Bismillahi
Rahmani Rahim
El
Sagrado Profeta (asws) ha dicho que entre su Nación el grupo que va a estar a
salvo y que resultará victorioso en esta vida y la Próxima es el de aquellos
que se aferran con firmeza a su Sunnah y a la Sunnah de sus Sahaba. Con esto,
nuestro Profeta (asws) ha establecido que nuestros modelos de conducta para la
correcta experiencia del Islam deben ser su noble ejemplo y el de sus herederos
directos: sus nobles compañeros. Ellos se nutrieron desde la misma fuente que
transmitía la Divina revelación y Allah Todopoderoso los elevó por sobre el
resto de la humanidad, haciendo de ellos las antorchas resplandecientes del
Islam. Santos y Guerreros, piadosos e inexorables, dieron sus vidas por la
Causa de Allah y gracias a ellos las enseñanzas del Islam nos han llegado en su
forma más pura.
En
esta ocasión presentamos a un Sahabi que fue un ejemplo de valor, heroísmo y
entrega a la Causa de Allah: Hazrat Hamza (ra), que Allah le conceda de Su
infinita misericordia y lo eleve a las estaciones más altas en Su Presencia
Divina y nos dé apertura para seguir su ejemplo.
Hazrat Hamza (ra) tuvo un
vínculo familiar directo con el Sagrado Profeta (asws). Por un lado fue tío del
Profeta (asws) y por el otro fue hijo de su tía materna. Junto a estos lados
familiares también fue hermano adoptivo del Sagrado Profeta (asws).
Allah –swt- favoreció a Hazrat
Hamza con la excelencia en el arte de la lucha y del manejo de la espada. Su pasatiempo
era la caza y dedicó gran atención a la arquería y a la esgrima.
Cierto día, cuando regresaba de
cazar, mientras entraba a Mecca, se le informó que su sobrino Muhammad (asws)
había sido brutalmente agredido al intentar predicar su religión en la Ka’aba.
El agresor era Abu Yahil, quien se había opuesto enconadamente al mensaje del
Islam. Enfurecido, Hazrat Hamza rápidamente se dirigió hacia la Ka’aba donde
encontró a Abu Yahil sentado junto a sus compañeros. Fue a él y lo golpeó tan
fuerte con su arco que lastimó su cabeza. Los compañeros de Abu Yahil fueron en
su ayuda diciendo: “¡Hamza! ¡Parece que tú también has renegado de tu
religión!” Hamza dijo: “Si la verdad se me ha manifestado, ¿quién me va a
detener? Aquí y ahora declaro que Muhammad (asws) es el Profeta de Allah y que
todo lo que él dice es cierto. ¡Por Allah! No puedo ir contra el Islam. Si
ustedes pueden, intenten detenerme.” Cuando Abu Yahil vio a Hamza en esa
actitud tan poderosa, pidió a sus compañeros que dejaran sólo a Hamza.
Aquellos eran los días en que
el Sagrado Profeta (asws) y sus compañeros se refugiaban en secreto en la casa
de Arqam, dado que eran perseguidos y torturados por los incrédulos de
Mecca. La gente no se atrevía a hablar del
Islam. Sin embargo, intrépido como era, Hazrat Hamza proclamó abiertamente la
verdad del Islam. Esto demostraba que nadie entre la gente de Arabia tenía el
coraje de desafiar a Hamza. Con la entrada de Hamza (ra) al Islam, la situación
de los Musulmanes cambió repentinamente. Ahora los incrédulos debían pensar dos
veces antes de causar daño a los Musulmanes. Así, Hazrat Hamza (ra), mostró su
coraje y valor por primera vez en la Causa de Allah.
La aceptación del Islam por
parte de Hazrat Hamza perturbó a los enemigos del Islam. Se reunieron para
decidir un nuevo curso de acción. Consideraron muchas maneras de destruir el
Islam. En su frustración por no encontrar una manera viable, decidieron poner
fin a la vida del Sagrado Profeta (asws) de cualquier manera.
Ofrecieron una gran recompensa
para quien lo llevara a cabo. Otro hombre de gran coraje y espíritu de Mecca se
levantó con espada en mano y se dirigió hacia la casa de Arqam para completar
el cometido. Él era ‘Umar, quien más tarde fuera conocido como ‘Umar el Grande,
segundo califa del Islam. Muchos compañeros del Sagrado Profeta (asws) estaban
presentes en aquel momento. Cuando se enteraron que ‘Umar estaba en camino se
sintieron perturbados, sin embargo Hazrat Hamza (ra) dijo: “No importa. Déjenlo
venir. Si viene con sinceridad y buenas intenciones, está bien. De otra manera
le sacaré su cabeza con mi propia espada.” Tal era el coraje y la bravura de Hazrat
Hamza, y su total confianza en la fuerza que Allah-swt- le había concedido.
Los árabes de la época se
sentían muy orgullosos de su superioridad racial y sanguínea. Esta vanidad fue
un obstáculo para que mucha gente abrazara el Islam. En el campo de batalla de
Badr, Abul Bajtari señaló al Profeta (asws) y preguntó a Abu Yahil: “¿Qué
piensas de él?” Contestó: “No hay duda que es una persona verídica. ¡Pero no
podemos consentir en sentarnos junto a personas como Bilal!” Bilal (ra) fue un
esclavo que abrazó el Islam. En aquellos días a los esclavos se los trataba tan
vilmente hasta el punto de que no podían reclamar respeto alguno. Sin embargo,
las enseñanzas del Islam cambiaron tanto a los devotos compañeros que nunca
hicieron discriminación alguna entre los hombres en cuanto a raza, color,
riqueza o casta. Hazrat Hamza (ra) fue un muy buen ejemplo de esto. El Sagrado
Profeta (asws) declaró a su notable siervo Zaid ibn Hariz (ra) como hermano en
el Islam de su tío Hamza, haciéndose ambos tan queridos el uno del otro que se
consultaban mutuamente en todos los asuntos. Esto demuestra como Hazrat Hamza
(ra) prefirió el Islam por sobre todo lo demás. Dejó de lado la caza y la lucha
y dedicó todo su tiempo y energía en la Causa del Islam.
Luego de la emigración a
Medina, la primera expedición enviada por el Sagrado Profeta (asws) para
verificar una caravana de incrédulos de Mecca, fue comandada por Hazrat Hamza,
quien tuvo a su cargo treinta personas. Por primera vez en la historia del
Islam, se le confiaba a Hazrat Hamza la bandera del Islam.
Un tiempo después se libró la
batalla de Badr.
‘Utba, el hombre más
experimentado y bravo de los Qurayshíes, se adelantó junto a su hermano y a su
hijo. Desde el lado de los Musulmanes algunos jóvenes de los Ansar avanzaron
para enfrentarlos. Pero ‘Utba era tan orgulloso de su fuerza y bravura que tomó
como un insulto tener que enfrentar a personas más bajas que su “nivel”. Se lamentó:
“Oh Muhammad, no podemos luchar contra personas inferiores a nuestro nivel. Envíanos
a quienes nos sean iguales.” El Sagrado Profeta (asws) envió a Hazrat Hamza,
Hazrat ‘Ali, y Hazrat ‘Ubaidah (ra) para enfrentar el desafío. Hazrat Hamza
atacó a ‘Utba y lo mató del primer golpe. Luego llegó Taima ibn Adi, otro
guerrero renombrado, a tomar venganza. Pero también sufrió el mismo destino al
primer golpe. Los incrédulos, enfurecidos ante estas pérdidas, iniciaron un
feroz ataque contra los Musulmanes. Comenzó la batalla. Hazrat Hamza llevaba un
turbante con una pluma de avestruz sobre él, lo que lo hacía ver muy prominente
entre los Guerreros Musulmanes. Llevaba espadas en ambas manos y mató a un gran
número de incrédulos. El enemigo no pudo hacer frente al poderío Musulmán y se rindió.
Los Musulmanes capturaron un gran número de incrédulos, incluidos algunos
personajes notables de Mecca. Algunos prisioneros preguntaron: “¿Quién era el
hombre con la pluma de avestruz?”
“Hamza”, fue la respuesta.
“Él nos ha causado grandes
pérdidas”
Los incrédulos no olvidaron su
derrota y al año siguiente juntaron un gran ejército para vengar la derrota y
capturar Medina.
El Sagrado Profeta (asws) junto
a sus devotos compañeros, enfrentó al enemigo en Uhud. Un luchador, Saba, se adelantó
y desafió a los guerreros Musulmanes. Hazrat Hamza aceptó su desafío diciendo: “¿Te
atreves a luchar contra Allah y Su Profeta (asws)?”, entonces dio a Saba un
golpe poderoso y lo mató. Entonces comenzó la batalla. Hazrat Hamza ya había
matado a muchas personas notables del Quraysh, por lo que los Qurayshíes iban
tras su sangre. Concertaron muchos ataques contra él, pero él siempre los
repelía y llegó a matar cerca de 30 incrédulos.
Jubair ibn Mu’tin había
contratado especialmente a un esclavo llamado Wahshi para tomar venganza por su
tío Taima ibn Adi. Al esclavo se le habían prometido una generosa recompensa y
su libertad. En el campo de batalla Wahshi se escondió tras una roca y esperó
una oportunidad para atacar a Hazrat Hamza. Tan pronto en cuanto Hazrat Hamza
se puso en su radio de acción, Wahshi arrojó su arma con todas sus fuerzas para
golpear a Hazrat Hamza. El golpe fue mortal; Hazrat Hamza sucumbió a la lanza
injuriosa de Wahshi.
Luego el Sagrado Profeta (asws)
lo llamaría el “Líder de los Mártires”.
Hazrat Hamza entregó su vida a
la Causa de Allah, y su ejemplo debe servirnos como paradigma de valor,
heroísmo y lealtad en el Camino del Islam. Ante este ejemplo, ¿en qué nivel de
fe nos encontramos nosotros cuando muchas veces ni siquiera nos atrevemos a
considerarnos Musulmanes frente a los demás? ¿Es que hacemos caso omiso a la
palabra de Allah-swt- cuando dice: “¿Y qué mejor palabra que la de quien llama
a los demás a Allah, obra con rectitud y dice: Yo soy de los Musulmanes?”? Para
reflexionar.
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