miércoles, 1 de febrero de 2012

Los Niveles del Amor

Maulana Sheykh Nazim

Bismillahi Rahmani Rahim

Hoy cuando veníamos a la mezquita vi un cartel que decía: "Todos Necesitan Normas". No entendí que quería decir, pero justo el semáforo se puso rojo, y nos quedamos parados frente al cartel. Entonces mire de más cerca y vi que alguien había tachado la palabra "Normas" y en su lugar había escrito: "Amor no Normas", entonces el cartel ahora decía: "Todos necesitan Amor, no Normas".

Si uno esta abierto a la sabiduría, la puede tomar de todos lados, por eso, Gloria a Allah, este hecho de vandalismo me ha dado un tema para esta lección. Sí, esa persona tenia razón, y esto trae a mi mente un dicho del Profeta Muhammad, la paz sea con él, en el que él rezaba a Allah:

"O Allah, Te pido que me concedas Tu amor y el amor de aquellos que Tu amas, y concédeme, o mi Señor, el amor de esas acciones que me conducen a Tu amor".

Pedir a nuestro Señor que abra nuestros corazones a Su Divino Amor es la suplica más importante que Le podemos hacer en nuestras oraciones, ya que nada puede tomar el lugar del amor. El Santo Profeta, que es llamado el Amado de Allah, a quien Allah creó con el fermento del amor y a quien Allah amó tanto que le dedicó la creación a él, incluso este amado Profeta le pidió a Allah por Amor Divino - ¿por qué? Porque quien prueba de ese amor pide por más. Aquellos cuyo corazón es como una piedra no le pedirán a Allah por este amor, pero aquellos que hayan saboreado lo más leve  ese amor, saben que es la llave para todo progreso espiritual, a la misericordia, a la belleza, a la sabiduría, a todos los favores que Allah pueda dotar a Sus siervos. Por lo tanto, el Santo Profeta le enseñó a toda la humanidad que es lo que más valor tiene en esta vida.

Y luego su oración continuó: "Y concédeme el amor de aquellos que Te aman". El primer nivel, "Amor de Allah", es la Estación de los Profetas, y desde el suelo no podéis subir la escalera hasta arriba en un solo paso. Allah Todopoderoso es el Ser Transcendente - ni siquiera podéis empezar a comprender nada sobre El Todopoderoso - pero es fácil amar aquellos que representan Su Amor entre la humanidad, ya que es más fácil para nosotros comenzar entendiendo y amando a seres humanos como nosotros. En su corazón solo encontraréis el Amor de Allah; por lo tanto, amarlos es una forma de acercarse al Amor Divino.

Finalmente, el Santo Profeta pidió por el amor de esas acciones que conducen al amor de Allah, acciones que portan bendiciones con ellas, que ablandan nuestros corazones y debilitan nuestra codicia y egoísmo. Estas son las acciones que fomenta nuestro Señor a través del ejemplo de Sus Profetas, acciones ordenadas y recomendadas en Sus Libros Sagrados. Y aunque al comienzo nuestro estado interno pueda no corresponder a estas santas acciones, comprometiendo nuestros miembros en lo que agrada a nuestro Señor, Él fortalecerá nuestros corazones

Estos son los tres niveles de amor por los que rezaba el Santo Profeta, y la sabiduría reflejada en esta oración es prueba suficiente de la veracidad de Muhammad, la paz  y las bendiciones sean con él. Mientras los Creyentes deben siempre pedir por este amor, Satán siempre está en guerra con esa petición, porque él sabe que una vez que el amor ha entrado en el corazón de uno de sus siervos, lo ha perdido para él, ya que él no será capaz de volverlo a atrapar con los placeres de este mundo. El que ha probado ese amor ni siquiera notara esos placeres, o puede considerarlos solo como una gota en un océano.

Una vez cuando Moisés, la paz sea con él, se dirigía al Monte Sinaí, paso por la cueva de un ermitaño. El ermitaño salió y lo llamó: "O Moisés, por favor pídele a nuestro Señor que me conceda solo el peso de un átomo de Su Amor Divino". Moisés aceptó y continuó su camino. Más tarde cuando Moisés se dirigía a su Señor, él le pidió en favor de ese ermitaño. El Señor respondió: "Le concederé de Mi Amor Divino a ese siervo, pero no en la cantidad que él pidió. Solo le otorgaré la fracción más pequeña del peso de un átomo de ese amor".

Cuando Moisés retornó de la montaña, rápidamente fue a ver que le ocurría al ermitaño, para ver que efecto podía haber tenido en él una dosis tan pequeña de Amor Divino. Cuando llegó se alarmó de ver que parte de la montaña donde se encontraba la cueva había desaparecido, y en su lugar había un profundo abismo en la Tierra. "O siervo de mi Señor, ¿qué ha pasado?, ¿dónde estas?" gritó. Entonces Moisés miró hacia el fondo del abismo y vio al ermitaño sentado allí como en otro mundo, completamente raptado por ese amor.

¿Por qué ese ermitaño pidió por una porción de Amor Divino? Porque él se entregaba a la devoción pero no sentía nada; él sintió un vacío en su corazón que solo podía ser llenado por ese amor. Sin amor, la devoción no tiene sabor y es inútil; por lo tanto, debemos estar seguros de construir nuestra devoción sobre fuertes cimientos de amor y construir con los ladrillos cocidos por el amor el edificio de nuestra práctica devocional. Esto es más que una analogía, porque incluso los edificios materiales están vivos con el amor de sus constructores, o muertos por sus corazones duros. Por lo tanto, los edificios antiguos generalmente emanan un buen sentimiento a causa del amor y la bondad de aquellos que los construyeron. Esto es especialmente real en las antiguas mezquitas e iglesias, ya que sus congregaciones originales las construyeron en nombre del amor de su Señor y en una actitud de sincera devoción. Generalmente hay un fuerte sentimiento de la Presencia Divina en las antiguas mezquitas, pero ¿alguna vez han sentido esa atmósfera en la estéril arquitectura de las mezquitas modernas? No, es imposible, solo podrán sentir una contracción interior dentro de esas montañas de cemento. Ellos han dejado el amor fuera del mortero: el ingrediente más importante esta faltando.

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