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jueves, 26 de octubre de 2017

La verdad sobre los ahmadiyyah (parte 1)


Se presentó como un musulmán piadoso, pero fue un impostor y falso profeta. Pretendió engañar a los musulmanes acercándose a ellos meramente como un 'renovador' (mujaddid) del Islam, es decir, como un musulmán que con ímpetu renovado reaviva el seguimiento recto del Islam.
Su religión se disfraza bajo el Islam y su gente se hace hacen llamar Comunidad Musulmana Ahmadiyya o Comunidad Ahmadía. Pero no son siquiera una secta desviada del Islam. Peor aún, han salido fuera del Islam. No son musulmanes.
Y en esta época, con el internet y el estado tan avanzado de confusión en el mundo, sus misioneros aprovechan para recolectar gente inocente a la que los llaman al seguimiento de este Falso Mesías.
Es necesario advertir contra su camino, exponiendo de su fundador asuntos que son guardados en gran reserva por los misioneros, o que inclusive muchos de sus miembros no llegan a conocer, por el temor de sus dirigentes a la Verdad.
Poco a poco iremos entregando traducciones de textos de su fundador, para abrir los ojos respecto a este pequeño Dayyal.

(Texto realizado por nuestros hermanos osmanlis del Perú) Descarga en pdf:


miércoles, 10 de mayo de 2017

No hay permiso para usar esas llaves


El Grandsheykh Abdullah Daguistani solía servir en el janiqah de su maestro. Todos los días centenares de visitantes llegaban para visitar al sheykh, la mayoría de ellos venían de Daguestán. Entre los muchos visitantes del sheykh estaba el profesor ruso George Gurdjieff, luego de haber arribado recientemente a Turquía. Tras un largo y arduo escape de Rusia en la época de la Revolución Comunista, Gurdjieff vino a visitar al Sheykh Sharafuddin. Tenía muchos contactos con Sufíes de distintas órdenes y había sido criado y había viajado extensivamente a través de la región del Cáucaso. Estaba complacido de encontrar a los herederos del distinguido linaje Daguestaní Naqshbandi.

Sheykh Sharafuddin le pidió a Sheykh Abdullah que hospedara a su huésped. Sheykh Abdullah relató los eventos de la reunión a varios de sus discípulos muchos años después. En cuanto se conocieron Sheykh Abdullah le dijo: "Usted está interesado en el conocimiento de los nuevos puntos. Podemos hablar sobre ello en la mañana luego de la oración del amanecer. Ahora coma algo y descanse." Al horario de la oración del amanecer Sheykh Abdullah llamó a Gurdjieff para que viniera a rezar con él. En cuanto terminó la oración Sheykh Abdullah comenzó a recitar Surah Ya Sin del Sagrado Corán. Cuando terminó de leer Gurdjieff se aproximó y le preguntó si podía hablar sobre lo que acababa de experimentar. Gurdjieff dijo:

"En cuanto terminó la oración y usted comenzó a recitar vi que usted venía a mí y tomó mi mano. Fuimos transportados a un hermoso rosedal. Usted me dijo que ese jardín era suyo y las rosas eran sus discípulos, cada uno tiene su color y su perfume. Me condujo a una particular rosa roja y me dijo: "Esta es suya. ¡Huélala!" Cuando lo hice, vi que la rosa se abrió y yo desaparecí en ella y me convertí en la rosa. Entre en las raíces las cuales me llevaron a su presencia. Me vi entrar en su corazón y convertirme en parte de usted. A través de su poder espiritual pude ascender al conocimiento del poder de los nueve puntos. Luego, una voz se dirigió a mí como Abd an-Nur y dijo: "Esta luz y este conocimiento ha sido otorgado a ti desde la Divina Presencia de Dios para traer paz a tu corazón. Sin embargo no debes usar el poder de este conocimiento." La voz me saludó con el saludo de paz y la visión terminó cuando usted terminaba la recitación del Corán.”

Sheykh Abdullah respondió:
"Surah Ya Sin fue llamada "El corazón del Corán" por el Santo Profeta y el conocimiento de estos nueve puntos fue abierto a usted a través de ella. La visión fue a través de las bendiciones del versículo: ¡Paz! una Palabra (de saludo) de un Señor Misericordiosisimo (36:58). Cada uno de los nueve puntos es representado por uno de los nueve santos que están al más alto nivel de la Divina Presencia. Ellos son las llaves a poderes dentro del ser humano, pero no hay permiso para usar esas llaves. Ese es un secreto que en general no será abierto hasta los Últimos Días cuando Mahdi aparezca y Jesús vuelva. Este encuentro nuestro ha sido bendecido. Mantenlo secreto en tu corazón y no hables de él en esta vida, Abd an-Nur, pues ese es tu nombre con nosotros. Estás libre para quedarte o para irte, según lo que permitan tus responsabilidades. Siempre serás bienvenido aquí. Has logrado seguridad en la Divina Presencia. Que Dios te bendiga y te fortalezca en tu trabajo."

Admitamos que el eneagrama le fue revelado a Gurdjieff en una visión que iba acompañada de una voz que tuvo tras escuchar la recitación de la Surah Ya Sin del Sagrado Corán por quien más tarde sería Grandsheykh Abdullah, por aquel entonces sobrino y discípulo del maestro naqshbandi Sheykh Sharafuddin. Admitamos que la voz que entonces escuchó Gurdjieff, como la interpretación que años después contaría el Grandsheykh Abdullah ad-Dhagistani, coinciden en que no hay permiso para usar ese conocimiento del eneagrama, esas llaves, y que ese es un secreto que en general suponemos que con la excepción de Gurdjieff no será abierto hasta los Últimos Días cuando Mahdi aparezca y Jesús vuelva...

Entonces. ¿De dónde salen tantos maestros y profesores profesionales de eneagrama sufí? ¿Por qué los jesuitas y la New Age, amén de otros grupos similares se han dedicado a expandir el conocimiento del eneagrama por occidente?

Respecto a por qué en oriente no se expande el conocimiento del enegrama, creemos no precisar de ayuda exterior para alcanzar una respuesta pues quizás que podamos contestar bastante bien a esta pregunta explicando que en oriente no hay demasiada gente "preparada" para dejarse los 200 euros o más en cada nivel necesarios para ser iniciado en el conocimiento del enegrama....

¿Qué es lo que enseñan? ¿Acaso el Mahdi y Jesús ya han vuelto y no nos hemos enterado?

sábado, 4 de abril de 2015

No existe el terrorismo Islámico

Sohbet dado por Hz Sheykh Abdul Kerim Effendi (ra), contenido en el libro "Desde el Monte Qaf", Tomo I.

Bismillahi Rahmani Rahim

El conocimiento y la tecnología del siglo 21 ha hecho que el hombre pierda su identidad, ya que está alejándose de su identidad, está alejándose de su propia realidad y está haciendo algo con lo que ya ni siquiera los animales se sienten contentos.

Ahora observamos el mundo y no podemos cambiar nada. No podemos hacer nada. Tenemos que cambiarnos a nosotros mismos. Tenemos que mirar en nosotros mismos y tenemos que empezar a cambiarnos a nosotros mismos por nuestra propia seguridad. Estoy diciendo esto para mí mismo y para ti.

Si algo se interpone ante ti cuando estás cambiando, cuando estás intentando cambiar para ser un hombre mejor, entonces deberías hacerlo a un lado. No deberías dejar que nada se interponga en tu camino, ya que cualquier cosa que se interponga en tu camino proviene de las fuentes de la maldad. No proviene de la Orden Divina.

La Orden Divina para nosotros es que debemos crecer, debemos cambiar y debemos volvernos mejores seres humanos para nosotros mismos, para nuestras comunidades y todo lo que nos rodea.

Pero cuando vemos cómo están funcionando las cosas hoy en día, es completamente lo opuesto. Así que debemos movilizarnos, nos debemos sentar, debemos meditar y nos debemos construir a nosotros mismos con nuestro Señor. El ángel de la muerte está justo allí, esperando. Justo a tu lado y justo frente a ti. Cuando llega la orden, no digas: "Soy adinerado o saludable". No importa. Puedes ser adinerado o puedes estar saludable. Puedes ser joven o anciano. El tiempo que Allah nos ha dado está contado. La vida que estamos tomando y dando está contada. Cuando llega al final, el espíritu tiene que salir de este cuerpo. No importa si estamos saludables o enfermos. La vida se retira del cuerpo, y ninguno de nosotros aún lo ha experimentado. Lo vamos a hacer. Todos lo vamos a hacer. No podemos escapar. Vamos a experimentarlo ya que Allah-swt- nos dice: "Toda alma que He creado va a saborear la muerte. Deben morir. Van a saborear la muerte".

Morir no es el final. Morir es el comienzo del mundo real. Así que lo que sea que hemos plantado en este mundo lo vamos a recoger en el otro lado. Así que puede que nuevamente encontremos todo en el otro lado de acuerdo a lo que hemos plantado, lo que hemos hecho en este mundo, las buenas acciones que hicimos, y cuáles fueron las intenciones de nuestras acciones. Por lo tanto eso es lo más importante que tenemos que mirar.

No pienses que porque alguien te hizo el mal, tú le tienes que hacer el mal. No. Déjalo. Tenemos que buscar cuál es el bien que vamos a hacer, no el mal que vamos a hacer. Tenemos que buscar cuál es el bien que vamos a hacer para nosotros mismos, ya que nadie hace nada en realidad a nadie. Si tú estás dañando a alguien, si estás haciendo algún mal a alguien y estás huyendo de las manos del gobierno, aún así tienes que enfrentar las consecuencias en el Día del Juicio.

Como hoy en día, estamos encontrando tantas actividades terroristas, actividades incorrectas sucediendo en el mundo, y por cierto, debo decir que ellos lo están llamando "Terrorismo Islámico". Deben quitarlo. No hay terror en el Islam y no hay terrorismo Islámico.

Puedes decir 'terrorista Pakistaní', puedes decir 'terrorista Turco', puedes decir 'terrorista Árabe', pero no puedes decir 'terrorista Islámico'. Este es un mensaje para ti, para mí y para el mundo entero.

Nunca los he escuchado decir: "Terroristas Cristianos". Hay tantos terroristas Cristianos también, sin embargo nunca los he escuchado decir "Terroristas Cristianos". ¿Qué es lo que dicen?

IRA, Ejército Republicano Irlandés, o ETA, terroristas españoles, o lo que sea. ¿A Timothy McVeigh lo llamaron terrorista Cristiano? Él era cristiano. Timothy McVeigh, ¿huh? Ellos no dicen que fue un terrorista Cristiano. Dicen que es un terrorista norteamericano. Pero cuando se trata de Musulmanes, dicen "terroristas Islámicos". Está mal. No lo aceptamos. El mundo entero debe saberlo.

De cualquier manera ningún tipo de terrorismo es aceptado. Ni siquiera tienes el derecho de ir y atemorizar a un hombre cualquiera. Allah es quien atemoriza. Si no se te ha dado permiso mediante el bendito Profeta (asws), entonces ni siquiera puedes ir a decirle a la gente: "Oh ustedes están entrando al fuego del infierno". No puedes. No es nuestro deber. Es el deber de aquellos a quienes se les ha dado permiso.

Los Profetas vinieron, dieron las buenas nuevas a la gente y cuando la gente les fue desobediente entonces Allah les dijo a los Profetas: "Ahora díganles esto, que si continúan siendo arrogantes y testarudos, entonces atemorícenlos con las noticias del infierno, con las noticias de un castigo, que el castigo de Allah les llegará".

Así que debemos volver a nosotros mismos, intentar corregirnos a nosotros mismos e intentar volvernos mejores para nosotros mismos, para nuestra comunidad y para este mundo. Si lo hacemos seremos buenos siervos de nuestro Señor. Si no lo hacemos, entonces no importa cómo te llames a ti mismo, te puedes llamar Cristiano, Judío, Musulmán, Budista o como sea que te llames a ti mismo, no es bueno para nada.

Primero tienes que ser bueno en algo para ti mismo, luego para la comunidad y todo lo que te rodea. Lo que sea que tengas que enfrentar, tu deber y nuestro deber es, según la orden que nos llega de nuestro Señor, hacer el bien y no el mal. Lo malo y las órdenes malvadas son dadas por Sheytán y ese es su trabajo. Él va a hacerlo. Si alguien quiere estar dentro de esa categoría, entonces son bienvenidos. La puerta está abierta para ellos, pero serán juzgados con los malvados y un castigo severo les llegará a los malvados.

Quienes están dañando a las personas, quienes están aterrorizando a las personas y quienes son tiranos, tiranos para los demás y para sí mismos, serán castigados. Van a ser castigados en tanto los tiranos no se vuelvan y pidan el perdón de su Señor. Entonces Allah-swt- nos dice: "Y encontrarás perdonador a tu Señor".

Insha'Allah ar-Rahman estamos pidiendo perdón y estamos pidiendo ser mejores para nosotros mismos y para todo lo que nos rodea.

Al Fatihat.

jueves, 28 de agosto de 2014

La falsía de la insurgencia islámica y su necio califato

Bismillahi Rahmani Rahim

"La ignorancia es material para hacer esclavos baratos", ha dicho el trovador gaucho don José Larralde, y no cabe mejor frase para definir al movimiento apócrifo que ha dado en generar el no menos apócrifo "Estado Islámico" en Siria e Irak.

A continuación compartiremos unas pocas y breves aleyas del Sagrado Qur'an y un par de hadices del Mensajero de Allah (asws) que desmienten el bárbaro accionar pretendidamente islámico de esta secta en todo ajena al espíritu del Islam Tradicional. Dice Allah Todopoderoso:

"Esos que dan en los momentos de desahogo y en los de estrechez, refrenan la ira y perdonan a los hombres. Allah ama a los que hacen el bien" (3: 134). La aleya habla de los temerosos de Allah, quienes serán recompensados con el Jardín del Paraíso y el perdón divino debido a su bondad. Los amados de Allah son aquellos que obran el bien y son agentes de bondad, definidos como caritativos cuando se tiene como cuando no se tiene (cuando se tiene mediante los recursos materiales, cuando no se tiene mediante las buenas actitudes hacia los demás), que reprimen el enojo y lo trocan en paciencia y aceptación, y perdonan a quienes los ofenden. ¿Podemos acaso encontrar estas virtudes islámicas elementales en los representantes del Estado Islámico?

Dice Allah Todopoderoso:

"¡Adopta la indulgencia como conducta, ordena lo reconocido como virtud y apártate de los ignorantes!" (7: 199). Esta aleya dirigida al Profeta Muhammad (asws) es un mensaje para los musulmanes en general. Los sabios de la jurisprudencia del Islam han tomado esta aleya como base en las relaciones con las culturas foráneas con que el Islam ha entrado en contacto al momento de su expansión. ¿Qué ordena? Poseer una conducta de indulgencia y tolerancia hacia las demás culturas y creencias, ordenar lo bueno y virtuoso de acuerdo a la sana consciencia, y apartarse (no matar ni oprimir ni exiliar) de los ignorantes. Se debe ser un buen ejemplo para quienes no saben, y toda matanza, opresión y persecución jamás entrarán en la categoría del buen ejemplo; sí la indulgencia, la tolerancia y la comprensión. ¿Vemos estas virtudes del buen musulmán en los representantes del Estado Islámico?

Dice Allah Todopoderoso:

"No son iguales la bondad y la maldad; responde con la mejor actitud y aquel con el que tenías enemistad será un amigo ardiente" (41: 33). El musulmán debe distinguir claramente la bondad de la maldad para así obrar en consecuencia. Esta aleya nos cita tal vez una de los niveles más altos de bondad: responder con la mejor actitud de bien a quien piensas que es tu enemigo, así se evitará un mal mayor, y él, al ver tu actitud de bien, recapacitará en su propia actitud y se convertirá en tu fervoroso amigo. El musulmán es un agente de sulh (paz, bien, reconciliación), de acuerdo a la palabra de Allah Todopoderoso: "As sulhu jayrun (la reconciliación es mejor)" (4: 127). ¿Qué es entonces lo que se puede reconciliar mediante el asedio, la persecución y la matanza, señores del Estado Islámico? ¿Acaso no han leído que "No hay coacción en la religión" (2: 255), aleya que ha vuestro pesar de yihadistas mal intencionados fue revelada luego de las aleyas del combate? ¿En qué queda vuestra actitud?

"Pero quien tenga paciencia y perdone, eso es parte de los asuntos que hay que asumir con resolución" (42: 40).

En un hadiz qudsi recopilado por el Imam Nawawi dentro de los 40 hadices fundamentales para la Aquida del Islam Tradicional, se narra por la boca del Profeta Muhammad (asws), que Allah Todopoderoso dijo: "Oh mis siervos, ciertamente me He prohibido a Mi mismo la tiranía y la He prohibido entre ustedes. Por lo tanto no se opriman mutuamente".

Estas pocas actitudes fundamentales que hacen al musulmán lo que realmente debería ser, demuestran la evidente apostasía en la que incurren los miembros subversivos del Estado Islámico de Siria e Irak. Ni hablar de las falaces pretensiones califales. En un hadiz bien conocido transmitido por el Imam Bayhaqí, el Imam Suyuti y otros, el Mensajero de Allah (asws) habla de las diferentes fases por la que atravesará el gobierno de su Ummah hasta el final de los tiempos: el gobierno de los Califas rectamente guiados (Hz Abu Bakr, Hz Umar, Hz Uzman, Hz Ali), el gobierno de los Umara (los amires Omeyyas y Abássidas), el gobierno de los Maliks (los Sultanes Otomanos) y el período de la Jabbabira (la tiranía, o gobiernos no-islámicos de la actualidad). Para acabar con la jabbabira será necesaria la acción de un descendiente de la casa del Profeta (asws), el Imam Mahdi, quien con sus poderes milagrosos restaurará el Califato junto a la segunda venida de Sayidina Isa (Jesús -as-). Este hadiz por sí sólo echa por tierra las falsas pretensiones del tal Abu Bakr al-Baghdadi y sus secuaces (esclavos baratos).

¡Despierten, musulmanes!, decía a menudo nuestro maestro Hz Sheykh Abdul Kerim al-Kibrisi (qs), ¡no sean los burros de Sheytán!. Y ante la situación actual de la Ummah del Islam no nos queda más que hacernos eco de sus palabras: ¡Despierten, musulmanes, ya es tiempo de despertar!

Wa min Allahu Tawfiq.

Raíces y Sabiduría

miércoles, 23 de octubre de 2013

El Estado Safávida y la imposición shiíta

Bismillahi Rahmani Rahim

Mucho se ha hablado, sobre todo en medios latinoamericanos de tendencia izquierdista y revolucionaria, de la resistencia al occidente por parte del régimen iraní, el Hezbollah y el gobierno sirio de Bashar al-Assad, como ejemplos conductuales en la guerra anti-imperialista. Sin embargo poco se sabe, o se da a conocer, de los orígenes político-religiosos de éstos regímenes y movimientos, fundamentalmente basados en la perspectiva poco tradicional que supone en el Islam la ideología shiíta. Como tales, dentro del ámbito de la creencia islámica, redundan en una evidente desviación para nada compatible con el auténtico espíritu de resistencia que originalmente han demostrado los musulmanes sunnies en épocas de la colonización de mano del Yihad de los Ahl ul-Tariqat (gente del Sufismo). Sin erigirnos más que sobre la Aqida' de Ahl as-Sunnah wa'l-Jama'a, y sin consentir jamás con ninguno de los gobiernos o movimientos actuales que se autoproclaman como 'sunnitas' (desde la monarquía apócrifa de los saudíes hasta la desafortunada emergencia política de los Hermanos Musulmanes, Talibanes, fundamentalistas, etc.), expondremos a continuación una breve reseña histórica del movimiento que devino en los actuales regímenes iranío-alawitas y nos aproximaremos un tanto a sus ideologías para poner en evidencia cuán lejos se encuentran desde su híbrida concepción espiritual de brindar una seria contracara a través del Islam a las pretensiones imperialistas del monstruo occidental.

***
La ascensión de los Safávidas

Los primeros safávidas fueron sheykhs sufíes, cuyos discípulos les proporcionaron la plataforma sobre la que pudieron establecerse como gobernantes del Irán. La orden safávida fue fundada por Safíuddin (1252-1334), cuyos antepasados habían alcanzado reputación de piadosos en la ciudad de Ardabil, en la región montañosa del este de Azerbaiyán durante los trescientos años anteriores. Safíuddin fue el sucesor espiritual del Sheykh Zahid de Gilán, y su gran mérito fue convertir una orden sufí de alcance meramente local en otra que tuvo discípulos en Anatolia oriental, Siria, Irán, el Cáucaso y hasta entre la nobleza mongola. A lo largo del siglo XV la orden se transformó en un movimiento revolucionario a medida que sus creencias se hacían cada vez más shiítas y adquiría importancia política cuando los sheykhs safávidas enviaron a sus discípulos a combatir contra las autoridades sunnitas por sus convicciones. Los soldados safávidas fueron apodados 'qizilbash' o 'cabezas rojas', por los otomanos a causa de sus característicos turbantes rojos con doce pliegues que recordaban los doce Imames del shiísmo. Entre 1459 y 1494, tres jefes de la orden murieron de forma violenta; pero la organización de la misma era tan eficaz y tan firme la lealtad de los discípulos, que en 1501 el sheykh Ismail, de catorce años de edad, derrotó a los gobernantes turcomanos del norte de Irán en Sharur, y se proclamó como Shah (emperador) en Tabriz.

A lo largo del siglo XVI la dinastía safávida que ya había conquistado el resto de Irán y la parte oriental del Fértil Creciente, tuvo que afrontar el contraataque sunni desde dos frentes. En el este contra los uzbekos, que habían acusado su ataque a Samarcanda; y sobre todo porque Ismail hizo verter oro fundido en el cráneo de su jefe muerto para convertirlo en su copa. Tan pronto como se enfrentó a ellos, los Otomanos se movilizaron por el oeste. Este conflicto sería de largo alcance ya que la mera aparición de un estado shiíta y la actividad militante de los mismos en Anatolia oriental, representaban una seria amenaza al Islam tradicional (sunni) defendido por el Imperio Otomano. El resultado fue la aplastante derrota sufrida por los safávidas en Chaldirán (1514), lo que conllevó la pérdida de Diyarbakir y de las ciudades santas del shiísmo en Irak.

Shiísmo y Estado Safávida

El acto más importante de Shah Ismaíl para afianzar su poder fue declarar que la religión oficial del Estado Safávida sería el shiísmo de los Doce (Ithna Ashari). El shiísmo -conviene recordarlo- surgió como un movimiento de disensión político-religiosa y de oposición hacia los primeros califas reconocidos por la comunidad islámica luego de la partida física del Profeta Muhammad (asws), que se justificaba doctrinalmente proclamando que los únicos sucesores legítimos del Profeta eran los descendientes de su primo y yerno Ali (ra). Junto a la interpretación exotérica del Sagrado Qur'an, dicha creencia establecía la existencia de una interpretación secreta (esotérica), que Muhammad (asws) había transmitido a Ali (ra) y éste a su heredero. Por consiguiente, la única fuente autorizada de gobierno residía en aquellos sucesores de Ali a los que se les había comunicado este conocimiento esotérico y que así designaron al Imám o dirigente de la comunidad de creyentes. Progresivamente los Imames fueron elevados a un status sobrehumano, que se expresaba en la creencia de que eran encarnaciones de la luz divina, que había llegado hasta ellos a través de los Profetas partiendo desde Adám (as). Y de tal creencia se seguía que eran infalibles y sin pecado. Los 'duodecimanos', la secta shiíta de mayor envergadura, reconocía a doce Imames, el último de los cuales, Muhammad al-Muntazar, había desaparecido hacia el año 873 y cuyo regreso se aguardaba. Hubo muchas otras sectas shiítas. La más importante de las cuales fue la de los Zaidíes, dominante en el Yemen, y la de los Ismailíes, los califas fatimitas, y la infame 'orden de los asesinos'.

Los shiítas se distinguen perfectamente bien de la comunidad tradicional o sunnita, a la cual mayoritariamente se le ha otorgado la autoridad religiosa. Para la gente de la Sunnah esa autoridad radica en el consentimiento de la comunidad que mantiene la ley sagrada (Shari'at) mediante el Califato; para los shiítas, en cambio, se asienta en los Imames infalibles, lo que constituye el tercer artículo de su credo, luego de los referentes a Allah y al Profeta (asws). La gente de la Sunnah obtendrá toda su guía del Sagrado Qur'an, de las tradiciones del Profeta (asws) y de la Shari'at; idealmente tienen que esforzarse por vivir conforme a un modelo de conducta definitivamente acabado a mediados del siglo X por las escuelas de Fiqh (jurisprudencia). Los shiítas, por su parte, tienen la posibilidad de una fuente renovada de inspiración a lo largo de las generaciones, gracias a sus Imames y a quienes los representan. Shah Ismaíl y sus herederos se consideraban a sí mismos como encarnaciones del Imam duodécimo. También en sus ritos pusieron distinto énfasis a medida que iban desarrollándose. Si la energía espiritual sunni quedaba absorbida en el recuerdo de Dios (Dhikrullah), la de los shiítas se centraba en buena medida en el recuerdo del martirio de Husseyn en particular y de los Imames en general, que tendenciosamente se suponía habían sido asesinados por los sunnitas. Muharram es el mes del duelo, y el 10 de ese mes (día de Ashura), fecha en que Husseyn fue degollado en Kerbala, representa la culminación del año religioso que se celebra con procesiones transportando maquetas de la tumba de Husseyn, con la autoflagelación en arrepentimiento por la deslealtad a la casa de Ali y con la repetida recitación del episodio de Kerbala; todo ello en un delirante estado emocional y entre maldiciones a los sunnitas. Como cabría esperar, la peregrinación a Kerbala y a las tumbas de los demás Imames iba a ser tan importante como la peregrinación a Meca.

El shiísmo duodecimano fue la roca sobre la que se construyó el primitivo Estado Safávida. Era un estado teocrático en el que Shah Ismaíl era el Imám duodécimo reencarnado. Su familia alentó aún más sus pretensiones al respecto, asegurando una descendencia bastarda del séptimo Imám, Musa al-Kazim. Había, también, aspectos de las creencias iraniana pagana y shiíta que contribuyeron a ese proceso. Al menos desde el siglo XIII los sufíes iranianos manifestaron una fuerte lealtad a Ali (ra), mientras que los shiítas pretendían, desde largo tiempo atrás, que Husseyn había desposado a la hija de Yazdigird III, último rey sasánida, enlazando así la casa de Ali (ra) con la tradición monárquica iraniana pre-islámica profundamente arraigada entre el pueblo. Al llegar Ismail al poder emprendió la tarea de imponer el shiísmo a una población que era predominantemente sunnita. Utilizó la fuerza, con sus corolarios de coacción y violencia, y el pueblo sucumbió; los ulama sunnis resistieron enfrentándose a la alternativa de la huida o la muerte. El ser shiíta se convirtió entonces en garantía de lealtad al Estado.

Desde mediados del siglo XVII la condición teocrática del régimen fue disminuyendo, al establecerse la distinción entre institución religiosa del Estado y burocracia estatal. Este fue el primer indicio del cambio crucial que iba a operarse en las relaciones entre los ulamas shiítas y el Estado durante los dos siglos siguientes. Al principio, los ulamas fueron un instrumento del poder estatal. Tras la muerte de Shah Abbas (mediados del siglo XVII), los ulamas comenzaron a desafiar enérgicamente la legitimidad del gobierno real, del monarca como encarnación divina, y arremetieron contra la misma afirmando que el único representante auténtico del Imám era un muytahid verdaderamente sabio y competente. Ellos tenían ahora la obligación de aumir el control del pueblo shiíta que los safávidas habían creado (cf. en la actualidad los acontecimientos de la revolución iraní encabezados por el nefasto Ayatolláh Jomeini).

De ese modo, los safávidas sentaron las bases del moderno Estado iraní, trazaron de forma aproximada sus fronteras, establecieron un ideal absolutista y, a través del shiísmo duodecimano, le dieron una identidad claramente definida, que de cualquier otra manera hubiese pasado completamente desapercibida.

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Desde sus inicios el shiísmo, con todo su aparato de creencias y poder, no ha sido más que una recurrente contradicción a la doctrina Islámica tradicional tal cual fue enseñada por el modelo profético de Sayidina Muhammad (asws). Tanto como el wahhabismo y el salafismo (y sus variantes radicalizadas), los movimientos modernos (religiosos o seculares)generados desde la ideología shiíta no dejan de ser un contrasentido que conviene ruidosamente a las potencias que pretenden la hegemonía mundial mediante el acabamiento del último bastión tradicional que en este mundo decaído puede redundar en un obstáculo para sus avariciosas pretensiones. Como Musulmanes nos corresponde conocer responsablemente nuestra historia para poner claridad en nuestra vivencia tradicional y no dejarnos engañar por las voces fantasiosas de la subversiva moda profana.

Autores: Raíces y Sabiduría

Fuente de consulta: Atlas of the Islamic World since 1500, Francis Robinson, Andromeda Oxford Ltd., 2002.

Para más información remitimos a nuestros lectores al 'Contenido Temático del Blog', etiqueta 'Shiísmo'.

sábado, 7 de septiembre de 2013

Breve aproximación al Reinado de Satán

Bismillahi Rahmani Rahim

Conceptos tales como Nuevo Orden Mundial, Masonería y Sionismo, se corresponden solamente con los rostros visibles, con los nombres frecuentemente pronunciados, que dan testimonio de un movimiento oculto que se ha hecho manifiesto con inaudita preeminencia desde hace ya aproximadamente algo más de cien años, tras la caída del último bastión tradicional en el mundo: el Imperio Otomano. Si bien el califato nominalmente fue disuelto en 1924 con el establecimiento de la República de Turquía y las degradantes reformas seculares de Kemal Ataturk, reconocemos que el poder imperial como tal, divinamente investido, se pierde con la caída de Sultán Abdul Hamid Khan II en 1909, y colapsa por completo en 1918, tras la derrota del Imperio en la Primera Guerra Mundial.
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*La Era de los Tiranos

El movimiento oculto desatado por aquel entonces se le conoce, dentro del ámbito del Islam Tradicional, con el nombre de Jababira, es decir, como el 'tiempo de los tiranos'. Este nombre le fue dado por el mismo Profeta Muhammad (asws), quien dijo: "Tras mi partida llegarán (serán los encargados de gobernar y dirigir la Ummah del Islam) los Khulafa-e Rashidin (los Califas rectamente guiados: Hz Abu Bakr, Hz Umar, Hz Uzman y Hz Ali). Luego de ellos vendrán los 'Umara (los 'Amir al-Mu'minin: Omeyas y Abásidas). Luego de ellos vendrán los Maliks (los Reyes: los Sultanes Otomanos). Luego de ellos habrá un tiempo de cien años de Jababira (tiranía, opresión)". Estos tiempos, los tiempos de Jababira, también son conocidos como los tiempos de la Dayyaliyat, es decir, la Era del Dayyal (el Anticristo), Era caracterizada por la proliferación de la enajenación espiritual y la eclosión desmedida de la más burda y grosera mundanidad.

Si bien el movimiento oculto que culmina en las actuales Jababira y Dayyaliyat ha sido inherente al curso de la humanidad en el mundo desde los mismos albores de su existencia, su realidad ha estado mermada y debilitada en gran medida gracias a la acción de las fuerzas superiores (celestiales, divinas) que transmitidas, difundidas y ejercidas por los Profetas, por un lado, y por los gobiernos sagrados preservadores y continuadores del legado profético, por el otro, fueron las encargadas de equilibrar, restablecer y oponer un Orden al influjo tenebroso de aquellas fuerzas disolventes presentes en el interior del hombre.

Debemos aclarar lo siguiente: en el Islam Tradicional, como en toda doctrina revelada, la sucesión de los últimos tiempos supone un curso descendente en cuanto al desarrollo de las posibilidades cualitativas del ser humano, contrariamente a la creencia secular de la evolución del hombre en cuanto a progreso cuantitativo y material. Como nos enseña nuestro Maestro, Hz Sheykh Abdul Kerim al-Hakkani (ra), cuando, continuando con el hadiz profético anteriormente citado, el Profeta Muhammad (asws) fue preguntado por sus Sahaba qué era lo que se debía hacer para enfrentar tales tiempos, él les dijo: "Aférrense con fuerza a mis enseñanzas y no busquen cambiar las cosas. Eso sólo será posible con la llegada de uno de mis nietos, Muhammad al-Mahdi. Mientras tanto, manténganse en la Verdad y ocúpense de ustedes mismos". Como culminación de un período descendente, éste supone una restauración del Orden perdido. Esta restauración viene de mano del Imam Mahdi y el restablecimiento del poder califal a manos del descendiente de la Casa de Osmán. Debemos tener presente esta aclaración para comprender el grado de inexactitud que revisten los movimientos 'modernos' de restauración califal ligados al tan publicitado 'fundamentalismo islámico'.

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Raíces del Reinado de Satán

El movimiento oculto que actualmente ejerce su poder sobre el mundo también es conocido como el 'Reinado de Sheytán (Satán)'. A los encargados de ejecutar los mandatos de ese poder subrepticio el Sagrado Qur'an los llama 'Awliya ash-Sheytán' (los íntimos de Satán). Son estos agentes del poder satánico (fuerzas sutiles del psiquismo inferior) a quienes se los conoce bajo los motes de Nuevo Orden Mundial, Masonería y Sionismo, tres conceptos que engloban la totalidad del movimiento subversivo.

Desviar a la criatura humana de su significado original ha sido siempre la tarea de las fuerzas disolventes generadas desde lo satánico. Las raíces de la desviación actual pueden rastrearse en lo que la historia ha dado en llamar el 'Renacimiento' occidental, etapa que establece el final de la Edad Media europea y el surgimiento de todo un conjunto de ciencias, saberes y experiencias encargado de desvincular al ser humano de su principio metafísico y circunscribir su realidad dentro de los exiguos límites de la individualidad. Por aquel entonces (siglos XV y XVI) el mundo Islámico gozaba de su mayor esplendor califal con el gobierno de sus más elevados representantes: Sultán Mehmet Fatih Khan, el Conquistador (1451-1481), y Sultán Suleymán al-Kanuni, el Magnífico (1520-1566). Desde entonces hasta su trágica caída, como señal de los tiempos, el Imperio Otomano representó el balance divino frente a la avanzada disolvente del movimiento subversivo generado desde Occidente. Ante lo cual nuevamente debemos aclarar lo siguiente: el Islam transmitido y enseñado por el Profeta Muhammad (asws) ha sido el sello para la enseñanza tradicional en estos tiempos. Su validez es universal y su manifestación supone la culminación de las revelaciones anteriores. De aquí que veamos que naturalmente el proceso de desviación sea iniciado desde el occidente renacentista y que el único bastión con la fuerza necesaria para oponerle un Orden tradicional provenga exclusivamente del Islam y su poder califal.

El movimiento individualista, secular y materialista originado desde el Renacimiento, continuado por el cartesianismo (liberalismo científico-filosófico) y el protestantismo (liberalismo religioso), concluirá con el suceso tal vez más trágico de la historia occidental: la Revolución francesa.

La Revolución francesa supone la fatal culminación de la monarquía y la falaz eclosión del republicanismo, la democracia liberal y el capitalismo, cimientos necesarios para la construcción del Reinado de Satán. El desarraigo espiritual del hombre encontrará terreno fértil y abono excesivo con la aparición de las ideas seculares encargadas de urdir la trama (trampa) del mundo moderno.

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El Movimiento en Sudamérica

Así mismo, altamente sugerente nos resulta el hecho de que casi simultáneamente al inicio del Renacimiento occidental y al esplendor del poder califal islámico, hacia 1492 Europa pierde su vinculación tal vez más estrecha con la tradición islámica al concretarse la usurpación de al-Andaluz por parte de los Reyes Católicos. A raíz de esta usurpación comienza una enconada persecución hacia los Musulmanes andaluces, quienes recibirán el apoyo Otomano y serán acogidos en tierras imperiales.

La férrea inquisición llevada a cabo desde el catolicismo dominante contra los Musulmanes daría a luz un vástago tan particular como significativo: el morisco. Moriscos se les llamó a los Musulmanes de al-Andaluz a quienes por la fuerza se les obligaba a convertirse al cristianismo, pero que sin embargo, relegadas a un ámbito privado, mantuvieron marcadas pautas culturales y espirituales del acervo islámico. Morisco es equivalente a 'musulmán falsamente cristiano' o a 'cristiano nuevo' (sinónimo de 'cristiano falso'). Miles de estos moriscos emigrarían hacia América en los barcos colonizadores, donde encontrarían un terreno virgen donde plasmar sus antiguas ansias de libertad y justicia.

En Argentina, el descendiente directo del morisco andalusí será el Gaucho, y éste se transformará en la médula ósea de la tradición cultural y espiritual que definirá una identidad original en suelo sudamericano. Sin embargo, los encargados de ejecutar el plan satánico de dominación mundial, no pasarán por alto la herencia tradicional recibida y retransmitida mediante el Gaucho, y se encargarán de lapidarla hasta 'casi' su desaparición total (la historia argentina da sobrada cuenta de esto: la instrumentalización que llevó a cabo la Masonería europea de próceres argentinos tales como Bernardino Rivadavia, Bartolomé Mitre y Domingo F. Sarmiento para acabar con la herencia tradicional que por estas tierras se difundía sutilmente de mano de nuestros criollos. Otro dato significativo: será el gobierno de J. J. de Urquiza, la Confederación, predecesor de la tiranía mitrista, el que recibirá un remanente de pantalones militares otomanos destinados a la Guerra de Crimea, que aquí, asimilado por los gauchos y criollos de la campaña, se transformará en la 'bombacha', prenda gaucha que junto al poncho será despreciada como sinónimos de 'barbarie' e 'incivilización' por parte de los puntales del liberalismo masón de la época). Un proceso análogo de subversión, lapidación y destrucción será llevado a cabo en tierras otomanas, y grupos de musulmanes 'radicalizados' se convertirán en los agentes más efectivos para la obra de disolución emprendida por las fuerzas de la desviación satánica.

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*Tres Instrumentos: Masonería, Sionismo y Nuevo Orden Mundial

Por más que se le quiera adjudicar orígenes de doctrina esotérica y/o metafísica (cosa que supone un cabal y sugestivo engaño), la Masonería surge en gran medida tras el auge de la Ilustración (o Iluminismo), movimiento cultural y filosófico europeo -especialmente en Francia e Inglaterra, madres también de la Masonería-, que se desarrolló desde fines del siglo XVII hasta concluir con el inicio de la Revolución Francesa. Este movimiento pone en tela de juicio los absolutos doctrinales tradicionales (tildándolos de 'ignorancia, superstición y tiranía') y resume las posibilidades para el desarrollo humano al concurso exclusivo de la luz de la razón. Nuevamente nos encontramos con postulados individualistas tendientes al desarraigo espiritual.

La nueva mentalidad surgida como resabio de la cultura renacentista necesitaba un sucedáneo que remplazara la doctrina cristiana desaparecida con la existencia de la Edad Media. Fue así como comenzaron a proliferar grupos elitistas de personas 'ilustradas' que utilizando los postulados más acabados del cartesianismo y el protestantismo (el imperio del raciocinio individual frente a la ciega aceptación y seguimiento doctrinal), mixturados con una amalgama extravagante de dogmas irreconciliables (tomados del Oriente misterioso, pagano y mágico -satánico- como alternativas de un esoterismo ficticio y acomodaticio para la pretensión individual), dieron en crear 'logias secretas' cuyo objetivo no era tanto el desarrollo espiritual del hombre, sino el ajustarlo a los parámetros obsoletos de un siniestro plan de dominación. Insistimos en el hecho de que todos estos movimientos fueron y son astutas instrumentalizaciones al servicio de un poder mayor que las utiliza para imponer su tiranía sobre la consciencia humana y así desviar al hombre de su rumbo original.

Por otro lado hay que diferenciar lo que se ha dado en llamar 'Sionismo' de la religión predicada por el Profeta Moisés (as). El Sionismo surge en la Europa del siglo XIX como un movimiento disolvente de índole secularista y política, estrechamente ligado al más riguroso capitalismo y a las más perversas democracias liberales. En el Sagrado Qur'an se los ilustra con el ejemplo de los hijos (seguidores) del Samirí, aquellos hijos de Israel encargados de la forja y la adoración al Becerro de Oro, quienes fueron maldecidos por boca del Profeta Moisés (as). En toda la historia del pueblo de Israel los hijos de Samirí han intentado ocultamente hincar sus colmillos de avaricia y corrupción, pero no ha sido sino con la eclosión del Sionismo que han cobrado una fuerza y poder inauditos, colaborando así en la gran obra de desviación promovida desde el Reinado de Satán.

En base a la corrupción política e ideológica del Sionismo (pariendo atrofias tales como el comunismo, el psicoanálisis, etc.), cuya maquinaria de poder resulta aplastante, el auge de las democracias liberales surgidas tras la caída de las monarquías y la imposición de un credo planetario de fundamentos masónicos (los dioses paganos del 'progreso' y la 'civilización'), el Nuevo Orden Mundial y sus representantes han dado en generar el peligro más alarmante para la integridad espiritual del ser humano en este mundo: la Cultura Global.

Esta cultura global es la más acabada manifestación de la tiranía (Jababira) en esta época. Imponiendo un modo uniforme de concebir y experimentar la realidad entre los parámetros generados por la oscura manipulación que se ha dado en concebir una mentalidad exclusivamente profana (esto es, completamente desacralizada, sin lugar a lo espiritual), su cumple con las formas más perjudiciales de desarraigo que resultan en una visión materialista y cuantitativa de la vida humana, signada por la enajenación y el desdoro. No hay peor tiranía que aquella que el hombre ignorante (falto de luz espiritual) ejerce contra sí mismo.

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*El ‘Fundamentalismo’ Islámico Vs. Islam Tradicional

El proceso iniciado en Occidente, y cuyos frutos más cercanos a nuestro tiempo (y que aún perviven en sus formas originales y bajo otras que los hacen aún más digeribles para el público general que las consume y por ellas de deja llenar) son la Masonería y el Sionismo, fue el encargado de minar los cimientos del poder califal Otomano. Para este trabajo se sirvió de la empresa colonizadora representada por Francia, Inglaterra y Rusia, entre otras potencias de entonces. Hábilmente estas potencias aprovecharon las disensiones internas en el mundo islámico financiando los levantamientos de grupos radicalizados (tanto en la teoría como en la práctica) de entre los musulmanes (wahhabismo y salafismo) contra la autoridad del califato, grupos que de no haber recibido el soporte y los medios necesarios por parte de los colonizadores, hubiesen acabado en el olvido absoluto de la historia del Islam, o sencillamente en el rincón de las más tristes, aunque necesarias, efemérides.

En el ámbito del Islam Tradicional, estos grupos desviados  representan lo que el protestantismo y la Ilustración a la Europa renacentista. Se servirán de los postulados racionalistas para crear una doctrina religiosa moralista, antropomorfista, inculta, individualista, radical y, por todo esto, sin valor metafísico alguno, concluyendo en que siglos de Tradición sólo han sido promotores de 'ignorancia, superstición y tiranía', por lo que se debería releer el Islam, obviamente, según los parámetros ofrecidos por los occidentales (p.ej: libre interpretación de las fuentes originales prescindiendo de la enseñanza tradicional existente desde las primeras generaciones de sabios musulmanes hasta la emergencia de estos supuestos 'reformadores' modernos, desestimando la realidad de que el descenso cíclico supone un consecuente descenso del nivel intelectual, lo que equivale a la total incapacidad del hombre moderno para 'reinterpretar' siglos de conocimiento tradicional. Se adopta la idea del tiempo como 'evolución', muy de raigambre occidental, profana y materialista. También de raigambre occidental la idea del progreso material como sinónimo de bienestar y desarrollo, que llevó a nuestros 'reformadores' a ver en el Imperio Otomano un promotor de dejadez y decadencia frente al 'pujante avance' europeo, idioma común a los masones argentinos encargados de 'limpiar' nuestro suelo de toda 'mancha' tradicional). Si bien el espíritu de desviación del wahhabismo y el salafismo fue originado de entre los mismos musulmanes, su esencia corruptora no deja de ser la misma en todo ámbito y lugar, de aquí que sus postulados subversivos encuentren una sorprendente similitud con los surgidos desde la cultura renacentista occidental.

Los defensores más enconados de la tradición frente a los embates del monstruo colonizador fueron los Ahl al-Tariqat, la gente del Sufismo. Bajo la autorización y mandato califal fueron quienes demostraron una férrea resistencia (armada y espiritual) a la empresa occidental. Encontramos hermosos ejemplos en la lucha del Imam Mansur y el Imam Shamil, ambos pertenecientes a la Naqshbandiyya, contra los rusos (mediados del siglo XIX), la resistencia de la Sanusiyya (con Sidi Ahmed Sherif) y la Qadiriyya (con Sheykh Abdul Qadir al-Jazairi) en el Norte Africa,  los leones del Africa Occidental Sheykh Uzman dan Fodio (de la Qadiriyya), al-Hajj Umar Tall (de la Tijaniyya) y Almamy Samory Touré (también de la Qadiriyya), y tantos más que desde la médula del Islam (el Sufismo, su espiritualidad tradicional), defendieron la Tradición con sangre y sudor. Los mismos califas Otomanos eran discípulos de Sheykhs de Tasawwuf: por ejemplo, Sultán Abdul Hamid Khan II seguía a un Sheykh Shadhilí (orden extendida en el Magreb africano) y uno sus consejeros era el Grandsheykh de la Naqshbandiyya por entonces, Sharafuddin Daghestani. Por esto es que la voluntad disolvente debía ser dirigida justamente contra el Sufismo y sus representantes. Esto fue muy bien comprendido por los colonizadores, quienes encontraron en las ideologías ramplonas del wahhabismo y el salafismo los más leales custodios para sus intereses. Significativo es el ejemplo de Lawrence de Arabia, agente eficaz de la potencia británica que promovió los levantamientos beduinos contra el poder califal.

Los orígenes del salafismo pueden hallarse en la prédica herética de Ibn Taymiyya (1263-1328). Este hombre, que un primer momento de su carrera erudita perteneció a la escuela Hanbali de Jurisprudencia, cegado por su conocimiento libresco, comenzó a encontrar ‘innovaciones’ y ‘desviaciones’ en las doctrinas expuestas por los sabios de Ahl as-Sunnah wal-Jama’a, a raíz de lo cual se sumió en una ‘cruzada’ purgatoria de todo aquello que su ‘racionalismo’ entendía como erróneo, atacando la obra de grandes maestros tradicionales como el Imam al-Ghazali y el Sheykh ul-Akbar Muhyiuddin ibn Arabi. Aduciendo que la experiencia del Islam en los musulmanes se había perdido en el ‘ciego’ Taqlid (seguimiento por imitación) y desentendiéndose de sus propios orígenes, cuestionó y negó la eficacia del seguimiento a las escuelas tradicionales de jurisprudencia islámica (los cuatro Madhhabs) y propulsó una quinta remitiéndose a una libre interpretación de las fuentes primitivas del Islam. Sus escritos están cargados de ponzoña hacia los Sufíes, hacia los Ulama rectamente guiados, etc. Sin embargo, Ibn Taymiyya será sobradamente refutado por innumerables sabios del Islam Tradicional. A pesar de esto, su legado de herejía no estaba destinado a desaparecer.

Retomando la obra subversiva de Ibn Taymiyya, y radicalizándola aún más, surge en Arabia quien en cierto sentido estaba destinado a ser la ‘piedra angular’ de los movimientos ‘reformadores’ modernos, precursor directo de los fundamentalismos, Muhammad ibn Abdul Wahhab, de quien la secta wahhabi recibe el nombre.

Muhammad ibn Abdul Wahhab (1703-1792) estudió en los grandes centros del Islam. Hacia 1736, en Irán, comienza a predicar lo que su entendimiento personal consideraba ‘desviaciones’ en las doctrinas del Tasawwuf, depositarias del núcleo de la enseñanza islámica tradicional. Renegando de siglos de tradición, y haciéndose eco de la enseñanza de Ibn Taymiyya, impulsó la idea reformista y disolvente de un retorno a los primeros tiempos del Islam, a sus fuentes primitivas, abogando por un ‘libre examen’ de las mismas, desconsiderando todo el corpus de creencia (Aqida’) establecido por los sabios tradicionales. Buscaba abrir las puertas del Iytihad, es decir, la libre interpretación de los textos para extraer nuevos veredictos legales de los mismos, ante lo cual expuso enconadas reticencias al seguimiento de las escuelas de jurisprudencia y a las órdenes de Tasawwuf (Sufismo). En 1744 fue expulsado de la ciudad santa de Mecca debido a sus ideas heréticas.

Por aquel entonces, la Península Arábiga formaba parte del Imperio Otomano. En el desierto central de la Península, en una región del Nayd, un clan estaba consiguiendo poner bajo su dominio a varias tribus beduinas. Se trataba de los Bani Saud, una familia conocida por su carácter sanguinario heredado de una costumbre de bandidaje. Muhammad ibn Abdul Wahhab logra imponer su ideología subversiva entre estas gentes y sella un pacto de mutua lealtad con los Saud. Estos tomaron como propias las ideas wahhabis: en ellas se ponía énfasis particular en la distinción entre ‘buenos’ musulmanes y ‘malos’ musulmanes, buenos los wahhabis y malos el resto, que debían ser combatidos como si se tratara de incrédulos (una de las más nocivas innovaciones de Ibn Abdul Wahhab fue la de aplicar los conceptos coránicos de ‘kaffir’ –incrédulo- y ‘mushrik’ –politeísta- a los mismos musulmanes, con lo que derivaba los versículos del combate –yihad- a los incrédulos y los politeístas hacia los mismos musulmanes, sobre todo a los Sufíes, quienes, según sus criterios desviados, ‘adoraban tumbas y sheykhs’. No está demás notar lo bien que esta prédica sentó a los intereses colonialistas que se veían en peligro frente a la resistencia sufí). Con esto comienza la obra de demolición del último bastión tradicional en pie para la humanidad: subversión contra la autoridad divinamente investida (el Califato Otomano), persecución de órdenes sufíes, destrucción de lugares sagrados como tumbas de Awliya’ (aún hoy esto se lleva a cabo por parte de grupos ‘fundamentalistas’), asesinato de hombres, mujeres y niños por no aceptar el credo wahhabi, etc. Con esta ideología mediocre e inculta los ingleses consiguieron que el yihad se volviera, desde los musulmanes, hacia los musulmanes y el Califato.

Así fue que en el mundo islámico en general, hacia fines del siglo XIX y comienzos del XX, el colonialismo desarraigó a los musulmanes y los desvinculó de sus fuentes tradicionales mediante la destrucción física de sus representantes, la corrupción ideológica y el aplastante desprestigio hacia el Islam Tradicional, el cual era, mediante la acción combativa de místicos sufíes, líderes, santos y guerreros, quien oponía una enconada resistencia a las pretensiones disolventes del Reinado de Satán.

Ante el vacío dejado por la merma de la enseñanza tradicional, hábilmente llevada a cabo por el colonialismo, como ‘necesarias reformulaciones’ del Islam surgen movimientos de ‘renovación moderna’ como el Islah, la ‘Reforma’ (es decir, la ‘Modernización’) y el Nahda, el ‘Renacimiento’ de lo ‘árabe’ en clara rebelión contra el Califato, cuyos sultanes eran de origen turco (toda consideración de etnia o raza siempre estuvo prohibida en el Islam. No es sino con la insidiosa influencia colonialista que esto se pone en marcha activando violencias insólitas e innecesarias). No está demás aclarar que estos movimientos fueron el producto de ‘reeducaciones’ que por un lado bebían de la historia presentada a los musulmanes por los orientalistas europeos y sus visiones tendenciosamente subversivas del Islam (a ellos se les debe la idea del anquilosamiento islámico frente al desarrollo occidental, idea hecha propia por musulmanes ignorantes, faltos de luz), y por otro lado de fuentes salafis y wahhabis (por ejemplo, teóricos del Islah como Jamaluddin Afghani o Rashid Rida, quienes fueron educados en occidente, no dejan de citar en sus obras reformistas las ideas heréticas de Ibn Taymiyya y de Muhammad ibn Abdul Wahhab como ejemplos de Islam). Generaciones de musulmanes serán educados por estos ‘eruditos’ de la salafiyya, productos de la acción subversiva y portavoces de un Islam ‘ilustrado’, ‘racionalista’ y falto de esencialidad por carecer de toda espiritualidad (debido a la contundente negación del Sufismo).

En esta sucesión de acontecimientos nos encontramos con movimientos tales como los Hermanos Musulmanes, grupo ya radicalizado (fundamentalista), continuador de la Salafiyya, que surge como respuesta natural ante los desmanes de los ‘Nacionalismos’ emergentes que originó la Nahda y su fatal resultado: la caída del Califato Otomano (los responsables directos de la deposición del poder de Sultán Abdul Hamid Khan II fueron los ‘Jóvenes Turcos’, movimiento secularista impulsado desde la misma masonería sionista: entre los líderes de la revolución contra el régimen califal se encontraban Kemal Atartuk y Djavid Bey, ardientes ‘doenmehs’, ‘renegados’, es decir, judíos ocultos pertenecientes a la orden de Shabtai Zvi, hijos del Samirí en acción una vez más). Cabe aclarar que todos estos movimientos han surgido como reacciones desvinculadas de la Tradición Islámica contra los supuestos liberales de la colonización y la modernidad (herramientas del Reinado de Satán), paradojalmente desde la misma reeducación y reelaboración  que esa misma colonización y modernización hicieron del Islam en el interior del mundo musulmán, empobreciéndolo, volviéndolo una ‘ideología’ por un lado ‘moderna y secular’ y por el otro ‘radicalizada y fundamentalista’. Ambas alternativas son los que sobradamente convienen a las fuerzas disolventes enemigas de lo Tradicional en su cruzada corruptora y destructora.

De los infatuos teóricos pertenecientes a los Hermanos Musulmanes (Hasan al-Bana, Seyyid Qutb) surgiría la perniciosa influencia que daría a luz los movimientos ‘yihadistas’ y ‘fundamentalistas’ encargados de arruinar la impronta del Islam Tradicional con interpretaciones individualistas y erróneas de los textos sagrados, ignorando palabras fundamentales del Profeta Muhammad (asws) para el entendimiento de nuestros tiempos como las que citábamos al comienzo, y colaborando neciamente al fortalecimiento del Reinado de Satán.

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Debemos ser sumamente cuidadosos en nuestras consideraciones personales e intentar buscar la Verdad de manera desapasionada para poder convertirnos en férreos defensores de la misma. Entre sus más preciosos tesoros, el Islam Tradicional aún guarda poderosos exponentes que pueden allanar nuestro camino hacia la Verdad.
Y de Allah proviene el éxito.


Raíces y Sabiduría

miércoles, 31 de julio de 2013

Denunciando Desviaciones Espirituales

Bismillahi Rahmani Rahim

A medida que avanzamos en este Ajir Zaman, en este descenso cíclico que corresponde a los últimos tiempos en que se encuentra la humanidad, comprobamos no sin cierto asombro la indiscriminada proliferación de sucedáneos peligrosos de la espiritualidad tradicional, sucedáneos que se inscriben visiblemente en un movimiento falsario cuya tendencia es la completa inversión y falsificación de la doctrina tradicional. Lo realmente asombroso es cómo personas supuestamente instruidas dentro de un ámbito en que la Tradición predispone a un cierto orden, colaboran con esa tendencia antitradicional siendo soportes efectivos para fuerzas y prácticas incorrectas que no sólo afectan el aspecto corpóreo del ser humano sino que inciden malignamente en su orden sutil causando estragos peores que la enfermedad que pretenden combatir. Esto demuestra una ignorancia cabal, síntoma por lo demás muy apropiado a esta época moderna en la que se consiente ciegamente ante cualquier sugestión o engaño.

A pesar que los rostros visibles encargados de promover, vulgarizar y comerciar con esta 'espiritualidad falsaria' se corresponden con las características externas de una tradición poderosamente viva en la actualidad (el Islam), la ignorancia consentida de la que forman parte los convierte en agentes espontáneos de la obra de corrupción que desde años se viene desarrollando para hundir cada vez más a la humanidad en los abismos carcelarios del engaño y al autodestrucción.

Decimos que la Tradición se contrapone a la modernidad y todo su bagaje de sistema apócrifos (todo lo que tenga que ver con los supuestos humanistas, desde las políticas liberales a las ciencias profanas). Una se erige sobre fundamentos suprahumanos, la otra se construye sobre la exacerbación de la más baja humanidad. Ambas son de por sí completamente incompatibles, por lo que es rotundamente imposible que encontremos transigencias de lo Tradicional frente a lo moderno. Sin embargo, nos resulta penoso comprobar cómo estos gurús de lo falsario no sólo que transigen con la modernidad (al utilizar sus métodos de desviación), sino que en el mayor de los casos la anteponen a lo tradicional. Es decir, llega hasta tal punto la falsificación que de la Tradición solamente se emplean algunos conceptos ya desvirtuados que pueden resultar atractivos a la turba inconsciente dispuesta a ser manipulada por estos manoseos oscurantistas.

Sirvan las palabras anteriores a modo de breve introducción a lo que pretendemos denunciar como desviaciones evidentes, tanto peores cuando quienes son sus víctimas y victimarios las asimilan inapropiadamente a la Tradición y reducen a ellas una experiencia que debería ser transformadora y que sin embargo redunda en la sujeción al más bajo psiquismo.

I.                   El Psicoanálisis como iniciador

Una de las características propias de la civilización moderna -la cual consideramos una auténtica anomalía surgida de una peligrosa ilusión que desvincula al hombre de toda realidad metafísica- es la desnaturalización y la falsificación de todo aquello que tenga algún nexo de contacto con la Tradición (enemiga por principio de toda 'modernidad', como la luz de la oscuridad). Esta característica tiene la función de desviar al hombre de su estado y función original. Ahora bien, cuando la desviación logra llegar a su punto de mayor manifestación, se transforma en una 'inversión' que supone un estado completamente opuesto al orden normal, una total 'subversión'. Esta subversión conlleva un carácter de 'parodia' o 'falsificación' de naturaleza 'diabólica' que se manifiesta en el movimiento antitradicional bajo la forma de seudo espiritualidades que ponen en evidencia la inexorable veracidad del dicho 'Satán es el mono de Dios'.

En esta obra de subversión característica de la época moderna cumple un papel enormemente importante el Psicoanálisis y todo su conjunto de derivados apócrifos. Es decir, la civilización moderna y su sistema profano han forjado por un lado la enfermedad (al desarraigar al hombre de sí mismo mediante las locuras generadas por el materialismo) y ha propuesto una cura que, insensiblemente, no deja de acrecentar el mal. Todo esto responde a un estudiado sistema de manipulación y dominación que sólo pretende la sujeción del ser humano a un poder disolvente y corruptor.

Al trabajar con lo que se considera 'aspectos del subconsciente', o con su equivalente, el 'inconsciente' -conjunto de las prolongaciones inferiores de la consciencia-, no se hace más que operar con fuerzas bajas del ámbito sutil, es decir, con las influencias más 'maléficas' del psiquismo inferior. El objeto del psicoanálisis es manifestar estas fuerzas inferiores sobre el ámbito 'consciente' sin lograr brindar un tratamiento terapéutico efectivo. Ante esto podríamos citar como ejemplo el inmenso laboratorio psicológico del Instituto Tavistock, cuyo 'profeta' fue el mismísimo Sigmud Freud.

II.                 Manipulación de Masas

El Instituto Tavistock, cuyos científicos experimentales (psicólogos, sociólogos, antropólogos, etc...) son los encargados de elaborar la inmensa sugestión desencadenada sobre la humanidad mediante la manipulación de masas, surge en Inglaterra luego de la Primera Guerra Mundial bajo la dirección de la Oficina Militar de Guerra británica. Uno de los primeros estudios del Instituto en 1921 tuvo que ver con los efectos de las neurosis de guerra en los soldados británicos sobrevivientes. El propósito del estudio no era tanto curarlos sino poder determinar cuál era el 'punto de ruptura' de los hombres bajo presión. Así fue como el Instituto aprovechó la experiencia del 'colapso psicológico' en tiempos de guerra para crear teorías sobre cómo se podría inducir una crisis nerviosa en ausencia del terror que producía la guerra. El resultado fue una teoría de 'reflejos condicionados', es decir, de manipulación de masas, que implicaba una experiencia de grupo que podría utilizarse para moldear los valores de la gente y, a través de ello, confinar la comprensión de las asunciones axiomáticas que gobiernan la sociedad a un estrecho y totalitario concepto del mundo. En este orden de acontecimientos también encontramos a Edward Bernays, sobrino de Freud, de quien se sirvió de conceptos sobre el 'inconsciente' en Norteamérica para la manipulación del individuo en el ámbito publicitario masivo. Bernays fue uno de los forjadores de la 'opinión pública' (formación y manipulación) y del concepto de 'turbulencia social' o 'psicosis de masas': los individuos se sienten disociados al intentar huir del terror de la realidad emergente y se retiran a un estado de negación, volcándose a los entretenimientos y diversiones fútiles por un lado, y a las terapias alternativas por el otro, ambas opciones manipuladas y dirigidas por la forja misma del sistema que genera la psicosis.

Lo que a continuación nos ocupará son las terapias alternativas que han surgido desde el Psicoanálisis y que comportan una grosera parodia de la espiritualidad tradicional.

III.           De la Transpersonalidad al Holotropismo

Un tal Stanislav Grof es uno de los principales fundadores de lo que se ha dado en llamar 'Psicología Transpersonal' y un supuesto investigador del uso de los 'estados alterados de la consciencia' (entendemos que todo 'estado alterado' corresponde de hecho a una anomalía -una consciencia 'alterada' es una consciencia 'aturdida', 'confundida', incapaz de discernir la realidad-, cosa que debemos tener muy en cuenta), con el supuesto -aunque desmedidamente dudoso- propósito de sanación, crecimiento e introspección, tal como este gurú fraudulento presenta sus técnicas de desarrollo personal.

Sin embargo, Grof es conocido en particular por sus estudios experimentales del LSD (droga psicodélica semi sintética que se obtiene de la ergolína -compuesto químico heterócilto- y de la familia de las triptaminas) y sus efectos sobre la psique, en el campo experimental conocido como 'Psicoterapia Psicodélica' (psicoterapia que trabaja con drogas alucinógenas, con las que se cree 'explorar' y 'expandir' el 'alma' -dentro de la subversión que modernamente se hace de los conceptos y sus significados inherentes, encontramos este: 'psicodélico', es decir, 'que manifiesta el alma', cuando en realidad la droga no hace más que, como toda psicoterapia, exaltar los aspectos más bajos del psiquismo inferior).

Basándose en sus observaciones al investigar el LSD y la teoría del 'trauma del nacimiento' de Otto Rank (psicoanalista judío austríaco discípulo de Freud), construyó un marco de referencia teórico para la psicología pre y perinatal, y para la Psicología Transpersonal en la que 'viajes' de LSD y otras experiencias de sugestión son 'mapeadas' sobre las experiencias fetales y neonatales del sujeto, experimentando con droga sobre mujeres embarazadas, prolífico y nefasto laboratorio para la manipulación. Con el tiempo esta teoría 'evolucionó' en una 'cartografía' exhaustiva de la psique humana. Luego de la supresión legal del LSD a fines de la década del 1960, Grof descubrió que muchos de estos estados mentales podían ser explorados ('explotados', diríamos) sin drogas y usando ciertas técnicas de respiración en un entorno propiamente arreglado para la sugestión. Hoy en día este trabajo se desarrolla mediante las técnicas de 'respiración holotrópica'.

Teniendo en cuenta aquellos antecedentes colegimos que estas seudo ciencias han surgido desde la desviación moderna y como tales no poseen una incidencia efectiva (a pesar de lo que clamen sus mentores y divulgadores) en el desarrollo de las posibilidades inherentes al ser humano, ya que originalmente implican una desconexión con lo Tradicional (a pesar de que muchos utilicen estas seudo ciencias en nombre de tal o cual forma tradicional) y un claro movimiento hacia el control efectivo de las masas, función fundamental de las 'espiritualidades falsarias' que han surgido como 'alternativas' al caos emocional y espiritual producido por el imperio del materialismo.

IV.            Araneda y la Biodanza

La 'Biodanza' se define como un sistema de 'autodesarrollo', y fue creada en la década de 1960 por el antropólogo y psicólogo chileno Rolando Toro Araneda. No debería ocuparnos mucho espacio aquí, debido a que este movimiento apela a un reconocimiento 'emocional' de uno mismo mediante la música, la danza y el contacto 'físico' con el otro, por lo que carece completamente de fundamento espiritual. Sin embargo, está siendo utilizada por personas que se encuentran adscriptas (o 'iniciadas') a una Tradición -por más que los métodos empleados por este sistema contradigan abiertamente cuestiones tradicionales de orden fundamental- como método de 'auto ayuda', lo que equivale a un mero e inefectivo sucedáneo que colabora en la subversión tradicional y en el desarraigo del hombre con respecto a toda realidad metafísica.

Araneda ha realizado investigaciones sobre la 'Expresión del Inconsciente' (es decir, lo infrahumano...) y sobre los 'Estados de Expansión de la Consciencia', lo cual lo emparenta con las peligrosas y perjudiciales desviaciones de Stanislav Grof. En un primer momento las experiencias con Biodanza fueron llamadas apropiadamente 'Psicodanza', y su ámbito experimental fue el Hospital Psiquiátrico de Santiago de Chile y el Instituto de Estética de la Universidad Católica de Chile (paradojalmente el catolicismo 'moderno' no ha dejado de colaborar con todos estos sistemas subversivos, mostrando contundentemente su ineficacia total para estos tiempos).

Cabe aclarar que la finalidad oculta tras todas estas seudo terapias es colaborar en la forja de entidades pasivas cuyas voluntades sean anquilosadas y corrompidas, entidades dispuestas a ser moldeadas para recibir el virus mortal de la autodestrucción. Una voluntad anquilosada y pasiva es incapaz de trascenderse a sí misma, como también lo es de hacer frente a aquello que realmente debe ser combatido, esto es, superado. En el Islam tradicional todo es movimiento y acción, yihad, un continuo esfuerzo de la voluntad sobre las posibilidades inferiores y disolventes del ego. El amor cristiano, la pasividad budista, la resistencia de Ghandi, no son equivalentes al Islam, ya que fundamentalmente el Musulmán tradicional es Guerrero.

V.                La Mentira del Eneagrama

Terminaremos nuestra breve exposición refiriéndonos a tal vez la técnica que ha arraigado más profundamente en el imaginario del sufismo new age y las prácticas alternativas: el Eneagrama.

Hablar de Enegrama sin referirnos a su siniestro mentor, Gurdjieff, sería un completo despropósito. De sus supuestos viajes con propósitos místicos es desde donde va configurando su sectarismo heterogéneo. Notable es el hecho de que en 1890 se afilió a las sociedades secretas (masónicas) de Armenia que luchaban y se sublevaban contra el domino del Imperio Otomano -es decir, colaborando en los levantamientos contra la autoridad del Califato divinamente investido-, y se sirvió de estos vínculos para llevar a cabo ciertas investigaciones de índole personal en el campo de lo desconocido (ese 'esoterismo liberal' tan del gusto masónico).

Según la fantasía de este nefasto personaje, creador de la que se daría en llamar el "Cuarto Camino" (mezcla heterodoxa y caótica de tradiciones como el budismo, el sufismo, el hinduismo y el cristianismo ortodoxo), hay tres caminos de realización: el del fakir, el del monje y el del yogi. Más allá de estos tres caminos hay un cuarto camino que convenientemente es el suyo. Su desviación alcanza a postular que en el Cuarto Camino una de las funciones más importantes es la sexual, es decir, la energía sexual es la más poderosa que produce el organismo, sin la sublimación de la cual no se puede lograr nada (se cuenta un incidente ocurrido a una mujer que estaba comiendo en el mismo restaurante donde se encontraba Gurdjieff, y que éste con sólo fijar su vista en ella logró producirle un orgasmo... Fuerzas del psiquismo inferior puestas en marcha).

En 1915 conoce a Piotr Ouspensky, quien más tarde se convierte en el principal difusor del Cuarto Camino en occidente. En sus escritos biográficos, Ouspensky cuenta sus sucesivos intereses en la psicología, su descubrimiento de Nietzsche, se considera anarquista, y manifiesta su 'enorme interés' en la idea de la 'Cuarta Dimensión'. ¿De dónde es que obtiene su supuesto 'conocimiento tradicional'? De su maestro no menos nefasto, Gurdjieff.

Comprobamos en estos personajes poco santos el ciego afán de 'esoterismo' que caracterizó a movimientos heterodoxos y poco (por no decir nada) tradicionales como el Teosofismo de M. Blavatsky.

La figura del Enegrama tal cual hoy la conocemos aparece por primera vez publicada en 1947 en el libro 'En busca de lo milagroso' de Ouspensky, siendo una parte integral del Cuarto Camino. Se dice -sin embargo esto es muy poco probable, a pesar de que se cita como fuente la biografía de un gran santo del Islam, biografía de hecho muy poco confiable que cuenta con innumerables adiciones de vidas de otros santos del pasado; es más, en el caso que fuese confiable, se dice que 'no hay permiso de utilizar tal aplicación -del conocimiento de los nueve puntos, que no del Eneagrama- hasta el final de los tiempos'-, se dice que el traspaso de esta figura -y su doctrina- de oriente a occidente fue obra principalmente de George I. Gurdjieff y sus seguidores. Sin embargo, la figura constituida como tal no existe ni se ha encontrado jamás en civilización tradicional alguna. Convenientemente para Gurdjieff el Eneagrama se ha mantenido en secreto por más de 2000 años, siendo justamente él el encargado de 'vulgarizarlo' con su difusión.

Ni Gurdjieff ni Ouspensky se reconocen adherentes a orden o doctrina tradicional alguna, lo que nos lleva a concluir que son dos 'librepensadores' del esoterismo, tan característicos de nuestros días, que han surgido de la desviación moderna colaborando en su acción antitradicional.

Siguiendo esta línea de falseamientos nuevamente nos encontramos en la década de 1960, momento que coincide con la aparición en Estados Unidos (cuna de toda aberración) del hippismo, la música rock (surgida en Inglaterra pero que eclosiona en Norteamérica, la que nunca ha dejado de ser colonia británica sino sólo para ser su más peligrosa heredera) y el consumo desmesurado de drogas como la marihuana y el LSD (estrategias impulsadas por el ya mencionado Instituto Tavistock), nos encontramos con un personaje no menos notable que nefasto. El boliviano Oscar Ichazo hereda una biblioteca de su abuelo (que seguramente contenía obras de Gurdjieff y Ouspensky) y haciendo inventario encuentra unos libros que describen un sistema para él desconocido, por los cuales le despierta un desmedido interés. Se dice, aunque como todo lo anterior esto también es para nada verificable, que recibe el conocimiento del Eneagrama de maestros sufíes en Afganistán (¡¿?!).

Ichazo desarrolla los nueve tipos de personalidad correspondientes a los nueve puntos del Eneagrama (idea que él afirma es única y original ¿?). En 1971, Ichazo se traslada a Estados Unidos (patria que acoge gustosamente a estos energúmenos del espíritu) donde entra en contacto con el Dr. Jhon Lilly, prolífico contribuyente de la experimentación psicoanalítica, la investigación del cerebro y la comunicación de las especies (famoso por sus delirantes estudios con los delfines), y con Claudio Naranjo, psiquiatra chileno también 'vulgarizador' del Eneagrama.

En nuestros días, el Eneagrama se utiliza indiscriminadamente desde ámbitos seudo sufíes que promueven seminarios altamente costosos de tres días (espiritualidad comercializable) para el autoconocimiento presentados con el paradójico y burlesco título de 'Psicología Sufí', ¡como si en tres días de alquilada espiritualidad pudiésemos ahondar en realidades interiores hoy día casi inaccesibles para la mentalidad moderna!.

VI.            A modo de conclusión  

Con estas notas nuestra intención ha sido esclarecer ciertos puntos que generan confusión en cuanto a la sana experiencia de la espiritualidad tradicional. Es penoso que se involucre el nombre del Islam con prácticas y creencias completamente ajenas al mismo y que han surgido de la más burda y perjudicial subversión. Que quede claro: lo que producen estas seudo espiritualidades es un 'desbloqueo' del tránsito de las fuerzas sutiles del orden más inferior para llevarlas a actuar sobre la superficie de la consciencia humana originando innumerables trastornos psíquicos de alcance indeterminado. Lo realmente trágico de todo esto es que se cree alcanzar estados elevados de consciencia cuando no se hace más que 'experimentar' con los estados más inferiores del ser, y esto se corresponde con el gran trabajo de desviación que se viene llevando a cabo desde las diversas manifestaciones de estas prácticas y enseñanzas antitradicionales.

Lo que supone un peligro aún mayor de estas desviaciones es la frecuente confusión (deliberada por parte de sus generadores, aunque inconsciente por parte de sus transmisores) que se hace de lo psíquico con lo espiritual. Esta confusión se opera en un doble sentido que es el que por un lado se manifiesta mediante el psicoanálisis propiamente dicho, y por el otro mediante las seudo espiritualidades derivadas de él. En ambos casos lo desconocido, lo que se ignora por completo, resulta ser justamente lo espiritual. En el psicoanálisis lo espiritual es reducido a lo psíquico, por lo que lo primero es completamente negado; y en las seudo espiritualidades lo psíquico es tomado por lo espiritual, lo que fatalmente concierne a la ilusión de una falsa espiritualidad. Insistimos, si bien ambos sentidos redundan en evidentes desviaciones, el segundo es aún peor ya que al presentarse como 'Prácticas Espirituales de Autoconocimiento' no hacen más que 'centrar' la consciencia sobre 'prolongamientos' inferiores de la individualidad, tomándolos erróneamente por estados superiores simplemente porque están fuera del cuadro donde se encierra generalmente la actividad del hombre corriente. Ahora bien, al estar supeditada esta experiencia a los 'prolongamientos inferiores' de la individualidad, los cuales han sido convenientemente desbloqueados por las técnicas en cuestión, el hombre queda expuesto a un completo extravío en su nivel infrahumano, alejado completamente de toda realización espiritual auténtica. Por lo tanto, debemos ser sumamente cuidadosos al momento de nuestras indagaciones espirituales. La búsqueda puede conducirnos a la fatalidad del extravío o a la emancipación de la auténtica espiritualidad. La Verdad brilla por sí misma.