“¡Oh Humanidad! Os hemos creado a partir de un varón y de una hembra, y os hemos hecho pueblos y tribus distintos para que os reconocierais unos a otros. Y en verdad que el más noble de vosotros ante Allah es quien es más consciente de Él. Allah es Conocedor y está perfectamente informado.” (Sagrado Qur'an 49:13)
Sheykh Mahy
Cisse (ra) es uno de los grandes maestros vivos de la tariqa Tijaniyya. Nieto
de sheykh al-Islam Ibrahim Niasse (ra) e hijo del gran Aliou Cisse (ra), enseña
en su casa en Kaolack. Actualmente tiene miles de discípulos en África, Europa,
USA y Asia.
1.
Hay quien entre nosotros quien dice que el
Profeta (saws) es un hombre normal como cualquier otro. Pero Allāh (swt) ha
dicho en el Corán que sus mujeres no son mujeres cualquieras. Ellas no fueron
mujeres normales porque fueron las mujeres del Profeta (saws). Así que si sus
mujeres no fueron mujeres cualquiera, como osar decir que el Profeta es un
hombre corriente.
2.
Si tienes buen comportamiento, alcanzarás un
nivel de alguien que ayuna durante el día y reza durante toda la noche. Estarás
en la posición (maqām) de la excelencia de la creación (ḥusn al-khalq). Solo
entonces, empezarás a ver como la gente te considera. Un joven hombre se acercó
al Profeta (saws) y dijo: «¡Oh Profeta! Dame el permiso para fornicar (zīna)»
Todo el mundo quedó en silencio y el Profeta (saws) le dijo: »¿Aceptas que la
gente lo haga con tu hermana, tu tía, tu madre o tus esposas?». Y el hombre le
dijo que no. Entonces el Profeta (saws) puso sus manos en el pecho y rezó por
él.
3.
Las soluciones para cada tiempo, para cada
uno y para cualquier situación están dentro del Corán y la sunna de Muhammad
(saws). El Corán es el espíritu (rūḥ) y sin él no tenemos espíritu, ni luz. Y
la luz del Corán es el Profeta Muhammad (saws). Una vez preguntaron a sayyida
‘Aīsha’ (ra): «¿Cómo era el mensajero de Allāh (saws)?» Y ella respondió: «En
sus actos estaba el Corán».
4.
De una persona sin imān, no hay beneficio.
5.
Sin imān, ningún shaykh puede buscarte, no es
por nada, sino porque no te encuentras próximo a Allāh.
6.
Nadie es shaykh sino enseña, no importa su
posición espiritual (maqām) ni si está en la élite (rabbaniyyā). Y es que no
puedes estar en la rabbaniyyā a menos
que estudies y enseñes. Asegúrate que aprendes por Allāh tabāraka wa t‘ala.
7.
Una persona que sigue su ego (nafs) y sus
deseos, incluso pensando que tiene conocimiento, es alguien abocado a la perdición.
Eso es lo que Allāh dice.
8.
Allāh es la única realidad. No hay realidad
sino Allāh. Pero, ¿Por qué? Porque la realidad (al-ḥaqq) nunca cambia. Fíjate
aparentemente hay un cambio constante y Allāh es la única realidad que nunca
cambia.
9.
Si no estás recordando a Allāh (swt) día y
noche, no encontrarás descanso en nada por mucho dinero que tengas.
10.
El verdadero ayuno, es ayunar de cualquier
cosa que no sea Allāh (swt).
En su relación mutua los seres
humanos pueden ser comparados con dos muros que se enfrentan. Cada muro posee
una multitud de pequeños orificios donde anidan pájaros blancos y pájaros
negros. Los pájaros negros son malos pensamientos y malas palabras. Los pájaros
blancos son buenos pensamientos y buenas palabras. Debido a su forma, los
pájaros blancos solamente pueden entrar en los orificios para pájaros blancos y
lo mismo sucede con los pájaros negros, que solamente pueden entrar donde
corresponde a los pájaros negros. Ahora imaginemos dos hombres que se creen
enemigos de manera recíproca. Vamos a llamarlos Yusuf y Ali.
Un día, Yusuf, persuadido de
que Ali le desea el mal, se siente muy enojado con él y le envía un pensamiento
muy malo. Al hacer esto Yusuf libera un pájaro negro al mismo tiempo que deja
vacío el correspondiente orificio de su muro. Su pájaro negro vuela hacia Ali y
busca un orificio vacío que se adapte a su forma y color para anidar en él. Si
desde su lado Ali no ha enviado un pájaro negro hacia Yusuf, esto es, si Ali no
ha emitido ningún pensamiento malo, ninguno de sus orificios negros estará
vacío. Al no encontrar ningún lugar donde asentarse, el pájaro negro de Yusuf
se verá obligado a regresar a su nido original, llevando consigo la maldad con
la que ha sido cargado, una maldad que terminará erosionando y destruyendo al
mismo Yusuf.
Pero imaginemos que Ali también
ha emitido un pensamiento malo. Al hacerlo ha liberado un orificio al que podrá
entrar el pájaro negro de Yusuf depositando parte de su maldad y cumpliendo
allí su misión destructora. En el transcurso el pájaro negro de Ali volará
hacia Yusuf y se asentará en el orificio liberado por el pájaro negro de Yusuf.
Así es que los dos pájaros negros habrán conseguido su objetivo y habrán
trabajado para destruir a los hombres para los que cada uno estaba destinado.
Pero una vez que sus designios
sean completados, cada pájaro volverá a su nido de origen ya que se ha dicho: “Todo vuelve a sus fuentes”. Debido a
que la maldad con la que cargaban no ha sido agotada, esta maldad se volverá en
contra de sus autores y terminará destruyéndolos. El autor de un pensamiento
malo, de un deseo malo, o de una palabra ponzoñosa es atacado tanto por el
pájaro negro de su enemigo como por su propio pájaro negro cuando más tarde
vuelve a él.
Lo mismo sucede con los pájaros
blancos. Si emitimos solamente pensamientos buenos hacia nuestro enemigo, así
sea que el enemigo solamente nos dirija malos pensamientos, los pájaros negros
del enemigo no encontrarán en nosotros ningún lugar donde asentarse y volverán
a quien los ha enviado.
Como también para los
pensamientos buenos que le hemos enviado, si ellos no encuentran un sitio libre
en nuestro enemigo, nos volverán cargados con toda la energía beneficiosa que
ellos conllevan.
Por esto, si solamente emitimos
buenos pensamientos, ninguna maldad, ninguna palabra ponzoñosa jamás nos
llegará. Por eso es que uno siempre debería pedir bendiciones tanto para los
amigos como para los enemigos. La bendición no sólo marcha hacia su objetivo
para cumplir su misión pacificadora, sino que un día u otro también nos vuelve
con todo lo que ha adquirido.
Por lo tanto, siempre deben
querer para los demás lo que quieren para ustedes mismos; y si para ustedes
mismos quieren lo mejor, deben querer también lo mejor para los demás, ya que
toda persona, buena o mala, es depositaria de una parte del aliento de Dios, y
así la debemos considerar.
Traducido
y adaptado de las enseñanzas de Sheykh Tierno Bokar, sabio sufí tijani de Malí.
La
aparente ingenuidad de Marcel Lefebvre en contra del Islam y sus temores hacia el
comunismo construye un discurso maniqueo en el cual hay buenos y malos,
cristianos contra musulmanes y comunistas, civilizados contra incivilizados.
Para Lefebvre —como le ocurrirá años después durante el Concilio Vaticano II—
no había nada más que caos donde no reinasen las viejas estructuras, puesto que
en éstas no entraba ninguna ideología que atentase contra las “buenas costumbres”
occidentales. Este es un claro caso de colonización epistemológica, como dice
Ramon Grosfoguel: «la aceptación de epistemología eurocéntrica hegemónica, que
asume un punto de vista universalista, neutral y objetivo». Es esa pretendida
objetividad neutral y universalista la que hace que el texto de Lefebvre se
debilite por completo, pues niega a los otros la capacidad de hablar o pensar.
El siguiente trabajo propone un
acercamiento a la polémica entre Marcel Lefebvre y Sheykh Ibrahim Niasse
ocurrida a principios de los años 60. El Arzobispo de Dakar escribió una carta
contra el Islam en África, pero Niasse defendió el carácter multicultural e
integrador de éste en Senegal. La polémica no solo es interesante para la
historia de las relaciones islamo-cristianas en África, sino para poder ver las
constantes tensiones de la identidad senegalesa entre el papel “fantasmal” de
las antiguas autoridades coloniales y las nuevas estrategias de los musulmanes
africanos. El texto completo en pdf se puede descargar aquí: ¿Es África para los africanos?
El término Maulid es el nombre que
recibe la celebración del aniversario del nacimiento del Profeta Muhammad (asws).
También se utiliza con el mismo significado la palabra Maulud que literalmente
significa "el Nacido" (en pronunciación vulgar Mulud).
La personalidad del Profeta Muhammad (asws)
impresionó fuertemente a sus contemporáneos y todo lo suyo adquirió una enorme
importancia y trascendencia. De él fluía una poderosa Báraka que lograba
comunicar a todo lo que le rodeaba, ya fueran personas, objetos, lugares,
incluso a su "tiempo". Sus compañeros, los Sahâba, especialmente
sensibles a su Báraka, velaron por transmitirnos sus gestos más mínimos, sus
estancias en determinados lugares -que desde entonces aún mantienen la
presencia de su Bendición activa-, los momentos en los que él derramaba a su
alrededor la bondad natural de su ser. Para los musulmanes, el recuerdo de su
nacimiento (Maulid) está
estrechamente ligado al principio que rige todo lo que es bueno en la
existencia, y aunque la Sunna no menciona la necesidad de celebrar ese
acontecimiento, es conmemorado por toda la Umma que desea recibir simbólicamente
la Báraka del instante en el que nació el Habib (asws).
La casa en la que vio el día en Makka,
en el actual Suq al-Layl, cuya historia se conserva principalmente en las
crónicas de la ciudad, no parece haber jugado, al principio, un papel especialmente
notable. Fue la madre de Harún ar-Rashid, la reina Jayçurán (S.VIII), quien
construyó una mezquita sobre esa modesta habitación. De igual modo que los
musulmanes aprovechaban y aprovechan la peregrinación para visitar la tumba del
Rasûl (asws) en Medina, muchos acudían a su lugar de nacimiento en Makka como
muestra de reconocimiento hacia el lugar en el que había nacido y con el deseo
de recoger la Báraka que proyecta el espacio en el que tuvo lugar el
acontecimiento de su Maulid. Se conservan descripciones de la casa hasta
finales del S. XIX, justo antes de que fuera saqueada por los wahhabíes. La
mención más antigua que se conserva de celebraciones públicas del Mawlid se
encuentra en la obra del historiador Ibn Yubáir. En su época (S. XII), una ceremonia
especial, distinta de la observancia privada, era organizada en Makka. Durante
ese día -la fecha generalmente admitida para el Maulid es el doce de Rabí'
al-Awwal, él (asws) habría nacido en lunes- la casa natal de Rasûlullâh (asws)
permanecía excepcionalmente abierta durante todo el día y a ella acudía un gran
número de visitantes. Durante la visita (Çiara), se efectuaban dos rak'as, se
hacía du'a y dzikr, y también se besaban las paredes como signo de aceptación
de la Báraka.
En el Cairo, la participación a gran
escala del pueblo y de las tariqas sufíes data al menos del S. XIII. En un
tiempo relativamente breve, la fiesta se extendió por todo el mundo musulmán y
se poseen numerosas descripciones en diferentes países y diversas épocas.
En 1588, el sultán otomano Murad III
introdujo la ceremonia del Maulid en su corte. A partir de 1910, y hasta la
dictadura de Ataturk, fue la fiesta oficial del Califato Otomano. Hoy en día,
la fiesta oficial dura uno o varios días en los países en los que el Islam
predomina.
Tanto en el África occidental como en
el Magreb, Oriente Medio, la India, Asia Oriental, en toda la Umma, se celebra
el Mawlid como una fecha que debe ser conmemorada y aprovechada por los
musulmanes. La celebración del Maulid, en tanto que expresión de veneración
hacia Muhammad (asws), es, en la práctica, universalmente admitida en el Islam.
***
Sheykh Hasan Cisse
A
unos días de celebrarse el bendito Maulid de nuestro amado Profeta Muhammad
(asws), compartimos unas palabras al respecto del Sheykh Hasan Ali Cisse, nieto
del Sheykh Ibrahim Niass y su heredero espiritual en la orden sufí Tiyanía del
África occidental. Sheykh Hasan ha servido como Imam de una comunidad islámica
en Medina Baye, Kaolack, Senegal.
As Salamu Alaikum: Estoy aquí
esta noche para darles la bienvenida nuevamente en este lugar bajo la sombra
del Profeta (asws). Estoy aquí para intentar hablar en el Maulid a los hermanos
y hermanas que no hablan wolof o árabe.
Es muy importante celebrar el
cumpleaños del Profeta Muhammad, porque el Profeta (asws) es una misericordia
para todos, tanto si lo conocen como si no, y merece la pena que pasen algo de
tiempo cada día, en el caso de que puedan, y si no de cada año, festejando al
Maestro de la Humanidad. Este encuentro es el resultado de la llamada de los
sufíes a reunirse por la causa de Allah (Al
yam ala Allah), y no por cualquier otra razón. Estamos aquí por eso, por la
causa de Allah, no por el dunia (los
asuntos mundanos), y ni siquiera por el ájira (el Más Allá).
Así pues, estoy felicitándolos
a todos en esta ocasión y también, dándoles buenas noticias del Profeta (asws).
En una ocasión uno de los compañeros preguntó al Profeta (asws). "¿Cuándo
será el último día, el Día de Juicio?". El Profeta (asws) preguntó a aquel
hombre: "¿Qué hiciste tú? ¿Estás preparado para él?". El hombre dijo:
"En realidad, no he hecho buenos actos que me sirvan para el último día
pero tengo amor al Profeta (asws)". Entonces el Profeta (asws) respondió:
"Toda persona va a estar el Día del Juicio con aquél a quien ama".
Felicitaciones, y teniendo en cuenta esto que se acaba de narrar, amen al
Profeta (asws) y salúdenlo.
En el mundo musulmán hoy hay
opiniones diferentes acerca del propio Maulid. Algunos de los musulmanes dicen
que es Bida (innovación), que no es un Islam correcto, mientras que otros dicen
que es aconsejable celebrar el cumpleaños del Profeta (asws). Con respecto a
los que dicen que es Bida, hay que señalar que no existe una discusión entre
nosotros y ellos, porque ellos no tienen ninguna prueba de que sea Bida. Por
otro lado, incluso si fuera Bida, sería una buena Bida. Allah reveló al Profeta
(asws) en el Sagrado Corán que Él le narraba las historias de los profetas
anteriores con el fin de fortalecer su corazón. Si ése es el caso con el Profeta
(asws), entonces aún más sería éste nuestro caso en lo referente a las
historias del Profeta (asws). En segundo lugar, el propio Profeta (asws)
celebró su cumpleaños después de la edad de cuarenta años (en que fue
distinguido con el don de la profecía) y todo el mundo conoce esto. Su abuelo
Abu Mutalib celebró su cumpleaños (el del Profeta) y sacrificó animales por él,
pero ¿por qué continuó entonces haciéndolo después de que Muhammad (asws)
alcanzase la edad de cuarenta (si el Profeta no hubiese estado de acuerdo en
eso)? El Profeta (asws) solía ayunar los lunes. Cuando se le preguntó por qué
ayunaba ese día solía decir: "Fue el día en el que nací".
Basándome en este hadiz y en el
verso coránico en el que Allah dice al Profeta (asws): "Te estoy narrando
las historias de los profetas anteriores para fortalecer tu corazón", dije
que sería una muy buena idea también para un musulmán el escuchar las historias
del Profeta Muhammad (asws) con el fin de fortalecer su corazón y fortalecerse
él mismo. Por esta razón, desde el siglo tercero de la Hégira, los musulmanes,
o debería decir los buenos musulmanes, celebran el cumpleaños del Profeta (asws)
cada año. En la tierra de Senegal, como oyeron decir al Sheykh Abdullah el otro
día, Hayy Abdullah, el padre de Sheykh Ibrahim, fue el primero que celebró el
cumpleaños del Profeta (asws). Al principio, la forma en la que solía
celebrarlo era diferente de aquélla en la que Sheykh Ibrahim lo celebraría
posteriormente. En aquel entonces ellos se reunían en la noche del cumpleaños
del Profeta (asws) recitando el Corán hasta la madrugada, pero cuando Hayy
Abdullah realizó una visita a Fez (Marruecos) y vio que allí celebraban el
cumpleaños del Profeta (asws) recitando oraciones y poemas, adoptó ese mismo
estilo.
Entre los poemas hay que
mencionar los del Imam Muhammad Busiri, uno de los más famosos poetas que
escribió sobre el Profeta (asws). Dos de sus más conocidas creaciones fueron
Burda y Hamzia. Durante los primeros estadios de su vida, él no fue un musulmán
realmente excelente. Era un poeta dotado que entretenía a los gobernantes de
aquella época. Luego, en una ocasión, Allah le probó con una severa enfermedad.
Acudió a muchos doctores y pareció que no existía cura para él. Durante su
enfermedad, escribió un poema, el Burda. "Burda" significa
"cubierta" en árabe. Cuando escribió el poema, vio al Profeta (asws)
cubrirle con un manto. Entonces recobró su salud. Por la mañana, antes de
mostrar el poema a nadie, una buena persona vino a visitarle. Cuando abrió la puerta,
le dijo: "Muéstrame el poema que yo te vi recitar delante del Profeta (asws)
la pasada noche". Eso es por lo que en todo el mundo islámico hoy se tiene
la creencia de que, en que dondequiera que sea leído el Burda, el Profeta (asws)
acudirá a ese lugar. Eso es por lo que cuando este poema es recitado, todas las
personas se levantan.
El segundo poema compuesto por
Busiri fue llamado Hamzia. En realidad, miles de personas han escrito poemas
sobre el Profeta (asws), pero la fama que Busiri consiguió por su alabanza al
Profeta (asws) fue inigualable, puesto que sus poemas son excelentes.
Durante la celebración del
primer Maulid en Senegal todos los poemas recitados fueron de Busiri. En el
segundo Maulid los poemas fueron de Sheykh Ibrahim Niasse. Además, hubo una
narración de la biografía del Profeta (asws). Fue contada de nuevo la historia
de la marcha de Sheykh Ibrahim Niasse desde la ciudad de Kaolack hacia Medina y
lo motivos por lo que esto tuvo lugar. Esta narración fue una respuesta a la
cuestión de cuál fue el problema que hubo y qué fue lo que su propio pueblo le
hizo para obligarle a irse del área. En resumen, Sheykh Ibrahim declaró que él
no había hecho nada más que amar al Profeta (asws), algo por lo que fue
expulsado de su casa.
Al conmemorar el nacimiento del
Profeta (asws), pueden ganar muchas cosas, como incrementar vuestro amor al
Profeta (asws) y lograr la felicidad en esta vida y también en el Más Allá. El
amor al Profeta (asws) puede hacerlos verle en un sueño o en la realidad, en un
estado de consciencia, porque hasta el día de hoy los musulmanes continúan
viendo al Profeta (asws) a plena luz del día, en un estado de consciencia, no
de sueño. En un hadiz de Bujari, el Profeta (asws) dijo: "Quien me ha
visto en un sueño, me ha visto en la realidad, ya que Shaitán no puede tomar mi
forma".
Algunos de ustedes recordarán
el poema compuesto por el Sheykh Ibrahim durante los últimos momentos de su
vida en un hospital de París. "Vi al Profeta (asws) en un estado de
consciencia en París. ¿Es éste un lugar donde uno puede ver al Profeta (asws)?".
Existen musulmanes que niegan que se pueda ver al Profeta (asws). No lo creen
posible porque le consideran justamente como una persona ordinaria que, si
muriera, sería enterrada y perdería el contacto con este mundo. Sin embargo, el
Profeta (asws) no es así.
Otra historia nos mostrará que
el Profeta (asws) todavía existe. Hace un tiempo un hombre de Meca, que era muy
rico, solía recibir a gente de Malasia, dándoles hospitalidad y ayudándoles con
su propio dinero. Ocurrió un año que el hombre carecía de dinero pero, sin
embargo, la gente llegó. Entonces él se dijo a sí mismo: "Debo ocultarme
porque sería una vergüenza para mí encontrarme con estas personas sin poder
darles un trato correcto". Finalmente, decidió llevarlas a la Mezquita del
Profeta (asws) para dejarlas allí. Se convirtieron entonces en los invitados
del Profeta (asws). Cuando él llegó a la Mezquita y saludó al Profeta (asws)
dijo: "Estas personas solían venir a mí cuando podía encargarme de ellas.
Hoy vienen cuando estoy en una situación financiera muy precaria". Luego,
se durmió en la Mezquita antes de separarse del grupo. Durante el sueño, el
Profeta (asws) se le apareció y le dijo: "Vete a esta dirección y llama a
este hombre. Dile que te dé el dinero que necesites para atender a estas
personas". Cuando él encontró la casa pronunció el nombre del hombre a
viva voz desde la calle. El hombre contestó a la llamada diciendo:
"Respondo a tu llamada. Soy el mensajero del Mensajero de Allah. Dime cuánto
dinero necesitas. Si lo tengo, te lo daré; si no, lo pediré prestado y te lo
daré".
En otra ocasión, el Sheykh
Ahmad Rafi, realizó una visita a la Mezquita del Profeta (asws), y allí dijo:
"Cuando estaba lejos de ti solía enviar mi alma a besar esta tierra por tu
causa y hoy he venido en persona. Dame tu mano para que pueda besarla". La
mano del Profeta (asws) apareció.
El Profeta (asws) no es una
persona ordinaria. Él está en un segundo nivel, detrás de Allah. Amamos al
Profeta (asws), pero no lo adoramos. Creemos en su mensaje. Creemos que es el
Mensajero de Allah (asws) y Su siervo, e intentamos hacer todo lo posible para
seguir todas sus enseñanzas paso a paso. Hacemos todo lo posible para evitar
aquello que él (asws) nos prohibió. Esa es nuestra creencia en el Profeta (asws).
El Profeta (asws) vino a este mundo cuando su propio pueblo y la mayoría de la
comunidad mundial creía en la adoración a los ídolos en lugar de adorar a
Allah, el Creador. Allah le envió para corregir los errores de los seres
humanos. Allah le envió para guiarnos al sendero recto. El Profeta (asws) está
en la posición de enseñarnos a seguir el sendero recto, pero no puede crear la
rectitud en el corazón de un mumin o creyente. Sólo Allah puede crear la
rectitud en el corazón, y el propósito del Profeta (asws) es el de mostrarnos
el camino recto.
Según las enseñanzas del
Profeta (asws) todos los buenos actos son aconsejables. El Islam es bueno en su
totalidad. Todos los malos actos están prohibidos en el Islam y es una
obligación para cada musulmán el cumplir una orden que el Profeta (asws) dio,
del mismo modo que lo es el abstenerse de hacer algo que el Profeta (asws)
prohibió. La felicidad en esta vida y en el Más Allá depende de la obediencia a
las órdenes del Profeta (asws).
Todas las celebraciones que ven
en estos días, los poemas, la recitación del Corán tienen como finalidad el
mostrar el buen carácter del Profeta (asws). Cuando se le preguntó a Saida
Aisha cuál era el carácter del Profeta (asws), ella respondió: "Su carácter
es el Corán; el Corán es el carácter del Profeta (asws)". Cuando leen el
Corán, su carácter está presente, y fuera de la esfera del Corán, nunca verán
su carácter. Si quieren acercarse al Profeta (asws), sigansus enseñanzas. Lo
que él dice que es bueno, intenten hacerlo con todas sus fuerzas. Lo que él
dice que es malo, intenten evitarlo con todas sus fuerzas, porque esa es la
llave de la felicidad. Es la llave para lograr lo que quieran en esta vida y en
el Más Allá.
Podemos resumir todo esto en
una palabra: Taqwa. La Taqwa lo es todo. Si hacen lo que el Profeta (asws)
ordenó hacer y evitan lo que ordenó evitar, entonces seran buenos musulmanes y
Walis de Allah. Estarán en ese caso cerca de Allah. Vuestros problemas en esta
vida quedarán resueltos y esto no es una afirmación mía. Cada palabra que se
refiere a esto está en el Corán. Si temen a Allah, Allah les enseñará. Si quieren
el Paraíso, teman a Allah. Si quieren llegar a ser un Wali, crean en Allah y
témanle. Si quieren ser honrados en la presencia de Allah, témanle. Si quieres
estar a salvo del Fuego en el Último Día, teme a Allah. Si quieren salir
victoriosos contra vuestros enemigos, teman a Allah. Si desean riquezas, teman a
Allah. Si desean resolver vuestros problemas personales, teman a Allah. Si quieren
ser buenos musulmanes hagan todo lo posible para seguir las instrucciones y las
reglas del Islam y para evitar aquello que el Islam prohíbe. No afirmen que aman
al Profeta (asws), mientras que, por otro lado, desobeden todas sus órdenes.
Eso es una hipocresía.
El Profeta (asws) describió lo
que es el Iman (fé). El Iman es lo que uno tiene en su corazón, y que sus
acciones externas evidencian. Si las acciones de alguien son distintas de lo
que él afirma creer, entonces, su creencia es falsa. Debemos hacer todo lo
posible para ser musulmanes. Ser musulmán no es sólo afirmar que uno es
musulmán. "Doy testimonio de que no hay más dioses que Allah y doy
testimonio de que Muhammad es Su Mensajero". Es bueno decir estas palabras,
pero no es suficiente. Tienen que seguir una cierta vía, ciertas reglas y
ciertas características.
El Profeta (asws) dijo:
"Un musulmán es aquél con respecto al cual los otros musulmanes están a
salvo. Ellos no se dañan unos a otros con sus lenguas o sus manos". Un
musulmán es para otro musulmán justamente como un muro. Si una parte de él está
dañada, todo el muro está dañado.
Para ser buenos musulmanes
tenemos que ser serios. Debemos seguir las reglas del mismo modo que si el
Profeta (asws) estuviera aquí. Un musulmán no debe oprimir a otro musulmán. No
debe despreciar a otro musulmán. No debe dejar de ayudar a otro musulmán. Deben
ayudar a vuestros hermanos. En un hadiz el Profeta (asws) dice: "Allah
acude en ayuda de un siervo en tanto que éste ayude a su hermano". Si quieren
que Allah los ayude, sean amables con vuestros hermanos en la fe y ayúdenlos.
En la Surah Asr, un capítulo muy corto del Corán, Allah jura que todos los
humanos son perdedores, excepto estos cuatro tipos de personas: los que creen,
los que realizan buenas acciones, los que se aconsejan unos a otros para seguir
la verdad, y se aconsejan unos a otros para ser pacientes. Si quieren estar a
salvo de convertirse en perdedores, adáptense a estas características.
Mauritania es el Puente
geográfico entre África del Norte y el África occidental, y su música siempre
ha estado definida por esta división. En una escena que se adhiere
rigurosamente a las reglas de la tradición, hay tres ramas musicales
diferentes: Al-bayda, el modo blanco, produce sonidos refinados y delicados, mayormente
alineados con el norte de África; Al-kahla, el modo negro, está más sujeto a
las raíces y a los sonidos masculinos de la música africana sub-sahariana;
whilst l'-gnaydiya, el modo mixturado, combina los dos. Aún así, cuando la
intérprete mauritana Mauloma comenzó a hacer música que mezclaba lo tradicional
y lo moderno, aunando el tidnit (instrumento tradicional del África occidental)
y la guitarra del blues, fue como nada de lo que se había producido con
anterioridad en el país.
Malouma Mint Moktar Ould Meidah
nació hacia 1960 en Mederdra (Trarza) en el seno de una familia de griots.
Junto a un padre que era un renombrado músico tradicional y poeta, y un abuelo
que era un reconocido tocador del tidnit, Mouloma creció dentro de un entorno
musical, y desde temprana edad fue iniciada en los fundamentos del ardin, o
harpa tradicional. Conjuntamente con la inmersión en la música de Mauritania,
la niñez de Malouma transcurrió en la audición de un amplio espectro de estilos
de varios países. Junto a su padre descubrió
la música libanesa, senegalesa, egipcia y bereber, junto a algunos de los
grandes de la música clásica europea. Sin embargo fue el descubrimiento del
blues americano en su temprana juventud lo que revolucionaría su acercamiento a
la música.
Malouma forma parte del
movimiento que se ha dado en llamar “Blues del Desierto”, que reúne una gran
gama de artistas del África Musulmana y que artísticamente demuestra la
emergencia de un estilo muy propio y original que vale la pena escuchar.
En numerosas ocasiones hemos
referido la gran influencia que han tenido los Moriscos (musulmanes andaluces
expulsados y forzados a conversiones excluyentes por parte de la Inquisición
católica que llegaron a Sudamérica en los barcos colonizadores) en la forja de
un biotipo rural característico que en la Argentina es representado por el
gaucho como precursor de identidad tradicional. Sin embargo poco se sabe de la
influencia que estos Moriscos (ya exiliados en el Magreb africano) tuvieron en
la formación de una cultura propia dentro del África subsahariana.
A este respecto hace ya unos
cuantos años ha visto la luz una notable investigación que expone la existencia
históricamente corroborada de descendientes de musulmanes andaluces en el
África Occidental. Este trabajo fue llevado a cabo por investigadores de la
Universidad de Granada en España y fue editado en 1987 bajo el nombre de 'Andalucía
en la curva del Níger'. Reseñaremos brevemente lo expuesto en aquel trabajo.
El especialista en información
internacional y países del sur de la Universidad Complutense de Madrid, Juan A.
González Barahona, en su ensayo 'El Islam en África Occidental' (pág. 16-18)
escribe lo siguiente en referencia a los Moriscos en el Níger:
'A modo de introducción tomaré
prestadas las palabras de un artículo de Ortega en la revista El Sol, allá por
el año 1924:
(...)
Se trata de un trozo de historia de España, probablemente ignorado de todo el
mundo en nuestro país, y que, sin embargo, tiene simpar gracia de romanticismo.
Donde
el Sahara termina y el Sudán comienza, sobre el codo del Níger, se halla la
ciudad santa de Tombuctú, en la cual hasta 1900 no habían penetrado más de tres
o cuatro europeos. Fue en tiempos una urbe gigante y sabia, por la que peleaban
una y otra vez los pueblos del desierto y los reyes tropicales. Pues bien: allí
viven desde hace cuatro siglos nuestros parientes.
A
fines del siglo XVI, un sultán de Marruecos quiso lo que parecía imposible:
arrebatar Tombuctú con armas de fuego. Para ello contrató un gran número de
españoles armados con armas de fuego, las primeras que aparecían en este fondo
africano. Los soldados españoles ganaron la batalla más grande que nuestra raza
ha logrado del otro lado del Estrecho, y, victoriosos, se avecindaron en
Tombuctú, tomaron mujeres del país y crearon estirpes que aún perduran.
Orgullosos de su origen hispano, conservaron una exquisita disciplina
aristocrática y aún representan sus familias los núcleos nobles del país...
¿Por
qué no hemos ido a visitar a estos ruma del Níger, nuestros nobles parientes?’
(Ortega y Gasset, José. Obras Completas vol. 3, págs. 246-7)
En efecto, como comenta Ortega,
la gesta africana de Yúder Pachá, morisco granadino de Cuevas de Almanzora,
constituye uno de los apartados más apasionantes, insólitos y desconocidos de
la historia de Al-Ándalus y España. Según cuenta M. Villar Raso (en el libro
'Andalucía en la curva del Níger'): 'La
primera noticia de la existencia de Yúder me la dio un juglar ciego en la plaza
de Yemaa al-Fnaa de Marrakesch, que cantaba una cásida en su honor'. Esto
demuestra lo extraordinario de la gesta de este morisco que aún perdura hasta
en las entrañas de Marruecos.
Yúder cruzó por primera vez el
gran desierto del Sahara con un ejército, en el sentido actual de la palabra.
Yúder formaba parte de una noble familia
morisca que a lo largo del siglo XVI, como muchas otras, fue obligada a cambiar
de religión, hábito y costumbres y que finalmente fue expulsada o exiliada,
principalmente al norte de África. Allí, tras sobresalir en varias batallas, el
sultán Al-Mansur decidió enviar una 'expedición' misionera más allá del Sahara
que puso a las órdenes de Yúder (...).
Partió Yúder en 1590 con un
ejército de 4.000 granadinos, 1.500 lanceros moros y 8.000 camellos. Era una
empresa difícil y, prueba de ello, es que unos años antes había fracasado otra
expedición y muerto la mayoría de sus componentes. Pero Yúder logró llegar a
Tondibi y derrotó a Ishaq II, rey de Gao que, dicen, le salió al encuentro con un ejército de 40.000 hombres
(aunque sin armas de fuego) entre los que se encontraban magos, hechiceros y
brujos (...).
A pesar de que en un principio
su llegada a la zona fuera por medios bélicos y de que no vino a implantar el
Islam (pues ya estaba bastante consolidado en la zona), el advenimiento del
ejército de Yúder no fue virulento más allá de una o dos batallas, y a partir
de entonces él y sus hombres se establecieron como semejantes en Tombuctú y aledaños
renovando el Islam, la cultura y la organización político-social en la zona.
Cierto que fue un dirigente impuesto por el sultán de Marruecos, pero pronto se
desvinculó de él y depuso a su sucesor, el pachá vasallo de Marruecos Mahmud
Ben Zergún (también de origen español) que estaba hundiendo al país en el caos
por su avaricia.
Según cuenta uno de los libros
que habla sobre Yúder, escrito por Aderrahman Saadi, el Tarek as-Sudán (Camino
al Sudán), Yúder era un hombre moderado que mandaba por convicción y fuerza de
carácter que dirigía extraordinariamente a sus hombres por su carisma (...).
Además, tenía un agudo sentido político y rápidamente mezcló a sus hombres con
el pueblo autóctono garantizando la alianza con familias poderosas. Estos
descendientes pasaron a denominarse los 'armas'.
Al entrar en Tombuctú, Yúder
respetó a la población y perdonó la vida al askia (gobernador local). Según
esta misma fuente (el Tarek as-Sudán), la religión gozó de gran prosperidad
tras sustituir a Ben Zergún, y para mostrar su fidelidad al pueblo ordenó la
muerte de los demás pachás que envió el reino marroquí por los crímenes que
representaban (saqueos, arrasamiento de aldeas y bosques, matanzas
indiscriminadas, etc.).
Así, Yúder convirtió la curva
del Níger en una nueva Andalucía en la que se asentaron hasta 15.000 hombres de
origen español (morisco-andalusí). Construyó kasbahs, canales y dejó de enviar
oro a Marruecos, desbaratando sus planes expansivos. Este pequeño estado
independiente sobrevivió hasta que los Tuareg lo dominaron en 1737, tras la
batalla de Toya. Aún así los 'armas' conservaron su rango hasta la llegada de
los franceses, en torno a 1893, y todavía hoy sus cerca de 30.000 miembros (que
habitan principalmente en las ciudades de Tombuctú, Gao, Djené y Bamba) son
considerados familias nobles.
Las consecuencias fueron la
implantación de una estirpe noble y dirigente que entremezcló y consolidó aún
más la cultura africana, andalusí, berebere y musulmana en la región, que
adquirió una idiosincrasia con una gran riqueza en la que la conciliación de
las creencias y el respeto a la diversidad (cultural) forman una parte
fundamental'.
Ali
Ibrahim "Farka" Touré (Kanau, 1939 - Bamako, 7 de marzo de 2006), fue
un conocido guitarrista y cantante maliense, cuyo estilo aunaba la música
tradicional de Malí con el blues.
Nació
en 1939 (no se conoce la fecha exacta) en la aldea musulmana de Kanau, cerca de
Gourma Rharous, en la región noroccidental de Tombuctú. Era el décimo hijo de
su madre, pero fue el único que logró sobrevivir pasada la infancia. Su apodo,
"Farka", significa "asno", animal admirado por su
tenacidad. Étnicamente, Ali Farka Touré estaba vinculado a los antiguos pueblos
songhay y fula, del norte de Mali.
Su
padre, que servía en el ejército francés, murió en combate durante la Segunda
Guerra Mundial. Ali apenas fue a la escuela, y se dedicó desde su infancia al
cultivo del campo. Sin embargo, siempre manifestó un gran interés por la
música, especialmente por instrumentos tradicionales malienses como el gurkel
(pequeña guitarra), el violín njarka, la flauta peul o el ngoni (laúd de 4
cuerdas).
En
1956 quedó muy impresionado cuando vio actuar al guitarrista malinke Keita
Fodeba, lo que le hizo decantarse por la guitarra como instrumento. Tras la
independencia de Malí, en 1960, el gobierno comenzó a promover la música
tradicional, lo que permitió a Ali formar su primer grupo, La troupe 117, con
el que actuó en varios festivales por todo el territorio de Malí. En 1968 viajó
por primera vez fuera de Malí para representar a su país en un festival que
tuvo lugar en la ciudad de Sofía, en Bulgaria.
Durante
los años 70 se instaló en Bamako, donde trabajó como ingeniero para Radio Malí.
En esa época tuvo la oportunidad de escuchar mucha música occidental
(especialmente cantantes negros estadounidenses como Otis Redding y James
Brown, entre otros). Por entonces publicó también su primer disco, Farka
(1976), en la compañía francesa Son Afric, y comenzó a dar conciertos por toda
África occidental.
En
esta época se inició también su interés por el blues, al que encontraba grandes
afinidades con la música africana. Fue el primer intérprete de blues africano
que logró una popularidad masiva en su continente natal, hasta el punto de que
se le llamó "el John Lee Hooker africano". Musicalmente, su estilo
tenía muchas semejanzas con el de R. L. Burnside, con varias superposiciones de
guitarras y ritmos. Cantaba habitualmente en lenguas africanas, sobre todo en
songhay, fula y tamacheck.
En
los años 80 se instaló en la localidad de Niafunké. Comenzó a ser conocido en
los países occidentales tras la publicación de su álbum Ali Farka Touré, éxito
internacional, que propició varias colaboraciones con músicos occidentales (en
1991 con Taj Mahal en el disco The source; y en 1994 con Ry Cooder en Talking
Timbuktu, así como la reedición de material antiguo grabado durante los años
70, como Radio Mali. Por Talking Timbuktu fue galardonado con un premio Grammy.
En 1999 publicó Niafunké, un regreso a las raíces de la música tradicional
africana.
En
2004 fue nombrado alcalde de Niafunké y con dinero de su propio bolsillo
asfaltó las carreteras, construyó varios canales y puso en marcha un generador
para proporcionar electricidad al pueblo.
En
septiembre de 2005 publicó, en colaboración con el intérprete de kora Toumani
Diabaté, el álbum In The Heart Of The Moon, por el que obtuvo su segundo premio
Grammy.
El
7 de marzo de 2006, el Ministerio de Cultura de Mali anunció que había
fallecido a la edad de 67 años, de cáncer de huesos. Su casa discográfica,
World Circuit, afirma que acababa de completar un nuevo álbum en solitario.
La evolución del gusto musical
de los tuareg a lo largo de los veinte últimos años es ejemplar por varios
conceptos. Antes que nada porque esta población, distribuida por una vasta zona
repartida entre cinco países del Sahara y el Sahel, está en contacto por la
fuerza de las circunstancias con otras culturas musicales con las que mantiene
contactos consistentes en aportaciones y préstamos recíprocos. Pueden ser
mestizajes musicales de índole urbana o, al contrario, intercambios que se
producen entre grupos rurales, incluso entre los más cerrados, estrictamente
nómadas hasta hace muy poco, como los lullemmeden del Este, en Níger (más
comúnmente denominados Tagaraygarayt, "los del centro"), famosos por
su fidelidad al repertorio musical tradicional. Un caso interesante, sin
embargo, es el de la adopción de un género musical completamente distinto por
causas en gran parte políticas e ideológicas.
La
práctica musical tradicional
Entre los Tagaraygarayt, el
monopolio de la música instrumental, lo detentan las mujeres y, entre las
mujeres, son las pertenecientes a las clases sociales jerárquicamente más
elevadas las que pueden tocar la vihuela de una sola cuerda (anzad) y el tambor
tazawat, en tanto que las artesanas o las ex cautivas se limitan a tocar el
tambor de mortero (tende). Siempre que cantan como solistas, las mujeres lo
hacen acompañadas por un coro que les responde. En cambio, los hombres cantan
como solistas a capella o a dúo, a veces acompañados por la vihuela de una sola
cuerda (anzad). Las diversas expresiones mencionadas, instrumentales o vocales,
se pueden combinar entre sí para dar lugar a distintas categorías musicales,
las más frecuentes de las cuales son los "cantos de anzad" (aires de
anzad) y los "cantos de tende".
Los repertorios de los cantos
de los hombres y de la vihuela de una cuerda están estrechamente vinculados al
pasado y a la tradición épica de los grupos tuareg, aunque también hay
numerosos cantos que evocan a la amada o simplemente los estados de ánimo del
autor del poema. En general, los compositores de las letras y de los aires son
conocidos por todo el mundo y la norma exige que no sea usual crear nuevos
cantos y que los intérpretes se conformen con reproducir el repertorio
introduciendo, en todo caso, pequeñas variaciones estilísticas personales. Por
el contrario, el canto de las mujeres acompañado con el tambor de mortero es la
ocasión de improvisar poemas que hacen las veces de crónicas y, en ocasiones,
de sátira social de la vida en los campamentos.
En principio, ni se canta ni se
toca al albur. Hay ocasiones específicas: las dos más importantes, y también
las evocadas más a menudo por los tuareg nómadas, son las sesiones de
"cantos para los genios", durante las que se tocan el anzad o el
tende (con o sin cánticos) para curar a una persona enferma, es decir, para
"echar a los genios de su cuerpo", y las fiestas (nacimientos, bodas)
en que los hombres se exhiben a lomos de sus camellos preferidos para hacer una
"ronda de camellos" alrededor de la mujer que toca el tambor. En este
caso sólo se utiliza el tambor, acompañado por el coro de las mujeres. Hace
tiempo, cuando los tuareg aún guerreaban y llevaban a cabo incursiones contra
sus vecinos, las caravanas y las tropas coloniales, el anzad se tocaba para
enardecer y glorificar la bravura de los guerreros. En aquel entonces se decía
que un guerrero "merecía el anzad", expresión que todavía se usa
cuando se habla de un hombre valiente. Esta música tiene, por lo tanto, la
particularidad de reflejar las diferencias sociales que hay en el grupo:
distribución sexual de instrumentistas y cantantes, diferencias según el
estatus y el lugar ocupado en la jerarquía tradicional (o lo que de ella se
conserva). Como la lengua (tamasheq), la escritura (tifinagh) y el uso del velo
(anagad) por los hombres, la música continúa siendo uno de los elementos más
poderosos a que pueden recorrer los tuareg para manifestar sus diferencias
respecto a sus vecinos.
El Aprendizaje
El
aprendizaje del canto y del repertorio
La adquisición del repertorio
se produce mediante el aprendizaje del canto. En cambio, la práctica vocal sólo
puede tener lugar si se ejecutan aires (re)conocidos. Es impensable dejarse
llevar por fórmulas ornamentales separadas de su contexto melódico (no
significantes). Por lo tanto, es imposible canturrear un aire, "cantar sin
decir nada", acto considerado infantil, indigno de un adulto. En efecto,
para los tuareg, todo hombre adulto alardea de respetar el asshak, es decir,
cierta reserva, un rigor de la actitud traducible por "nobleza".
Además, sobre todo en presencia de parientes o extranjeros, está sometido a la
regla del pudor, de la vergüenza y del respeto, takarakit, que exige que no
exteriorice sus sentimientos y no hable de según qué asuntos y especialmente de
la música. En resumen, un hombre sólo puede cantar en público si se halla en
compañía de un auditorio del mismo grupo de edad y con el que tenga relaciones
de parentesco "en confianza". Pero, ante todo, un hombre sólo canta
ante un auditorio si se halla en plena posesión de su repertorio y se considera
capaz de interpretarlo según unas determinadas reglas estéticas de técnica
vocal acordes con las que se han ido transmitiendo de generación en generación.
El conocimiento del repertorio y el del modo de interpretarlo son, pues, inseparables,
aunque parece que los poemas son memorizados y reproducidos más fielmente
cuando son recitados que cuando son cantados. A primera vista, la cosa debería
ir al contrario: una tonada tiende a facilitar la memorización de un texto. Sin
embargo, para un cantante tuareg la forma tiene más importancia que la
fidelidad al texto, ya que es reconocido como tal por su creatividad melódica.
El aprendizaje del canto se
lleva a cabo a escondidas y en solitario, dado que un hombre no puede ser
sorprendido en una situación de inferioridad debida a la falta de habilidad y
susceptible de ser causa de burla. Así, es casi imposible conocer las etapas,
las modalidades y la evolución de la adquisición del canto. En todo caso, puede
suceder que un hombre no cualificado se arriesgue a cantar cuando la ocasión no
es muy comprometedora, por ejemplo en ocasión de una reunión nocturna con
cantos de tende curativos, en los que son las herreras y las cautivas quienes
animan el conjunto formado por el tambor y las palmas. No es, pues, raro que el
aprendiz de cantante se muestre incapaz de seguir el ritmo y cante para sí
mismo, a contratiempo o francamente al margen del tiempo, sin que esto perturbe
aparentemente a las acompañantes femeninas; por lo menos, no dan muestras de ello.
Es en esas ocasiones cuando es posible que un hombre deje ver algunas de sus
debilidades.
El
aprendizaje del anzad y del tambor.
El aprendizaje de la vihuela de
una sola cuerda o anzad se produce en las mismas condiciones, y la joven
intérprete, que ya tiene edad (unos quince años) de lucir su primer alleshaw
(pañuelo), construye su instrumento con materiales recuperados y crines
(anzaden, sing. anzad) de vaca, mientras que las crines de caballo se reservan
para los instrumentos de las mujeres adultas. Antes de tañer los aires (izelan,
sing. azel) del repertorio clásico, empieza con una melodía de aprendizaje
denominada melloloki, que le permite ejercitarse en los movimientos del arco
(esawey): la subida (huket), la bajada (aseres) y sobre todo los golpecitos de
arco que permiten marcar el ritmo (asatarekhtarekh); después vienen los
movimientos de los dedos (azzemezeri n duduan) y su posición, el
"encuentro" (ameni). Los aires del repertorio clásico se adquieren en
primer lugar a través del canto, en solitario, después son reproducidos con el
instrumento, aunque siempre acompañados por un silencioso murmullo de garganta.
Esta técnica de movimientos internos de la garganta, perceptible para el
oyente, recibe el nombre de asak dagh iman ('cántico del alma').
El tambor de las debutantes
también se construye aprovechando materiales recuperados (un bote de conserva o
de leche en polvo cubierto con un trapo). En este caso el proceso de
aprendizaje no se realiza a escondidas, ya que tocar el tende forma parte de
los juegos infantiles en que participan las hijas de herreros y cautivos. Los
distintos ritmos se van adquiriendo progresivamente a lo largo de numerosas
sesiones nocturnas de tambor, durante las cuales es muy fácil que una
intérprete marque el motivo rítmico golpeando en el suelo o en cualquier
objeto.
La Música que Cura
Los cantos de tende consagrados
a los genios son ejecutados preferentemente al anochecer, después de las
carreras de camellos; atraen a todos los jóvenes de los campamentos vecinos en
pos de aventuras. Los ritmos y el tiempo son más lentos y los motivos más
complejos, aunque basados en un sola fórmula que se repite. La cantante
improvisa más y se inspira en sus problemas y sentimientos personales. Todos
esos temas actúan como otras tantas señales memorativas sobre el psiquismo del
enfermo cuando es enfrentado a esos cánticos dentro o fuera del marco de la
fiesta. Pero a veces sucede que el enfermo permanece insensible y manifiesta su
descontento echando arena a la cabeza de la solista si no es de su gusto.
Cuando en el campamento no hay ningún cantante disponible, hay que conformarse
con tocar el tambor, con el que casi todas las mujeres de la categoría de los
herreros o de los cautivos son capaces de marcar los ritmos adecuados. En tal
caso, el "tratamiento" puede durar varios días, ya que la mujer que
toca el tambor puede tardar mucho tiempo hasta descubrir el motivo rítmico
sobre el cual el enfermo ejecutará una danza (tegbest) "sentada", es
decir, un balanceo progresivo de la cabeza y de la parte superior del cuerpo,
si se trata de un miembro de la categoría de los imghad o de los imajeghen, o
una danza "de pie" para los cautivos o los herreros. En ambos casos
la danza acaba en desmayo. Entre las mujeres hallamos otro tipo de
"enfermedad de los genios", en este caso posterior al parto. Un caso
de este tipo se presentó en un campamento de herreros que dependía de los
tuareg marabúticos Kel Eghal. Una mujer de la casta de los herreros había
cumplido el período post partum de cuarenta días, que la aísla del marido y la
somete a un régimen alimentario muy estricto. La tienda de su madre, en la que
había dado a luz y pasado dicho período, fue trasladada algunos metros más allá
para darle un suelo simbólicamente virgen de cualquier vestigio del parto.
Después, durante los quince días siguientes, la mujer sufrió cada noche
angustias que afectaban a toda la familia: había que atenderla, hablarle, tocar
el tambor y, sobre todo, administrarle ciertos remedios, los más espectaculares
de los cuales fueron, por una parte, la aplicación en las caderas de un hierro
al rojo vivo y, por otra, la ingestión obligatoria del contenido de un frasco
de perfume "que ahuyenta a los genios". Los problemas de esta mujer
se debían probablemente tanto a los trastornos provocados por el cambio de
régimen alimentario (denominados aneghu) y a los efectos de una depresión post
partum, como a la "nueva toma de contacto" con el esposo, por cierto
muy mayor.
El tratamiento mediante la
música va a menudo precedido o acompañado, e incluso es sustituido, por un
abanico de precauciones (¿supersticiones?) y remedios del que podemos
preguntarnos si no es simplemente uno de tantos recursos.
De todos modos, esos
procedimientos sólo son etapas previas a la práctica "oficial" del
"marabutaje". Los marabutos (o morabitos), hombres santos y letrados
del Islam, propagadores del Corán y preceptores de los niños en las escuelas
coránicas, están también especializados en la confección de amuletos (tirawt)
que protegen del mal de ojo y de las enfermedades. En general, sólo se recurre
a sus servicios después de haber agotado los recursos de los tratamientos
tradicionales, ya que sus intervenciones son costosas. Puede darse que un
morabito esté confabulado con una intérprete de anzad o de tende: tal era el
caso de un hermano y una hermana, los dos especialistas en sus respectivos
campos, que se "pasaban" repetidamente a una enferma, de modo que
cada vez que lo hacían obtenían sustanciosos beneficios, asegurados por otra
parte por el hecho que la mujer sufría una enfermedad crónica y su tratamiento
ya hacía unas cuantas semanas que duraba.
Sin querer reducir
drásticamente el papel de la música a su función de curación, hay sin embargo
que constatar que la mayor parte de las manifestaciones musicales de los tuareg
son de índole terapéutica. Ciertamente, no son fácilmente identificables como
tales a primer golpe de vista y el observador tiene más bien tendencia a
asimilarlas a simples pretextos para la alegría. Tal es en cualquier caso la
impresión recibida en los numerosos pueblos que encontramos a lo largo de la
"ruta del uranio", abierta en 1981 entre Tahoua y Arlit. Estas
aglomeraciones, nacidas de las obras de edificación y de los establecimientos
comerciales que se han establecido, han atraído a una importante población de
pastores nómadas, sobre todo herreros y cautivos, empujados a la
sedentarización por la sequía, pero también atraídos por actividades mejor
remuneradas que los magros recursos tradicionalmente aportados por sus antiguos
amos. A pesar de su capacidad de adaptación, estos nuevos sedentarios
encuentran numerosas dificultades, debidas principalmente a la pérdida de la
libertad de movimientos, a la coexistencia con los habitantes de las
aglomeraciones, a los cambios de ritmo de trabajo, de régimen alimentario y de
hábitat, a la prostitución y al alcoholismo, presiones psicológicas que
intentan conjurar recurriendo al tambor curativo. Eso explica en parte la
proliferación nocturna de sesiones de tambores que no dejan de acentuar el conflicto
con los vecinos. El sonido del tambor se ha convertido, en cierto modo, en el
barómetro del clima que reina en un pueblo: "Cuanto más se oye el tambor,
peor van las cosas".
Las Influencias
Las
influencias regionales
En las zonas que rodean el país
tuareg, se notan sin embargo dos tipos de influencias. Puede tratarse de una
aportación antigua que afecta y determina los estilos regionales, como el de
las intérpretes de anzad, las tagaraygarayt, que han adoptado un ataque del
arco, a veces incluso un fraseo, emparentado con el de sus vecinos sedentarios,
los intérpretes de goge del Ader. En tal caso, los componentes estrictamente
tuareg (instrumentos, formas, escalas y repertorio) continúan presentes y el
proceso se podría considerar la evolución normal e inevitable, incluso me
atrevería a decir "inconsciente", que sufre toda música de tradición
oral. O se pueden encontrar cambios aún más radicales, como la adopción del ûd
árabe por los tuareg del Hoggar o el Tassili, o la utilización del goge hausa
por los tuareg de Níger, préstamos evidentemente acompañados por la
masculinización de la práctica de tales instrumentos.
Entre los tuareg de Malí la
situación es algo distinta. Coexisten dos prácticas musicales: la música denominada
tradicional, que respeta más o menos las reglas enumeradas anteriormente, y la
música instrumental de los miembros de la casta de los herreros, que poseen el
monopolio de la interpretación del laúd de tres cuerdas, tahardant, cuyos
origen y repertorio son verosímilmente sedentarios (moro, songay o fulbe). Esos
músicos se han convertido en una casta de músicos brujos, mientras que esta
función de músico profesional no existe en el resto del mundo tuareg. Como en
toda sociedad del Sahel, el músico brujo goza asimismo de gran libertad cuando
se trata de improvisar y crear cánticos nuevos. A principios de los años
setenta, las jóvenes generaciones de los tuareg rurales entraron en contacto,
gracias a la aparición de la casete, con la música de tahardant de Malí y sus
cantos satíricos y críticos con los gobernantes, aunque también con la
jerarquía tradicional. Los nuevos repertorios han provocado entre dichos
jóvenes una toma de conciencia de la rigidez de su patrimonio musical, del modo
de ejecutarlo y de la dificultad de actualizarlo en la medida en que está
vinculado a la rigidez de la estructura social. No es, por lo tanto, nada
sorprendente que dichos jóvenes hayan estado al acecho de nuevas referencias
identitarias. Eso es lo que les han ofrecido los cantos de los ishumar.
Los
cantos de la rebelión
El término ishumar (sing.,
ashamur) procede de la palabra francesa chômeur y designa a los miembros de una
generación de tuareg de Níger o Malí, generalmente solteros, que han dejado a
la familia y abandonado el país huyendo o en busca de trabajo en Libia o
Argelia. Son producto de las crisis de los veinte últimos años (sequías,
hambrunas) y de la represión que las ha acompañado. A partir de 1989, después
de algunos intentos de repatriación y reintegración por parte del gobierno de
Níger, buena parte de los ishumar se organizaron en diversos grupos en abierta
rebelión y pasaron a la clandestinidad armada prescindiendo de su pertenencia a
una u otra de las confederaciones tuareg de origen y reivindicando la pertenencia
a una sola identidad étnica. De ese modo pretendían liberarse de la obediencia
al linaje, fuente de división y antagonismos, en pos de la unificación de los
tuareg y de su unidad política ante los estados que los administraban.
A lo largo de su vagabundeo y a
través de sus contactos con el exterior, estos ishumar fueron adoptando nuevas
señas de identidad, como un modo de lucir el turbante inspirado en el de los
guerrilleros del Frente Polisario, la ocasional sustitución de la espada
tradicional (takuba) por el fusil de asalto Kalachnikov y, en lo que atañe a
nuestro tema, la adquisición de cantos de índole marcial. La mayoría de esos
cantos marciales fueron compuestos por exiliados de Malí y constituyen una
especie de prensa cantada, de boletín de información política con fines de
propaganda y movilización, ampliamente difundida por las casetes. Los temas
evocados por tales cánticos revolucionarios se refieren, en heterogénea
mezcolanza, a la sumisión impuesta por la sociedad tuareg tradicional, la colaboración
de algunos caudillos tuareg con los gobiernos, las muchachas tuareg malcasadas
con muchachos sedentarios, la necesidad de tener un territorio y una patria,
etc. En general, estas canciones ilustran explícitamente las crisis que han
afectado a la sociedad tuareg.
La
renovación instrumental
El modelo de acompañamiento
instrumental del canto en que se inspiran los émulos de este género nuevo ha
sido proporcionado, entre otros, por los grupos tuareg de Níger Takres n Akal
('Construcción del país') y Terbyia, formados por dos guitarras y, a veces, una
tercera utilizada como instrumento de percusión, un cantante solista y un coro
de muchachas. Cuando los oye por primera vez, el occidental profano tiene la
impresión de estar oyendo cánticos comunitarios del tipo "alrededor de la
hoguera", que en rigor pueden recordar el ambiente de los finales de las
noches de festival o de las veladas scouts. En cualquier caso, la
desorientación no es grave, especialmente si tenemos en cuenta que el acompañamiento
de guitarra confiere al conjunto una sensación de "algo ya oído":
este instrumento se utiliza esencialmente para interpretar algunos acordes,
habitualmente tres, entrecortados por algunos arpegios inspirados en el tañer
del laúd tradicional tahardant para marcar la sucesión de las estrofas. Del
conjunto se desprende cierta monotonía, ya que el tono del acompañamiento, así
como su ritmo, casi nunca cambian de un repertorio a otro. Estos elementos,
dejando aparte la lengua, son totalmente extraños a la cultura musical tuareg y
sería interesante saber dónde y en qué condiciones fueron creados estos cantos
de rebelión. La respuesta hay que ir a buscarla en los contactos establecidos
entre los ishumar y otros movimientos semejantes, en los que se han inspirado
para llevar a cabo sus acciones reivindicativas y de lucha armada. Seguramente,
el modelo han sido los cantos del Frente Polisario, el movimiento de liberación
saharaui (población que vive en el territorio del antiguo Sahara español,
reivindicado por Marruecos), tanto en lo referente a la utilización de la
guitarra como en lo que atañe a los ritmos, de origen claramente español. A
pesar de su carácter uniforme, muy alejado de la diversidad del repertorio
tradicional, esta música presenta numerosos atractivos para los jóvenes. Ante
todo, es, por su carácter familiar, accesible a todo el mundo, incluyendo a los
sedentarios. Seguidamente, se desvincula de las coerciones impuestas por la
sociedad tuareg y, además, presenta un carácter de modernidad reivindicado por
los jóvenes tuareg originarios de la sabana. Además de todo ello, la
utilización de la guitarra acústica (y en ocasiones eléctrica) es justificada
por los músicos por la libertad interpretativa que permite. Efectivamente, este
instrumento no está socialmente connotado, puede ser tocado por los hombres —a
diferencia de la vihuela de una cuerda— con independencia de su pertenencia de
clase, cuando sea y en cualquier circunstancia. Después de mucho viajar en la
clandestinidad, de haber sido pirateada por la causa en innumerables casetes,
esta nueva música está a punto de ser integrada por el establishment político
de Níger. Algunos grupos ya han hecho su gira por Europa y han despertado el
interés de los productores discográficos. Seguramente esta música continuará
transformándose e irá perdiendo su carácter militante hasta normalizarse o,
incluso, "mundializarse". Por ahora, todavía tiene un éxito real en
la juventud tuareg, entre la que la audición de la música tradicional suscita
una especie de sentimiento de desprecio mezclado con una nostalgia negada, como
si se hubiese convertido en una expresión "políticamente incorrecta",
y eso tanto en los campamentos de la sabana como en el medio urbano.