, Imara, 37).
El Mensajero de Allah (asws) erradicó el racismo y la discriminación basada en el color con tanto éxito que, por ejemplo, Umar (ra) dijo una vez de Bilal (ra), que era negro: "Bilal es nuestro amo y fue emancipado por nuestro amo Abu Bakr" (Ibn Hayar, Al-Isaba, 1:165). Zayd ibn Hariza, un esclavo negro liberado por el Mensajero, era el hijo adoptivo de éste antes que la Revelación prohibiese dicha adopción. El Profeta (asws) le casó con Zaynab bint Yash, una de las más nobles musulmanas árabes. Además de eso, nombró a Zayd (ra) comandante del ejército que el Profeta envió contra el imperio bizantino, aun figurando en el mismo Compañeros tan destacados como Abu Bakr, Umar, Yafar ibn Abu Talib (primo del Mensajero) y Jalid ibn Walid (el general invencible de la época) (Muslim, Fadail as-Sahaba, 63).
Nombró al hijo de Zayd, Usama (ra), para dirigir el ejército que formó justo antes de morir. Figurando en el mismo Compañeros tan destacados como Abu Bakr, Umar, Jalid, Abu Ubayda, Talha y Zubayr. Esto estableció en los corazones y mentes de los musulmanes que la superioridad no era por el color o la sangre, sino por la rectitud y la devoción a Dios.
Durante su califato, Umar pagó a Usama un salario más elevado que el de su propio hijo, Abdullah (ra). Cuando su hijo preguntó el por qué, Umar respondió: "Lo hago porque sé que el Mensajero de Allah amaba a su padre más que a mí y porque amaba a Usama más que a ti" (Ibn Sad, Tabaqat, 4:70; Ibn Hayar, 1:564).
Desde sus comienzos, el Islam abolió conflictos tribales y condenó la discriminación racial y étnica. Entre pueblos conquistados aparecieron innumerables eruditos y científicos, comandantes y santos. Entre ellos estaba Taríq ibn Ziyad, un esclavo emancipado bereber que conquistó España con noventa mil valientes guerreros y estableció la base de una de las civilizaciones más espléndidas de la historia mundial (al-Andalus). Después de esa victoria, fue al lugar donde el tesoro del rey derrotado fue guardado. Y se dijo a sí mismo:
Ten cuidado, Tariq. Ayer eras un esclavo con una cadena alrededor de tu cuello. Dios te emancipó y hoy eres un victorioso comandante. Sin embargo, mañana te convertirás en la carne que se descompone bajo la tierra. Finalmente, vendrá un día en el que entrarás a la Presencia de Allah.
El mundo y su pompa no pudieron atraerlo y él siguió viviendo una vida muy sencilla. ¿Qué tipo de educación podría transformar a un esclavo en una persona tan digna y honorable?
Sin embargo, su conquista del reino visigodo en España no fue su verdadera victoria. Esta vino cuando él estuvo de pie ante el tesoro del rey visigodo y recordó que un día moriría y entraría en la presencia de Dios. A consecuencia de este auto consejo, no tomó nada del tesoro para sí mismo.
El Islam nos da la auténtica libertad: la libertad espiritual.
Fuente: "Muhammad, el Mensajero de Dios. Un Análisis de la Vida del Profeta".

lunes, 20 de mayo de 2013

Introducción a la historia de los Turcos

Bismillahi Rahmani Rahim
Nota Preliminar: El concepto de 'Turco' alude no sólo a un pueblo determinado (los habitantes de la actual Turquía) sino a todo un grupo étnico que ha poblado vastas regiones del Asia Central que comprenden desde Mongolia y el Turquestán oriental hasta Azerbaiyán, Irán, Daguestán, Turquía y demás países de la zona, incluyendo Siberia, Bulgaria y Hungría. Por lo tanto, cuando se habla de los 'Turcos' hay que entender por ello a los 'Pueblos Túrquicos' que comparten ciertas características étnicas distintivas. La etnia Túrquica fue de importancia capital para el desarrollo de la historia del Islam y la expansión, dominio y gloria de los Musulmanes en el mundo.
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Compartimos a continuación un Sohbet dado por Sheykh Abdul Kerim al-Hakkani (ra).
Pregunta: ¿Cuál era la religión de los Turcos antes del Islam?
Sheykh Effendi: Los Turcos provienen de Asia Central. Provienen de Erganakon. Los Turcos son la nación más enraizada sobre la faz de la tierra. Ellos provienen del hijo de Nuh (Noé-as-), aquel que fue hacia el Asia Central. Luego de que salieron del arca fue hacia Asia Central. Nuh (as) tuvo tres hijos: Sam, Ham y Yafes. Yafes fue al Asia Central, permaneció allí y tuvo hijos. Las naciones Túrquicas provienen de las generaciones de Yafes. Todos los Turcos provienen de él. Yafes tuvo un hijo cuyo nombre era Turk. En el diccionario, Turk significa 'poderoso', 'fuerte' (en otro sohbet Sheykh Effendi habla de él como Oghuz Khan, el gran soberano de los pueblos túrquicos que gobernó con justicia gran parte del mundo y a quien Allah-swt- en el Sagrado Qur'an le da el nombre de Dhul Qarnayn, contrariamente a como se supone por error de que hace referencia a Alejandro Magno). Desde esa generación provienen los Turcos. Ellos vivían en Asia Central (lo que hoy es la región del Turkmenistán).
Así es que por aquel entonces, en Asia Central, ellos lentamente se empezaron a desviar de la religión (original legada desde la descendencia del Profeta Nuh-as-). Los Turcos comenzaron a creer en lo que llamamos 'Chamanismo'. ¿Conoces el Chamanismo? Chamanes. Sin embargo, los Turcos siempre creyeron que había un Dios viviendo en el cielo. Él no era como los seres humanos. Él vivía en el cielo. Esa era la religión en  que creían. Cuando llegó el Profeta (asws), dijo a sus Sahaba: "No combatan con los Turcos. Vayan y denle la religión. La van a aceptar fácilmente". Esto es porque ellos creían que hay un Dios en el cielo. Había Gokturks (turcos-cielo), Ayturks (turcos-luna), etc. Algunos grupos creían que el Dios vivía en el cielo y otros grupos creían que la luna creciente es apoyada por el Dios. Así que ellos lo tomaban, los Gokturks, Hunturks (turcos-hunos) y todos los demás.
Cuando llegó el Islam lo aceptaron con facilidad. Cuando seguían la religión Chamánica, por ese entonces, en esa región del mundo, el Budismo también era muy activo. Así fue que algunos grupos de Turcos comenzaron a seguir el Budismo (hecho patente en la actual Mongolia). Ellos eran personas elevadamente espirituales. Sin embargo, en realidad, los gobernantes tribales lo mantuvieron (al Chamanismo) con fuerza a través de las generaciones, porque los Turcos siempre vivieron como tribus y miraban hacia quien llevaba el liderazgo. A través de la historia nunca se quisieron separar del liderazgo. Cuando en Erganakon, justo en Asia Central, el agua y todo lo demás se acabó, tuvieron que salir de allí. Sin embargo, no había salida de esa región. Así fue que empezaron a fundir las montañas desde el interior, encontraron caminos y salieron desde la cima de los Montes Himalaya y luego se separaron en grupos y tribus diferentes. Tres tribus se desplazaron hacia arriba al norte del Asia Central. Una tribu permaneció en lo que hoy llamamos Mongolistán. Permanecieron allí y se volvieron Mongoles. Otro grupo fue hacia Siberia y permanecieron en esa región, y las demás tribus se movilizaron y circularon alrededor de Alaska, llegaron a América y son lo que llamas Indio-Americanos (Americanos Nativos, Aborígenes). Los Indio-Americanos provienen de un pasado Túrquico.
Hay características para las naciones. Las naciones antiguas tienen características propias. Las naciones que más tarde se han desprendido, como la actual Hungría, los que llamas húngaros, son Turcos. (Hun Turks). Los Finlandeses son Turcos. Fin. Provienen de naciones Túrquicas. Pero, a raíz de que dejaron la religión del Islam y tomaron el Cristianismo, se ha perdido. Tantas tribus en Bulgaria también son Túrquicas.
Pregunta: Entonces, para los Turcos de la actual Turquía, ¿cuál era su religión hace 2.000 años atrás?
Sheykh Effendi: Chamanismo. Algunos Budistas y otros Chamanistas. Pero, en la religión Chamánica, ellos creían que hay un Dios. Los Turcos nunca adoraron ídolos. No aceptaron la idolatría. Entonces, cuando el Islam llegó, dijeron: 'Esta religión se ajusta perfectamente a nosotros. Esto es en lo que creemos'. Pero algunos líderes sabían que eso no les iba a ayudar. Entonces se levantaron contra ellos (los líderes inclinados hacia el Islam). Hubo otros grupos en los que el rey se hizo cargo y cortó los cuellos de aquellos líderes que se rebelaron ya que eran muy poderosos. Terminaron con eso y aceptaron el Islam. Así fue que el Islam comenzó a crecer en Asia Central muy rápidamente y se expandió por todos lados del Asia Central en aquel entonces. Esto fue antes de que los reyes de aquella región del mundo comenzaran a aceptar el Islam. Por ejemplo, Irán no lo había aceptado, por aquel entonces los Persas aún no lo habían aceptado. En cambio, en Asia Central, los Turcos lo hicieron.
Así fue que permanecieron entre esa región (Persia) y el Asia Central, y se convirtieron en una nación muy poderosa. Era una gran amenza para Persia porque ellos ya no podían combatir más. Los Turcos Selyúcidas estaban llegando. Los Selyúcidas eran muy poderosos. Ocurrió que era un tiempo en que estaba sucediendo una gran separación, la separación Shía y Sunni estaba sucediendo (tardío siglo 10 y temprano siglo 11 E.C.). Ahora el Rey Selyúcida (Togrul Beg) recibió la inspiración de llegar a entender al Califa (Abbásida) gobernante. (Pensó) "Este es el nieto del Profeta (asws) y tengo que visitarlo, observar lo que vaya a decir y marchar de acuerdo a eso". Así fue que los Turcos se movilizaron desde el Asia Central y eran combatientes. No había nación capaz de hacerles frente. Si se hubiesen atrevido, ellos los habrían hecho caer con facilidad.
Así fue que cuando el Rey Selyúcida se acercaba con su nación, puso guardias en todos lados. Lo aseguró todo dado que sabía lo que entonces sucedía en Persia. Sabía que las ideas Shías estaban creciendo y que la creencia Sunni estaba decayendo, desapareciendo. Tuvo que elegir un lado. Entonces, en primer lugar decidió ir a Bagdad para ver al Califa. Pero sabía que Irán era una nación muy poderosa. Entonces colocó soldados diciendo: "Mantengan todo bajo control hasta que visite al Califa. Luego de que vaya decidiremos qué lado tomar". El Rey Selyúcida era un hombre iletrado. No sabía leer ni escribir. Dijo esto: "Cuando llegué ante la presencia del Califa, comenzó a llegarme una inspiración de que debía ayudar al Califa para que el camino de Ahl as-Sunnah se elevara nuevamente". Esto porque cuando el Ahl as-Sunnah se acabe lentamente, el Islam se hundirá completamente. Entonces decidió tomar el camino de Ahl as-Sunnah y se volvió muy poderoso contra Irán, golpeando ciertas zonas y aplastando las creencias del erróneo entendimiento Shiíta. Se movilizó hacia el Medio Oriente, ya que en el Medio Oriente (los Shiítas) también se estaban haciendo muy poderosos, en la región de Egipto y en todos lados. Los aplastó y luego colocó límites porque los Bizantinos y los Griegos (los Europeos) empezaron a atacar el Islam (con las Cruzadas). Por esto pusieron barricadas frente a ellos. Ellos fueron los primeros en combatir contra los ataques Europeos, permaneciendo justo allí y deteniéndolo todo.
Así fue que por haber ayudado tanto al camino de Ahl as-Sunnah, el Califa les dio títulos elevados diciendo: "Ahora son los comandantes del Ejército". Desde entonces comenzaron a gobernar, continuando lentamente, continuando, yendo aquí y allí, y tantas cosas cambiaron lentamente, pero se hicieron poderosos hasta el tiempo del Imperio Otomano. Cuando los Otomanos llegaron al poder, fueron hacia Egipto donde gobernaban los Turcos Mamelucos (ellos provienen de lo que hoy en día es Cherkezistan, Circasia). Ellos eran soldados a sueldo (mercenarios). Luego de un tiempo, los Mamelucos tomaron todo el país y estaban gobernando. Cuando los Mamelucos comenzaron a desviarse del camino de la correcta fe real, entonces Sultán Selim (el gobernante Otomano de aquel entonces) les dio un ultimátum diciendo: "Estoy yendo hacia allí a quitarles el Califato. Si luchan contra mí, los voy a aplastar completamente". Entonces, cuando estaban marchando a través de lo que hoy es el desierto del Sinaí, los Mamelucos decían: 'Es imposible pasar ese desierto'. Ellos (los Otomanos) pasaron el desierto, él (Sultán Selim) llegó a Egipto, tomó de allí el Califato, giró hacia Damasco, dio mayores autoridades a las figuras religiosas que creían en el camino de Ahl as-Sunnah y lo difundió por todos lados, y entonces regresó a Istambul. Desde ese entonces hasta 1923, los Otomanos fueron quienes gobernaron como los Sultanes y el Califa. El mundo Islámico entero estuvo bajo su bandera.
Fragmento de una charla dada por Sheykh Abdul Kerim al-Hakkani (ra) el 2 de Shaban de 1427 (26 de agosto de 2006) en Stamford, Connecticut.

domingo, 19 de mayo de 2013

Esplendor del Islam: La Dinastía Selyúcida

Musulmanes de origen Turcomano, descendientes de los Selyúcidas
Bismillahi Rahmani Rahim
Los selyúcidas, selchucos o selyuquíes fueron una dinastía turca oğuz que reinó en los actuales Irán e Irak, así como en Asia menor entre mediados del siglo XI y finales del siglo XIII. Llegaron a Anatolia procedentes del Asia Central a finales del siglo X.
 Oğuz es una palabra turca derivada de la raíz og o uq que sugiere «relación con». Por ejemplo, oğul significa ‘hijo’, oğlan ‘niño’, oğlaq ‘cabritillo’, oğuš ‘clan’ o ‘tribu’. Por lo tanto, Oğuz (y Oğur) puede ser traducido con el sentido de ‘clan’ o ‘tribu’, ‘grupo tribal’, ‘grupo de tribus aliadas’. En las fuentes históricas Oğuz suele presentarse con un prefijo numérico, como Üč Oğuz (una alianza de tres tribus), Toquz Oğuz (confederación de nueve clanes) y Oğuz Sekiz (idem de ocho tribus).
Por tanto la voz ‘Oğuz’ en turco y ‘orkhon’ remite a Toquz Oğuz, una federación de tribus descendientes de los kirguís que emigraron desde el valle del Yeniséi.

La tribu Oğuz y sus subgrupos
La Oğuz era una de las federaciones tribales más importantes en el imperio de los túrquicos. Según Ali ibn al-Athir llegaron al valle del Sir Daria en la época del califa abbasi Muhammad ibn Mansur al-Mahdi entre los años 775 y 783, y fundaron una comunidad compuesta por unos 25 clanes gobernados por un yabghu. La existencia de este título demuestra que el clan Oğuz ya era autónomo dentro del Imperio Köktürks cuando éste desapareció en el año 742. Rashid ad-Din informó que los Oğuz se subdividían en dos confederaciones, Bozok y Üçok.
Los subgrupos de la confederación eran Kayı, Bayat, Alka Evli, Kara Evli, Yazir, Döger, Dudurgha, Yaparli, Avshar, Kizik, Begdili y Karkin.
Por su parte, los subgrupos Üçok eran Bayundur, Peçene, Çavuldur, Çepni, Yigdir, Bügdüz, Yiwa y Kinik.
La dinastía selyúcida era parte del clan Kınık, los Otomanos pertenecían al Kayı y los Ak Koyunlu al Bayundur.

Historia: “La Salvaguarda del Islam Sunni”
Los turcos Selyúcidas son considerados como los antepasados directos de los turcos sudoccidentales, los habitantes actuales de Turquía, Azerbaiyán, y Turkmenistán. Los Selyúcidas desempeñaron un papel principal en la historia medieval creando una barrera a Europa contra los invasores mongoles del este, defendiendo el mundo islámico contra los cruzados de Europa y conquistando grandes extensiones del Imperio bizantino, que prácticamente desmantelaron, siendo sus sucesores, los turcos Osmanlíes, los que asestaron el golpe de gracia.
Eran en origen un clan de la tribu turca oghuz de los Kınık, asentada al norte del mar de Aral. En el siglo X se convirtieron voluntariamente al Islam y migraron hacia el sur dirigidos por un jefe llamado Selyuq ibn Duqaq o Selchuk, del que procede el nombre de la dinastía. Selyuq se instaló en el curso inferior del Sir-Daria, desde donde hizo incursiones al Irán oriental. Selyuq hacía remontar sus orígenes al mítico rey Afrasiab a través de treinta y cuatro generaciones (se cree que Afrasiab fue el rey de todos los Turán mencionados en el poema épico persa de Ferdousí Shahnamah -libro de los reyes-, en el que el rey-héroe se enfrenta contra el legendario sah de Irán Kai Khosro. Al-Biruni explica que el calendario del Imperio corasmio empieza con la llegada de Sijavus alrededor del año 1300 a. C. y se cree que puede tratarse de la misma persona); sus descendientes mantuvieron la costumbre de hacer preceder el nombre por el del animal que les representaba tribalmente, Arslan (león). A la muerte de Selyuq, su hijo Isrâîl prosiguió el avance al sur, chocando con el gran sultán Mahmûd, de la dinastía de los gaznavíes, el cual contuvo el avance selyúcida derrotando y haciendo prisionero a Isrâîl. Igualmente, Mahmûd los contuvo, pero no los aniquiló, y a su muerte (1030), aprovechando la crisis sucesoria de los gaznavíes, los nómadas selyúcidas retomaron su avance con más fuerza.
Dotados de gran fuerza militar, conquistaron el Jorasán, región del Irán oriental gobernada por los gaznavíes, a partir de la cual extendieron su acción militar sobre otras regiones. El débil sucesor de Mahmūd, su hijo Masûd, intentó detenerlo, pero su ejército, que durante el gobierno de su padre había sido una poderosa fuerza de ataque contra los rajas del norte de la India, se había vuelto lento y pesado frente a la eficaz fuerza de jinetes-arqueros turcomanos. En 1038, el nieto de Selyuq, Toğrül o Tugril, se proclamó emir de Nishapur. En 1040, Toğrül venció en la batalla de Dandanaqan al sultán gaznaví Masûd, el cual huyó a la India (luego de esta contienda, los gaznavíes se recluyeron en las montañas afganas y el Panyab). En 1055, Toğrül tomó Bagdad, liberando al Califa Abbasí de la presión de la dinastía shiíta de los buyíes, a la que sustituyó como gobernante efectivo. Toğrül, en reconocimiento de su protección al Califato, recibió los títulos de Sultán y de Rey de Oriente y Occidente. El Islam Sunni era salvaguardado por manos turcomanas.
Toğrül fue sucedido por su sobrino Alp Arslan (1063-1072), que fue el verdadero fundador del Imperio Selyúcida, con capital en Rayy (actual Teherán). Alp Arslan conquistó Alepo (1070), Armenia y comenzó las incursiones a los territorios orientales del Imperio bizantino. En 1071, venció a las tropas del emperador bizantino Romano IV Diógenes (el cual cayó prisionero) en la batalla de Mantzikert, que dio inicio al poder turcomano en Anatolia (que desembocaría siglos más tarde en el Imperio Otomano). Los gobernantes de las regiones conquistadas a Bizancio constituirían desde ese momento una rama aparte de la dinastía llamada Selyúcidas de Rum, y su territorio se llamaría Sultanato de Rüm (Rum —"romano", en lengua árabe— era el nombre con el que los musulmanes designaban en general a los bizantinos y a su territorio).
El apogeo del imperio se produjo durante el reinado de su hijo y sucesor Malik Shah (1072 -1092), gracias en parte al poder ejercido por el visir iraní Nizam al-Mulk, auténtico genio político y militar de la época. Nacido en la ciudad persa de Tus —en el moderno Irán—, e inicialmente al servicio de los sultanes gaznavíes, Nizam al-Mulk llego a ser administrador en jefe de toda la provincia del Jorasán por el año 1059 d.C. Desde 1063, sirvió a los Selyúcidas como visir y permaneció en esa posición durante los reinados de Alp Arslan (1063–1072) y Malik Shah I (1072–1092). Dejó un gran impacto sobre la organización del cuerpo de gobierno selyúcida y de ahí el título Nizam al-Mulk, que se puede traducir como "el ordenador del estado". Sirvió de pivote para tender un espacio político entre los Abasíes y los Selyúcidas frente a sus varios rivales tales shiítas como los Fatimíes y los Buyíes. Además de su extraordinaria influencia como visir de total autoridad, es también conocido por la sistemática fundación de escuelas de gran calidad educativa en varias ciudades, las famosas escuelas Nizamiyya, llamadas así en su honor. En muchos aspectos, estas escuelas resultaron ser las predecesoras y los modelos de las universidades que se establecieron en Europa.
Nizam al-Mulk es también ampliamente conocido por su voluminoso tratado acerca de la forma de gobernar titulado Siyasatnama («Libro de gobierno»), ejemplo modélico del género del «espejo de príncipes», similar al antecedente Qabusnāma. Dedicó un tratado del mismo tipo a su hijo mayor Abolfath Fajr-ul-Malek, titulado Dastur al-Wuzarā.
Nizam al-Mulk fue asesinado en el trayecto de ‪‪‪‪Ispahán a Bagdad el día 10 de ramadán del año 485 d.H. (14 de octubre de 1092 d.C.). La literatura de la época dice que fue apuñalado cerca de Nahavand —provincia iraní de Hamadán— mientras era llevado en su litera por la daga de un miembro de la secta shiíta ismailí nizarí comandada por Hasan-e Sabbah. El asesino iba disfrazado como un derviche.
Malik Shah gobernó sobre Transoxiana, Kermán, Jerusalén, Damasco y Asia Menor. Los sultanes disponían de un poderoso ejército y una ordenada administración civil (presidida por el diván) y de gran número de funcionarios autóctonos o mamelucos. A través de las fundaciones escolares (madrasas) garantizaban la renovación del sunnismo, por ejemplo, bajo el gobierno de Malik Shah impartió clases en diversas madrasas Nizamiyyas el prestigioso erudito Imam al-Ghazzali.

Turcos selyúcidas del Sultanato de Rüm
El territorio que mantuvo su identidad y que prevalecería durante varias décadas fue el del sultanato de Rüm (1081-1302). Fundado por Suleyman ibn Kutalmish, bajo la égida del Imperio bizantino para el que sus tropas combatían como mercenarias, este sultanato se asentó en Anatolia y se expandió por Mesopotamia y Armenia, llegando a aunar bajo su dominio a pueblos cristianos: griegos, sirios y armenios. Conoció su etapa de esplendor bajo el reinado de Kaikubad I (1221-1237). Disponía de un puerto en el Mediterráneo, Antalya, por el que realizaba funciones de enlace comercial entre el Extremo Oriente y Europa. También contaban con un puerto en el Mar Negro, Sinop. A partir de 1231, los raids mongoles asolaron el sultanato. La victoria mongola en la batalla de Köse Dağ (1243) fraccionó al sultanato (reducido a vasallaje mongol) en múltiples emiratos turcomanos, vasallos asimismo de los mongoles. Otros emiratos, situados en la frontera con los bizantinos, permanecieron independientes realizando el yihad contra los griegos. Uno de estos emiratos occidentales, el de los Osmanlíes, sería el núcleo originario del futuro Imperio Otomano. Hacia 1276, los selyúcidas de Rüm perdieron de facto todo su poder, aunque nominalmente lo mantuvieron hasta 1307.

sábado, 18 de mayo de 2013

Pueblos del África Musulmana: Los Malinké

Los mandinga, mandinka, malinké, mandé o manden conforman un grupo étnico de África occidental. En la actualidad existen cerca de trece millones de mandingas residiendo en diferentes países del oeste de África, en Gambia, Guinea, Guinea-Bissau, Senegal, Malí, Sierra Leona, Liberia, Burkina Faso, y Costa de Marfil. Las lenguas mandé pertenecen a un rama divergente de la familia lingüística de Níger-Congo.
Las lenguas mandé más comunes son el mandinka en Gambia y Senegal, el malinké en Guinea y Malí, y el soninké en los estados meridionales de África occidental, y que como los otros idiomas africanos del oeste terminan en -ke o -ka (que significa 'charla' o 'gente'). También hablan kriol y portugués en Guinea-Bissau, francés en Senegal, Malí, Costa de Marfil, y Burkina Faso, e inglés en Liberia, Sierra Leona, y Gambia.

Historia
El pueblo manden tiene en su haber la fundación del mayor de los antiguos imperios del oeste africano. Desde los puntos de vista étnico y cultural, los mandingas se relacionan de cerca con los fulani y wólof de la costa atlántica y los songhai del Sahara. Algunas fuentes dicen que el pueblo manden se define más por la cultura y la lengua que por la pertenencia étnica, puesto que son muchos y diversos los grupos étnicos que han adoptado la lengua, los nombres y las tradiciones manden.

Pre imperio de Malí
El reino mandinka de malí o de manden existía ya varios siglos antes de la unificación de Sundiata Keita, como pequeño estado al sur del imperio Soninké de Wagadu, mejor conocido como Imperio de Ghana. Ésta es una zona de montañas, sabana y bosques que proporcionan la protección y los recursos ideales para una población de cazadores. Los que no vivían en las montañas formaron pequeñas ciudades-estados, tales como Toron, Ka-Ba y Niani. La leyenda cuenta que la dinastía Keita, de la cual descienden los emperadores de Malí, tuvo su origen en Bilal (ra), un compañero fiel del profeta Muhammad (asws), originario de Keita.
Imperio de Malí
El Imperio de Malí (1235-1546) fue un estado medieval cuyo núcleo fue la región de Bamako, en el actual Malí. El imperio fue fundado por Sundiata Keita. Era conocido por su generosidad y la riqueza de sus gobernantes, en especial Mansa Kankan Musa I. El Imperio de Malí tuvo una profunda influencia en la cultura de África Occidental permitiendo la difusión de su lengua, leyes y costumbres a lo largo del río Níger.

Historia post imperial
Tras la caída de los grandes reinos de las vieja patria de Manden, muchos emigraron hacia la costa atlántica. Entre éstos estaban los Manneh, soldados del anterior imperio de Malí que invadieron la costa occidental de África durante la primera mitad del siglo XVI. No hay duda en cuanto a su origen, por la evidencia de sus vestidos y armas (que fueron observados en aquel entonces por viajeros europeos), su lengua, así como de la evidencia de la tradición manneh, registrada por escrito circa 1625. Los manneh avanzaron en paralelo a la línea de la costa de la Liberia moderna, luchando con cada grupo tribal que encontraron. Tuvieron éxito todas las veces, y sólo fueron detenidos cuando, en el noroeste de lo que ahora es Sierra Leona, encontraron a los sosso, gente mandinga como ellos, con armas, organización militar y tácticas similares a las suyas.
La colonización francesa afectó en gran manera la vida de Manden. Las guerras constantes con los europeos costaron las vidas de millares de sus soldados, crearon un creciente comercio en el Atlántico, y crearon fronteras coloniales artificiales que dividieron a la población. Sin embargo, la gente de Manden sigue siendo políticamente activa en la zona y ha elegido a sus propios presidentes en varios estados.
Desafortunadamente, su conflicto de muchos años con otras tribus africanas se ha exacerbado en el siglo XX, pues la desertificación las ha forzado constantemente a emigrar al sur en busca de trabajo y de otros recursos. Con frecuencia, esto ha dado lugar a brotes de guerra con las poblaciones aborígenes asentadas a lo largo de la costa.

Aspectos sociales y culturales
La cultura de los mandingas, a diferencia de la mayoría de los africanos, es patrilineal y patriarcal. Son predominantemente musulmanes. Las prácticas más famosas de Manden son sus hermandades de varones o mujeres, conocidas como Poro y Sande o Bundu, respectivamente.
Tradicionalmente, la sociedad mandinka es aristocrática, basada en un sistema de castas con nobles y vasallos. Antes, como la mayoría de los africanos, también tuvieron sirvientes, a menudo prisioneros de guerra y generalmente de las tierras que rodeaban su territorio. Los descendientes de reyes y de generales anteriores mantenían un estado social más alto que sus compatriotas nómadas o asentados. Con el tiempo las diferencias se han igualado, correspondiendo con la mayor o menor fortunas de cada grupo. Aunque el mandinga llegó a muchas de sus actuales localizaciones como invasor o comerciante, la mayoría son hoy agricultores o pescadores; todavía hay también herreros, pastores de ganado, y son muy estimados los djelis o bardos, que han mantenido viva la historia de su pueblo, mantenida en forma de cantos épicos.

Religión
El pueblo manden ha sido predominantemente musulmán desde el siglo XIII. En áreas rurales, muchos combinan la creencia islámica con ciertas creencias animistas pre-islámicas, tal como la creencia en espíritus y el uso de amuletos.

Arte
Su mejor arte está en la joyería y las tallas. Las máscaras hechas a mano asociadas a las fraternidades y a la hermandad de mujeres del Marka y del Mendé son probablemente las más conocidas. Manden también produce telas maravillosamente tejidas que son populares en todo el África occidental, así como los collares del oro y de plata, pulseras, brazaletes, y pendientes. Las campanillas en los collares forman parte de una creencia en que pueden ser oídas por los espíritus al sonar en ambos mundos, el de los antepasados y el de la vida. Los cazadores de Mandé usan a menudo una sola campana que puede ser callada fácilmente cuando el silencio es necesario. Las mujeres, por otra parte, suelen usar muchas campanas, produciendo un canto armonioso en los poblados.

Música tradicional
La más conocida se toca con el kora, un instrumento con 21 o más cuerdas, realizada por las familias de los músicos los djelis (en francés griots). El kora es una especie de arpa, con un puente con muescas similar al de un laúd o una guitarra. Es posible que sea el aparato de cuerda más complejo de África. En cuanto a los djelis, son bardos profesionales, encargados de mantener sus grandes tradiciones e historias épicas orales, actuando también como consejeros de los líderes de Manden. Entre los más celebrados en la actualidad están Salif Keïta, Kandia Kouyaté y Jaliba Kouyaté.

miércoles, 15 de mayo de 2013

Humildad y Servicio en el Camino de Allah

Bismillahi Rahmani Rahim
El Mensajero de Allah (asws) nunca se consideró a sí mismo mejor que nadie. Sólo su radiante rostro y su atractiva persona le distinguían de sus Compañeros. Vivía y vestía como los más pobres y se sentaba y comía con ellos, tal y como lo hacía con los esclavos y los sirvientes. Una vez una mujer le vio comer y dijo: "Come como un esclavo". El Mensajero (asws) respondió: "¿Puede haber un esclavo mejor que yo? Soy el esclavo de Dios". (Hayzami, Majma', 9:21)
Una vez, mientras servía a sus amigos, un beduino vino y gritó: "¿Quién es el señor de esta gente?". El Mensajero (asws) respondió presentándose a sí mismo a la vez que enunciando un importante principio sobre el liderazgo islámico y la administración pública: "El señor de un pueblo es aquel que sirve a dicho pueblo". Ali (ra) dijo que, entre la gente, el Mensajero era como uno más. Cuando él y Abu Bakr (ra) llegaron a Quba mientras emigraban de Meca a Medina, algunos medinenses que no sabían qué aspecto tenía el Profeta, trataron de besarle las manos a Abu Bakr. El único signo externo que les distinguía era que Abu Bakr parecía mayor que el Mensajero (Ibn Hisham, 2:137).
Mientras los musulmanes construían la mezquita de Medina, el Profeta (asws) cargaba con dos ladrillos de adobe; los demás sólo cargaban con uno (Bujari, 1:111; Muslim, 2:65). Mientras cavaban el foso para defender Medina, los Compañeros se ataron una piedra al vientre para calmar su hambre. El Mensajero se ató dos (Tirmidhi, Zuhd, 39). Cuando un hombre le vio por primera vez y empezó a temblar de miedo al contemplar su imponente aspecto, el Mensajero le calmó y le dijo: "Hermano, no temas. Soy un hombre como tú, cuya madre solía comer pan seco" (Ibn Maya, At'ima, 30; Hayzami, 9:20). En otra ocasión, una mujer demente le tomó de la mano y le dijo: "Ven conmigo y haz mis tareas domésticas". El Mensajero hizo lo que le pidió (Qadi 'Iyad, Ash-Shifa, 1:131, 133). Aisha (ra) informó de que el Mensajero se remendaba sus ropas, reparaba su calzado y ayudaba a sus esposas con los quehaceres domésticos (Tirmidhi, Shama'il, 78; Ibn Hanbal, 6:256).
A pesar de que su modestia le elevó al más alto rango, él se consideraba a sí mismo como un siervo de Dios cualquiera: "Nadie entra en el Paraíso por sus actos". Cuando se le preguntó si esto era verdad incluso para él, dijo que él solo podría entrar en el Paraíso gracias a la Misericordia de Dios (Bujari, Riqaq, 18).
La humildad era una de las mayores cualidades del Profeta (asws). Al aumentar su rango cada día, aumentaba su humildad y servidumbre a Dios. Su cualidad de siervo era anterior a su cualidad de Mensajero, según se puede ver en la declaración de fe: "Testifico que no hay más dios que Allah, y testifico que Muhammad es Su siervo y Mensajero".
Prefirió ser un Profeta-servidor que ser un Profeta-Rey. Un día, mientras estaba sentado con el Ángel Yibril (as), el Mensajero dijo que no había comido durante varios días. En cuanto dijo eso, otro ángel apareció y le preguntó: "Mensajero de Allah, Allah te saluda y te pregunta si deseas ser un Profeta-Rey o un Profeta-servidor". Yibril le aconsejó que fuese humilde ante su Señor. Y como la humildad formaba parte de su carácter, el Mensajero respondió: "Quiero ser un Profeta-servidor" (Ibn Hanbal, 2:231; Hayzami, 9:18). Allah alaba su servidumbre y le menciona como siervo en varios versículos del Qur'an: "Y cuando el siervo de Allah se ponía a invocarlo, a punto estaban (los genios) de venírsele encima (para verle rezar)" (72:19), y: "Y si tenéis alguna duda sobre lo que hemos revelado a Nuestro siervo, venid vosotros con una sura igual" (2:23).
Después de las muertes de Jadiya y de Abu Talib, el Mensajero de Allah (asws) se convenció de que ya no podía esperar ni victoria ni seguridad en Meca. Por lo que, antes de que las cosas llegasen a un estado crítico, busco una nueva base en Taif. Al ver a los habitantes de la misma tan hostiles, sintió que no tenía apoyo ni protección. Pero Allah manifestó Su Misericordia y le honró con la Ascensión a Su Presencia. Al narrar dicho evento, Allah le menciona como Su siervo para mostrar que merecía la Ascensión a causa de su servidumbre:
"¡Glorificado sea Quien una noche hizo viajar a Su siervo desde la Mezquita Inviolable hasta la Mezquita más lejana...!" (17:1)
La humildad es el más importante aspecto de la sumisión del Mensajero. Declaró: "Dios exalta al humilde y humilla al altivo". Ali (ra) describe al Mensajero como sigue:
“Era el más generoso dando, y el más afable y el que más paciencia y perseverancia tenía. Era el más sincero en el habla y el más amistoso y agradable en la compañía. Era el más noble de todos en cuanto a linaje. El que le veía por primera vez, se sobrecogía; pero quien le conocía de cerca, era atraído profundamente por él. Quienquiera que haya intentado describirle dice: 'Nunca he visto a nadie como él'". (Tirmidhi, 3880).
Fuente: "Muhammad, El Mensajero de Dios. Un Análisis de la Vida del Profeta".

domingo, 12 de mayo de 2013

La Sunnah en el Sagrado Qur'an

Bismillahi Rahmani Rahim
Como parte de la desviación moderna promovida desde el ámbito del salafismo, han surgido actualmente grupos de supuestos musulmanes que se dicen ser seguidores únicamente del Sagrado Qur'an, haciendo caso omiso de todo el cuerpo de enseñanzas que guarda la Sunnah del Profeta Muhammad (asws) y sus Sahaba. Sheykh Abdul Kerim al-Hakkani (ra) ha advertido en numerosas ocasiones de estos agentes desviados, denunciando sus excesos y poniendo en evidencia sus graves faltas y la desmedida irresponsabilidad que supone tamaña herejía.
Sin embargo, y a pesar de que las enseñanzas tradicionales de nuestros Maestros de Islam son harto claras, estos 'Quranistas', como se han dado en llamar a sí mismos, merecen algunas aclaraciones refutatorias:
La Sunnah es la fuente principal de nuestra vida religiosa. Es promovida y fomentada por el Sagrado Qur'an: "Él es Quien ha mandado a los iletrados un Mensajero que es uno de ellos, y que les recita Sus signos, los purifica y les enseña el Libro y la Sabiduría" (62:2). Según la mayoría de los comentaristas del Sagrado Qur'an y la Gente del Hadiz, la 'Sabiduría' significa la Sunnah. El Sagrado Qur'an, al ser una exposición milagrosa, no contiene nada superfluo y no sobrepasa los límites apropiados. Siendo así que 'Sabiduría' figura después de 'Libro', debería de ser algo diferente. El 'Libro' es el Qur'an y la 'Sabiduría' es la Sunnah que muestra como el Qur'an ha de ser aplicado en nuestras vidas cotidianas.
El Sagrado Qur'an ordena la obediencia absoluta a los Mensajeros y Profetas, ya que han sido enviados para guiar a la gente hacia la Verdad en cada aspecto de sus vidas. Nuestra lealtad es para Allah Todopoderoso, que ha enviado a Su Mensajero (asws) y nos ha dicho que le obedezcamos: "Y no hemos enviado a ningún Mensajero sino para que fuera obedecido con el permiso de Allah" (4:64), y: "¡Vosotros que creéis! Obedeced a Allah y a Su Mensajero y no os desentendáis de él" (8:20).
La obediencia a Allah-swt- significa obediencia incondicional a lo revelado en el Sagrado Qur'an. La obediencia al Mensajero de Allah (asws) significa seguir su modo de vida lo más cerca posible, observando lo ordenado y lo prohibido tanto por el Qur'an como por el Mensajero. La Sunnah es un exhaustivo relato de su vida. El Profeta (asws) advirtió a su Comunidad: "¡Cuidado! Se me ha dado el Libro junto a algo semejante (la Sunnah)" (Abu Daud, Sunna, 5).
Según se menciona en la ayat 8:20, los musulmanes no han de apartarse del Mensajero (asws). Por lo tanto, desobedecer, despreciar o criticar la Sunnah equivale a cometer herejía o incluso apostasía. Muchas otras ayats hacen hincapié en la necesidad de seguir la Sunnah, como la siguiente: "¡Vosotros que creéis! Obedeced a Allah, obedeced al Mensajero y a aquellos de vosotros que tengan autoridad" (4:59). El versículo pone énfasis en la obediencia a Allah y al Mensajero. La repetición del imperativo 'obedeced' indica que el Mensajero (asws) está autorizado a ordenar y prohibir, y que los musulmanes han de hacer lo que él diga. Además, a pesar de que se ordena la obediencia a los musulmanes que tengan autoridad, el Profeta tiene un derecho muchísimo mayor a ser obedecido.
Otra ayat dice: "Obedeced a Allah y a Su Mensajero y no disputéis, porque entonces os acobardaríais y perderíais vuestro ímpetu" (8:46). La fuerza y la unidad de los musulmanes radica en la sumisión a Allah y a Su Mensajero. El Mensajero de Allah (asws) estableció la Sunnah viviendo el Qur'an, lo cual significa que es la única vía que su comunidad puede seguir. Sobre esta base, podemos decir que la Sunnah es más exhaustiva que el Qur'an y más indispensable para llevar una vida recta en términos islámicos.
Los musulmanes sólo pueden obedecer a Allah y mostrar su amor por El obedeciendo al Mensajero y siguiendo su Sunnah: "Di (oh Muhammad): Si amáis a Allah, seguidme, que Allah os amará" (3:31); "Realmente en el Mensajero tenéis un hermoso ejemplo para los que anhelan la misericordia de Allah en el Día del Juicio y recuerdan mucho a Allah" (33:21); y muchas ayats más. Los que pretenden amar a Allah o creen que Allah les ama sin ceñirse a la Sunnah están gravemente engañados y desviados.
Los musulmanes deben aferrarse a la Sunnah si desean mantenerse en el camino recto y evitar la desviación. Pondremos un ejemplo: Un día, una mujer le dijo a Hazrat Abdullah ibn Masud (ra): "He escuchado que invocas la maldición de Allah sobre las mujeres que se tatúan el cuerpo, se quitan el vello facial, separan sus dientes para parecer más bellas y cambian la creación de Allah (esto implica las actuales cirugías estéticas que alteran los rasgos físicos a fin de parecer más bello)". Hazrat Ibn Masud (ra) respondió: "Todo eso está en el Qur'an". La mujer replicó: "Juro por Allah que he leído todo el Qur'an, pero no he encontrado nada relacionado con este asunto". Hazrat Ibn Masud (ra) le dijo: "Nuestro Profeta invocó la maldición sobre las mujeres que se ponen pelucas, que se añaden pelo postizo y que se tatúan el cuerpo. ¿Acaso no has leído lo que tu Señor dice: 'Lo que os dé el Mensajero tomadlo, pero lo que os prohíba dejadlo' (59:7)?". (Muslim, Libas, 120).
Allah Todopoderoso también declara lo siguiente en el Sagrado Qur'an:
"Pero no, por tu Señor, que no creerán hasta que no te acepten como árbitro en todo lo que sea motivo de disputa entre ellos" (4:65).
Sirvan estas modestas notas para echar luz sobre la insurgente desviación de quienes Allah ha privado de Luz, y rezamos para que vuelvan al Sendero Recto mostrado por la enseñanza luminosa de Sayidina Muhammad (asws).
Wa min Allahu Tawfiq.