miércoles, 1 de agosto de 2012

Una anécdota instructiva durante el Mes de Ramadán


Sheykh Abdul Qadir y la luz intensa,
o La Importancia de las Ciencias Islámicas
Bismillahi Rahmani Rahim
Durante el Mes de Ramadán, el mes del ayuno diario desde el alba hasta el amanecer, el gran Sheykh Abdul al-Qadir al-Jilani (que su alma sea santificada) estaba cruzando el desierto con sus derviches. Todos se hallaban exhaustos por el calor, por el hambre y la sed. Al fin, el Sheykh se detuvo a descansar junto al camino, mientras sus discípulos continuaban. De pronto, apareció ante los derviches una luz intensísima, de la que provenían las siguientes palabras: "Soy el Señor, Allah Todopoderoso. Todos vosotros sois seguidores fieles y predilectos de mi amado Sheykh. Hoy he hecho la comida y la bebida lícita para vosotros. Ahora podéis comer y beber".

Los derviches se disponían a romper el ayuno, cuando llegó Abdul al-Qadir al-Jilani, gritándoles que se detuvieran. Entonces el santo se dirigió al resplandor, diciendo: "Busco refugio en Allah de Sheytán, el Maldito". La luz se volvió inmediatamente negra.

Una vez descubierto, Sheytán apareció, y le dijo al Sheykh: "Sabes, he estado utilizando este truco durante miles de años y tú eres el primero en descubrirme. ¿Cómo lo has logrado?".

El Sheykh respondió: "Supe quien eras gracias a tres tipos de conocimiento. Los que tienen conocimiento y lo practican, siempre pueden reconocer a Sheytán. Ellos saben distinguir lo lícito de lo ilícito, lo verdadero de lo falso".

"El primer tipo de conocimiento es la ciencia de la jurisprudencia (Fiqh), las leyes que nos han sido dadas por Allah-swt- a través de los Profetas. De acuerdo con la ley islámica (Shari’at), no podemos romper nuestro ayuno a no ser que se trate de una cuestión de vida o muerte. Nadie se estaba muriendo realmente de sed. Así que tu orden violaba la ley. Sólo Sheytán  haría eso. Allah-swt- no nos da leyes para luego cambiarlas".

"La segunda es la ciencia de la teología (Kalam). Sabemos que Allah no tiene un lugar fijo. Allah es el lugar de todos los lugares. Todos los Profetas han dicho que cuando Allah habla, la voz divina viene de todas partes, de todas las direcciones. La voz que escuchamos venía de una sola dirección, de la luz. Sabía que tenía que ser Sheytán, no Allah".

"El tercero, es la ciencia del Sufismo (Tasawwuf). Todos los grandes guías sufíes han enseñado que, si Allah se nos manifestara, nuestro estado interior cambiaría radicalmente, nuestro ego sería aniquilado. Pero nadie experimentó ninguna modificación en su estado interior. Si Allah nos hubiera hablado en verdad, nuestras fuerzas, incluso nuestra conciencia, se hubieran evaporado".

Sheytán exclamó: "Verdaderamente, tú eres el maestro de esta época. Déjame postrarme ante ti, que atesoras tal sabiduría y santidad. Deberías tener muchos más derviches. Debes de sentirte muy satisfecho contigo mismo por haberme derrotado de forma tan completa".

En ese instante el Sheykh se irguió y gritó de nuevo: "Me refugio en Allah de Sheytán el maldito". Inmediatamente Sheytán, que había fracasado en su intento de inflar el orgullo del Sheykh, desapareció.

Ya ves como Sheytán no deja nunca de intentarlo. Muchas veces, cuando todos los demás trucos han fallado, nos puede atrapar por medio de nuestro orgullo. Sheytán es el enemigo implacable de la humanidad, y puede llegar a extremos increíbles para extraviarnos. A veces extravía a la gente pretendiendo ser un guía espiritual, o incluso Allah Todopoderoso. La seguridad está en el estudio y la práctica de la ley religiosa y de las enseñanzas espirituales.

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