Bismillahi
Rahmani Rahim
Extracto
del libro "Bilal: El servidor de Muhammad" de H.A.L. Craig.
"Les he oído decir a
algunos zopencos, aquí en Damasco, que el Islam se extendió con la espada. Qué
necios son. Creen que la religión es una siega y no lo es. La religión es más
bien una siembra, la siega sólo la puede hacer Dios. El temor de Dios.
Y, sin embargo, ellos dicen:
-Vuestro Islam, vuestra entrega
a vuestro Dios, es la entrega de todos los demás a vuestros caballos.
Cuando les pido que me traigan
a un hombre o me muestren a alguien que haya sido obligado a convertirse al
Islam a la fuerza, guardan silencio. Por eso yo no tengo más remedio que
hablar.
Si un musulmán obliga a alguien
a convertirse no corre el riesgo de acabar en el Infierno. No. Tiene la certeza
de que acabará en él, pues la advertencia de Dios está muy clara: "La
religión no puede ser obligatoria". Cuando nos acusan de utilizar la
espada, yo les enseño mi bastón. ¿Cómo puede estarse quieto el bastón de un viejo
en el mundo de un joven? Y, sin embargo, si yo, Bilal, atara una zanahoria a mi
bastón y convirtiera con ella a los asnos de nuestros adversarios -tal como
dicen que una campana cristiana convirtió a dos cisnes-, yo, Bilal, ardería
como una tea en el Infierno. Pues, de la misma manera que no puede haber
obligación en la religión, tampoco puede haber soborno.
Ni la espada, ni las amenazas,
ni los retorcimientos del brazo, ni los huesos rotos, ni los sobornos pueden
inducir a un hombre a creer, pues, en la esencia de la prohibición de la
conversión a la fuerza, se encierra toda la intacta belleza del más puro
diamante de la religión. Es Dios y no el hombre quien elije al creyente. En los
versículos 99 y 100 de la sura de Jonás, Dios plantea a toda la humanidad,
incluso a esos zopencos de Damasco, una sola pregunta:
'¿Puedes tú obligar a los
hombres a creer en contra de su voluntad, siendo así que un alma sólo cree por
voluntad de Dios?'
¿Cómo se podría extender el
Islam por medio de la espada? Sin embargo, por mucho que tú demuestres una
imposibilidad, siempre habrá alguien que te dirá que es cierta.
Aunque el árbol de Hudaybiya no
era más que un espino desnudo, de él cayeron grandes frutos y, aunque no era
más que un árbol sin hojas, dio su sombra a muchos miles, pero vosotros no
vayáis ahora a convertir mi metáfora en un milagro, por más que el resultado de
la Tregua (de paz concertada entre el Profeta-asws- y los creyentes con los
incrédulos de Mecca) lo pareciera. Por primera vez podíamos desplazarnos libremente
de oasis en oasis y de manantial en manantial, hablando abiertamente, sin temor
a que nos apedrearan o nos azotaran o azuzaran contra nosotros a los perros del
campamento.
Con la palabra y no con la
espada, por medio de la invitación y no de la obligación, convencimos los
corazones de los hombres. Y así se extendió el Islam."
H.A.L.
Craig fue un investigador histórico de origen irlandés, conocedor en
profundidad del mundo Islámico. Escribió el guión de las películas "El
Mensaje" y “El León del Desierto” (dirigidas por Mustafa Akkad y que se
pueden encontrar en este blog, en la Etiqueta “Películas”). El film “El
Mensaje” fue aprobado en su momento por eruditos de instituciones islámicas
históricas. Su único libro, "Bilal: El Sirviente de Muhammad", bellamente
escrito, narra en primera persona (Bilal) y en estilo de novela histórica los
primeros tiempos del Islam.
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