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sábado, 3 de octubre de 2015

Debes desear y pedir lo mismo para tu hermano

Sohbet dado por Mawlana Sheykh Nazim al-Hakkani (qs)

Bismillahi Rahmani Rahim

Cuando Allah Todopoderoso creó a Adán, hizo descender una lluvia de dificultades sobre él durante cuarenta años, y una lluvia de éxtasis por un año. Por lo tanto, los hombres encontrarán esa proporción de sufrimiento y gozo a través de sus vidas. ¿Cómo hace nuestro Señor para que las dificultades se manifiesten a través del curso de nuestras vidas? Mediante el contacto con otras personas. Estamos destinados a tener que tratar permanentemente con otros. La mayoría de los cuales están interesados principalmente en lograr sus propios deseos, sin demasiada consideración por la felicidad de nadie más.

Es nuestro destino el haber recibido una naturaleza que requiere del contacto social con otros seres humanos. Incluso si cada persona tuviera una montaña para sí mismo, para permanecer lejos, apartado de las molestias y dificultades provocadas por la vida social, encontraríamos a gente abandonando sus refugios y buscando la compañía de otros en los valles.

¿Por qué la gente, aunque es atraída hacia los demás, generalmente prefiere alejarse de las reuniones humanas? Cada persona tiene su propia voluntad y su idea de cómo deberían hacerse las cosas, y lo más difícil es obtener el acuerdo de otro con esos deseos, e influenciarlo para que las cosas se hagan a nuestra manera. Si ejercen la autoridad sobre un pequeño círculo de personas, por ejemplo, el núcleo familiar, su influencia disminuye inmediatamente cuando pasamos al siguiente círculo de relaciones. Y de igual manera hacia abajo: cuanto más alejada está la gente de su influencia directa, es más difícil hacer valer la propia autoridad o defender la propia posición - y una unión débil en la cadena provocará la ruptura total de esa cadena. Por lo tanto, la habilidad de hacer que otros se ajusten a nuestros deseos es limitada, y esta es la causa de frustración en la gente.

Cuando Adán y Eva estuvieron solos, fueron capaces de acordar que Adán tendría la principal autoridad en los asuntos, y cuando tuvieron hijos, éstos acataron su autoridad. Pero cuando el mundo comenzó a poblarse a través de sus nietos y bisnietos, su autoridad disminuyó y se le rebelaron. Cuando él murió se dio cuenta qué ineficaz que había sido.

Todo lo que en general le ocurre a la humanidad, cada energía que pasa a su través, afecta a nuestras personalidades. Algunas de estas energías construyen en nosotros fuerza interna y rectitud, otras provocan que estas cualidades se desvanezcan. Nuestro desafío es enfrentarlas a todas y fortalecer nuestras personalidades en cualquier caso: debemos ser lo suficientemente fuertes como para afrontar todos los eventos, tanto los buenos como los malos. Buscarán escapar de circunstancias desagradables, pero generalmente, en el proceso de huida, se les presentarán cosas incluso más terribles. Hay un dicho: “Huyó de la lluvia al granizo”. Comprueben la verdad de este dicho en sus propias existencias. Pero, ¿qué podemos hacer? Sólo podemos aprender la paciencia: aumentar en fortaleza espiritual mediante el ser pacientes con el daño producido por los demás. Si reaccionamos ante cada maldad, arderemos de rabia, y no habremos ganado nada. Lo que necesitamos para ser capaces de enfrentar el mal es, primero de todo, una “cabeza fría” no empañada con rabia impulsiva. Esto es lo que todos los Profetas han enseñado a través de todos los tiempos.

La gran causa de sufrimientos en el siglo veinte (y veintiuno) es la impaciencia. Especialmente en Occidente la paciencia se ha convertido en una característica en extinción, y en vez de ser alentada por la sociedad, es despreciada y vista como un atributo de gente estúpida y explotada. A la gente en el mundo libre se le enseña que deben exigir, y que tienen el derecho a exigir todo inmediatamente. Incluso mejor si aparece frente a ellos antes de que pensaran en desearlo - eso es eficiencia. Llamar a eso “Civilización del siglo veinte” es una equivocación, porque la gente civilizada es paciente, y la verdadera civilización trata de inculcar la paciencia considerándola como una virtud.

Como esta cualidad está faltando, cuanto más alto el estándar de vida de la gente, más esperan que todo les esté disponible instantáneamente ante el toque de un botón o el golpe de un látigo, y cuando algo va mal, se enfurecen por el retraso de lo que esperan les sea dado al instante. Es terrible siquiera pensar en la condición en que quedaría la gente si sus sistemas fallaran a gran escala: no tienen la menor idea de cómo proveerse de lo que necesitan para sus vidas. Si los aparatos dejaran de funcionar, morirían - eso es todo.

Incluso peor es que la gente no está satisfecha con tener todo al alcance de sus manos, sino que quieren tener todo para sí mismos, excluyendo a los demás, tener un monopolio de toda la riqueza y el placer. Con estas características, ¿cómo alguien puede ser feliz? La educación moderna y los valores que aparecen en los medios dan la señal: “Salgan y tomen lo que quieran; si lo pueden atrapar, es de ustedes; eso es lo que importa”. Lo que necesitamos comprender es que cada uno tiene su porción, que lo que es de ustedes es de ustedes, y lo que es de él de él es. ¿Cuántas de sus posesiones pueden cargar sobre sus espaldas? Incluso un monedero es molesto; entonces, ¿cómo podrían cargar con la porción de otro? Si pretenden comer la porción de otro enfermarán, y si se ponen la ropa de otro además de la propia será demasiado caluroso. Envidiar las porciones de la gente es completamente estúpido, la mejor forma de destruir su salud y su alma.

Estamos en necesidad de un tipo diferente de educación, una educación que nos enseñe que todo en esta vida ha sido cedido a su dueño a través de la Sabiduría Divina; pero, en cambio, fomentamos malos hábitos, de manera que todo bien que otros disfrutan es una espina en nuestros costados.

Una vez, en el tiempo de Moisés, la paz sea con él, mientras se dirigía al Monte Sinaí para entrar en la privacidad con el Señor Todopoderoso, un hombre pobre se acercó a Moisés y le dijo: “Oh Moisés, soy muy pobre. Por favor, pídele a tu Señor que me dé algo que alivie mi pobreza”. Moisés le prometió que se lo diría a su Señor, luego siguió su camino. Cuando Moisés se dirigió a su Señor, le rogó por el caso de ese hombre como lo había prometido, y en respuesta Allah dijo: “Oh Moisés, dile que cualquier cosa que pida, Yo se la concederé, bajo la condición de que lo que pida también debe pedirlo para su vecino, y Yo se lo otorgaré a ambos. Cualquier cosa que su corazón desee -ganado, riquezas, tierra- Yo se los daré a él y a su vecino, porque Yo soy el Dueño de las Gracias sin fin, Yo soy el Señor, Allah”.

Cuando Moisés descendió del Monte Sinaí, ese hombre estaba esperando ansiosamente escuchar la respuesta del Señor a su súplica. “¿Qué noticias hay, Moisés?” “¡Buenas noticias! El Señor te dará todo lo que desees; la única condición es que tú debes pedir lo mismo también para tu vecino”. Entonces el hombre se puso furioso y dijo: “¡Si Él no me lo va a dar a mí con exclusión de mi vecino, no voy a pedirlo, ni lo voy a aceptar!”

Ahora decimos ser gente civilizada, pero a quién de nosotros se lo escucha decir: “Oh mi Señor, ¡hazla a ella tan bella como a mí! Yo no soy feliz siendo una reina hermosa mientras esa agradable joven es fea”. O a quién se lo escucha decir: “Oh mi Señor, ¡dale a esa persona también un Rolls Royce! Yo estoy avergonzado de manejar el mío a menos que él también tenga uno”. O a qué Primer Ministro se le escucha decir: “Oh Allah, ¡hazlos a todos Primer Ministro!”. No creo que se pueda encontrar a nadie rezando o deseando estos dones para los demás.

Nuestros egos son los que producen este egoísmo salvaje, pero el objetivo del Camino Sufí es transformar esas características salvajes en beneficiosas, como uno puede injertar corteza de un árbol de fruta dulce en el tronco de un árbol salvaje que sólo da frutas ácidas. Luego, cuando el injerto prende, las ramas de ese árbol salvaje dan fruta dulce, aunque sus raíces sigan siendo salvajes. Generalmente la humanidad crece como fue plantada, sin haber tenido cuidado de transformar sus frutas ácidas, y si no se les presta atención, la gente muere en la misma condición. Deben entender que todos los Santos Profetas fueron “jardineros” injertando características divinas en las personalidades silvestres de las personas.

La mayoría de los presentes en esta reunión son Cristianos y Judíos. La misión de Cristo fue impartir atributos divinos a la gente, y lo mismo es para todos los Profetas del Antiguo Testamento, pero ustedes han perdido la visión de ese hecho. Después de Jesús vino el Profeta Muhammad con la misma misión, pero también perdimos la visión de eso. ¿Cuál fue el resultado de todo este olvido? A lo largo de la historia cada grupo quiso considerarse a sí mismo como “poseyendo a Allah excluyendo a los demás”, y nunca les gusta la idea de que Allah también escucha las oraciones del otro grupo, y considera su mérito por su propio criterio. No sólo nuestras características de codicia nos velan de la verdad de nuestro Señor, siendo el Señor de todos, sino que incluso dentro de las religiones han surgido tantas sectas, principalmente para que la gente reclame la absoluta posesión de Allah. El resultado de esto ha sido que los Musulmanes odien a los Cristianos y viceversa; pero nuestros Profetas no fueron enviados para enseñarnos a odiarnos unos a otros; y ahora los Cristianos odian a los Cristianos, y los Musulmanes odian a los Musulmanes, y en general todos se han vuelto en contra incluso de su propio hermano.

Vean, nuestro Señor dijo: “Dile a esa persona que pida para su vecino lo que me pida para sí misma”, ese es el mandato llamado ‘la regla dorada’; pero ahora, al igual que el oro ha sido remplazado primero por la plata y luego por el papel, así la regla dorada hace mucho que está fuera de circulación en nuestros intercambios.


Deben saber que su valor se determina por la magnanimidad de su corazón. Antiguamente las virtudes se reconocían como tales aunque tal vez pocos las conseguían; hoy en día ni tan siquiera son apreciadas. La gente sólo es valorada de acuerdo a su belleza o riqueza, y llegan a evaluar las relaciones en base a la ganancia material. Esto es una vergüenza, y pido a nuestro Señor que nos perdone.

jueves, 13 de agosto de 2015

Respeto hacia todos: Nadie es rechazado

Sohbet dado por Mawlana Sheykh Nazim Al-Haqqani (qs)

Hoy, mientras estaba rezando, se me presentó un asunto importante en el espejo de mi corazón, un tema que necesita ser hablado. ¿Cuál es la postura de cada persona hacia el resto de la humanidad, y hacia el resto de la creación en general? Cada persona, cada ser, es por naturaleza egocéntrico, aunque esté constantemente interactuando con otros a su alrededor. Todos dividen a los seres humanos en diferentes categorías: aquellos con los que tienen más en común y con los que tienen más cosas opuestas - y cuanto menos haya en común, más crítica se hace la pregunta. Entonces, como seguidores de cierta religión, deben preguntarse cuál es la actitud que deben tener hacia los miembros de otras religiones. Como hombres, qué tipo de actitud tienen hacia las mujeres, o como mujeres hacia los hombres; como una persona mayor hacia los jóvenes, o como un joven hacia los mayores; como una persona rica hacia los pobres, o como un pobre hacia los ricos; como una persona culta hacia un ignorante; cuál es su actitud, como seres humanos, hacia los animales, plantas objetos inanimados, hacia todo lo que existe.

El bendito Profeta Muhammad, la paz sea con él, llamó la atención de la humanidad sobre este tema cuando dijo: “Mi Señor me ha enseñado a mostrar respeto ante todos, a mantener las buenas maneras; y mi Señor ha perfeccionado Sus enseñanzas”. Ahora necesitamos conocer cuáles son las mejores maneras, y cómo nos ayudan a mostrar respeto a todas las criaturas de acuerdo a sus respectivos niveles, ya que si bien Allah Todopoderoso ha hecho a todas las criaturas dignas de respeto, Él ha honrado especialmente a la humanidad. Estamos invitados a comprender todo el potencial de ese honor a través del perfeccionamiento de nuestras relaciones con todo lo que nos rodea.

Esta perfección nos busca un equilibrio en nuestras relaciones, junto con la percepción de las diferencias entre los seres y a una capacidad de ajustar nuestro comportamiento de acuerdo a estas diferencias, porque las criaturas de Allah, especialmente los seres humanos, no son producciones industriales, en masa y cortados con el mismo molde. Cada persona tiene su propia y única forma, características y capacidades - no podrán encontrar dos personas exactamente iguales, incluso los gemelos idénticos pueden diferir drásticamente en el carácter. Todos tienen algo distintivo, y debemos observar estas marcas distintivas y variables, y de esta forma recibiremos Sabiduría Divina y nos maravillaremos ante el Poder de nuestro Señor. ¿Para quién más pudo crear tal diversidad? Tanto si miran alrededor a sus semejantes, o a las estrellas en el cielo, sabrán, por sus infinitas variaciones, que sólo Allah pudo haber creado el universo.

Los seres humanos, la “Corona de la Creación”, son candidatos para el honorable rango de “Representante de Allah en la Tierra” (Jalifullah min al-ard). Somos seres a los que se les ha concedido el potencial de descubrir un gran secreto dentro de nosotros mismos. Si en un descuido no nos esforzamos por él, se mantendrá profundamente escondido en nuestro interior. ¿Cuál es el gran secreto dentro del hombre que debe descubrir para alcanzar su rango? Es comprender que somos la manifestación de uno de los eternos Atributos Divinos de nuestro Señor. Cada persona manifiesta un atributo diferente, no importa cuántos billones de personas aparezcan y desaparezcan de esta tierra, cada una manifiesta un aspecto único de la Realidad Divina. Cada Atributo Divino es distinto, y cuando se descubre por completo, igualmente Divino. Por lo tanto, nuestro Señor no hace diferencia de las formas externas, pero siempre recuerda los estados de nuestros corazones, ya que el corazón de cada hombre es un trono entre los infinitos tronos de Allah Todopoderoso. Ese corazón no es el órgano de nuestro pecho, sólo es representado por él de una forma figurativa. En el verdadero corazón, el “corazón de corazones”, hay un trono y el Todopoderoso aparece en ese trono a través del atributo distintivo que se manifiesta en cada uno, y en ningún otro lado en la creación.

Por lo tanto, deben respetar a todos, ya que en realidad, ese respeto es el respeto por su Señor dentro de ellos. Esa es la forma en que nuestro Profeta trataba a la gente, el camino que enseña el verdadero Islam; una desviación de este “Camino de las buenas maneras” es una peligrosa innovación (bid'a). El respeto que debemos mostrar a los demás seres humanos es tal, que si naciera un bebé, respirara tres veces y muriera, le daríamos un nombre, lavaríamos su cuerpo y rezaríamos por él la oración fúnebre; y si no hubiera nadie más para realizar esos ritos, incluso el mismo rey sería llamado a hacerlo, aunque ese bebé hubiera nacido de sus súbditos de la condición social más baja.

¿Y qué hay si el vivo o el muerto es de otra religión, o sin religión, le mostraremos menos respeto? Un día el bendito Profeta estaba sentado con sus compañeros cuando pasó un cortejo fúnebre. El bendito Profeta se paró como signo de respeto hacia esa alma que había partido. Uno de los compañeros dijo: “Oh Mensajero de Allah, ese es el cuerpo de uno de los idólatras. ¿Le estás mostrando respeto a esa gente?”. Lo que dijo ese compañero fue una señal de malos modales, y él inmediatamente se lamentó. ¿Acaso el Profeta no sabe si esa persona muerta y aquellos en la procesión son musulmanes o adoradores de ídolos? Si no lo sabe, ¿cómo puede ser un Profeta? Pero como los compañeros tenían diferentes niveles de comprensión y de modales, creciendo gradualmente hacia la perfección, el Profeta era siempre paciente con aquellos que mostraban esas actitudes desafiantes; él le explicó sus acciones a ese compañero de acuerdo a su nivel de comprensión - que era el nivel común. ¡Y qué difícil para el creyente común, cuyos sentimientos humanos son captados por el ir y venir de los eventos diarios, entender cómo el Profeta le dio respeto a gente que estaba activamente ocupada en la opresión de los musulmanes, matándolos y boicoteándolos, y en general mostrando cualidades abominables! ¡Qué difícil para la gente común hacer una distinción entre las malas acciones de la gente y las Realidades Divinas escondidas y veladas, aunque presentes e inalteradas, en el corazón de los corazones, y de esta forma comprender por qué no debemos odiar a nuestros enemigos! Tal entendimiento hace a una persona elegible para recibir los Secretos Divinos, siendo una categoría de conocimiento que se le instruyó al Profeta que revelara sólo a iniciados.

Por lo tanto, para guiar a ese compañero en la dirección de esta realidad, sin revelarle aquello que no pudiera comprender, el bendito Profeta le dijo: “Sí, estos son incrédulos, pero debes saber que cada uno tiene ángeles acompañándolo, anotando sus buenas y malas acciones, y el ángel de la muerte, Azrail, también está acompañando al hombre muerto: yo me quedé parado por respeto a esos ángeles”. De esta forma el bendito Profeta enseña a todos los musulmanes a mostrar respeto a toda la gente, viva o muerta, sin importar cuán terribles puedan ser sus acciones.

Mawlana Jalaluddin Rumi, un Santo conocido a través de Oriente y Occidente, una vez estaba cruzando una plaza cuando un sacerdote pasó a su lado e inclinó su cabeza por respeto. Mawlana devolvió el saludo inclinándose incluso más, desde la cintura. La gente le preguntó: “¿Cómo es que se inclina frente a un sacerdote (que representa una religión que fracasó en reconocer al bendito Profeta del Islam)?”. En el Islam, la inclinación es un gesto generalmente reservado para las devociones a Allah, siendo que más comúnmente se usan otros signos de respeto.

Luego Mawlana les respondió, en un nivel de acuerdo a su comprensión: “Ese sacerdote fue humilde frente a nosotros. Él es cristiano, nosotros somos musulmanes; y el Islam representa la culminación de todo bien encontrado en el Cristianismo. Por lo tanto, si él es humilde, debemos esforzarnos para ser aún más humildes”.

Esta explicación es real, pero a un nivel más profundo, esta reciprocidad del saludo debe ser entendida como respeto hacia la verdadera personalidad, la Personalidad Divina de ese sacerdote - ya que es sólo el Todopoderoso quien viste a Sus siervos en diferentes formas externas y los predispone para diferentes tipos de acciones. Mawlana reconoció que fue su Señor que lo vistió a él como un Sheykh y a ese hombre como sacerdote; y si Él quiere, puede hacer que se intercambien los roles, que cada uno de los corazones se adhiera a la religión del otro en un segundo; ¿y quién puede decir lo que hará Allah? ¿Qué hay debajo de esas ropas sino el Trono de Allah, en una única manifestación de personalidad?

En el Sagrado Corán se relata que cuando Allah Todopoderoso creó a Adán, Él le ordenó a todos los ángeles que se postraran frente a él. ¿Piensan que Allah Todopoderoso les ordenó que alabaran a otro que no fuera Él? Todos los ángeles eran capaces de percibir esa Manifestación Divina en Adán, y ellos reverenciaron a su Señor postrándose frente a Adán. Pero también estaba presente Satán, que estaba velado por la envidia, y dijo: “¿Qué es él para que yo tenga que adorarlo? Yo sólo adoro a Allah”. Pero Satán no pudo ver lo que había dentro de Adán: todos los Nombres Sagrados de Allah que iban a manifestarse a través de toda su descendencia. Si todos esos velos de envidia hubieran sido quitados, él habría sido el primero en obedecer. La envidia nos vela de esta visión, y desafortunadamente, impidió a muchos representantes de anteriores religiones reveladas, reconocer al Profeta Muhammad cuando vino, el verdadero hermano de los Profetas que ellos veneran.

Si nosotros podemos recordar que la presencia de este secreto Divino está en el corazón de la gente, y pasamos por alto sus formas externas y acciones, aprenderemos de todo y de todos, y aumentaremos en sabiduría. Sólo con esta visión podemos aspirar a una magnanimidad que cause que buenas acciones aparezcan en la gente, para que un rayo de su Esencia Divina brille y anime a los velos del ego a levantarse. El respeto a la Naturaleza Divina del hombre lleva a la familiaridad entre la gente, y la familiaridad abre el camino al amor, y todo el amor pertenece a nuestro Señor.

Nuestra principal responsabilidad en la vida es limpiar las malas características que cubren nuestras Personalidades Divinas, y una vez que hayamos logrado esto, ayudar a otros a liberarse a sí mismos de esa pesada carga. Siempre debemos recordar la naturaleza sacrosanta de las almas. Miren, Sayyidina Umar, quien se convertiría en el segundo Califa del Islam, fue hacia el bendito Profeta con la intención de matarlo, pero después de acercarse a él se fue con el corazón lleno de amor y bondad. Él era el mismo hombre, la esencia de su ser nunca cambió, sólo varió su actitud. Por eso debemos siempre tener cuidado de decir “aquel es una mala persona”. No pueden decir eso de su verdadera esencia, no.

Aunque nosotros consideremos las esencias de la gente, no aceptamos sus malas acciones, sino que les “disparamos” de la misma forma que un cirujano extirpa un tumor de un paciente y deja el tejido sano dentro de él: sabe distinguir entre un tejido sano y uno canceroso, y saca lo que es peligroso...

Ese es el método practicado por todos los Profetas de todas las religiones reveladas desde el principio al fin. Ayudar a la gente a purificarse de las características destructivas fue la misión de Moisés, de Jesús y también del Sello de los Profetas, Muhammad, la paz sea con todo ellos, a quien su Señor le ordenó: “Purifícalos”. Todos trabajaron para este fin y nunca se desesperaron por el éxito, ya que tenían la certeza de que un tesoro se mantenía oculto en el corazón de la gente. Si ustedes tienen un diamante y luego cae al inodoro, ¿tirarían de la cadena para que se fuese junto con los deshechos? ¿Alguien sugeriría algo así? Tal vez alguna gente orgullosa o débil de estómago llamaría a un sirviente para sacarlo, pero nadie en sus cabales tiraría agua al inodoro para que se fuese. Cuando recuperaran ese diamante lo lavarían con abundante agua y jabón, tal vez lo sumergirían en aceite de rosa, y luego lo devolverían a su dedo. Nadie pensará que el diamante está sucio. Los diamantes no absorben las cualidades del lugar donde caen - las almas son iguales.

En nuestro tiempo muchas personas buscan puntos en común en los que los seguidores de todas las religiones se puedan basar, una escuela de pensamiento que trace su hilo a través de todas las verdaderas inspiraciones. Este es ese punto en común: aspiren a un entendimiento más profundo a través de su religión, un entendimiento que les abrirá los ojos a la presencia del Uno en todas las cosas, eso les revelará la respetabilidad de todas las criaturas, especialmente los seres humanos, y les permitirá desistir de odiar a quienes hacen el mal, aún mientras se opongan a sus creencias. Esta visión nos distanciará de esa identidad, que está como en rótulos, que evoca fervor o enemistad: Americanos, Rusos, Alemanes, Turcos, Griegos, Armenios, Judíos, Cristianos, Musulmanes, Budistas, etc. y nos acerca a la comprensión de que nuestro Señor nos ha honrado a todos por igual a través de la presencia universal de Su Esencia Divina en nuestros corazones. Desde ese ventajoso punto veremos que nuestro Señor nos ha dado, a través de esa Esencia, características maravillosas y únicas, e hizo de cada uno de nosotros una manifestación de Sus Atributos Divinos.

Entonces también nos quedará claro que los velos del ego que cubren nuestra esencia son tan variados y sutiles como las diferencias en la manifestación de la esencia; todos tenemos “trampas del ego” que son únicas, designadas para atrapar su única alma - y evitar o escaparse de estas trampas es la esencia del conocimiento del Camino. Sólo aquel que se acerque a su Señor con sincera devoción descubrirá este camino, y esta sinceridad es lo que nuestro Señor desea de nosotros, lo que tiene verdadero valor, como Él dice en Su Libro Sagrado: “El mejor (o más honorable) de ustedes es el más sinceramente piadoso y temeroso de Allah”. En otras palabras, nuestro Señor nos ha honrado a todos, pero reserva Sus más altos honores para aquellos que se esfuerzan hacia Él.

El Profeta Muhammad, la paz sea con él, fue dotado con la más amplia comprensión del significado del santo verso: “Hemos honrado a todos los hijos de Adán”, la comprensión de la presencia del Uno en la multiplicidad. Mawlana Jalaluddin Rumi tuvo la distinción de declarar estas realidades más abiertamente a todas las Naciones, invitando a toda la gente incondicionalmente a través de una puerta abierta, diciendo:

Ven, ven, quienquiera que seas, vuelve.
Seas incrédulo, mago o idólatra, vuelve.
¡La nuestra no es una Dergah de desesperanza!
Aunque hayas roto tu arrepentimiento cientos de veces, vuelve.


Como Allah Todopoderoso abre Sus puertas a todos Sus siervos, así nosotros aceptamos a los siervos de nuestro Señor. Nosotros no somos fanáticos que pasan sus vidas interrogando a aquellos que buscan mitigar su sed en la fuente. Este es el camino de nuestro Grandsheykh, que declaró: “Yo soy un defensor para todos los hijos de Adán en el Ultimo Día”. Cuando alguien llega a nuestra puerta, sabemos quién lo envió, por lo tanto no podemos rechazarlo.

martes, 26 de mayo de 2015

El Poder del Amor

El amor es hermoso para el Señor y para Sus siervos. Si hacéis algo con amor, deberá ser aceptado por el Señor, y Él deberá hacerlo agradable ante vosotros. Si amáis vuestro trabajo os será fácil hacerlo, sino sólo será una carga. El Señor dice: "Yo no estoy necesitado de vuestras devociones, Sólo busco el amor con el que son ofrecidas." Oh siervos del Señor, oh creyentes, no paséis por alto este punto. ¡No seáis como esclavos remando en un barco - si rezáis, debéis hacerlo con amor, no a la fuerza, como si un capataz de esclavos estuviera parado ante vosotros con un látigo! A Dios no le agradan esas oraciones forzadas. Tratamos de realizar todas las prácticas pero nos olvidamos de pedir por el Amor Divino, convirtiéndonos en robots, o como aquellos que hacen gimnasia.

Allah nos ha pedido que comprometamos nuestros cuerpos en Sus devociones y en el servicio a Su creación a través de caridad y buenas acciones, ¿pero cuál debe ser el fruto de esas acciones? Si no es el amor, el fruto es amargo y es rechazado. Si nuestra devoción provoca que el Amor de Allah crezca en nuestros corazones, entonces debemos mantener esa práctica y continuar en nuestro camino; y si mantenemos la compañía de un maestro espiritual, y vemos que a través de su compañía el amor de Allah se despierta en nuestros corazones, entonces debemos seguirlo estrechamente.

El Amor de Allah no es fácil de alcanzar, ya que no podemos imaginarlo; por lo tanto, el Todopoderoso ha hecho a los Profetas apóstoles de Su Amor. El Amado de Allah, el Sello de los Profetas, Muhammad, la paz sea con él, fue un canal tan puro para la transmisión de ese amor que los corazones de sus compañeros estaban sumidos en su amor, y eran transportados hacia el amor de Allah. Él era el representante de Allah, que es la Absoluta Verdad; por lo tanto, el Profeta declaró: "Quien me haya visto ha visto la Absoluta Verdad".

Cuando una delegación de no musulmanes fue a visitar Medina, quedaron sorprendidos por el amor y el respeto que sus compañeros le mostraban al Profeta. Cuando regresaron a su hogar le dijeron a su líder: "Hemos conocido muchos emperadores, reyes y jefes tribales, pero nunca hemos visto a uno al que sus súbditos o cortesanos trataran con tal devoción y amor sincero. ¿Cómo puede ser esto?" No eran capaces de comprender el secreto de este amor, ya que sus egos habían negado que Muhammad fuera Profeta. El amor de los compañeros hacia el Profeta era tal que solían decirle: "Estoy preparado para sacrificar por ti incluso a mi madre y a mi padre", que para los árabes, es más que decir: "Me sacrificaría por ti". Y verdaderamente muchos de ellos sufrieron penalidades casi intolerables en nombre de su creencia en la misión del Santo Profeta: exilio, desheredación, boicot, tortura y muerte.

¿Quiénes representaron al Santo Profeta después de su vida en la tierra? Aquellos que evocaron ese amor. El Profeta los describió: "Aquellos que los vean recordarán a Dios". Aquel que tenga sed por el Amor Divino debe buscar esta gente. Pero en nuestro tiempo la mayoría están escondidos, y el Islam para mucha gente se ha convertido solo en una serie de reglas de conducta y formas de devoción - un caracol vacío. ¿Quién puede obtener sabor de algo así? ¿Las mezquitas serán solo gimnasios? Y ahora los "profesores de gimnasia" se oponen a los Caminos Sufíes, que son los caminos del corazón, caminos que llevan hacia el Amor de Dios.

¡Nuestro Señor nos ha dado un instrumento que no mide nuestra presión sanguínea, sino nuestra "presión de amor" y nuestro objetivo es hacer que suba! Sí, intenten mejorar cada día, ya que el Santo Profeta dijo: "Quienquiera que no mejore cada día está retrocediendo." ¿Qué significa esto? No significa que si rezamos cuarenta oraciones hoy, debemos rezar cuarenta y una mañana y cuarenta y dos el siguiente día. No, no es necesario, el objetivo es que llenen sus devociones cada vez con más amor de su Señor, para que Él observe: "Mi siervo hoy ha mostrado más amor hacia Mi que ayer". Uno de nuestros Grandsheykhs resumió perfectamente lo que estoy tratando de decir: "El peso de un átomo de amor vale más que setenta años de devoción sin amor".


Maulana Sheykh Nazim al-Hakkani (qs)

domingo, 19 de abril de 2015

El Bendito Mes de Rajab

Bismillahi Rahmani Rahim

¡Bienvenido sea el mes sagrado de Rajab!  Que las bendiciones de este mes tan especial nos permitan acercarnos a la sinceridad para con nuestro Señor, limpiar nuestra condición, y volvernos hacia Él en nuestros asuntos.

Allah ha concedido en este mes el regalo de una de las noches sagradas del año: Laylatul Raghaib o la Noche de los Deseos, la Noche (en el magrib de Jueves) del primer Viernes de Rajab, que en esta ocasión se celebra desde el atardecer del jueves 23 hasta el amanecer del viernes 24 de abril próximos. Es la noche en que fue concebido el Santo Profeta Muhammad (la bendición y la paz de Dios sean sobre él).

Según nos informó el Mensajero de Allah, que la bendición y la paz de Allah sean con él, el mes de Rajab es el mes de Allah, glorificado sea, el mes siguiente, es decir, el mes de Sha'ban, es el mes del Mensajero, que la bendición y la paz de Allah sean con él, y el mes siguiente, es decir, Ramadán, es el mes de la Ummah o la Comunidad de los Creyentes.

Y se denomina de Allah, de modo especial -si bien todo Le pertenece- debido a que Él envía bendiciones sólo conocidas por Él en este mes especial.  Hay una profusión exclusiva de Él en este mes.

Asimismo, Rajab marca el inicio de nuestra aproximación al mes de Ramadán, y marca nuestra preparación para llegar al Ramadán, el mes más sagrado del año, en un estado agradable a Allah.

Tal como nos lo explica Sheykh Abdul Kerim Effendi, nuestro maestro, en Rajab se siembra, en Sha'ban se cultiva y en Ramadán se cosecha.

Se recomienda iniciar una práctica de ayunos en Rajab y en Sha'ban; en especial, el ayuno del primer jueves de Rajab, a fin de entrar tras un ayuno a la noche sagrada de Laylatul Raghaib.
Los murids en la dergah Osmanli Naksibendi de Sheykh Abdul Kerim Effendi, asimismo, han puesto la intención de ayunar todos los lunes y jueves de Rajab y Sha'ban hasta la llegada de Ramadán.

Dijo el Mensajero de Allah, que Dios le bendiga y le prodigue paz: "Aquél que observa un día de ayuno en Rajab es como aquél que ha ayunado por cuarenta años".

Una vez, un Compañero del Profeta (asws), Hazrat Subaan, que Allah esté complacido con él, acompañó a nuestro Profeta mientras éste estaba en un cementerio. Y vio que el Mensajero de Allah, que Allah le bendiga y le conceda paz, se puso triste y dijo:

"Subaan, la gente enterrada aquí está siendo castigada. Le pedí a Allah que redujera su castigo. Si tan sólo hubieran observado un día de ayuno y permanecido despiertos una noche en adoración en Rajab, se habrían salvado de este castigo en las tumbas".

Su Compañero le preguntó: "¿Ayunar un sólo día y permanecer despierto ocupado en la adoración los habría salvado?"

Le respondió: "Así es. Juro por aquél en Cuya Mano se encuentra mi alma que no hay hombre o mujer musulmanes que si observa un solo día de ayuno en Rajab y permanece ocupado adorando a Allah por sólo una noche, Allah no escriba para esa persona un año entero de actos de adoración en su libro de obras".

En particular, la celebración, mediante ayuno y oraciones nocturnas, de Laylatul Raghaib, es uno de los actos más valiosos que podemos hacer durante el año.

En esa noche bendita informan muchos sheykhs y hombres de conocimiento que la Luz Pura del más amado de Allah, nuestro Maestro y Mensajero Sayyidina Muhammad, que la bendición y la paz de Allah sean sin límite sobre él, pasó de su padre, 'Abdullah ibn Abdul Muttalib, que Allah esté complacido con él, al vientre de su bendita madre Amina, que Allah esté complacido con ella, por ser la noche de la concepción física de Sayyidina Muhammad (asws).

Esa noche los ángeles se reúnen en número incontable para recibir de Allah bendiciones para sus siervos en la humanidad, bendiciones en un número que sólo Allah conoce. Allah concede a sus siervos adorándoLe esa noche un inmenso perdón, gracias que este mundo no es capaz de soportar si se pusieran al descubierto, y atiende las súplicas que se Le dirigen.

En Laylatul Raghaib el Mensajero de Allah (asws) recibió a lo largo de su vida numerosos obsequios de su Señor.

Y en el mismo mes sagrado de Rajab, la noche 27, Allah hizo ascender en cuerpo físico a su más amado siervo a Su presencia, más allá de lo que concedió jamás a nadie acercársele, en lo que recordamos como Laylatul Mir'aj, la Noche de la Ascensión.

Ciertos días son muy especiales porque en ellos abunda la misericordia del Señor, Su gracia y Generosidad inunda como el océano, Él absuelve y concede Su perdón en Sus sirvientes, y Él trae la alegría a aquéllos que se arrepienten ante Él, honrándolos con el Paraíso y Su Belleza. Es a través de Su divina misericordia que Él nos concede tales días, tales noches, tales horas.

Estos tiempos especiales incluyen la primera noche del mes de Rajab, y la primera noche del jueves de ese mismo mes. La siguiente noble Tradición fue reportada por el venerado Hassan, el querido nieto del bendito Profeta:

“Hay cuatro noches en el año cuando la misericordia de Allah, Su perdón, Su generosidad, Su recompensa cae como la lluvia sobre este el mundo. Benditos son aquellos que saben o vendrán a saber el valor de estas noches, a saber: 1) la primera noche del noble mes de Rajab; 2) la noche llamada Bara’a (la Absolución), la decimoquinta noche del noble mes de Sha’ban; 3) la noche de la fiesta de Ramadán; 4) la noche de la fiesta del Sacrificio".

Aquéllos que aprecian el valor y el mérito de tales noches no pasan estos benditos momentos en la desobediencia sino en el culto y la obediencia, caridad y buenas acciones, oración y súplica. En tales noches ellos obtienen el Buen Placer (ridwan) de su Señor.

El bendito Mensajero (asws) dijo:

"Si alguien guarda la vigilia en la primera noche del mes de Rajab en recuerdo de Dios, mientras otros corazones mueren, su corazón no morirá. El Uno Todo Glorioso sumerge a ese sirviente en Su misericordia y lo deja limpio de errores y sus consecuencias como en el día en que su madre lo dio a luz. A través de la misericordia de esa noche, él recibe el permiso para interceder por setenta personas condenadas al Infierno".

¡Qué gracia y generosidad nosotros vemos aquí!... No sólo él es perdonado sino que también recibe la autoridad para interceder por otras setenta personas. ¡Qué gracia, qué generosidad, que noche tan bendita es esta! ¿Qué se le puede decir a aquéllos que no pueden apreciar el valor y la recompensa de esta noche, que se apartan de Allah y siguen otros caminos, quienes no aprecian lo valioso de sus vidas y la tiran a los vientos?

El bendito Mensajero (asws) dijo: "Oh Comunidad, benefíciense del Mes de Allah. El mes de Rajab es ciertamente el Mes de Allah. Si alguien espera la recompensa de Allah, ayunará durante un día por ese mes, y el Paraíso será suyo por derecho. Él experimentará el Paraíso.”

Nuestro Mensajero noble dijo que en la noche de su Ascensión vio un río en el Paraíso donde el agua era más dulce que la miel, más fría que la nieve y olía más dulcemente que el almizcle. Él le preguntó a Gabriel, con él sea la paz: "¿Quién bebe de este río?" El bendito Gabriel contestó: "El nombre de este río es Rajab. Si cualquier miembro de tu Comunidad ayuna en el mes de Rajab y pronuncia bendiciones sobre ti, el Señor Exaltado le concederá que él beba de este río".

Aquéllos que desean beber de este río deben ayunar en Rajab, “el Mes de Allah”, y enviar las bendiciones al Mensajero del Omnipotente, el Intercesor en el Día de Juicio.

Cuando el mes de Rajab ha terminado y entra en la Presencia Divina, el Todo Glorioso y Exaltado le dice: "¡Oh Mi Mes! Te pregunto si ellos te han amado. Mis sirvientes, ¿te han tratado con respeto?" El mes de Rajab no dirá nada en respuesta, aunque el Señor hará una y otra vez la misma pregunta hasta que finalmente Rajab dice: "¡Oh Señor, Tú eres el que cubre todas las faltas! Les has ordenado a Tus servidores que cubran las faltas de otros. Tu Mensajero me nombró el ‘Mes Sordo’. Yo he oído lo que Tus servidores han entregado por amor, pero fui sordo a su desobediencia y error". Esto explica por qué el mes de Rajab es conocido como el “Mes Sordo”.

El Uno Todo Glorioso dice: "Tú eres Mi mes, no oyes ningún error. Desde que aceptaste a Mis siervos junto con sus errores, yo he hecho lo mismo y los he perdonado por tu causa. Con tal de que ellos muestren el conciencia de arrepentimiento una vez, les perdonaré cualquier transgresión que hayan cometido durante tu Mes".

Otra razón por la que el mes de Rajab se llama el “Mes Sordo” es esta: dos ángeles de registro siempre están en a nuestro lado anotando las cosas buenas y malas que nosotros hacemos, pero es una peculiaridad de Rajab que durante este mes ellos graban sólo nuestras acciones dignas y no las malas. Entonces en este mes de Rajab las malas acciones de aquéllos que despliegan penitencia y remordimiento de la vista y oído de los ángeles, ellos no pueden grabarlos.

El significado literal de Rajab es: “Venerar, considerar grande". Los custodios de la Kaaba la mantienen abierta desde el primero de Rajab al último, en reverencia y respeto por este mes. En otros meses, ellos mantienen la Kaaba cerrada excepto los lunes y jueves. Ellos dicen: "Este mes es el Mes de La Realidad Divina y esta casa es la Casa de Allah. Ya que el ser humano es servidor de la Realidad Divina, ¿cómo nosotros podemos dejarlo fuera de Su Casa durante el Mes de Allah?"

Había una vez una mujer en la Sagrada Mezquita en Jerusalén. Ella trabajaba como empleada de servicio para complacer a Allah. Cuando Rajab llegaba, ella agregaba el Sura al-Ijlas doce veces en honor de este mes a su práctica diaria. Durante un año ella continuó su práctica usual de recitar este capítulo especial del Sagrado Qur’an, cuando un día ella clamó: "Oh hijo mío, mi muerte está cercana. Cuando Allah me lleve lejos quiero que tú me envuelvas en una mortaja hecha por mí de estas ropas viejas que yo siempre he llevado mientras le rendía culto a mi Señor y cuando servía". Éste fue su última voluntad.

Unos días después ella murió (o más bien, pasó al otro reino de ser, porque los creyentes se transforman; son sólo los incrédulos los que mueren), pero el hijo no llevó a cabo el testamento de su madre. Él compró una nueva mortaja para enrollar a su madre en ella. Él se sentía mal ante amigos y enemigos por igual acerca de no haber hecho su mortaja con su ropa vieja. Esa noche él vio a su madre en un sueño. Ella le preguntaba a manera de reproche: "¿Por qué no has llevado a cabo mi testamento?"

Cuando llegó la mañana el hijo tomó la ropa vieja de su madre y se dirigió hacia el cementerio; no tenía ninguna otra opción que abrir la tumba de su madre, y seguir sus instrucciones ya que en su sueño ella le había dicho: "¿Por qué no has llevado a cabo mi testamento? Estoy disgustada contigo. Sostengo esto contra ti.”

Pero cuando él miró, la tumba estaba vacía. Su madre no estaba en ella. Él estaba desolado. Sólo ayer él la había enterrado aquí con sus propias manos y le había realizado los últimos ritos. Él empezó a llorar; ¿qué él iba a hacer ahora? Oyó una voz diciéndole: “¿Acaso no lo has oído, no lo sabías? Si alguien honra Rajab, que es Nuestro mes, Nosotros no dejamos a esa persona sola en la tumba”.

Aquéllos que sirven a Allah, que aman a Allah y son amigos de Allah no son dejados en la oscuridad. Cuando ellos dejan este mundo, encuentran la felicidad eterna. Ellos marchan a la vida eterna. A ellos se les otorgan las recompensas que ningún ojo ha visto alguna vez, u oído escuchado, inconcebibles a la mente humana y al corazón. Saquen provecho de tales días; tomen la oportunidad que ellos presentan. Luego de un tiempo tú serás tomado de esta casa de invitados en un ataúd y, al dolor de tus amigos y al deleite de tus enemigos, serás depositado a ese agujero terrible, solo allí con tus acciones.
En estos tres meses (Rajab, Sha’ban, Ramadán) sobre todo, Su misericordia y Su generosidad son desbordantes. Todas las noches una Voz puede oírse:

“¿No hay ninguno que nos ame para que Nosotros le amemos? ¿No hay ninguno que se arrepienta para que Nosotros podamos aceptar su arrepentimiento? ¿No hay ninguno que busque el perdón para que Nosotros podamos perdonarle? ¿No hay ninguno con demande para que Nosotros podamos concederle? ¿No hay ninguno buscando el Paraíso para que Nosotros podamos dárselo? ¿No hay ninguno buscándome para que yo pueda mostrarle Mi Belleza?".

El venerado Abu Bakr (ra) dijo: "La primera noche del viernes de Rajab es la que nosotros llamamos Laylat al-Raghaib. En el tercer cuarto de esa noche, hacia la mañana, los ángeles del cielo y de la tierra se reúnen frente a la Ka’aba y realizan su súplica a Alláh. El Uno Todo Glorioso les dice: “Oh Mis ángeles, pregúntenMe lo que deseen. . .” Los ángeles contestan: “Lo que nosotros preguntamos de Tu Ser más Glorioso y Exaltado es si perdonas a la Comunidad de Muhammad que guarda ayuno en honor del mes de Rajab”.

El Señor de la Majestad dice: “Ciertamente los perdono y los alegro con el Paraíso y Mi Belleza”. Diciendo esto, Él nos sumerge, a la Comunidad de Muhammad, en Su misericordia".

La venerada A’isha, Madre de los Creyentes, informó lo siguiente acerca del bendito Mensajero:

"En el Día de la Resurrección todos los seres humanos tendrán hambre. Las únicas excepciones serán los Profetas, las familias de los Profetas, y aquéllos que ayunen los meses de Rajab, Sha’ban y Ramadán. Aquéllos que ayunen los meses de Rajab, Sha’ban y Ramadán no experimentarán ni el hambre ni la sed".

También se informa que el bendito Mensajero de Allah (asws) dijo: "Cuando llegue el Día de la Resurrección, un heraldo proclamará: “¿Dónde están aquéllos que ayunaron en honor del mes de Rajab?".

Después de esto una luz aparecerá. Gabriel y Miquel seguirán la dirección de la luz. Aquéllos que honran el mes de Rajab y guardan el ayuno los seguirán y pasarán como un relámpago por el puente del Infierno llamado Sirat. Cuando ellos hayan hecho ese terrible cruce, ellos agradecerán a Alláh por haberlos cruzado a través del Sirat. Cuando ellos realicen la postración oirán una Voz que les dirá: "Oh ustedes quienes respetaron el mes de Rajab, levanten sus cabezas de la postración. ¡Ahora entren a sus moradas en el Paraíso y saboreen el puro deleite!".  Así serán los favores mostrados a aquéllos que honren a Rajab.

El bendito Mensajero (asws) dijo: "Si ustedes desean que sus almas sean llevadas en el momento de la muerte en consuelo y sin dolor o sedientas, que estén protegidas en ese momento del mal de la negatividad y morir en la luz de la fe, entonces arrepiéntanse con pesar de sus pasados errores cometidos durante el mes de Rajab e inviertan la mayoría de sus días en ayunar. Recuerden muy a menudo a su Señor. Entren a salvo en el Paraíso por gracia de su Señor".

Nuestro Maestro Sahib us Sayf Sheykh Abdul Kerim al-Kibrisi nos llama a aprovechar este mes para despertarnos de nuestro estado de negligencia, y abrirnos a los ríos de misericordia que nos envía directamente Allah.

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Du’a de Wali Abbas

(Para ser leído 3 veces por día durante el mes de Rajab, según recomendación de Maulana Shaykh Nazim al-Hakkani (qs).)

Hubo un asaltante de caminos en el tiempo del Profeta Muhammad, la bendición y la paz de Dios sea sobre él.  Esperaba en los caminos después de medianoche y salía a robar.  Nadie pudo capturarle en vida.  Dicha persona era conocida por sus fechorías, y el Mensajero de Allah, la bendición y la paz de Dios sean sobre él, le maldijo diciendo que se negaría a asistir al funeral de dicha persona por los males que había cometido esa persona a los demás.

Finalmente, esa persona murió.  Al conocer del rechazo que mostró el Mensajero (asws) hacia esa persona en vida, su cuerpo fue llevado por las calles a fin de lanzarle en algún paraje, no en un cementerio.

Cuando eso iba a ocurrir, el Ángel Gabriel, la paz sea con él, se acercó al Mensajero (asws) y le dijo: Allah ordena que esa persona sea recogida y enterrada en el cementerio y que hagas la oración fúnebre por él.  Allah me manda a decirte que esa persona es uno de sus siervos amados.

Intrigado en gran medida, el Mensajero (asws) fue con Abu Bakr as Siddiq al lugar donde estaba el cuerpo.  Abu Bakr observó un comportamiento distinto en el Profeta (asws) y éste le dijo que había una gran cantidad de ángeles que habían acudido al lugar.

Se hizo el entierro.  Al retirarse, el Mensajero (asws) esperó una clarificación por parte del ángel Gabriel (as).  Éste se presentó y le dijo: Oh Mensajero de Allah, no me preguntes pues estoy aún más sorprendido que tú.  Pero dice Allah que le preguntes a la hija de este asaltante qué es lo que hacía en vida su padre.

Se hizo así.  La hija le dijo: Oh Mensajero (asws), mi padre cometió muchas maldades en vida y estoy avergonzada por ello.  Pero hubo algo que solía hacer en los últimos años únicamente cuando llegada el mes de Rajab y hasta el término de dicho mes.

En cierta ocasión, mi padre asaltó a un hombre anciano, y al despojarle de sus cosas, encontró un papel y escrito allí estaba una súplica.  A mi padre le agradó la súplica.  Como escuché que tú dijiste que Rajab era el mes de Allah, al llegar el mes de Rajab, decía: Debo detenerme ahora, ha llegado el mes de Allah.  Y se encerraba sin salir y recitaba esa súplica, llorando.  Pero su fuerza sólo llegó para ello.  Pasado el mes de Rajab, otra vez hacia lo que es conocido, hasta la nueva llegada del mes.

La hija le mostró el papel con la súplica escrita, el Mensajero (asws) besó el papel.

Rajab es el mes de Allah.  La misericordia enviada en este mes es conocida sólo por Allah, exaltado Sea.

La súplica de aquel hombre era la súplica que Maulana Sheykh Nazim recomienda a los musulmanes de modo encarecido para este mes, y que ofrecemos a continuación.

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Bismillahir – Rahmanir - Rahim

En el Nombre de Allah, el Misericordioso, el Compasivo

Allahuma innii istaghfiruka min kulli maa tubtu lahu ilayka thumma 'udtu fiih.

Oh Allah, te pido Tu perdón por todo aquello por lo que me he arrepentido ante Ti y a lo que después he regresado.

wa istaghfiruka min kulli maa 'aradtu bihi wajhika wa-khaalatanee fiihi maa laysa fiihi ridaak.

Y te pido Tu perdón por todo aquello con lo que no Te he complacido y todo lo que me concierne con lo que Tú no estás complacido.

wa istaghfiruk li-ni`am allatii taqawwaytu biha `ala ma`asiiyatik.

Y te pido Tu perdón por los favores (Tuyos) que he usado para incrementar mi desobediencia hacia Ti

wa istaghfiruka min aadh-dhunub allatii laa ya`lamahu ghayruka wa laa yattali`u `alayha ahadu n siwaak wa laa yasa`uha illa rahmatika wa la tunjii minha illa maghfiratuka wa hilmuka.

Y te pido Tu perdón por los pecados que nadie conoce salvo Tú, y nadie ve salvo Tú, y nada los cubre salvo Tu misericordia, y de los que nada libra salvo Tu perdón y Tu clemencia.

laa ilaha illa-Anta, subhaanak! innii kuntu min adh-dhaalimiin.

No hay más dios que Tú, ¡glorificado seas! Ciertamente he sido de los opresores.

Allahuma innii istaghfiruka min kulli dhulmin dhalamtu bihi `ibadaka.

Oh Allah, te pido Tu perdón por toda injusticia que he cometido contra Tus siervos.

Fa ayyaama `abdin min `ibaadik aw `amatin min 'imaa'ika dhalamtu fii badanihi aw `irdihi aw maalih fa `atihi min khazaa'inik allatii laa tanqus.

A quien quiera de tus siervos hombres o mujeres a quien haya herido, sea físicamente o en su dignidad o en su propiedad dales de Tu Generosidad que no tiene límites.

Wa as'aluka an tukrimanii bi rahmatika allatii wasi`at kulla shay

Y Te pido que me honres con Tu Misericordia que cubre todas las cosas.

wa laa t`uheenanii min `adaabik wa ta`tiiayanee maa as'aluka fa-innii haqiiqun bi-rahmatik ya arham ur-Raahimiin.

No me humilles con Tu castigo sino que dame lo que Te pido, pues ciertamente estoy en gran necesidad de Tu Misricordia, Oh el Más Misericordioso de los Misericordiosos.

Wa salla-Allahu `ala Sayiddina Muhammadin wa `ala alihi wa sahbihi ajma`iin.

Y que la bendición de Allah sea sobre nuestro Maestro Muhammad y sobre su familia y sus compañeros todos.

wa laa hawla wa laa quwatta illa billah il-`Alii ul-'Aadhiim

No hay poder ni fuerza salvo en Allah, el Elevado, el Inmenso.