Bismillahi
Rahmani Rahim
Aunque en casos y
circunstancias normales los cuerpos muertos en la tumba se descomponen y se
desintegran, sin embargo hay pruebas de que los cadáveres de los mártires,
profetas y santos se han encontrado intactos cuando sus tumbas fueron
excavadas.
En 1932 AD (1351 AH), el rey
que entonces gobernaba Irak, Shah Faisal I, soñó que estaba siendo interpelado
por el Sahabi Hudhaifa al-Yamani, quien le dijo:
"¡Oh rey! Quítanos a Jabir
Ibn Abdullah Ansari y a mí de la orilla del río Tigris y entiérranos en algún
lugar seguro, porque mi tumba ya está anegada (llena de agua), mientras que la
tumba de Jabir poco a poco va recibiendo el flujo del agua.”
Este sueño se repitió de nuevo
la noche siguiente, pero el rey Faisal I, no prestó atención a él a causa de su
preocupación por los asuntos del Estado. En la tercera noche, Hazrat Hudhaifa (ra)
fue visto en sueños por el Gran Mufti de Irak. Hazrat Hudhaifa (ra) dijo al
Gran Mufti:
"Me he estado dirigiendo al rey desde
hace dos noches para que transfiera nuestros cuerpos, pero no me ha prestado
ninguna atención. ¡Dile en forma enfática que prepare los arreglos para el
traslado de nuestras tumbas! "
Así que después de examinar
esta cuestión, el rey, su Primer Ministro y el Gran Mufti decidieron llevar a
cabo el trabajo. Se decidió que el Gran Mufti debía emitir una fatwa (decreto
religioso) sobre este asunto y el primer ministro transmitiría la fatwa a la
prensa, para que el público pudiera tener conocimiento del gran evento. Se
declaró que el 10 de Dhul Hijja, después de la oración del mediodía, las tumbas
serían abiertas y los cuerpos santos serían transferidos a otro lugar. Como era
temporada de Hajj, los peregrinos se habían reunido en Meca. Pidieron al rey
Faisal de posponer el evento por unos pocos días para que todos pudieran
asistir al mismo después de realizar el Hajj. Por lo tanto, el Rey pospuso el
evento hasta el 20 de Dhul Hijja.
Luego de la oración del mediodía, el 20 de Dhul
Hijja del año 1351 AH un gran número de musulmanes y no musulmanes se reunieron
en Bagdad; la ciudad estaba atestada de gente.
En primer lugar, cuando la
tumba de Hazrat Hudhaifa (ra) se abrió, estaba llena de agua en su interior. El
cuerpo fue levantado con una grúa de tal manera que fue colocado a salvo en una
camilla. Entonces la camilla fue levantada por el Rey, el Gran Mufti, el Primer
Ministro y el Príncipe Faruk de Egipto y llevada a un ataúd de cristal hecho
especialmente para mantener los cuerpos santos. El cuerpo de Hazrat Jabir (ra)
también fue trasladado a la caja de cristal de la misma forma escrupulosa.
El espectáculo más maravilloso
fue ahora visto por la multitud que se había reunido para presenciar el gran
evento. Los benditos cuerpos de estos compañeros de confianza del Sagrado
Profeta (asws) estaban frescos e intactos, mientras que de sus ojos abiertos
brotaba una luz divina que deslumbró a los espectadores. Además, la mortaja, la
ropa, kaffan, etc., estaban también intactos, y a primera vista parecía como si
estos héroes del Islam estuviesen vivos. Los dos cuerpos fueron trasladados y
enterrados nuevamente cerca de la tumba de otro gran héroe del Islam, Hazrat
Salman al-Farsi (ra), en Salman Park, que se encuentra a 30 kilómetros de
Bagdad.
Este milagro asombró a
científicos, filósofos y médicos. Ellos estaban desconcertados y todos
hechizados de presenciar este gran milagro. Un fisiólogo alemán que había llegado
mostrando un gran interés en el asunto, quedó tan impresionado por las
condiciones de estos cuerpos que fueron enterrados hace más de mil años, que
inmediatamente se volvió al gran muftí, levantó las manos y dijo:
“¿Qué más pruebas puede haber en apoyo del
Islam? ¡Abrazaré el Islam por lo que aquí he presenciado!” Por lo tanto, ante
miles de personas, este médico alemán se convirtió en musulmán. Su ejemplo fue
seguido por muchos cristianos y judíos, y durante mucho tiempo esto continuó en
Bagdad y un gran número de personas se convirtieron al Islam como resultado de
este milagro.
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