Todos
conocen poco excepto el hombre espiritual,
que
tiene en su corazón la piedra de toque de la verdad vital.
Los
otros, oscilando entre dos opiniones,
vuelan
hacia su nido con una simple ala.
El
conocimiento tiene dos alas, la opinión sólo una ala;
la
opinión es débil y desequilibrada en su vuelo.
El
pájaro que no tiene más que un ala cae rápidamente,
y de
nuevo vuela dos o más pasos.
Este
pájaro de la opinión se eleva y cae
con un
ala, en la esperanza de alcanzar su nido.
Cuando
escapa de la opinión y ve el conocimiento,
este
pájaro gana dos alas y despliega ambas.
Después
él va hacia arriba en línea recta,
sin servilismo
en su cara ni humillación.
Vuela
hacia arriba con dos alas parejas como el ángel Yibril,
libre
de la opinión, de la duplicidad, y de la charla vana.
Aunque
el mundo entero le diga,
"Tú
estás firme en el camino de la fe de Dios",
no se
vuelve más ferviente porque se lo digan,
ni su
alma excelsa se desvía de su curso.
Y
aunque todos le digan, "Estás en el camino equivocado,
te
crees una roca pero sólo eres una hoja de hierba",
él no
recae en la opinión ante sus críticas,
ni se
enfada ante su malevolencia.
No, ni
aunque el mar y las montañas pregonaran,
diciendo,
"Te has hermanado con en el error",
él no
recaería ni una pizca en vanas imaginaciones,
ni se
sentiría herido por los reproches de sus adversarios.
(Maulana
Jalaluddin Rumi, 'Masnavi', libro III: 5)
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