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jueves, 13 de marzo de 2014

Allah ama a los siervos felices

Sohbet dado por Hz Sheykh Abdul Kerim al-Hakkani (ra) el 27/05/2010 en la Dergah Osmanli Naksibendi Hakkani, Siddiki Center, New York.

Audhu billahi minash shaytani rayim

Bismillahi Rahmani Rahim

Medet Ya Seyyidi Sultanul Awliya, Medet.

Nadie en esta comunidad debería estar murmurando. Fulano puso señales en la dergah en inglés, turco y árabe que dicen: "No Murmures". "No Dedigodu". (Sheykh Effendi sonrie). También lo diremos en turco. No Dedigodu. La gente va a elogiarse mutuamente, diciéndose cosas buenas entre sí, o no van a decir nada. Aquí no se acepta. Los Americanos comprenden mediante señales. Si haces señales para ellos, las leen y van a comprender. "No Dedigodu. No Murmures". Si tienen que decir algo, tienen que decir algo bueno.

¿No sonríen? No quiero gente sin sonrisa sentada frente a mí. Deben ir al establo o van a sonreír a la fuerza. Miren a Fulano (un murid de Sheykh Effendi discapacitado desde nacimiento). Él es tan feliz. Él sonríe. Nunca lo verán triste. ¿Huh? Miren. Tienen razón, porque lo tienen todo completo. Por eso es que están tristes. Como lo dice Sheykh Mevlana: "Tienen razón. Es porque han sido creados como hombres y no como asnos. Por esa razón están tristes". Astaghfirullah al Azim wa atubu ilaih.

Evet. ¿Alguien tiene más preguntas?

P: Cuando el bendito Profeta (asws) estaba en un estado Jalal y con gran cantidad de Heybet, ¿tenía algún Sahabi que podría hacerlo reír?

Sheykh Effendi: Por supuesto que lo tenía. ¿Los Sultanes hicieron algo que el Profeta (asws) no hizo? Ellos siguieron sus pasos. Siguieron su Sunnat. Por supuesto, si él continuaba en ese estado entonces podían suceder tantas cosas. Allah -swt- dice: "Cuando quieren algo se lo doy. Si ellos están molestos o enojados por algo, lo que deseen en ese momento sucederá". Mírense a ustedes. Están molestos todo el tiempo. Sus rostros están caídos. Pero nunca sucede nada. Por lo tanto, eso quiere decir que no son buenos para nada. Él no lo acepta. Si se ponen molestos y algo sucede, muy bien. Entonces tenemos que ser muy cuidadosos para no hacerlos molestar, porque si se molestan las cosas también van a cambiar. Gente inteligente. Tariqat es para gente inteligente.

¿Qué es lo que los pone tan tristes? ¿La garantía para mañana por la mañana? ¿Huh? ¿Por eso es que están tan tristes? Están olvidando el hadiz del Profeta (asws), que les dice: "Realicen cada oración como si no fueran a llegar a otra oración". Si ahora terminan con su oración y hasta el Fayr, si lo piensan con sinceridad, no solamente que piensan un poco en ello cuando me escuchan a mí y el resto del tiempo lo olvidan, no. Sinceramente, si piensan: "Puede que no llegue a la oración de la mañana y a Allah no le gusta que la gente esté triste", ¿piensan que entonces aún así van a estar tristes? Mueren de ese modo y marchan a la Presencia Divina de ese modo. Y si se les pregunta: "Oh siervo mío, te lo He dado todo completo. ¿Por qué no fuiste feliz?"

"Ehh.... Ehhh... No fui feliz por el dinero".

"Entonces eso significa que no llevaste la estación humana que te concedí. Cuéntenlo entre los animales".

¿Qué van a hacer entonces? ¿Serán felices? Pero están pensando: "Eso no va a suceder". ¿Quién dice que no va a suceder? Ha sucedido a través de la historia. Cuando Musa (as) se molestó con ciertas personas, algunos de ellos se volvieron cerdos y otros se volvieron monos. Así es. Él se puso molesto con ellos, diciéndoles: "¿Ustedes son a quiens Allah dio todo? ¿Los sacó de la esclavitud y se comportan de esta manera con vuestro Señor? ¡Malditos sean!" Unos se volvieron cerdos y otros se volvieron monos.

El mono Darwin debe provenir de esa familia como toda la gente que considera esa teoría. ¡Se volvieron monos y cerdos! ¿Lo han pensado? Siéntense y piensen. Cuando justo ahora caminan afuera, si esa orden les llega y se convierten en una serpiente o en un gato o en cualquier otro animal, ¿qué sucederá? Lo van a saber y la gente que tiene sus corazones abiertos también la van a saber. El mundo los va a buscar pero nunca los va a encontrar. Van a decir: "Este hombre desapareció. No sabemos dónde se encuentra". Pero ustedes van a circular alrededor de sus pies, van a llorar, pero nadie los va a ver excepto quienes como Musa (as) y el otro hombre que puso una cuerda alrededor del cuello del cerdo y lo estaba arrastrando y llevando, y ese cerdo lloraba. Y Musa (as) que observaba, preguntó: "¿Qué estás haciendo con este?". Le dijo: "Ya Musa, he visto que este de hombre se convertía en cerdo. Así que voy a cortarle el cuello". Y lloraba, sin embargo Musa (as) no hizo nada. Dijo: "Es uno de los malditos". Y les decía por qué lloraba el cerdo.

Del modo en que viven será como mueran. Del modo en que mueran serán levantados para el Día del Juicio, como lo dice el hadiz. Tantos, en el Día del Juicio, no se levantaran en forma humana. ¿No lo toman seriamente? ¿Ustedes piensan que los problemas mundanos que se están ocasionando a sí mismos entonces serán problemas? ¿Lo han pensado siquiera un segundo? Si lo piensan entonces sus corazones deben sacudirse. Si realmente lo están entendiendo y creyendo, entonces sus corazones deben sacudirse. Sí señor. Pero si son completamente necios entonces dirán está bien. Está bien. Tanta gente ha desaparecido del mundo hace años. Nadie sabe donde están. Se han vuelto animales. Aún los están buscando pero no los van a encontrar. Los van a encontrar en el Día del Juicio. Sí. No jueguen con las órdenes de Allah -swt-.

¿Acaso piensan que estos niños están pensando que van a comer y qué van a beber, cómo van a vivir mañana? ¿Huh? ¿Piensan que a la edad de ellos eso les preocupaba? ¿No han pensado que son ustedes quienes se hacen estas cosas a sí mismos? Si lo piensan entonces están en un gran problema. Si están pensando: "Trabajo y gano", están en un gran problema. Tanta gente está trabajando y no está ganando. Sí. Hacen planes temprano por la mañana para conseguir millones pero al día siguiente pierden los millones de sus bolsillos.

Eh, yo pienso que es cierto porque lo primero que le ha sucedido a este Jama'at, esta gente, es que no está leyendo los periódicos. Ellos no están entendiendo realmente que sucede en las noticias, en el mundo. Yo estoy leyendo aquí y allí. No los estoy comprando pero cuando paso frente a un negocio veo los periódicos y observo algo real. Y digo: "Alhamdulillah Ya Rabi". El hombre se levantó como millonario y estaba pensando en hacer otro millón ese día pero lo perdió todo. Masha'Allah. Sí.

Díganme: ¿qué les molesta? ¿Es otra cosa más que dunya? Si es otra cosa más que dunya entonces lo sé. Definitivamente. ¿Por eso están tan tristes? Quiero decir, ¿están tan tristes por que no están progresando en el camino de Allah? ¿Están tan tristes porque no se han levantado para la oración del Tahayyud? Allah, Allah. Heh, entonces tienen derecho a estar tristes.

(...)
Así que piensen en eso. Son libres. Pero piensen otra vez. Piensen una vez más. Piensen en que no son una prioridad. Piensen. Pero pueden ser prioridad. En el libro de Allah pueden ser una prioridad. No mediante la queja ni teniendo problemas, sino mediante la sumisión y el agradecimiento, diciendo: "Me estás dando desde esta posición a esta posición. Fui feliz cuando me lo diste. ¿Debería estar triste porque me lo has quitado?".

Como dice nuestro Sheykh: "Si por la mañana Allah -swt- te da todo el mundo, el creyente real no debería ponerse feliz por eso, ya que el creyente real conoce la carga que eso conlleva. Y si Él te quita todo de tu mano al atardecer y no te queda nada, el creyente real no debería estar triste porque Allah le es suficiente. Hasbinallah wa ni'mal wakil".

Él lo ha dado a Su Profeta (asws) diciéndole: "Tu eres Mi Habib. Habibullah". Sabiendo todo esto, ¿y? Y Él hizo que su gente le torturara. ¿Se puso triste con Allah? No. Se puso triste por ellos, llorando por ellos, diciéndoles: "Vuélvanse. No sean así. Vuélvanse. No hagan esto. Vuélvanse". Estaba triste por ellos. Ellos corrían y lo torturaban y él decía: "Ya Rabi, no los castigues ya que no conocen nada mejor".

¿Cuál es el asunto? ¿Cuál es el problema, gente?

(...)
Al menos estos Americanos no están tristes. Ellos saltan arriba abajo y disfrutan sus vidas. Los Musulmanes están tristes. Increíble. No sé qué pensar.

Wa min Allahu Tawfiq.


Fatiha.

sábado, 18 de mayo de 2013

Pueblos del África Musulmana: Los Malinké

Los mandinga, mandinka, malinké, mandé o manden conforman un grupo étnico de África occidental. En la actualidad existen cerca de trece millones de mandingas residiendo en diferentes países del oeste de África, en Gambia, Guinea, Guinea-Bissau, Senegal, Malí, Sierra Leona, Liberia, Burkina Faso, y Costa de Marfil. Las lenguas mandé pertenecen a un rama divergente de la familia lingüística de Níger-Congo.
Las lenguas mandé más comunes son el mandinka en Gambia y Senegal, el malinké en Guinea y Malí, y el soninké en los estados meridionales de África occidental, y que como los otros idiomas africanos del oeste terminan en -ke o -ka (que significa 'charla' o 'gente'). También hablan kriol y portugués en Guinea-Bissau, francés en Senegal, Malí, Costa de Marfil, y Burkina Faso, e inglés en Liberia, Sierra Leona, y Gambia.

Historia
El pueblo manden tiene en su haber la fundación del mayor de los antiguos imperios del oeste africano. Desde los puntos de vista étnico y cultural, los mandingas se relacionan de cerca con los fulani y wólof de la costa atlántica y los songhai del Sahara. Algunas fuentes dicen que el pueblo manden se define más por la cultura y la lengua que por la pertenencia étnica, puesto que son muchos y diversos los grupos étnicos que han adoptado la lengua, los nombres y las tradiciones manden.

Pre imperio de Malí
El reino mandinka de malí o de manden existía ya varios siglos antes de la unificación de Sundiata Keita, como pequeño estado al sur del imperio Soninké de Wagadu, mejor conocido como Imperio de Ghana. Ésta es una zona de montañas, sabana y bosques que proporcionan la protección y los recursos ideales para una población de cazadores. Los que no vivían en las montañas formaron pequeñas ciudades-estados, tales como Toron, Ka-Ba y Niani. La leyenda cuenta que la dinastía Keita, de la cual descienden los emperadores de Malí, tuvo su origen en Bilal (ra), un compañero fiel del profeta Muhammad (asws), originario de Keita.
Imperio de Malí
El Imperio de Malí (1235-1546) fue un estado medieval cuyo núcleo fue la región de Bamako, en el actual Malí. El imperio fue fundado por Sundiata Keita. Era conocido por su generosidad y la riqueza de sus gobernantes, en especial Mansa Kankan Musa I. El Imperio de Malí tuvo una profunda influencia en la cultura de África Occidental permitiendo la difusión de su lengua, leyes y costumbres a lo largo del río Níger.

Historia post imperial
Tras la caída de los grandes reinos de las vieja patria de Manden, muchos emigraron hacia la costa atlántica. Entre éstos estaban los Manneh, soldados del anterior imperio de Malí que invadieron la costa occidental de África durante la primera mitad del siglo XVI. No hay duda en cuanto a su origen, por la evidencia de sus vestidos y armas (que fueron observados en aquel entonces por viajeros europeos), su lengua, así como de la evidencia de la tradición manneh, registrada por escrito circa 1625. Los manneh avanzaron en paralelo a la línea de la costa de la Liberia moderna, luchando con cada grupo tribal que encontraron. Tuvieron éxito todas las veces, y sólo fueron detenidos cuando, en el noroeste de lo que ahora es Sierra Leona, encontraron a los sosso, gente mandinga como ellos, con armas, organización militar y tácticas similares a las suyas.
La colonización francesa afectó en gran manera la vida de Manden. Las guerras constantes con los europeos costaron las vidas de millares de sus soldados, crearon un creciente comercio en el Atlántico, y crearon fronteras coloniales artificiales que dividieron a la población. Sin embargo, la gente de Manden sigue siendo políticamente activa en la zona y ha elegido a sus propios presidentes en varios estados.
Desafortunadamente, su conflicto de muchos años con otras tribus africanas se ha exacerbado en el siglo XX, pues la desertificación las ha forzado constantemente a emigrar al sur en busca de trabajo y de otros recursos. Con frecuencia, esto ha dado lugar a brotes de guerra con las poblaciones aborígenes asentadas a lo largo de la costa.

Aspectos sociales y culturales
La cultura de los mandingas, a diferencia de la mayoría de los africanos, es patrilineal y patriarcal. Son predominantemente musulmanes. Las prácticas más famosas de Manden son sus hermandades de varones o mujeres, conocidas como Poro y Sande o Bundu, respectivamente.
Tradicionalmente, la sociedad mandinka es aristocrática, basada en un sistema de castas con nobles y vasallos. Antes, como la mayoría de los africanos, también tuvieron sirvientes, a menudo prisioneros de guerra y generalmente de las tierras que rodeaban su territorio. Los descendientes de reyes y de generales anteriores mantenían un estado social más alto que sus compatriotas nómadas o asentados. Con el tiempo las diferencias se han igualado, correspondiendo con la mayor o menor fortunas de cada grupo. Aunque el mandinga llegó a muchas de sus actuales localizaciones como invasor o comerciante, la mayoría son hoy agricultores o pescadores; todavía hay también herreros, pastores de ganado, y son muy estimados los djelis o bardos, que han mantenido viva la historia de su pueblo, mantenida en forma de cantos épicos.

Religión
El pueblo manden ha sido predominantemente musulmán desde el siglo XIII. En áreas rurales, muchos combinan la creencia islámica con ciertas creencias animistas pre-islámicas, tal como la creencia en espíritus y el uso de amuletos.

Arte
Su mejor arte está en la joyería y las tallas. Las máscaras hechas a mano asociadas a las fraternidades y a la hermandad de mujeres del Marka y del Mendé son probablemente las más conocidas. Manden también produce telas maravillosamente tejidas que son populares en todo el África occidental, así como los collares del oro y de plata, pulseras, brazaletes, y pendientes. Las campanillas en los collares forman parte de una creencia en que pueden ser oídas por los espíritus al sonar en ambos mundos, el de los antepasados y el de la vida. Los cazadores de Mandé usan a menudo una sola campana que puede ser callada fácilmente cuando el silencio es necesario. Las mujeres, por otra parte, suelen usar muchas campanas, produciendo un canto armonioso en los poblados.

Música tradicional
La más conocida se toca con el kora, un instrumento con 21 o más cuerdas, realizada por las familias de los músicos los djelis (en francés griots). El kora es una especie de arpa, con un puente con muescas similar al de un laúd o una guitarra. Es posible que sea el aparato de cuerda más complejo de África. En cuanto a los djelis, son bardos profesionales, encargados de mantener sus grandes tradiciones e historias épicas orales, actuando también como consejeros de los líderes de Manden. Entre los más celebrados en la actualidad están Salif Keïta, Kandia Kouyaté y Jaliba Kouyaté.

viernes, 2 de noviembre de 2012

Emperadores del África Musulmana: Mansa Musa I

Bismillahi Rahmani Rahim
Musa I (c. 1280 - c. 1337), conocido comúnmente como Mansa Musa, fue el décimo mansa, traducido como "rey de reyes" o "emperador", del Imperio de Malí. En la época del ascenso de Mansa Musa al trono, el Imperio de Malí ocupaba el territorio previamente gobernado por el Imperio de Ghana, así como el Mande (Malí) y sus áreas inmediatamente próximas. Musa tuvo multitud de títulos, entre ellos los de Emir del Manding, Señor de las Minas de Wangara y conquistador de Ghanata, Futa-Jallon y al menos una docena de estados. Fue el gobernante más rico de su tiempo y se afirma que la persona más rica de todos los tiempos.

Denominación

Musa fue denominado y es generalmente citado como tal en los manuscritos occidentales y en la literatura como Mansa Musa. Su nombre también aparece como Kankou Musa, Kankan Musa o Kanku Musa, que significa "Musa, hijo de Kankou", siendo Kankou el nombre de su madre. Otras alternativas son Mali-koy Kankan Musa, Gonga Musa y el León de Malí.

Linaje y ascensión al trono

Lo que se conoce sobre los reyes del Imperio de Malí proviene de los escritos de académicos árabes, como Al-Umari, Abu-sa'id Uthman ad-Dukkali, Ibn Khaldun y Ibn Battuta, entre otros. De acuerdo a la comprensiva historia de los reyes de Malí de Ibn-Khaldun, el abuelo de Mansa Musa fue Abu-Bakr, hermano de Sundiata Keita, fundador del Imperio de Malí tal y como ha sido registrado en la tradición oral. Abu-Bakr no ascendió al trono, y su hijo, el padre de Musa, Faga Laye, no tuvo relevancia en la Historia de Malí.

Mansa Musa ascendió al trono a través de la práctica de nombrar un Califa durante el peregrinaje a La Meca y otro tipo de expedición de un rey, siendo posteriormente nombrado el Califa como heredero. De acuerdo a fuentes originales, Musa fue nombrado Califa del rey ante él, habiéndose embarcado éste en una expedición para explorar los límites del Océano Atlántico, expedición de la que nunca regresó. El académico egipcio y árabe Al-Umari cita a Mansa Musa como sigue:

El gobernante que me precedió no creía que sería imposible alcanzar el extremo del océano que rodea la tierra [refiriéndose al Atlántico]. Quería alcanzar ese [fin] y estaba determinado a continuar su plan. De modo que equipó doscientos barcos llenos de hombres, y muchos otros repletos de oro, agua y provisiones suficientes para muchos años. Ordenó que el capitán no regresara hasta que hubiera alcanzado el otro confín del océano, o hubiera terminado con todas las provisiones y el agua. Así partieron en su travesía. Estuvieron ausentes durante un largo período, y, al final, solo un barco regresó. Cuando se preguntó al capitán este respondió: 'O Príncipe, nosotros navegamos durante mucho tiempo, hasta que vimos en medio del océano un gran río que corría masivamente. Mi barco era el último, todos los demás estaban delante, y fueron absorbidos en el gran remolino y no volvieron a aparecer jamás. Yo navegué de vuelta para escapar de esta corriente.' Pero el Sultán no le creyó. Ordenó que doscientos barcos fueran equipados para él y sus hombres, y mil más con agua y provisiones. Entonces me confió la regencia durante el término de su ausencia, y partió con sus hombres, para no regresar ni dar señales de vida jamás.

El hijo y sucesor de Musa, Mansa Magha, fue también nombrado Califa durante la peregrinación de Musa.

Islam y peregrinaje a La Meca

Musa fue un devoto musulmán y su peregrinaje a La Meca, una prescripción ordenada por Allah de acuerdo a las enseñanzas del Islam, le hizo muy conocido en África del Norte y en Oriente Medio. Para Musa, el Islam era el fundamento del "mundo culturizado del Mediterráneo Oriental". Pasó mucho tiempo apoyando el crecimiento del Islam en su Imperio.

Musa realizó su peregrinación en 1324, una procesión de la que se afirma que formaron parte 60.000 hombres y 12.000 cada uno de los cuales portaba barras de oro de 4 libras de peso, heraldos vestidos en seda que portaban cetros de oro, caballos y bolsas de mano. Musa cubrió los gastos de toda la procesión, alimentando al grueso de personas y animales. También formaron parte de la comitiva 80 camellos, variando los informes entre si portaban 50 y 300 libras de polvo de oro cada uno. Musa regaló el oro a los pobres que encontró durante el camino. No solo hizo donaciones a las ciudades por las que pasó en su camino a La Meca, incluidas El Cairo y Medina, sino que también intercambió oro por recuerdos. Además, se ha registrado que construyó una mezquita todos y cada uno de los viernes.

La expedición de Musa fue documentada por numerosos testigos oculares durante el camino, quienes quedaron extasiados ante su riqueza y grandeza de la procesión. Hay una gran variedad de fuentes que documentan este peregrinaje, como diarios, relatos orales e historias. Se sabe que Musa visitó al Sultán Mamluk Al-Nasir Muhammad de Egipto en julio de 1324.

Últimos días de su reinado

Durante su larga travesía de vuelta desde La Meca en 1325, Musa escuchó noticias sobre la recaptura de Gao por sus ejércitos. Sagmandia, uno de sus generales, lideró la ofensiva. La ciudad de Gao había formado parte del imperio desde antes del reino de Sakoura y era un importante, aunque a menudo rebelde, centro comercial. Musa realizó una parada y visitó la ciudad donde recibió, como prisioneros, los dos hijos del rey de Gao, Ali Kolon y Suleiman Nar. Volvió a Niani con los dos chicos y posteriormente los educó en su corte. Cuando Mansa Musa volvió, trajo numerosos académicos y arquitectos árabes.

Construcción en Malí

Musa se embarcó en un gran programa de construcciones, levantando mezquitas y madrasas en Tombuctú y Gao. Entre los más célebres está el centro de enseñanza Sankore Madrasah o Universidad de Sankore, construido durante su reinado. En Niani, construyó el Salón de Audiencias, un edificio comunicado por una puerta interior al palacio real. Fue un "monumento admirable" cubierto por un domo, adornado con arabescos de colores impactantes. Las ventanas de un piso superior estaban recubiertas de madera y enmarcadas en láminas de plata, mientras que las del piso inferior estaban también recubiertas de madera y enmarcadas en oro. Como la Gran Mezquita, una estructura contemporánea y grandiosa de Tombuctú, el Salón fue construido en piedra cortada.

Durante este período, se observó un nivel urbanístico avanzado en los principales centros de Malí. Sergio Domian, un estudioso del arte y la arquitectura italiano, escribió lo siguiente sobre este período: "así fueron sentadas las bases de una civilización urbana. En el cénit de su poder, Malí tenía al menos 400 ciudades, y el interior del Delta del Níger estaba muy densamente poblado".

Influencia en Tombuctú

Se ha documentado que Mansa Musa viajó a las ciudades de Tombuctú y Gao en su viaje hacia La Meca, haciéndolas parte de su imperio cuando regresó hacia 1325. Trajo arquitectos de Andalucía, en España, así como desde El Cairo, para construir su gran palacio en Tombuctú y la gran Mezquita de Djingareyber que todavía se mantiene.

Tombuctú se convirtió pronto en un centro comercial, cultural e islámico. Los mercados trajeron comerciantes de Nigeria, Egipto y diferentes reinos africanos. Se fundó una universidad en la ciudad, de la misma forma que se fundaron universidades en las ciudades también malienses de Djenné y Ségou, y el Islam se diseminó en los mercados y en la universidad, haciendo de Tombuctú una nueva zona de predicación y estudio del Islam. Las noticias de la riqueza de la ciudad imperial de Malí cruzaron el Mediterráneo hasta Europa del sur, y los comerciantes de Venecia, Granada y Génova pronto añadieron Tombuctú a su cartografía para comerciar bienes manufacturados a cambio de oro.

La Universidad de Sankore de Tombuctú fue equipada con nuevo personal durante el reinado de Musa, añadiéndose a su equipo juristas, astrónomos y matemáticos. La Universidad se convirtió en un centro de aprendizaje y de cultura, atrayendo a académicos y estudiosos musulmanes de toda África y de Medio Oriente hasta Tombuctú.

En 1330, el Reino Mossi invadió y conquistó la ciudad de Tombuctú. Gao ya había sido capturada por el general de Musa, y Musa pronto recuperó Tombuctú, construyendo una muralla y un fuerte de piedra, basando un ejército permanente en la localidad para protegerla de futuros invasores.

Si bien el palacio de Musa ha desaparecido, la universidad y la mezquita todavía se mantienen en el actual Tombuctú.

Fallecimiento

La muerte de Mansa Musa ha sido objeto de intenso debate entre los historiadores modernos y entre los académicos árabes que registraron la historia de Malí. A partir de la comparación de los reinados de sus sucesores, tanto su hijo Mansa Maghan (cuyo gobierno se ha registrado entre 1332 y 1336) como su hermano mayor Mansa Suleyman (cuyo reinado se ha registrado entre 1336 y 1360), y los 25 años registrados de reinado de Musa, se puede fijar la fecha de su muerte aproximadamente en el año de 1332. Otros registros declaran que Musa había planeado abdicar el trono a favor de su hijo Maghan, pero murió poco después de volver de La Meca en 1325. Además, de acuerdo a un relato de Ibn-Khaldun, Mansa Musa estaba vivo cuando la ciudad de Tlemcen en Argelia fue conquistada en 1337, dado que envió representantes a Argelia para felicitar a los conquistadores por su victoria
Mezquita de Sankore

 

sábado, 6 de octubre de 2012

Sundiata Keita: El Rey León de Malí

Bismillahi Rahmani Rahim
En numerosas ocasiones hemos dirigido nuestra atención hacia el África Musulmana, ya que consideramos que su atractivo tanto cultural como espiritual pasa cuanto menos desapercibido al lector occidental que con sinceridad busca conocer las manifestaciones tradicionales del Islam.
Ante todo hemos puesto particular énfasis en el África Occidental, que se nos aparece con una gama enriquecedora de colores que embellecen la experiencia Islámica de los pueblos en el mundo.
En vista de los cual no podíamos sino concederle un lugar de privilegio en nuestro blog al gran Mansa (soberano, emperador) Sundiata Keita, forjador del gran imperio Mande de Mali cuya extensión territorial al momento de su apogeo fue mayor que la Europa Occidental y su duración se extendió cerca del año 1230 al 1600 (e.c.).
El imperio de Sundiata Keita fue característico por su justicia y virtuosismo. Músicos contemporáneos de origen Mande que hemos tenido la oportunidad de presentar (tales como Tiken Jah Fakoly y Seyni & Yeliba) transmiten un mensaje de liberación de las opresiones sociales reivindicando el ejemplo de Mansa Sundiata. Otra personalidad Mande del Islam que también hemos presentado y que por un tiempo restauró el legado de Mansa Sundiata frente a los colonizadores franceses y británicos fue Almamy Samory Touré.
Un prestigioso viajero e historiador Musulmán, Ibn Battuta, escribía acerca del Imperio de Mali que era un lugar donde la injusticia no era tolerada y en el que la gente podía vivir completamente segura sin nada que temer, ni de ladrones ni de hombres violentos.
La genealogía de los antepasados de Sundiata Keita se remonta hasta Lawabo, uno de los hijos de Hz. Bilal (ra) quien fuera uno de los Sahaba más cercanos a Sayidina Muhammad (asws).
La historia de Sundiata Keita ha sido preservada de manera oral por griots, quienes generación tras generación  la han transmitido para honra de su memoria y ejemplo para los hombres. A continuación presentamos una traducción-adaptación que hemos hecho de la misma basados en fuentes tradicionales.

Invocación

Escucha para aprender del gran rey Sundiata, cuyo nombre permanece para siempre en las canciones de los griots y en los corazones de los hombres. Escucha y aprende qué es el coraje y también la sabiduría, ya que este hombre tuvo ambas en abundancia, ¡el gran Sundiata, el león de Malí!

I: La infancia del Héroe

Había una vez un rey Mande, un hombre valiente, descendiente de hombres valientes.

Con él, cuyo nombre era Nare Maghann Konaté, comienza esta historia.
Maghann el Hermoso, algunos lo llamaban, porque él era un hombre bien parecido, y aunque su reino era pequeño, él era feliz, porque tenía lo que un hombre puede querer en este mundo, poder, riqueza, y un hijo para sucederle.

Pero un día su destino dio un giro, y el destino de un rey se convierte, como sabes, en  el destino de otros hombres.

Un cazador adivino llegó ante Maghann y le habló de una predicción. Él dijo:
"Dos cazadores te traerán un cuento extraño de oír. A ellos hay que escuchar, porque ellos dicen la verdad. Te contarán cómo cazaron una temible bestia que asolaba los bosques y granjas. Esta bestia era una criatura maravillosa, tenía dos formas y dos seres separados aunque conectados, uno animal y el otro humano. El animal, te contarán los cazadores, ellos han matado, pero la forma humana, ellos pretenderán, aún vive. Entonces llevarán ante ti encadenada a una mujer de rostro repugnante, y ella será la forma humana de esta bestia terrible, y siendo mitad humana, mitad bestia, ella será feroz, tan salvaje como el bosque del que proviene. A pesar de su apariencia, debes desposar a esta mujer, pues ella te dará a luz un niño que va a construir un imperio, pues como se ha dicho, de una pequeña semilla crece un árbol poderoso, así un hombre puede convertirse en una nación".

El rey escuchó la predicción, pero no se sentía inclinado a creer, hasta que los eventos predichos sucedieron, exactamente como el cazador lo había anunciado.

Los cazadores llegaron con su historia y su cautiva salvaje, y el rey, aunque ya estaba casado, tomó a la mujer búfalo como esposa, y ella le dio un hijo, cuyo nombre fue Mari Diata. Él sería conocido por todos como Sundiata del clan Keita, tomando su nombre de su madre, Songolon Kedju, la mujer búfalo. Con el tiempo sería conocido como el Rey León y sería honrado entre los hombres.

Sin embargo al principio no fue así, porque el muchacho era cojo, enfermo y glotón, y sin la belleza ni el poder del león. El niño no podía caminar, sino que se arrastraba como un animal, algo desagradable. Y el rey se preguntaba, “¿cómo puede ser que este sea el hijo anunciado por la predicción?” Y su corazón se sentía apesadumbrado.

Al ver la naturaleza del niño, la primera esposa del rey, Sassouma, abiertamente se regocijó, porque ella se consumía por los celos y la ambición, ya que deseaba que su propio hijo, Dankaran, fuese rey, sin respetar el destino ni la Voluntad Divina.

Sin embargo el rey Meghann se aferró a la predicción y nombró sucesor a Sundiata, y en su lecho de muerte nombró a su propio griot, Balla Fasséké, para asesorar al niño y que registrara la crónica de sus hazañas.

Pero Sassouma no tuvo mayor respeto por los deseos de su marido que por el que tenía por la Divina Voluntad, y cuando Meghann murió, ella instaló a su hijo en su lugar. Y Sundiata no se conocía a sí mismo, no sabía de la grandeza en su interior, enroscado como una serpiente dormida. En cambio, se revolcó en la autocompasión, inconsciente, sin despertar.

Así las cosas habrían seguido, si no hubiese sido por el odio de una mujer, pues tal es el papel de la mezquindad en la historia del mundo. Un día la madre de Sundiata fue a pedir a Sassouma hojas del árbol Baobab para utilizarlas en la cocina, y Sassouma insultó a su rival, diciendo: "Nadie más que una bestia como tu hijo puede nacer de una bestia como tú."

Cuando Sundiata, donde descansaba, escuchó esto, sintió cólera y vergüenza, y pidió a un herrero que le trajera una barra de hierro, y por su sola voluntad, con la vara como bastón, se levantó lentamente, dolorosamente, sorprendiendo a todos los que miraban, hasta que finalmente se puso de pie. Ya que se dice que la mente es un músculo, y se dice que no hay que insultar al cocodrilo antes de cruzar el lago en el que  habita.

Grande es el poder, mayor que el de los animales brutos, del hombre que sabe que el espíritu no está sujeto a las limitaciones terrenales. Balla Fasséké cierta vez compuso un himno glorioso enalteciendo esta hazaña, la primera de muchas canciones en elogio de las obras de el Rey León.


II: El viaje del héroe

Ahora allí vivía un hechicero, Soumaro Kanté, rey de Sosso, que amenazaba con engullir el mundo, y Dankaran, el rey injusto, etaba sensiblemente atemorizado ante el poder de Soumaro, ya que Soumaro era el hijo de un poderoso Yinn que tenía siete cabezas y no podía ser derrotado en la batalla, por lo que Dankaran envió a su media hermana y al griot de Sundiata a Sosso en una misión para ganar el favor del hechizero, y la madre de Sundiata sabía por este acto que el Dankaran usurpador no tenía más respeto que el de su madre y le rogó a su hijo que se exiliara. Sundiata quería quedarse y luchar, pero su madre se opuso a este rumbo de acción. "El tiempo no está maduro para esta cosecha", le aconsejó, "en primer lugar debes cultivar las cualidades con las que podras regresar como hombre que reclama su corona."

Y así se pusieron en marcha, madre e hijo, en el mundo, y viajaron mucho, y vivieron entre pueblos extraños en tierras extrañas, y Sundiata creció en poder y sabiduría, y aprendió los proverbios y los caminos de los antepasados ​​y las habilidades del cazador y el guerrero, y donde quiera que fuera en el mundo hizo amigos, ya que se dice que la riqueza de un hombre y su valor se miden por los amigos que tiene, y el que tiene amigos ha establecido un tesoro contra los tiempos difíciles.

Por fin, después de muchos años, Sundiata llegó al reino de Mema, y ​​allí, por casualidad, en el mercado, se encontró con un comerciante vendiendo hojas del gran árbol de Baobab del país de origen de Sundiata, y cuando se le preguntó acerca de estos, se le contó que el rey hechicero Soumaro se encendió contra Dankaran y saqueó su reino. Se dice que si invitas a una serpiente a tu casa, incluso si la tratas con amabilidad, puedes esperar ser mordido. Así sucedió con Dankaran.

Para Sundiata este era el momento para el que se había preparado, el inicio de la cosecha. Se dedicó a reunir un ejército para recuperar su reino. Pero su madre, Sogolon, su sabia consejera, no pudo ver este día, en el que su hijo se preparaba para partir, ya que partió de este mundo, después de haber cumplido con su deber y su destino.


III. El regreso del Héroe

Entristecido por la pérdida de su madre pero con voluntad de hierro, Sundiata emprendió su camino de regreso a la tierra de su nacimiento. Mientras viajaba reunió un gran ejército, ya que había hecho muchas amistades y muchos eran de la gente que había aprendido a odiar al cruel hechicero Soumaro. Cuando Soumaro escuchó que este ejército se acercaba, no sintió temor, ya que él era el hijo de un Yinn, y su poder era grandioso.

Soumaro erigió un ejército con sus súbditos y encontró en batalla a la fuerza menor de Sundiata cerca de la ciudad de Kira. Combatieron dos batallas, y cada vez prevaleció la fuerza menor de Sundiata; sin embargo, Soumaro escapó las dos veces ya que tenía poderes mágicos y podía desaparecer en el medio de la batalla y reaparecer en una colina distante haciendo sonar sobre la tierra su risa malvada y regodeante.

“¿Cómo puedo derrotar a Soumaro?”, preguntó Sundiata, y consultó a sus sabios, quienes le aconsejaron hacer un gran sacrificio de bueyes, carneros y gallos. Una oración sincera no queda sin respuesta, y, para cuando el sacrificio se inició, aparecieron en el campamento de Sundiata su hermana perdida y su griot, que habían escapado de Sosso mientras el malvado hechicero estaba lejos.

Contaron muchas cosas a Sundiata. El griot de Sundiata, Balla Fasséké, contó de su encarcelamiento en la cámara de secretos de Soumaro. Allí encontró muchas riquezas robadas por el hechicero de las tierras de los nueve reyes a quienes había derrotado. Y en esta habitación había muchos búhos y urnas grandes llenas de serpientes, y las cabezas cortadas de los nueve reyes, y el balafón más grande jamás hecho por los hombres; y sólo por tocar este balafón, Balla Fasséké fue capaz de encantar a las serpientes y conservar su vida.

Y la hermana de Sundiata, Nyajaleng Juma Sujo, le contó de las malas intenciones de Soumaro hacia ella, de cómo la tuvo prisionera y la amenazó con salirse con la suya con ella, pero ni siquiera él, malvado como era, se atrevió a ofensa mayor, ya que los actos de uno vuelven sobre quien los lleva a cabo.

Sundiata consultó con ellos, buscando conocer la fuente de poder de Soumaro, y él estaba dolorosamente molesto, porque el brujo parecía invencible.

Nyajaleng pensó en esto durante toda una larga noche, y al día siguiente fue a su hermano. "Es cierto", dijo, "que el agua caliente puede matar a un hombre, pero el agua fría puede matarlo, también." En otras palabras, hay más de una manera de lograr lo que uno se propone. Si Soumaro no podía ser asesinado en una batalla normal, entonces se usaría contra él otra estratagema. Nyajaleng iría al campamento de Soumaro, diciéndole que había reconsiderado la propuesta del hechicero y aceptaba casarse con él, y ella embriagaría al hechicero con vino de dátiles,  y utilizando artimañas, le arrancaría el secreto de su poder.

Y la valiente hermana de Sundiata hizo lo que le había prometido. Se inmiscuyó en el campamento del hechicero, llevó con ella vino de dátiles, bailó para él y la pasión se despertó en el interior del hechicero; ella maldijo a su hermano por su debilidad y dijo al hechicero que hacía tiempo admiraba su poder, que no se parecía a nada de lo que había conocido anteriormente en el mundo. Ebrio de lujuria y orgullo y vino de dátiles, el hechicero se jactó: "De hecho, no puedo morir en batalla, pues recibo  mi poder desde mi espíritu totémico, del cual desciende mi pueblo, el gran gallo blanco." "Oh, eres poderoso, mi señor", dijo Nyajaleng. "Ciertamente no hay nada en los cielos o en la tierra que pueda dañarme." Ante esto, Soumaro sonrió. "¿Qué sucede, mi señor?", dijo Nyajaleng. "¿Cuántas personas serían sorprendidas si supieran", dijo, "que el poderoso hechicero Soumaro, hijo de un Yinn, rey de Sosso, conquistador de reinos, perdería todo su poder si su padre, el Yinn, fuese alcanzado por una flecha llevando un espolón de un gallo blanco con punta de tierra de maíz de Guinea y polvo korte." En ese momento, Soumaro cayó dormido con Nyajaleng en sus brazos, y mientras reía en sueños, ella quitó su brazo pesado de su pecho y se alejó de él.

Nyajaleng corrió hacia su hermano, y juntos prepararon una flecha de madera con una punta hecha de espolón de un gallo blanco y la punta recubierta con tierra de maíz de Guinea y polvo korte, y esperaron. Al día siguiente, Soumaro no recordaba nada, pero se sintió furioso al encontrar que Nyajaleng se había ido. Resolvió caer sobre el campamento de Sundiata y destruirlo por completo, matando a todos. Luego podría tomar a la hermana de Sundiata por la fuerza. Tales eran sus intenciones malvadas.

Despertó a sus arqueros y jinetes, y su ejército era tres veces mayor que el de Sundiata; entonces salió a la batalla. Los dos ejércitos se miraron el uno al otro a través de la llanura; Soumaro y Sundiata enviaron búhos ida y vuelta, llevando mensajes con los que se burlaban entre sí:

"El número de mi ejército es como el número de yams (tubérculos similares a la batata), no pueden ser contados", dijo Soumaro.

"Mi ejército se dará un festín con el tuyo como si fuesen  yams", dijo Sundiata.

"Soy veneno para ti, como el del hongo que roba la cordura", dijo Soumaro.

"Yo soy como el gallo que come el hongo, pero no se siente nada", dijo Sundiata.

"Yo soy el carbón caliente que quemará tu pie", dijo Soumaro.

"Yo soy la lluvia que apaga el fuego del carbón y lo lleva lejos", dijo Sundiata.

"Yo soy el gran árbol que mira hacia abajo a los demás en la selva", dijo Soumaro.

 "Yo soy la enredadera que crece por el costado del árbol y lo estrangula", dijo Sundiata.

El orgullo de Soumaro fue su perdición, ya que secretamente Sundiata había enviado un arquero, Sankarang Madiba Konte, a la casa de los Yinns, del padre de Soumaro, y aunque el Yinn mágicamente se podía transformar en diversas criaturas para deslizarse, y luego correr y volar, Sankarang arrojó la flecha de madera con su veneno especial y con la punta de gallo, y rozó el ala izquierda del Yinn (ya que él se había transformado en un águila), y así fue que, aun cuando Soumaro se jactó de su invencibilidad, fue derrotado . Sundiata sacó su propio arco y soltó una flecha que atravesó a Soumaro en el corazón,  luego su ejército se arrojó sobre el de Soumaro como aceite sobre el agua, y así se hizo.

Luego de su victoria, Sundiata convocó un gran concilio de los doce reinos, y la gente vino a lo largo y ancho para verlo en la ciudad de Kaba; les dijo: "El gobierno del cruel Soumaro ha terminado. Les pido que se unan bajo mi tutela, para que podamos ser una nación poderosa y nunca más tengamos que someternos al despotismo.” Todos estuvieron de acuerdo y ovacionaron a Sundiata, el gran libertador, y así el imperio de Malí llegó a ser; y la paz fue conocida en todo el imperio durante más de doscientos años, ya que como fue hábil guerrero, Sundiata fue aún más experto en las artes de la paz; creó un gran centro administrativo, enseñó a la gente a realizar nuevos cultivos, como los frijoles, el arroz y el algodón, y estableció rutas comerciales por todo el imperio, cumplimentando las necesidades de todos; y por estos logros es recordado como: el Gran Sundiata, el Rey León, el libertador que forjó un imperio y trajo la paz y la prosperidad a la gente.