Bismillahi
Rahmani Rahim
Los jinetes del desierto causan
admiración por sus habilidades con los caballos y camellos y, en muchos casos,
por ser valientes guerreros en medio de condiciones climáticas adversas.
Un hijo del desierto, Al Hayy Umar
Tall, fue hace mucho tiempo uno de esos hombres excepcionales.
Nació en el reino fulbé de
Fouta-Toro, al norte del Senegal, en Halwar, cerca de la ciudad de Podor, en
1797.
Era hijo de un erudito musulmán
de etnia tukulor, quien le instruyó en los preceptos del Islam y le convirtió
en un profundo conocedor del Corán.
Desde tierna edad se habituó a
montar a caballo y recibió un duro aprendizaje por parte de experimentados
maestros, a fin de dominar las armas del guerrero islámico.
En 1820 era ya miembro de la
hermandad militar-religiosa sufí, Tijaniyya, fundada en el siglo XIII.
Como profesor de estudios
superiores, divulgaba la fe y las ideas del Profeta (saws) en una madraza.
Emprendió por entonces la
peregrinación que todo buen musulmán debe realizar a La Meca, la ciudad sagrada
del Islam, situada en Arabia, por lo que hubo que realizar un largo viaje de
más de cinco mil 500 kms a través del Sahara, que le sirvió para ampliar sus
conocimientos sobre los pueblos y culturas del África del Norte.
En La Meca adquirió el
apelativo de Al-Hayy, título concedido a los que cumplen con la visita a la
Mezquita de Al-Haram y rinden culto a Allah en el templo que custodia la Ka’aba,
el sitio más venerado de los creyentes Musulmanes.
Volvió en 1826, inspirado con
la misión de extender el Islam y detener a los infieles extranjeros.
Méritos
y liderazgo
Por sus méritos indiscutibles,
pasó a ser el Califa de su cofradía de los Tijaniyya, que tenía adeptos en muchas
zonas del Sudán occidental.
Comenzó una ardua labor de
prédica de la yihad y se le fueron uniendo miles de seguidores.
En 1836 había establecido su
base principal en las montañas del macizo de Futa Yallón en Guinea y allí
preparó un poderoso ejército con vistas a lanzar la yihad hacia los reinos
paganos del Sahel y el Sahara que oprimían a los musulmanes.
Estaban en tratos con los
europeos y en varias ocasiones llevaron a cabo acciones punitivas sobre sus
posiciones.
Umar se hizo aliado del Sultán
de Sokoto, Muhammad Bello, y se casó con la hija de aquel monarca.
Luego de algunas expediciones
de tanteo que sirvieron de fogueo a sus tropas, en 1848, desde la ciudad de
Dinguiraye inició la gran ofensiva al este.
Al frente de la caballería,
tomó sobre la marcha una serie de fortines enemigos, destrozó varias
formaciones de lanceros rivales, dominó la importante ciudad de Kayes y ocupó
buena parte de Malí, en una campaña intermitente de casi cuatro años.
Contra
el colonialismo invasor
Los colonialistas franceses
amenazaban con avanzar hacia sus territorios, Umar situó cuerpos de caballería
volantes en las fronteras de sus dominios para frenarlos,.
En 1857 tomó el reino de
Khasso, y adelantarse así a los europeos.
Puso sitio al Fuerte Medina de
los galos, pero tuvo que levantarlo al llegar Luis Faidherbe, gobernador general
de Senegal, con refuerzos.
La disputa con los franceses,
se caracterizó por ver quien lograba controlar primero la región de la cuenca
del Níger.
El Hayy Umar, atacó hacia el
oeste, intentó desplazar a los galos de Futa Toro, pero no contaba con
artillería para derrotarlos y se conformó con crear una especie de marca
limítrofe para frenar su avance y así rechazar las columnas de exploración
rivales.
Por un tiempo, los franceses no
se atrevieron a cruzar a Malí, preocupados por la efectividad y disciplina exhibidas
por las huestes tukulor.
Vuelto al este, Omar, en busca
de crear un frente común contra los invasores europeos, decidió conquistar los
reinos bambaras de Kaarta y Segú, que dominaban el cauce medio del Níger, y
eran ambicionados por los francos que llegaban también desde Argelia por el
norte.
Estos estados cayeron sin mucha
oposición ante el empuje de los muyahidines tukulor en 1861.
El líder dirigió después sus
legiones contra el emirato de Macina, que tenía relaciones con los
colonialistas franceses.
La campaña fue larga, después
de sangrientas batallas, donde cayeron 70 000 combatientes, incluida la
decisiva victoria de Taayawal, logró apoderarse del estratégico estado en 1862.
En 1863, con la captura de la
emblemática Tombuctú, completó el vasto Imperio Tukulor, que abarcó territorios
de varias de las actuales repúblicas africanas: el sureste de Senegal, casi
todas Guinea y Burkina Faso, la mayor parte de Malí, zonas del oeste de Níger y
el norte de Benín y de Nigeria.
Umar fue un organizador, en los
períodos de tregua y hasta mientras combatía aplicaba su elevada sabiduría para
establecer una legislación uniforme en sus posesiones, basada en la Shari’a Islámica.
Exigía que los jueces fuesen justos y que el sistema de impuestos funcionara y
se aplicara según las posibilidades de los contribuyentes, por lo que extremó
las medidas para proteger el comercio a través del Sahara, que beneficiaba a
las prósperas ciudades del imperio y estimuló la producción artesanal de las
localidades.
Un
héroe legendario
Los franceses, que bajo el
ambicioso Emperador Napoleón III, se labraban un imperio colonial en África del
norte y del oeste, no estaban dispuestos a permitir el poderío del Al-Hayy Umar,
pero como aún no estaban seguros de invadir el Imperio Tukulor con
posibilidades de triunfo, practicaron la política de
divide y vencerás, apoyaron a tribus enemigas del Califa, que se unieron en una
rebelión contra su gobierno.
La nueva guerra se desarrolló
en zonas del centro de Malí, el ejército tukulor presentó batalla a los
rebeldes kunta, fulbé y tuaregs, cerca de la ciudad de Bandiagara.
Tras varios días de lucha muy
reñida, una explosión en el polvorín causó la muerte del Califa y el 12 de febrero
de 1864, sin la guía del invencible
caudillo, sus fuerzas fueron derrotadas.
El Imperio Tukulor, no obstante
las pérdidas sufridas y la caída de su máximo líder, gracias a la fortaleza que
le había impreso Umar continuó la lucha.
Su sobrino Tidjiani Tall y su
hijo Ahmadu Tall enarbolaron las banderas del Califa y defendieron la causa
tukulor, que se sostuvo durante casi otros 40 años.
Solo cedieron ante la
abrumadora superioridad en armas de las potencias colonialistas.
La larga ofensiva europea formó
un movimiento de pinzas, con los franceses desde el norte y el oeste y los
británicos por el sur, y hacia1899 cesó la resistencia indígena.
Al-Hayy Umar ibn Said Tall fue
un elegido del destino para luchar por la soberanía y la independencia africanas.
Hoy está considerado como un héroe
islámico del continente, vanguardia de la resistencia indígena contra el
dominio extranjero, precursor de la unidad para enfrentar a los invasores
europeos y encarnizado adversario de los colonialistas franceses.
Su intransigencia y heroísmo
ante el enemigo son un legado honroso para la historia de los movimientos de
liberación en el planeta.
Para los pueblos de Senegal,
Guinea y Malí, el invicto Califa será siempre una figura legendaria.
As salam alaikum Mustafa, alhamdulillah bueno leer este artículo.
ResponderEliminarUnas pocas precisiones:
Shaykh Umar Futi fue Califa pero no el único Califa de la tiyaniyya en su época. Califa significa como él mismo desarrolla en su exposición de asuntos espirituales y de tariqa, en el lenguaje de la tiyaniyya:
"He is a representative of the Shaykh without restriction. The muqaddams and their students are therefore included among the subjects of the khalifa. Obedience to the khalifa is incumbent upon them … Someone who is taught by the khalifa is on equal footing with someone who is taught by any other, because of the degree of deputyship (Rimah Hizb al-Rahim)".
En cada época siempre hay varios Califas tiyanis y en general ha dicho Shaykh Ahmad at Tiyani (r.a.a.) que en cada generación hay siempre 300 kumal (kamils) en la tariqa entre los hombres, además de otro número de kumal entre los yinnes tiyanis.
Se lee además: "En 1820 era ya miembro de la hermandad militar-religiosa sufí, Tijaniyya, fundada en el siglo XIII."
La tariqa no es una cofradía militar-religiosa, pero como muchas tariqas en sus oportunidades necesarias han participado según la época y contexto en jihads. La de sidi Umar Futi no se dio hasta que él recibió la autorización del Profeta, sallallahu 'alayhi wa sallam para hacerlo.
La tiyaniyya además no es del siglo XIII. Sidi Ahmad at Tiyani (r.a.a.) El nacimiento de la tariqa se dio en 1197 hijri / 1792 con la autorización del Profeta (saaws):
"... Sidna Shaykh [Ahmad at Tiyani] went back to Tlemcen and then departed to Qasr Shallala and Bu Samghun. Here, in 1197/1782, he announced that the Holy Prophet (peace and blessing be upon him) has authorised him in a daylight vision (yaqadatan; while he was awake) to establish his own order, Tariqa Ahmediya-Mohammediya-Ibrahimiya-Hanifiya, which came to be known as the Tijaniya. He told him (peace and blessing be upon him) that he was to take Sufism directly from him—hence the name—and not use any of the chains of authority of teacher-to-disciple that were the main stay of all the Sufi Orders. He informed him yaqadatan,
"No shaykh has favour on you; for I am myself your true intercessor and supporter. (…) So abandon all that you have taken from all other tariqas and hold fast to this tariqa without seclusion (khalwa), or retirement from people ('uzla), until you reach your promised maqam, and you are as you are, without hardship, difficulty, or strive, and abdicate all the saints".