Bismillahi
Rahmani Rahim
En los primeros tiempos de su
califato, Hazrat Abu Bakr (ra) se ganaba la vida ordeñando las ovejas de una
mujer. Más tarde le fue otorgado un pequeño salario. En su lecho de muerte, dio
una vasija a los que le rodeaban y les pidió que se lo diesen al nuevo califa
tras su muerte. Hazrat Umar (ra) fue su sucesor; cuando rompió la vasija había
algunas monedas y una carta en la que ponía: "He vivido acorde al nivel de vida de los más pobres de Medina, y
he puesto en esta vasija lo que me sobraba de mi salario. Por lo tanto, estas
monedas pertenecen al tesoro público donde deben ser devueltas". Al
leer la carta, Hazrat Umar lloró e hizo el siguiente comentario: "Abu Bakr, has dejado un peso insoportable
sobre los hombros de tus sucesores". (Tabari, Tarij, 4:252)
No hay comentarios:
Publicar un comentario