- El verdadero conocimiento
solamente se obtiene con humildad. La manera de dirigirse hacia él es parecida
a la de una persona que quiere beber el agua de un arroyo: deberá inclinarse
para beber. El agua está siempre situada en el lugar más bajo, nos es necesario
ser como el agua.
- El conocimiento de Allah es
sin fin. Cada etapa del viaje es por lo tanto más hermosa y más maravillosa que
la precedente.
- Procedemos todos de la misma
luz. No hay distinción, no hay más que reunión. Hacemos distinción entre unos y
otros, pero en realidad, todos estamos unidos en el Uno. No se puede alcanzar
esta visión más que recorriendo todas las etapas de la vía.
- Percibimos el exterior de las
cosas, pero el interior nos está escondido y oculto. El cuerpo se encuentra en
este mundo, pero la interioridad se sitúa en otra dirección, otro reino. El
acceso a esta interioridad es toda la vía.
- No busquéis la verdad, buscad
primero purificaros.
- Es preciso desconfiar de la
sola comprensión mental. Existe una mente sensible y una mente luminosa. La
mente sensible tiene un límite. Para rebasarlo es preciso trabajar sobre sí y
frecuentar a los hombres de Allah. Solamente Allah puede transformar la mente
sensible en mente luminosa, una mente iluminada por la luz del corazón.
- Las dos puertas reales para
acceder a Allah son la invocación (dzikr) y la generosidad.
- El que se rebaja Allah lo
eleva.
- Algunos de vosotros llevan a
mal ponerse al servicio de los otros, pero si hacen el esfuerzo para lograrlo,
podrán poco a poco liberarse de los lazos que sujetan sus almas.
- Cuando se ve una relación
fraternal, no hablo de fraternidad en sentido común, sino de esta fraternidad
que está investida de amor, los corazones están en conexión, los espíritus
están en afinidad: ¡Circula tal vino de amor! ¡Esto es el reino de Allah!
- No existe más que la luz. El
ego (nafs) tiene una envoltura exterior que impide a esta Luz penetrar.
El hombre ordinario no ve más que esta oscuridad, pero cuando esta envoltura
estalla, la luz que se encuentra en el corazón se mezcla con la Luz de Allah y
no se ve más que esta luz divina. " ¡Dondequiera que os volváis allí
está la faz de Allah¡ "
- El mundo es como una sombra
efímera. Así, cuando el sol se alza sobre un objeto aparece una sombra durante
un momento, después esta sombra se disipa. Es la misma cosa para este mundo en
relación a la Realidad.
- Los conocedores de Allah no
tienen sombra, en verdad. Sólo los hombres todavía inconscientes los perciben
como seres dotados de sombra. Es en este sentido como hay que comprender lo que
se decía del Profeta Muhammad (s.a.s.) sobre el hecho de no hacer sombra.
- El que ha llegado a percibir
la Unidad no ve más que Ella. Se da cuenta que todas las formas habituales, las
mismas formas humanas, no son más que ilusión.
- El agradecimiento y la
gratitud encadenan a la gracia.
- Nada está fuera de Allah.
Comprende toda cosa. Esto se contempla después de la realización. La
realización es algo dado. En este dominio las ciencias exteriores no sirven
para nada. Un sabio tiene el hábito de medirlo todo, evaluarlo todo, pesarlo
todo. El que se sitúa más allá de esta perspectiva no se plantea estos
problemas.
- El que intenta encontrar un
camino gracias a los escritos de Ibn Arabi o de otros maestros del pasado no
hace más que seguir sus "chilabas". Permanece en la superficie
de las cosas. Los métodos varían en función de las condiciones de la época en
la que vivimos. Solo un maestro viviente detenta las llaves del progreso
iniciático.
- A un cierto nivel la
necesidad de Allah se vuelve comparable a la necesidad de ayuda que siente una
persona en el momento de ahogarse pidiendo desesperadamente socorro. Esta
necesidad destruye todo otro deseo que Allah.
- El que comprende el valor del
Sheykh sabe que su relación con él no tiene necesidad de palabras. "Tu
me ves y yo te veo" esto es suficiente.
- La enseñanza oral no es
necesaria. Solo importa la transformación de los corazones. Sidi Bumedian no
hablaba sino raramente.
- El día cuando Allah quiere
beneficiar a su servidor de Sus Gracias, hace penetrar en su corazón un soplo
de amor. Así, el servidor, aunque esté implicado en los asuntos de este bajo
mundo siente permanentemente el gusto de su Señor. Los Profetas, también
trabajaban como nosotros, pero el trabajo no dominaba su corazón que permanecía
firmemente sujeto a Allah.
- La comprensión no se adquiere
en los libros. Sería demasiado fácil reunir todos los libros que tratan de
sufismo para adquirirla. La verdadera ciencia os vendrá del interior, de
vuestro corazón. Sólo el corazón comprende. Comprende que no hay nada fuera de
Allah.
- El defecto y la fealdad no
están en las cosas y los seres, sino en la impureza de nuestra mirada hacia
ellos. Cuanto más está el alma apaciguada, perfecta y pura, más estará
dispuesta a ver en todo ser una manifestación de la Luz de Allah: todo es
bello, sólo el corazón sin limpiar del discípulo vuelve las cosas feas.
- La sabiduría está en el
corazón: el que quiere tener agua en su pozo debe cavar: cuanto más cava más
agua encuentra; si deja de cavar, el agua no sobrepasa nunca el nivel inicial.
El que cava este pozo no debe creer que el agua ha alcanzado el nivel máximo,
debe continuar cavando pues el pozo no tiene límites.
- Cada uno debe vigilar su
corazón. Toda sugestión deberá ser rechazada. Es preciso rechazar lo que es en
sí malsano y procurar abrirse a todas las Gracias Divinas, a lo que es positivo
y favorece el camino y el desarrollo. Pero, ¿ Cómo rechazar las sugestiones
negativas?. Cuando se las sienta llegar, es preciso decir a su ego que está
equivocado y que es él quien tiene todos los defectos y no los otros. "Soy
yo el que está equivocado. ¡Si veo el defecto en el otro es porque está en mi,
sino no lo habría visto!".
- Dos cosas son necesarias y
complementarias en la práctica: la invocación y la orientación. Cuando se pone
un espejo sucio y oxidado, y se desea que refleje perfectamente el sol, es
preciso hacer dos clases de tareas:
. limpiar el espejo, y esta limpieza
se efectúa mediante el dzikr,
. orientarlo hacia el sol para
que pueda reflejarse perfectamente.
Se pueden hacer horas de dzikr,
pero si no se orienta hacia el maestro, es tiempo perdido. Es como si se
deseara que un recipiente recoja el agua del cielo y se le pusiera al revés:
podrían llover trombas de agua sin que el recipiente recogiese la menor gotita.
- Invocad hasta que se diga:
¡Es un loco! ( Hadiz ).
- El dzikr practicado
regularmente hace desaparecer progresivamente los deseos y pensamientos
impuros. De la misma manera, si los cazadores se dirigen cada mañana al bosque
y disparan tiros, todos los animales asustados huyen al escucharlos, volviendo
después un poco más tarde durante la jornada. Pero si los cazadores vuelven
todos los días, los animales acaban por cambiar de sitio.
- La llave de la respuesta está
en el dzikr. Gracias a él tendréis la intuición de lo que conviene hacer en
cada situación. Lo importante es estar allí, arraigarse, permanecer en la vía.
- El estado espiritual es la manifestación
de la atracción del discípulo, incluido su cuerpo, hacia el Espíritu. El
corazón reacciona así porque no está acostumbrado a la Luz Divina y esto
repercute sobre todo el ser, incluido el cuerpo.
- Tenéis estados espirituales
diferentes. El agua es una pero las flores son múltiples.
- La abertura (fath) es
el desvelamiento súbito de la Realidad Divina, y por consiguiente el final de
la ilusión. Es como una bola de nieve que se arroja en el océano. La bola de
nieve es el ego ( nafs ) y el océano la Realidad Divina. La bola de
nieve no es otra cosa que agua congelada. Una vez arrojada en el océano vuelve
a ser líquida. El ego no tiene más que una existencia efímera e ilusoria si se
considera en sí mismo, cortado de su origen. Igual para la bola de nieve. Si se
confía en su estado presente, en su consistencia del momento, parece diferente
al agua, parece tener una naturaleza original. En realidad, no es sino agua,
una gota parecida a todas las otras gotas del océano. No hay más que un agua y
diferentes estados de esta misma agua.
- No hay otra realidad que
Allah (la ilaha illa Allah).
- No es posible tener
pretensiones hacia el Amor Divino en tanto hay todavía ataduras hacia los
bienes de este mundo presentes en el corazón. De esta manera se puede probar al
amoroso: el amor verdadero va a la par con una verdadera generosidad. Sidi
Bumedian contaba a menudo la historia siguiente: un hombre pretendía el amor de
Allah y de su Profeta. Allah quiere entonces probarlo y le envía un ángel bajo
forma humana que le dice: "¡Oh tú que pretendes el amor de Allah y de
su Profeta dame tu chilaba!". El hombre se la da. Después el ángel le
dice: "¡Dame tu túnica!". El hombre se la da también. No le
queda más que un pantalón y el ángel le pide dárselo. El hombre va a un lugar
apartado, y levantando la prenda la arroja por encima. No le queda nada más.
Entonces escucha una voz celeste que le dice: "Si tú pretendes amar a
Allah y a su Profeta, tu pretensión es verdadera". Siendo por
consiguiente aceptado en este estado.
- Quiero el amor más que a
cualquier otra cosa. Pidamos para que Allah no nos lo retire.
- El amor entre los discípulos
y entre los fuqaras y el maestro es infinito, aumentando sin cesar. No
se querría separarse nunca. Este amor es debido al secreto espiritual (sirr)
y existe porque no estamos reunidos más que para Allah. Este amor hace caer
todas las diferencias culturales.
- El amor pone los corazones en
acción, en movimiento, y hace actuar. El amor es la montura de los espíritus, a
través suyo se conoce toda cosa.
- Cuando el amor habita en el
corazón, nada parece difícil y se saca provecho de todo lo que nos pasa. Esto
proviene del hecho que, gracias al amor, el velo que nos separa de la Realidad
deviene más y más tenue, se experimenta entonces una alegría profunda por el
hecho de esta proximidad y se es invadido por la percepción de la belleza.
- El amor provoca una herida,
un grito. No grita sino aquel cuyo maestro está ebrio.
- Amar a todas las criaturas.
¡Cualquiera sea su creencia, su raza o sus opiniones!. Cada uno está en el
lugar que Allah le ha puesto y no nos toca juzgar.
- Sidi Bumedian prohibía a sus
discípulos toda lectura sobre sufismo, salvo los "Hikam" de
Ibn Ata Allah: es mejor hacer directamente la experiencia de las cosas que
tener una idea preconcebida que podría incluso constituir un velo.
- Nuestra vía es una vía del
medio.
- Cuando Allah ama a su
servidor, recubre sus cualidades de Sus Cualidades. Es como si un rey nos
invitara a su residencia y no tuviésemos vestidos suficientemente apropiados y
convenientes para hacernos dignos de su morada, el rey nos reviste entonces con
sus vestidos y nos introduce en su mansión.
- Cada uno se apega a las
cualidades que le son propias: el sabio se cree superior a todo el mundo por su
saber, el hombre rico se envanece de su riqueza, permaneciendo así con su
enfermedad. Sólo la educación espiritual puede ayudarles a liberarse.
- El ego (nafs) rehúsa a
menudo lo que se le impone y comienza entonces a lanzar sugestiones para ir más
lejos en lo que puede satisfacerle. La vía tiene el efecto contrario. Cuando
alguna cosa nos atrae hacia lo que es mundano, la vía nos impide responder a
esta llamada. En la vía, es preciso evitar bloquearse sobre tal o cual punto de
fijación, más vale dejar a los acontecimientos desarrollarse según la voluntad
de Allah, permaneciendo firmemente anclado en sus prácticas.
- El que no tiene una intención
pura (niya) no evolucionará, incluso si está toda su vida en compañía
del Profeta.
- Cada discípulo es un antídoto
para otro discípulo. Cada uno está fuerte sobre un punto donde el otro es débil
y puede así ayudarlo a superar las dificultades.
- Es necesario no dejar entrar
sugestiones negativas en su corazón, si no se volverá como una cuadra llena de
suciedad. Cuidad de guardar vuestro interior limpio y puro, el dzikr permitirá
hacer salir lo que subsiste de impuro.
- ¡Sed asiduos a vuestro dzikr
personal y participar en las prácticas colectivas!. ¡No inventar excusas!.
Ciertamente las obligaciones profesionales familiares y sociales son pesadas,
pero es ley de vida común a todos.
- ¡Incluso cuando os hablo de
vuestro jardín os hablo de la Unidad!.
- El respeto hacia las
prescripciones de la Ley Islámica (Sharia) juega el mismo papel del
tapón que impide al líquido salir fuera de la botella. Un recipiente puede
estar lleno de agua, pero si el fondo está partido todo el líquido se va a
escapar: por más que se intente llenarlo de nuevo, nada podrá conservarlo. Esta
imagen ilustra la situación del discípulo que no aplica la Ley Islámica.
- Es importante trabajar en el
mundo pues la Ley Islámica exige que se atiendan a las necesidades de la
familia. También es importante ocuparse de su familia, de su esposo (a), de sus
hijos, y por supuesto, es preciso igualmente concentrarse sobre el trabajo en
la vía. Debéis conciliar estos tres dominios que son los hitos de vuestra vida,
y poco a poco gracias a la práctica del dzikr, tendréis la intuición de
lo que conviene hacer en cada situación.
- Ocuparos de vuestros padres,
incluso si tienen concepciones completamente opuestas a las vuestras.
Satisfacer sus necesidades si es preciso. Una de las vergüenzas del mundo
moderno es poner a sus padres en un asilo y desentenderse de su suerte.
- Cuando se lee la biografía
del Profeta, llama la atención la similitud entre los lazos que los lo unían a
su comunidad y lo que se puede vivir hoy en la vía. En realidad , no es más que
la misma enseñanza que se prolonga.
- Esta vía es la vía de Allah:
evitar todo odio y toda forma de disensión, Allah no visita un corazón
rencoroso. Los conflictos entre las diferentes comunidades étnicas están
ligadas al pasado y no debemos estar afectados por esto.
- ¡No desear estados
espirituales, éxtasis, la abertura o visiones! No desear más que el
conocimiento de Allah. El deseo de los hâl y de visiones puede velarnos
este conocimiento.
- El progreso interior debe
brotar hacia el exterior, sobre el comportamiento.
- Es preciso no revelar los
defectos de otro y dejarse arrastrar en la crítica y el juicio. Si no, se acaba
por olvidar nuestros propios defectos. La vía es como un gran hospital en el
cual el maestro (sheykh) es el único médico. ¿Cómo un enfermo podrá
reprochar a otro enfermo no estar bien?. Por tanto es importante magnificar.
Mirad a vuestros hermanos como seres perfectos.
- El que ve un defecto en el
otro no ve de hecho sino uno de sus propios defectos. ¡Sed guardianes de
vuestro corazón y volverlo limpio y puro como un lugar de plegaria!.
- El avance debe ser progresivo
para evitar que el discípulo se vuelva arrogante.
- El que da y lo dice es peor
que el que no ha hecho nada. Jactarse equivale a aniquilar todos los frutos del
don.
- Cuando un apicultor ve un
grupo de abejas, trae una caja en la que pone cosas dulces y perfumadas. Cuando
las abejas sienten este perfume entran en la colmena. Si a las abejas les gusta
y aprecian este lugar preparado se instalan. En caso contrario, no permanecen
más que uno o dos días y parten seguidamente. El mismo fenómeno se produce con
el secreto divino: si encuentra el receptáculo del corazón limpio y perfecto,
permanecerá de forma duradera y producirá una miel divina.
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