miércoles, 31 de julio de 2013

Denunciando Desviaciones Espirituales

Bismillahi Rahmani Rahim

A medida que avanzamos en este Ajir Zaman, en este descenso cíclico que corresponde a los últimos tiempos en que se encuentra la humanidad, comprobamos no sin cierto asombro la indiscriminada proliferación de sucedáneos peligrosos de la espiritualidad tradicional, sucedáneos que se inscriben visiblemente en un movimiento falsario cuya tendencia es la completa inversión y falsificación de la doctrina tradicional. Lo realmente asombroso es cómo personas supuestamente instruidas dentro de un ámbito en que la Tradición predispone a un cierto orden, colaboran con esa tendencia antitradicional siendo soportes efectivos para fuerzas y prácticas incorrectas que no sólo afectan el aspecto corpóreo del ser humano sino que inciden malignamente en su orden sutil causando estragos peores que la enfermedad que pretenden combatir. Esto demuestra una ignorancia cabal, síntoma por lo demás muy apropiado a esta época moderna en la que se consiente ciegamente ante cualquier sugestión o engaño.

A pesar que los rostros visibles encargados de promover, vulgarizar y comerciar con esta 'espiritualidad falsaria' se corresponden con las características externas de una tradición poderosamente viva en la actualidad (el Islam), la ignorancia consentida de la que forman parte los convierte en agentes espontáneos de la obra de corrupción que desde años se viene desarrollando para hundir cada vez más a la humanidad en los abismos carcelarios del engaño y al autodestrucción.

Decimos que la Tradición se contrapone a la modernidad y todo su bagaje de sistema apócrifos (todo lo que tenga que ver con los supuestos humanistas, desde las políticas liberales a las ciencias profanas). Una se erige sobre fundamentos suprahumanos, la otra se construye sobre la exacerbación de la más baja humanidad. Ambas son de por sí completamente incompatibles, por lo que es rotundamente imposible que encontremos transigencias de lo Tradicional frente a lo moderno. Sin embargo, nos resulta penoso comprobar cómo estos gurús de lo falsario no sólo que transigen con la modernidad (al utilizar sus métodos de desviación), sino que en el mayor de los casos la anteponen a lo tradicional. Es decir, llega hasta tal punto la falsificación que de la Tradición solamente se emplean algunos conceptos ya desvirtuados que pueden resultar atractivos a la turba inconsciente dispuesta a ser manipulada por estos manoseos oscurantistas.

Sirvan las palabras anteriores a modo de breve introducción a lo que pretendemos denunciar como desviaciones evidentes, tanto peores cuando quienes son sus víctimas y victimarios las asimilan inapropiadamente a la Tradición y reducen a ellas una experiencia que debería ser transformadora y que sin embargo redunda en la sujeción al más bajo psiquismo.

I.                   El Psicoanálisis como iniciador

Una de las características propias de la civilización moderna -la cual consideramos una auténtica anomalía surgida de una peligrosa ilusión que desvincula al hombre de toda realidad metafísica- es la desnaturalización y la falsificación de todo aquello que tenga algún nexo de contacto con la Tradición (enemiga por principio de toda 'modernidad', como la luz de la oscuridad). Esta característica tiene la función de desviar al hombre de su estado y función original. Ahora bien, cuando la desviación logra llegar a su punto de mayor manifestación, se transforma en una 'inversión' que supone un estado completamente opuesto al orden normal, una total 'subversión'. Esta subversión conlleva un carácter de 'parodia' o 'falsificación' de naturaleza 'diabólica' que se manifiesta en el movimiento antitradicional bajo la forma de seudo espiritualidades que ponen en evidencia la inexorable veracidad del dicho 'Satán es el mono de Dios'.

En esta obra de subversión característica de la época moderna cumple un papel enormemente importante el Psicoanálisis y todo su conjunto de derivados apócrifos. Es decir, la civilización moderna y su sistema profano han forjado por un lado la enfermedad (al desarraigar al hombre de sí mismo mediante las locuras generadas por el materialismo) y ha propuesto una cura que, insensiblemente, no deja de acrecentar el mal. Todo esto responde a un estudiado sistema de manipulación y dominación que sólo pretende la sujeción del ser humano a un poder disolvente y corruptor.

Al trabajar con lo que se considera 'aspectos del subconsciente', o con su equivalente, el 'inconsciente' -conjunto de las prolongaciones inferiores de la consciencia-, no se hace más que operar con fuerzas bajas del ámbito sutil, es decir, con las influencias más 'maléficas' del psiquismo inferior. El objeto del psicoanálisis es manifestar estas fuerzas inferiores sobre el ámbito 'consciente' sin lograr brindar un tratamiento terapéutico efectivo. Ante esto podríamos citar como ejemplo el inmenso laboratorio psicológico del Instituto Tavistock, cuyo 'profeta' fue el mismísimo Sigmud Freud.

II.                 Manipulación de Masas

El Instituto Tavistock, cuyos científicos experimentales (psicólogos, sociólogos, antropólogos, etc...) son los encargados de elaborar la inmensa sugestión desencadenada sobre la humanidad mediante la manipulación de masas, surge en Inglaterra luego de la Primera Guerra Mundial bajo la dirección de la Oficina Militar de Guerra británica. Uno de los primeros estudios del Instituto en 1921 tuvo que ver con los efectos de las neurosis de guerra en los soldados británicos sobrevivientes. El propósito del estudio no era tanto curarlos sino poder determinar cuál era el 'punto de ruptura' de los hombres bajo presión. Así fue como el Instituto aprovechó la experiencia del 'colapso psicológico' en tiempos de guerra para crear teorías sobre cómo se podría inducir una crisis nerviosa en ausencia del terror que producía la guerra. El resultado fue una teoría de 'reflejos condicionados', es decir, de manipulación de masas, que implicaba una experiencia de grupo que podría utilizarse para moldear los valores de la gente y, a través de ello, confinar la comprensión de las asunciones axiomáticas que gobiernan la sociedad a un estrecho y totalitario concepto del mundo. En este orden de acontecimientos también encontramos a Edward Bernays, sobrino de Freud, de quien se sirvió de conceptos sobre el 'inconsciente' en Norteamérica para la manipulación del individuo en el ámbito publicitario masivo. Bernays fue uno de los forjadores de la 'opinión pública' (formación y manipulación) y del concepto de 'turbulencia social' o 'psicosis de masas': los individuos se sienten disociados al intentar huir del terror de la realidad emergente y se retiran a un estado de negación, volcándose a los entretenimientos y diversiones fútiles por un lado, y a las terapias alternativas por el otro, ambas opciones manipuladas y dirigidas por la forja misma del sistema que genera la psicosis.

Lo que a continuación nos ocupará son las terapias alternativas que han surgido desde el Psicoanálisis y que comportan una grosera parodia de la espiritualidad tradicional.

III.           De la Transpersonalidad al Holotropismo

Un tal Stanislav Grof es uno de los principales fundadores de lo que se ha dado en llamar 'Psicología Transpersonal' y un supuesto investigador del uso de los 'estados alterados de la consciencia' (entendemos que todo 'estado alterado' corresponde de hecho a una anomalía -una consciencia 'alterada' es una consciencia 'aturdida', 'confundida', incapaz de discernir la realidad-, cosa que debemos tener muy en cuenta), con el supuesto -aunque desmedidamente dudoso- propósito de sanación, crecimiento e introspección, tal como este gurú fraudulento presenta sus técnicas de desarrollo personal.

Sin embargo, Grof es conocido en particular por sus estudios experimentales del LSD (droga psicodélica semi sintética que se obtiene de la ergolína -compuesto químico heterócilto- y de la familia de las triptaminas) y sus efectos sobre la psique, en el campo experimental conocido como 'Psicoterapia Psicodélica' (psicoterapia que trabaja con drogas alucinógenas, con las que se cree 'explorar' y 'expandir' el 'alma' -dentro de la subversión que modernamente se hace de los conceptos y sus significados inherentes, encontramos este: 'psicodélico', es decir, 'que manifiesta el alma', cuando en realidad la droga no hace más que, como toda psicoterapia, exaltar los aspectos más bajos del psiquismo inferior).

Basándose en sus observaciones al investigar el LSD y la teoría del 'trauma del nacimiento' de Otto Rank (psicoanalista judío austríaco discípulo de Freud), construyó un marco de referencia teórico para la psicología pre y perinatal, y para la Psicología Transpersonal en la que 'viajes' de LSD y otras experiencias de sugestión son 'mapeadas' sobre las experiencias fetales y neonatales del sujeto, experimentando con droga sobre mujeres embarazadas, prolífico y nefasto laboratorio para la manipulación. Con el tiempo esta teoría 'evolucionó' en una 'cartografía' exhaustiva de la psique humana. Luego de la supresión legal del LSD a fines de la década del 1960, Grof descubrió que muchos de estos estados mentales podían ser explorados ('explotados', diríamos) sin drogas y usando ciertas técnicas de respiración en un entorno propiamente arreglado para la sugestión. Hoy en día este trabajo se desarrolla mediante las técnicas de 'respiración holotrópica'.

Teniendo en cuenta aquellos antecedentes colegimos que estas seudo ciencias han surgido desde la desviación moderna y como tales no poseen una incidencia efectiva (a pesar de lo que clamen sus mentores y divulgadores) en el desarrollo de las posibilidades inherentes al ser humano, ya que originalmente implican una desconexión con lo Tradicional (a pesar de que muchos utilicen estas seudo ciencias en nombre de tal o cual forma tradicional) y un claro movimiento hacia el control efectivo de las masas, función fundamental de las 'espiritualidades falsarias' que han surgido como 'alternativas' al caos emocional y espiritual producido por el imperio del materialismo.

IV.            Araneda y la Biodanza

La 'Biodanza' se define como un sistema de 'autodesarrollo', y fue creada en la década de 1960 por el antropólogo y psicólogo chileno Rolando Toro Araneda. No debería ocuparnos mucho espacio aquí, debido a que este movimiento apela a un reconocimiento 'emocional' de uno mismo mediante la música, la danza y el contacto 'físico' con el otro, por lo que carece completamente de fundamento espiritual. Sin embargo, está siendo utilizada por personas que se encuentran adscriptas (o 'iniciadas') a una Tradición -por más que los métodos empleados por este sistema contradigan abiertamente cuestiones tradicionales de orden fundamental- como método de 'auto ayuda', lo que equivale a un mero e inefectivo sucedáneo que colabora en la subversión tradicional y en el desarraigo del hombre con respecto a toda realidad metafísica.

Araneda ha realizado investigaciones sobre la 'Expresión del Inconsciente' (es decir, lo infrahumano...) y sobre los 'Estados de Expansión de la Consciencia', lo cual lo emparenta con las peligrosas y perjudiciales desviaciones de Stanislav Grof. En un primer momento las experiencias con Biodanza fueron llamadas apropiadamente 'Psicodanza', y su ámbito experimental fue el Hospital Psiquiátrico de Santiago de Chile y el Instituto de Estética de la Universidad Católica de Chile (paradojalmente el catolicismo 'moderno' no ha dejado de colaborar con todos estos sistemas subversivos, mostrando contundentemente su ineficacia total para estos tiempos).

Cabe aclarar que la finalidad oculta tras todas estas seudo terapias es colaborar en la forja de entidades pasivas cuyas voluntades sean anquilosadas y corrompidas, entidades dispuestas a ser moldeadas para recibir el virus mortal de la autodestrucción. Una voluntad anquilosada y pasiva es incapaz de trascenderse a sí misma, como también lo es de hacer frente a aquello que realmente debe ser combatido, esto es, superado. En el Islam tradicional todo es movimiento y acción, yihad, un continuo esfuerzo de la voluntad sobre las posibilidades inferiores y disolventes del ego. El amor cristiano, la pasividad budista, la resistencia de Ghandi, no son equivalentes al Islam, ya que fundamentalmente el Musulmán tradicional es Guerrero.

V.                La Mentira del Eneagrama

Terminaremos nuestra breve exposición refiriéndonos a tal vez la técnica que ha arraigado más profundamente en el imaginario del sufismo new age y las prácticas alternativas: el Eneagrama.

Hablar de Enegrama sin referirnos a su siniestro mentor, Gurdjieff, sería un completo despropósito. De sus supuestos viajes con propósitos místicos es desde donde va configurando su sectarismo heterogéneo. Notable es el hecho de que en 1890 se afilió a las sociedades secretas (masónicas) de Armenia que luchaban y se sublevaban contra el domino del Imperio Otomano -es decir, colaborando en los levantamientos contra la autoridad del Califato divinamente investido-, y se sirvió de estos vínculos para llevar a cabo ciertas investigaciones de índole personal en el campo de lo desconocido (ese 'esoterismo liberal' tan del gusto masónico).

Según la fantasía de este nefasto personaje, creador de la que se daría en llamar el "Cuarto Camino" (mezcla heterodoxa y caótica de tradiciones como el budismo, el sufismo, el hinduismo y el cristianismo ortodoxo), hay tres caminos de realización: el del fakir, el del monje y el del yogi. Más allá de estos tres caminos hay un cuarto camino que convenientemente es el suyo. Su desviación alcanza a postular que en el Cuarto Camino una de las funciones más importantes es la sexual, es decir, la energía sexual es la más poderosa que produce el organismo, sin la sublimación de la cual no se puede lograr nada (se cuenta un incidente ocurrido a una mujer que estaba comiendo en el mismo restaurante donde se encontraba Gurdjieff, y que éste con sólo fijar su vista en ella logró producirle un orgasmo... Fuerzas del psiquismo inferior puestas en marcha).

En 1915 conoce a Piotr Ouspensky, quien más tarde se convierte en el principal difusor del Cuarto Camino en occidente. En sus escritos biográficos, Ouspensky cuenta sus sucesivos intereses en la psicología, su descubrimiento de Nietzsche, se considera anarquista, y manifiesta su 'enorme interés' en la idea de la 'Cuarta Dimensión'. ¿De dónde es que obtiene su supuesto 'conocimiento tradicional'? De su maestro no menos nefasto, Gurdjieff.

Comprobamos en estos personajes poco santos el ciego afán de 'esoterismo' que caracterizó a movimientos heterodoxos y poco (por no decir nada) tradicionales como el Teosofismo de M. Blavatsky.

La figura del Enegrama tal cual hoy la conocemos aparece por primera vez publicada en 1947 en el libro 'En busca de lo milagroso' de Ouspensky, siendo una parte integral del Cuarto Camino. Se dice -sin embargo esto es muy poco probable, a pesar de que se cita como fuente la biografía de un gran santo del Islam, biografía de hecho muy poco confiable que cuenta con innumerables adiciones de vidas de otros santos del pasado; es más, en el caso que fuese confiable, se dice que 'no hay permiso de utilizar tal aplicación -del conocimiento de los nueve puntos, que no del Eneagrama- hasta el final de los tiempos'-, se dice que el traspaso de esta figura -y su doctrina- de oriente a occidente fue obra principalmente de George I. Gurdjieff y sus seguidores. Sin embargo, la figura constituida como tal no existe ni se ha encontrado jamás en civilización tradicional alguna. Convenientemente para Gurdjieff el Eneagrama se ha mantenido en secreto por más de 2000 años, siendo justamente él el encargado de 'vulgarizarlo' con su difusión.

Ni Gurdjieff ni Ouspensky se reconocen adherentes a orden o doctrina tradicional alguna, lo que nos lleva a concluir que son dos 'librepensadores' del esoterismo, tan característicos de nuestros días, que han surgido de la desviación moderna colaborando en su acción antitradicional.

Siguiendo esta línea de falseamientos nuevamente nos encontramos en la década de 1960, momento que coincide con la aparición en Estados Unidos (cuna de toda aberración) del hippismo, la música rock (surgida en Inglaterra pero que eclosiona en Norteamérica, la que nunca ha dejado de ser colonia británica sino sólo para ser su más peligrosa heredera) y el consumo desmesurado de drogas como la marihuana y el LSD (estrategias impulsadas por el ya mencionado Instituto Tavistock), nos encontramos con un personaje no menos notable que nefasto. El boliviano Oscar Ichazo hereda una biblioteca de su abuelo (que seguramente contenía obras de Gurdjieff y Ouspensky) y haciendo inventario encuentra unos libros que describen un sistema para él desconocido, por los cuales le despierta un desmedido interés. Se dice, aunque como todo lo anterior esto también es para nada verificable, que recibe el conocimiento del Eneagrama de maestros sufíes en Afganistán (¡¿?!).

Ichazo desarrolla los nueve tipos de personalidad correspondientes a los nueve puntos del Eneagrama (idea que él afirma es única y original ¿?). En 1971, Ichazo se traslada a Estados Unidos (patria que acoge gustosamente a estos energúmenos del espíritu) donde entra en contacto con el Dr. Jhon Lilly, prolífico contribuyente de la experimentación psicoanalítica, la investigación del cerebro y la comunicación de las especies (famoso por sus delirantes estudios con los delfines), y con Claudio Naranjo, psiquiatra chileno también 'vulgarizador' del Eneagrama.

En nuestros días, el Eneagrama se utiliza indiscriminadamente desde ámbitos seudo sufíes que promueven seminarios altamente costosos de tres días (espiritualidad comercializable) para el autoconocimiento presentados con el paradójico y burlesco título de 'Psicología Sufí', ¡como si en tres días de alquilada espiritualidad pudiésemos ahondar en realidades interiores hoy día casi inaccesibles para la mentalidad moderna!.

VI.            A modo de conclusión  

Con estas notas nuestra intención ha sido esclarecer ciertos puntos que generan confusión en cuanto a la sana experiencia de la espiritualidad tradicional. Es penoso que se involucre el nombre del Islam con prácticas y creencias completamente ajenas al mismo y que han surgido de la más burda y perjudicial subversión. Que quede claro: lo que producen estas seudo espiritualidades es un 'desbloqueo' del tránsito de las fuerzas sutiles del orden más inferior para llevarlas a actuar sobre la superficie de la consciencia humana originando innumerables trastornos psíquicos de alcance indeterminado. Lo realmente trágico de todo esto es que se cree alcanzar estados elevados de consciencia cuando no se hace más que 'experimentar' con los estados más inferiores del ser, y esto se corresponde con el gran trabajo de desviación que se viene llevando a cabo desde las diversas manifestaciones de estas prácticas y enseñanzas antitradicionales.

Lo que supone un peligro aún mayor de estas desviaciones es la frecuente confusión (deliberada por parte de sus generadores, aunque inconsciente por parte de sus transmisores) que se hace de lo psíquico con lo espiritual. Esta confusión se opera en un doble sentido que es el que por un lado se manifiesta mediante el psicoanálisis propiamente dicho, y por el otro mediante las seudo espiritualidades derivadas de él. En ambos casos lo desconocido, lo que se ignora por completo, resulta ser justamente lo espiritual. En el psicoanálisis lo espiritual es reducido a lo psíquico, por lo que lo primero es completamente negado; y en las seudo espiritualidades lo psíquico es tomado por lo espiritual, lo que fatalmente concierne a la ilusión de una falsa espiritualidad. Insistimos, si bien ambos sentidos redundan en evidentes desviaciones, el segundo es aún peor ya que al presentarse como 'Prácticas Espirituales de Autoconocimiento' no hacen más que 'centrar' la consciencia sobre 'prolongamientos' inferiores de la individualidad, tomándolos erróneamente por estados superiores simplemente porque están fuera del cuadro donde se encierra generalmente la actividad del hombre corriente. Ahora bien, al estar supeditada esta experiencia a los 'prolongamientos inferiores' de la individualidad, los cuales han sido convenientemente desbloqueados por las técnicas en cuestión, el hombre queda expuesto a un completo extravío en su nivel infrahumano, alejado completamente de toda realización espiritual auténtica. Por lo tanto, debemos ser sumamente cuidadosos al momento de nuestras indagaciones espirituales. La búsqueda puede conducirnos a la fatalidad del extravío o a la emancipación de la auténtica espiritualidad. La Verdad brilla por sí misma.

domingo, 28 de julio de 2013

Escandinavos y Árabes: Dos Étnias y sus similitudes Religiosas y Culturales

Bismillahi Rahmani Rahim

A muchos se nos ha enseñado a creer en la existencia de una barrera entre nosotros, los occidentales, y el Islam, como si la filiación espiritual derivara de la raza o de las costumbres. Durante siglos, se ha alimentado desde las instancias superiores el mito de un conflicto étnico latente tras la evidente diversidad de creencias de cristianos y musulmanes, mito que hoy reconocemos académicamente no más que como una premeditada intoxicación fomentada desde la cúspide del poder. Esa actitud falsificadora revela de sus creadores una gran inmadurez, propia de quienes anteponen sus intereses personales y egoístas a la apertura sin condiciones al mensaje de la Divinidad.

Dice el Sagrado Corán que Allah ha enviado mensajeros a todos los pueblos y que estos les han hablado previamente en sus propios idiomas, y una tradición del Profeta Muhammad (asws) asegura que es superior a 125.000 el número de estos profetas de Allah que desde sayidina Adam (la paz sea con él), han proclamado Su mensaje.

Es también un dato escasamente conocido que fueron musulmanes sufís quienes a partir del siglo XIII realizaron los primeros estudios de religiones comparadas, algo que fue posible por primera vez gracias al reconocimiento integrador que tiene el Islam hacia la totalidad de las Revelaciones anteriores, y que en general no podemos decir que haya sido correspondido por los representantes de éstas. Aunque alguno pueda sentirse airado, es precisamente Muhammad (asws), el Sello de la Profecía, el único mensajero enviado al conjunto de humanidad, y esto es lo verdaderamente importante, y no que fuese al mismo tiempo el profeta del pueblo árabe y predicador en esa lengua sagrada.

Es cierto que el cristianismo y actualmente el budismo pretenden ostentar esa misma universalidad, pero es una pretensión a "posteriori", como lo demuestra que Jesús se rodeara de hombres de su comunidad -pescadores judíos principalmente- para proclamar su mensaje, y que se mantuviera estrictamente dentro de la ortodoxia de la ley mosaica, dictando magisterio legal en las sinagogas y proclamando su adscripción a la ley judía , como se refleja en los mismos evangelios católicos: “No penséis que he venido a abolir la Ley y los Profetas. No he venido a abolir, sino a dar cumplimiento” (Mt 5, 17) y también en el fragmento de la "Curación" de la mujer cananea: “No he sido enviado más que a las ovejas perdidas de la casa de Israel” (Mt, 15, 21-28).

Jesús (la paz sea con él) fue el Mesías enviado al pueblo de Israel -en ello coinciden los Evangelios Canónicos y el Corán-, y es solo por una segunda elaboración del significado de las escrituras que se ha posibilitado esa sobrevenida universalización de su mensaje.

Por su parte, la misión de Gautama Buda se limitó solo a dar una formulación distinta a enseñanzas preexistentes. Shiddarta fue un príncipe de la casta ksátriya -los guerreros- nacido en el seno de la más pura tradición hinduista. En vida protagonizó una renovación contra los excesos de la casta brahmánica, muy desviada de su función original por aquellos tiempos, consiguiendo con ello vivificar la tradición metafísica védica. Al poco de su derrota secular, el budismo desapareció prácticamente del subcontinente indio, refugiándose en las regiones montañosas del norte, y algunas regiones del Afganistán y la China actuales. Es solo en los últimos 50 años que ha podido pasar por la imaginación de los miembros de los lamasterios budistas franquear sus bien delimitadas y milenarias fronteras, del mismo modo que el cristianismo tampoco superó los límites de las comunidades judías en el exilio hasta el segundo siglo de su propia era y no desarrolló su universalidad hasta la época de las colonias.

Con todo lo anteriormente dicho, no ha sido nuestra pretensión negar la universalidad de estos ni de otros mensajes celestiales, que refiriéndose en esencia a las mismas verdades absolutas, se dirigen a pueblos y momentos del ciclo histórico bien diferentes. Lo que queremos poner de manifiesto es que ningún otro mensaje profético con anterioridad al de sayidina Muhammad (asws) fue concebido expresamente para poder ser asimilado por todas las comunidades humanas extendidas por la faz de la tierra. No cabe espacio para la duda, porque el hadiz muhammadiano es bien conciso cuando proclama: “Yo soy el Mensajero de Dios para todo hombre que vive en mi tiempo o después de mí”.

El Mensajero de Allah (asws) es descendiente del patriarca Abraham por la rama del primogénito de éste, su hijo Ismael -la "piedra desechada", "el hijo de la "esclava" como es nombrado todavía por los judíos- y por lo tanto podría haber actuado como Moisés o Jesús, rodeándose de su propio pueblo. Sin embargo, para llevar a cabo su misión profética se valió de hombres y mujeres de todas las razas existentes en el planeta: los sahabas. Conocidos como "los compañeros" de Muhammad (asws), fueron de toda clase y condición, y aunque algunos echen en falta la presencia de sahabas de raza roja o amerindios, hay que precisar que ésta tan solo es una submodalidad de la raza amarilla. En una breve alusión a este gran grupo humano, creemos muy probable que el mito de Quetzalcoatl, el mensajero montado a caballo, armado de espada y de barbas rojas cuya venida anunciada interpretaron en un principio los amerindios que se concretaba en las personas de los conquistadores españoles, bien podría hacer referencia al Profeta Muhammad (asws) por la poderosa semejanza existente con la imagen que conocemos de él y por otros indicios que exceden el propósito de este artículo y que tal vez tengamos la fortuna de poder divulgar en otro momento.

Por lo que atañe a la prueba evidente para todos los musulmanes, El Corán, el libro sagrado y luminoso por excelencia, no deja lugar a equívocos y en él se puede leer reiteradamente que está dirigido tan solo a “hombres que reflexionan”, excluyendo cualquier mención limitante a un solo pueblo, cultura o raza, y este es el más hermoso y evidente recordatorio de su manifiesta universalidad.

Los europeos, tan tribales y raciales como hayan podido serlo los demás pueblos de la tierra, tuvieron anteriormente, como no podía ser de otra forma, sus propios mensajeros celestiales. Resulta sorprendente hoy en día pensar que los escandinavos no conocieran el cristianismo hasta bien avanzados los siglos X y XI, pero los visigodos que luego se establecerían en la península ibérica, por su proximidad a los romanos habían adoptado anteriormente la religión de Jesús, en realidad la revivificación espiritual de la Ley de Moisés. Los "hispano-romanos" fueron a su vez cristianizados más o menos de una manera masiva (algo por cierto que es bastante discutible) por la casta guerrera y nobiliaria de los visigodos, que años antes de arribar a la península se habían convertido al cristianismo por efecto de la predicación del obispo Ulfila, defensor de la doctrina arriana y enemigo declarado de los católicos. Su evangelio, el mismo que los Visigodos trajeron originariamente a la Septimania y a la Hispania Superior, estaba escrito en lengua goda sobre la base de un alfabeto con caracteres griegos latinos y rúnicos y nada más lejos de las motivaciones espirituales de este pueblo germánico que abrazar la fe en un Dios Trino, algo que si se nos permite la expresión, no estaba previsto en su herencia genética tradicional. El visigodo fue un pueblo que habitó durante milenios regiones muy septentrionales de Escandinavia, que ya había recibido en la noche de los tiempos la predicación de sus propios profetas tribales. Es vital para comprender el tema que nos ocupa, recordar expresamente que al contrario de lo que afirman quienes pretenden presentarla como una "religión politeísta" la tradición germánica original proclamaba la existencia de un Dios único, a quien en su propia lengua llamaban Wottán. Por eso el mensaje de Jesús, que coincide esencialmente con todos los otros mensajes de los enviados celestiales, no podría ser aceptado por ellos más que en su forma más original: el unitarismo arriano. El obispo Arrio declaraba: "Seguid a Jesús tal y como él os ha enseñado". Efectivamente, un mensaje de amor y ascetismo procedente del Dios Único proclamado por un profeta que se inmola como un mártir y que promete volver de nuevo para hacer justicia sobre la humanidad -enarbolando esta vez la espada-, por sus similitudes con las más antiguas leyendas germánicas, tenía que casar perfectamente con los más ancestrales resortes de la mentalidad escandinava.
Guerreros Escandinavos
El bagdadí Ibn Fadlan, un escritor árabe que convivió con los vikingos durante una travesía que duró varios años, dice de ellos: "son guerreros y a la vez comerciantes. Poseen armas y también instrumentos". Como los mismos árabes, cada cosa según las circunstancias. Esta observación de aquel gran viajero musulmán, enciende la chispa de un fuego común, sustentado por una serie de similitudes existente entre los pueblos que acogieron el Islam en sus primeros tiempos y la religión escandinava propia de los antiguos europeos.

Ya hemos mencionado la adoración de un solo Dios -Allah, Wottan- que comparten los escandinavos y los árabes. Los mensajeros que se mencionan en las diversas sagas nórdicas son, como el Profeta de los árabes, a la vez líderes religiosos, jefes de estado legisladores y guerreros. Ambas creencias proclaman la existencia de una vida post-mortem, de un infierno y de un paraíso. El paraíso de los musulmanes -Al Jennah- es llamado Walhala por los escandinavos. En ambos coinciden simbologías casi idénticas. Las huríes del paraíso musulmán son las walkirias del Walhala. Allí se sirven bebidas embriagadoras que no perjudican, el vino mezclado con jengibre y alcanfor de los musulmanes o la miel fermentada de los vikingos. El mercado del Paraíso es el campo de batalla del Walhala, donde los cuerpos son también reparados y resucitados para una nueva jornada, entendiendo que para los germanos el noble placer de la lucha es equiparable al placer del comercio para los musulmanes. Otros detalles similares existentes en ambos paraísos no pueden provocar sino nuestra admiración, pues difícilmente podríamos encontrar entre todas las tradiciones de la tierra, otras dos más semejantes entre sí.

Ciertas creencias ancestrales del pueblo germano profundamente incrustadas en su tradición, han tenido que subsistir en nuestros días al margen de la doctrina cristiana, reducidas al mundo de la fantasía, como pueden ser la creencia en trols y duendes, coincidentes con el abierto reconocimiento por el Islam de todo tipo de genios y ángeles, sobre quienes al igual que en los países de origen celta y escandinavo aún perdura una extensa literatura árabe. Finalmente no puede pasarnos inadvertida la veneración que sienten ambas tradiciones hacia los guerreros que defendiendo la integridad de los miembros de la comunidad de creyentes, mueren en el campo de batalla. En ambas tradiciones son considerados mártires a los que Dios preserva de las penalidades del paso a la otra existencia y a quienes reserva las más altas cotas de Su proximidad.

No disponemos de toda la información que desearíamos sobre la religión de los escandinavos, pero es indudable que su preeminente carácter guerrero no está circunscrito a algo externo o infantil, sino que por el contrario y al igual que el Islam, predica fundamentalmente el coraje necesario para vencer al ser inferior o egóico, como se deduce de una perspicaz interpretación de sus diversas leyendas cosmogónicas. Vemos en la antigüedad nórdica mitos como el de Odín colgado de un árbol y sin un ojo, como modo de acceso a una realidad superior. Se trata de una prenda que ha de ser entregada por quienes desean alcanzar las Tierras Celestes, y aventuramos la posibilidad de que se trata en concreto de la renuncia a la visión dual propia del mundo de la manifestación, imprescindible para acceder a la visión espiritual del Dios Único. Con lo anteriormente dicho podemos enlazar en su función las viejas sagas noruegas originales con escritos magistrales andalusíes como el "Tratado de la Unidad" de Ibn al-Arabi de Murcia.

Así, esta alternancia de los esfuerzos humanos entre la protección de la comunidad y la consecución del dominio sobre uno mismo, coincide nítidamente con la referencia que sayidina Muhammad (asws) hace a la pequeña yihad (esfuerzo por salvaguardar la integridad material de los miembros de la sociedad) y la gran yihad (esfuerzo interior contra las pulsiones inferiores o como la denominan algunos sufíes, la lucha contra nuestro propio ego).

Ciertamente nada sería en apariencia más distinto que un vikingo de un beduino, pero como método de enseñanza sutil, los extremos se tocan. La soledad y la inclemencia propias del terrible desierto arábigo solo son equiparables a los desiertos de hielo polar, las implacables tormentas de arena, con las avalanchas de agua y granizo. Ambos pueblos son en el buen sentido de la palabra pueblos nómadas, es decir pueblos amantes de la libertad, conscientes de la condición de tránsito de la existencia humana y del regalo efímero de esta vida. Obligados a desplazarse por sus respectivos desiertos en pos de agua, pastos, caza o del comercio, hicieron uso de distintas monturas, camellos para atravesar mares de dunas y navíos para surcar las olas de los océanos.

En sus orígenes, ambos pueblos gustaron de la poesía y de bebidas alcohólicas fuertes para amenizar la vida social durante las largas veladas en que pernoctaban bajo la bóveda celeste. Sería mucho después que vendría para el pueblo árabe la prohibición del alcohol de la mano del último Libro revelado, como ha venido al final del siglo pasado para los escandinavos, de la mano disuasoria de sus propias autoridades civiles.

Ambos pueblos veneraron a sus poetas y bardos, porque para ellos la palabra hablada encerraba un misterioso poder de evocación. Cantaban la belleza de los signos de Dios en la naturaleza y especialmente la de sus mujeres, ante las que sucumbían con sinceridad y desprendimiento. Se ensalzaba también el vigor y la valentía de los guerreros, a quienes el canto y la danza unía en una feliz comunión. Miraban mucho a las estrellas por las que se guiaban, pues a menudo tenían que viajar de noche.

El beduino y el escandinavo comparten como hemos dicho antes la veneración por la palabra, y cuando ésta adopta forma escrita, se la dota de connotaciones esotéricas y poderes premonitorios. En árabe existe un sistema de desciframiento del significado oculto de las palabras por medio de un sistema de números y letras (uno de ellos es el sistema Abyad, especialmente desarrollado por la tariqa naqshbandiyah). Las runas, es más conocido, son de por si profundos arcanos capaces de desplegarse en búsqueda de mensajes ocultos. Por ello, la caligrafía del alifato y de las runas representa en ambas tradiciones una ciencia sagrada reservada a individuos seleccionados y una oportunidad a la par que una obligación de manifestar la belleza y la creatividad divina, modulando como si de la propia voz esculpida se tratase la expresividad del sonido, en la roca o en el pergamino.

Ambos pueblos ensalzaron y promocionaron los valores viriles, único baluarte de supervivencia frente al riesgo cierto de degradación presente en toda comunidad humana. El hombre y la mujer realizaban actividades perfectamente diferenciadas. La mujer germánica como es habitual en las civilizaciones tradicionales ocupaba una relevante función al frente del gobierno de la casa y la educación de los hijos. Con una sorprendente similitud con la sharia o ley islámica, los niños permanecían bajo la custodia materna hasta la edad de ocho años. A partir de ese momento, el menor acompañaba a su padre en las expediciones comerciales o quedaba bajo la custodia de un mentor o un anciano. Imitando a los hombres de la tribu, el joven aprendía a defenderse a si mismo adquiriendo los principios éticos de una incipiente caballería espiritual, ejercitándose en el uso de arco y de la espada, del modo en que lo hacían los sahaba, los compañeros del Profeta (asws). La espada vikinga, como la espada árabe, será objeto de veneración por ambos pueblos, que le dan nombres y le atribuyen cualidades casi humanas y portentosas.

Para finalizar con las constantes similitudes entre estas dos tradiciones, ambas comparten el gusto por lo geométrico en una decoración con la que envuelven todos los objetos de uso cotidiano y en cuanto a la vestimenta, la barba profética, las ropas anchas y los abrigos con capucha entre los hombres, y el velo entre las mujeres.

Tal como pretendemos haber podido demostrar, las similitudes entre el pueblo escandinavo y el pueblo árabe en su espíritu original y entre sus respectivas tradiciones reveladas muestran una identidad casi sospechosa. Nuestros arrianos reyes godos mantuvieron durante centenares de años y sin solución de continuidad la fe en un Dios Único, primero como pueblo germánico y después como cristianos arrianos que emparentaban con la fe de Abraham. Polígamos, guerreros, unitarios vehementes, pasarían muchos años antes de dar los primeros signos de decaimiento, cuando estos hombres que tan solo temían que el Cielo cayera sobre su cabeza empezaron a ser dominados por las autoridades eclesiásticas romanas. Gentes de sinceridad, difícilmente habrían podido sustraerse a la resplandeciente luz de la revelación muhammadiana, y como era previsible no lo hicieron, siendo de los que en cuanto la conocieron, abrazaron voluntariamente el Islam y la sunna. Enfrentados en una última guerra civil, aquellos antiguos arrianos se batieron con quienes pretendían instaurar las nuevas creencias trinitarias, y con el resultado de su victoria, enarbolaron por primera vez desde Tánger hasta Toulouse, el estandarte de sayidina Muhammad, el Sello de la Profecía.

Expulsar la fe del occidente de Europa, supuso una fuerte tarea de destrucción cruzada que se mantendría por el espacio de cinco largos siglos. Durante un período de nueve siglos y como señores del reino más avanzado de occidente, los visigodos peregrinarían a Meca y ayudarían a levantar un Imperio que alcanzó el cenit de una civilización que solo las más altas revelaciones han llegado a instaurar. Quienes pretenden que existe continuidad entre el espíritu vikingo de aquellos visigodos originales y la usurpación arrogante, insincera y fraticida con que los nuevos reinos cristianos al servicio de Roma arrebataron los diversos reinos de taifas a sus hermanos musulmanes comete un error, pues su nobleza de pueblo antiguo había desaparecido casi totalmente bajo el oscurantismo científico-espiritual de la Iglesia y las mandíbulas avarientas de una incipiente modernidad.

Resumiendo, más allá de toda duda, hemos de reconocer en el Islam una revelación perfectamente acorde con el alma europea a causa de su explícita universalidad y porque en comparación con el verdadero cristianismo no es más ni menos oriental que éste, sino su continuador y perfeccionador.


El Islam vino como revelación definitiva para toda la humanidad en las difíciles circunstancias del fin de ciclo, por lo que contiene la previsión de que todos los pueblos pudieran asumirlo sin grandes dificultades. Cuando uno tiene la fortuna de visitar Meca y Medina para cumplir con el viejo precepto de la Peregrinación, comprende maravillado con cuanta naturalidad, siglo tras siglo, hombres y mujeres de todos los rincones, de todas las condiciones, culturas y razas, pueden convivir en una armonía espiritual que no puede darse en ningún otro lugar del mundo. Ellos pueden dejar sus intereses egoístas, sus vanidades y orgullos mundanos para postrarse ante ese Único merecedor de toda entrega y toda veneración, la idea universal presente en toda la especie humana de un Dios Único, Justo, Clemente y Misericordioso.

Fuente: Musulmanes Andaluces

Héroes Otomanos: Jeireddín Barbarroja

Bismillahi Rahmani Rahim

Continuamos presentando las grandes personalidades de nuestra historia que han contribuido a la forja del esplendor y la gloria del Islam.

Jeireddín Barbarroja (Lesbos, 1475 – Estambul, 1546) fue un almirante otomano que sirvió bajo las órdenes del Sultán otomano Suleymán. Apodado Barbarossa («Barbarroja») por los europeos —concretamente el nombre de Barbarossa se lo otorgaron los italianos—, así como Barbaros Hayrettin (Jayr al-Din) por los turcos, su verdadero nombre en turco era Hızır bin Yakup, y este procedente del árabe Jidr Ibn Ya'qub.

Jeireddín fue uno de los más importantes corsarios del siglo XVI, y junto con su predecesor y hermano Aruj fundó una organización que llevó a los magrebíes (llamados entonces berberiscos por proceder de Berberia, lo que no quiere decir que fueran bereberes) —bajo los auspicios del Imperio Otomano— a alcanzar gran poder sobre el comercio del Mediterráneo. Muy pronto demostró una capacidad tal, que llegó a suceder merecidamente a su hermano, e incluso logró superar ampliamente las hazañas de éste, convirtiéndose en una verdadera pesadilla para el Imperio español de la época y buena parte de la Europa cristiana.

Antecedentes

Hızır tuvo dos hermanas y tres hermanos (Ishaq, Aruj e Ilias), que entre 1470 y 1480 nacieron en la isla de Lesbos (en griego Λέσβος). Su padre Yakup —según indican algunas fuentes— era un Sipahi, es decir, un señor feudal miembro de la caballería otomana, mientras que otros indican que prestó servicios como jenízaro en Vardar (en la actual República de Macedonia). Su madre era una musulmana andalusí viuda de un sacerdote.

Yakup se convirtió en un alfarero y compró un bote para comerciar sus productos. Sus cuatro hijos varones lo ayudaron con su negocio, pero no se sabe mucho de sus hijas. Al principio Aruj ayudaba con el manejo del bote, mientras que Hızır ayudaba con la elaboración de la alfarería.

Los cuatro hermanos se convirtieron en marineros, involucrados en el comercio internacional. El primero fue Aruj, a quien luego se sumó su hermano Ilias. Tiempo después, cuando obtuvo su propio barco, Hızır también empezó su carrera en el mar. Si bien los hermanos comenzaron como marinos, pronto se convirtieron en corsarios en el Mediterráneo para contrarrestar el poderío de los Caballeros de San Juan de la Isla de Rodas y del imperio de Carlos V del Sacro Imperio Romano. Aruj e Ilias operaron en el Levante, entre Anatolia, Siria y Egipto. Por su parte, Hızır actuó en el mar Egeo y basó sus operaciones especialmente en Tesalónica. Ishaq, el mayor, se mantuvo en Mitilene y estuvo a cargo del manejo financiero del negocio familiar.

Aruj fue especialmente exitoso; ya sabía hablar italiano, español, francés, griego y árabe durante los primeros años de su carrera. Mientras regresaba de una expedición comercial en Trípoli con su hermano Ilias, fue atacado por los Caballeros de San Juan. Ilias murió en la batalla y Aruj fue herido. El barco de su padre fue capturado, y Aruj fue tomado prisionero y encarcelado en el castillo que mantenían los Caballeros en Bodrum por casi tres años. Al saber la ubicación de su hermano, Hızır viajó a Bodrum y lo ayudó a escapar.

Carrera junto a su hermano

Aruj entonces viajó a Antalya, donde Korkud, el príncipe y gobernador de la ciudad, le dio 18 galeras y le encargó que luchase contra los Caballeros de San Juan, quienes afectaban seriamente el comercio marítimo otomano. Cuando Korkud se convirtió en gobernador de Manisa, le proporcionó a Aruj una flota conformada por 24 galeras en el puerto de Esmirna y le ordenó participar en una expedición naval a Apulia, Italia, donde Aruj bombardeó varios castillos costeros y capturó dos barcos. De vuelta a Lesbos, se detuvo en Eubea y capturó tres galeones y otro barco.

Alrededor de 1503, Aruj consiguió como botín tres nuevos barcos e hizo de la isla de Djerba, en la costa de Túnez, su base principal, trasladando el marco de sus operaciones marítimas al Mediterráneo Occidental. Ahí se le unieron sus otros dos hermanos: Ishaq y Hızır. Su fama aumentó cuando entre 1504 y 1510 transportó a los musulmanes mudéjares desde la España cristiana al Norte de África. Por este motivo obtuvo el nombre honorífico "Baba Oruç" (Padre Aruj), que a la larga (por similitudes fonéticas) se transformó en España, Francia e Italia en "Barbarossa" (Barba roja en italiano). A partir de entonces consiguió una serie de victorias, a tal punto que en 1515 envió regalos preciosos al sultán otomano Selim I, quien a su vez le mandó dos galeras y dos espadas con diamantes incrustados.

En 1516 se apoderó de Argel y más tarde de Tlemecén, haciendo que su gobernante Abu Hamo Musa III huyera de sus posesiones. Los españoles en Argel buscaron refugio en la isla de Peñón cerca de la costa de Marruecos y pidieron al rey Carlos I que interviniera, pero la flota española fracasó en su intento de expulsar a los hermanos de Argel.

La muerte de sus hermanos

Después de consolidar su poder y declararse sultán de Argel, Aruj buscó ampliar sus territorios y tomó Miliana, Ténès y Médéa. Se hizo conocido por agregar velas a sus cañones para facilitar su transporte a través de los desiertos del norte de África. Para Aruj la mejor protección contra España era unirse al Imperio Otomano, su patria y rival de los españoles. Para lograrlo, debía renunciar a su título de sultán de Argel ante los otomanos. Lo hizo en 1517 y ofreció Argel al sultán otomano. El sultán aceptó a Argel como una provincia otomana y designó a Aruj como gobernador, a más de prometerle su asistencia por medio de jenízaros, galeras y cañones.

Los españoles ordenaron a Abu Zayan, a quien habían nombrado nuevo gobernante de Tlemecén y Orán, que atacara a Aruj desde tierra, pero este último se enteró del plan y de sorpresa atacó Tlemecén, capturando la ciudad y ejecutando a su gobernante. El único sobreviviente de la dinastía de Abu Zayan fue Sheikh Buhammud, quien escapó a Orán y pidió la ayuda de España.

En mayo de 1518, Carlos I llegó a Orán y fue recibido en el puerto por Sheykh Buhammud y el gobernador español de la ciudad, Diego de Córdoba, marqués de Comares, al mando de una fuerza de 10.000 soldados españoles. Con el apoyo de miles de beduinos locales, los españoles marcharon hacia Tlemecén. Aruj y su hermano Ishaq los esperaban con 1.500 soldados turcos y 5.000 soldados moros. Defendieron Tlemecén por 20 días, pero al final fueron muertos en combate por las fuerzas de García de Tineo.

Hızır bin Yakup, ahora con el título de Baylar Bey otorgado por el sultán Selim I, y con la tenencia de jenízaros, galeras y cañones, heredó el lugar de su hermano Aruj, su nombre (Barbarroja) y su misión.

Operaciones en el Mediterráneo

Al mando de un ejército turco enviado por el sultán otomano, Barbarroja reconquistó Tlemecén en diciembre de 1518. Continuó con la política de transportar musulmanes mudéjares desde España al Norte de África, logrando asegurar para sí un gran número de seguidores musulmanes agradecidos y leales, quienes tenían un inmenso odio hacia España. Capturó Bône y en 1519 derrotó una flota hispano-italiana que intentaba recuperar Argel. El mismo año también atacó Provenza, Tolón y las islas de Hyères, en el sur de Francia. En 1521 atacó las islas Baleares y luego capturó varias naves españolas que regresaban del Nuevo Mundo a Cádiz. En 1522 envió a un delegado suyo a participar en la conquista de Rodas organizada por el Imperio Otomano, que tuvo como resultado la expulsión de los Caballeros de San Juan de la isla el 1 de enero de 1523. A partir de entonces, hasta 1530, realizó numerosísimas incursiones en territorios europeos en el Mediterráneo, tales como Crotone, Mesina, Toscana, Campania, Andalucía, las islas Baleares y Marsella.

En 1531 se encontró con Andrea Doria, contratado por Carlos I para recapturar Jijel y Peñón, derrotándolo. El mismo año se enfrentó en la Isla Favignana con una flota de la Orden de Malta, a la que venció. Luego navegó hacia oriente y desembarcó en Calabria y Apulia. De vuelta a Argel asaltó Trípoli, entregada a los Caballeros de San Juan por Carlos I en 1530. En octubre de 1531 atacó de nuevo las costas de España.

En 1532, durante la expedición de Suleymán I al Imperio Austríaco, Andrea Doria conquistó Koroni, Patras y Lepanto en las costas de Morea, y aunque recapturó las ciudades, Solimán se dio cuenta de la importancia de tener un poderoso almirante de su lado. Llamó entonces a Barbarroja a Estambul, y éste llegó en agosto del mismo año.

A partir de entonces Barbarroja atacó Cerdeña, Bonifacio, Montecristo, Elba y Lampedusa; luego capturó 18 galeras cerca de Mesina y supo por los prisioneros que había capturado que Doria se dirigía a Préveza. Barbarroja procedió a atacar las costas cercanas de Calabria y luego se dirigió a Préveza, donde la flota de Doria huyó tras una corta batalla, pero sólo cuando el corsario otomano capturó 7 de sus galeras. De su flota de 44 galeras, Barbarroja envió 25 de ellas de vuelta a Argel y se dirigió con las 19 restantes a Estambul, donde llegó en 1533. Allí fue recibido por el sultán Suleymán, quien lo nombró Kaptan-ı Derya (Almirante de flota) de la armada otomana y Baylar Bey (Jefe gobernador) del Norte de África. También se le dio el gobierno de las Sanjak provincias de Rodas, Eubea y Quíos en el mar Egeo.

Trayectoria como Almirante en jefe del Imperio Otomano

El castillo Barbarroja en Capri aún lleva el nombre del almirante otomano que conquistó la isla en 1535. Los turcos abandonaron Capricon el tiempo, pero otro famoso almirante otomano, Turgut Reis, recapturó tanto la isla como el castillo en 1553.

En 1534 Barbarroja partió de Estambul con 80 galeras y en abril conquistó Koroni, Patras y Lepanto, que estaban bajo dominio español. En julio de 1534 cruzó el estrecho de Mesina e incursionó en las costas de Calabria, capturando una gran cantidad de naves enemigas. Luego destruyó el puerto de Cetraro y todas las naves allí ancladas. El mismo mes apareció en Campania y saqueó las islas de Capri y Procida, antes de bombardear los puertos del golfo de Nápoles. Continuó incursionando en varios puertos italianos hasta llegar a Ostia cerca del río Tíber, causando que las iglesias en Roma tocaran sus campanas en señal de alarma. Luego zarpó al sur, apareciendo en Ponza, Sicilia y Cerdeña, antes de tomar Túnez en agosto de 1534, causando la huida de su gobernante, el sultán Mulay Hassan.

Mulay Hassan pidió a Carlos I ayuda para recuperar su reino, y como resultado una fuerza hispano-italiana de 300 galeras y 24.000 soldados recuperaron Túnez, así como Bône (Annaba) y Mahdia en 1535. Reconociendo la inutilidad de la resistencia armada, Barbarroja abandonó Túnez tiempo antes de la llegada de los invasores, navegando hacia el mar Tirreno, donde bombardeó puertos, desembarcó de nuevo en Capri y reconstruyó ahí un fuerte luego de destruirlo durante el asedio a la isla. Navegó entonces hacia Argel y desde allí hizo incursiones por los pueblos costeros de España, destruyendo los puertos de Mallorca y Menorca; además, capturó varias galeras españolas y genovesas, liberando a sus remeros esclavos musulmanes. En septiembre de 1535 logró repeler otro ataque español a Tlemecén.

En 1536 Barbarroja fue llamado de vuelta a Estambul para tomar el mando del ataque naval otomano contra el Reino de Nápoles de los Habsburgo. En julio de 1537 desembarcó en Otranto y capturó la ciudad, así como la fortaleza de Castro y la ciudad de Ugento en Apulia. En agosto de 1537, junto con Lütfi Pasha lideró una gran armada otomana que conquistó las islas egeas y jónicas de la República de Venecia. El mismo año Barbarroja arrebató Corfú a los venecianos y de nuevo incursionó en Calabria. Estas pérdidas provocaron que la República de Venecia pidiera al papa Pablo III que organizara una "Liga Santa" en contra de los otomanos.

En febrero de 1538, el papa Pablo III logró formar la Liga Santa (constituida por los Estados Pontificios, España, el Sacro Imperio Romano Germánico, la República de Venecia y la Orden de Malta) contra los otomanos, pero Barbarroja venció a esta flota combinada al mando de Andrea Doria, en la Batalla de Préveza en septiembre de 1538. Esta victoria aseguró el dominio turco sobre el Mediterráneo por los próximos 33 años, hasta la Batalla de Lepanto en 1571.

En el verano de 1539 Barbarroja capturó las islas de Scíathos, Esciro, Ándros y Serifos y recuperó Castelnuovo, tomada por los venecianos tras la batalla de Préveza. También se hizo con el cercano castillo de Risan y luego asaltó la fortaleza veneciana de Cattaro y la fortaleza española de Santa Veneranda cerca de Pésaro. Luego tomó los restantes puestos avanzados cristianos en los mares Jónico y Egeo. Venecia firmó finalmente un tratado de paz con el sultán Solimán I en octubre de 1540, reconociendo las conquistas territoriales turcas y pagando 300.000 ducados de oro.

En septiembre de 1540 Carlos I contactó a Barbarroja y le ofreció nombrarlo su Almirante en jefe y hacerlo gobernador de los territorios españoles en el Norte de África, pero su oferta fue rechazada. Frustrado al no convencer a Barbarroja que cambiase de bando, en octubre de 1541, Carlos I en persona asedió Argel, con la intención de terminar con la amenaza que representaba el corsario a los dominios españoles y la navegación de los cristianos en el Mediterráneo.

La temporada no era la más adecuada para tal campaña, y tanto Andrea Doria, comandante de la flota, como el ya mayor Hernán Cortés, a quien Carlos I había solicitado que participara en la campaña, intentaron disuadirlo, pero fracasaron. Al final, una violenta tormenta golpeó a la flota española; Andrea Doria dirigió a su flota mar adentro para evitar colisionar contra la costa, pero gran parte de ella naufragó. Luego de luchar en tierra sin mucho éxito, Carlos I decidió retirarse con sus tropas, gravemente afectadas.

Por último, Suleymán I y Carlos I firmaron una tregua en 1544.

No obstante, Barbarroja continuó ese mismo año haciendo incursiones en diversos puertos europeos en el Mediterráneo hasta que regresó a Estambul. En 1545 dejó la ciudad para realizar sus últimas expediciones navales, durante las cuales bombardeó varios puertos de la Península Ibérica y desembarcó en Mallorca y Menorca por última vez. Luego zarpó de vuelta a Estambul y construyó un palacio en el Bósforo, en el actual distrito de Büyükdere.

Últimos años, muerte y legado

Barbarroja se retiró en Estambul en 1545, dejando a su hijo Hassan Pasha como su sucesor en Argel. Luego dictó sus memorias a Muradi Sinan Reis. Éstas consisten en cinco volúmenes manuscritos conocidos como "Gazavat-ı Hayreddin Paşa" (Memorias de Jeireddín Pachá), que en la actualidad se exhiben en el Palacio de Topkapı y en la Biblioteca de la Universidad de Estambul.

Jeireddín Barbarroja murió en 1546 en su palacio en el barrio Büyükdere de Estambul, en las costas noroccidentales del Bósforo. Está enterrado en un alto mausoleo (türbe) en el distrito de Beşiktaş, en el lado europeo de Estambul. Este mausoleo fue construido en 1541 por el famoso arquitecto Sinan en el lugar donde su flota solía reunirse. Un monumento en su honor se construyó en 1944, junto a su mausoleo.

Como legado, se puede asegurar que Barbarroja estableció la supremacía otomana en el Mediterráneo, que duró hasta la batalla de Lepanto en 1571.


jueves, 25 de julio de 2013

Sheykh Effendi habla acerca del Tabligh

Bismillahi Rahmani Rahim

Un murid hablaba con Hz Sheykh Abdul Kerim al-Hakkani (ra) cuando surgió lo siguiente:

Murid: Antes de encontrar a Mevlana (Sheykh Nazim), tuve un profesor particular.

Sheykh Effendi: ¿A qué Tariqat pertenecía?

Murid: Era más del estilo Tabligh.

Sheykh Effendi: Eso es Tabligh, eso no es Naqshbandi. Eso es otro camino malvado, otra parte del Wahhabismo. Así es cómo ellos ingresaron a los países del sub-continente.

En un tiempo las Tariqats estaban en lo alto, estaban controlando, llegaban a todos lados. La Jama'at Tabligh apareció con sus ideas en los 1960s y su fundador es un británico. Ellos dijeron: '¿cómo vamos a entrar en estos países del sub-continente donde todos aceptan a los Sheykhs (de Tariqat) y se someten completamente a los Sheykhs?'.

No podían entrar. El Wahhabismo no podía entrar. Así que tomaron gente de entre ellos y dijeron: 'Hermano, estamos aceptando toda Tariqat. Naqshbandi, Qadiri, Rufai, etc...'

¿Puedes ir al mismo tiempo a diez escuelas diferentes?

Dilo. Si estás estudiando, si vas a la escuela de la universidad de New York y te registras allí, ¿puedes al día siguiente tomar tus libros y decir: 'voy a Harvard' y entrar a clase para continuar hoy con la lección que aprendiste ayer en tu clase (en la universidad de New York)? ¿Puedes hacerlo? No.

Cada Tariqat tiene diferentes métodos de enseñanza. Como he dicho antes, alguna Tariqat enseña del modo del ejército, con órdenes. Otra Tariqat lo hace completamente de manera fácil. Otra Tariqat enseña cosas diferentes al individuo. No puedes aprender desde todos lados. Pero puedes ir allí a visitar, por bendición, eso es una historia diferente. Pero tienes que tener un Sheykh. No puedes tener diez Sheykhs.

Si tienes un Sheykh, cuando algo se te presente, me preguntas, te diré: 'Esto es así. Esto es lo que tienes que hacer'. Si vas al mismo tiempo preguntándole a diez Sheykhs diferentes, te darán diez ideas diferentes (de un mismo asunto).

No importa que esas diez ideas diferentes sean incorrectas. No. Pero ahora depende del nivel de ese Sheykh. Así es como él te da. Si él no es de un nivel muy elevado, te va a dar algo que desconoce. Si el hombre está en un nivel elevado, él te va a mirar en tu nivel.


El bendito Profeta (asws) dice: "Háblale a la gente de acuerdo a su lenguaje, de acuerdo a su nivel de entendimiento". Es decir, entra a su estación, entonces háblales de acuerdo a esa estación.

Luego Sheykh Effendi continuó hablando sobre otros asuntos.