Los
mandinga, mandinka, malinké, mandé o manden conforman un grupo étnico de África
occidental. En la actualidad existen cerca de trece millones de mandingas
residiendo en diferentes países del oeste de África, en Gambia, Guinea,
Guinea-Bissau, Senegal, Malí, Sierra Leona, Liberia, Burkina Faso, y Costa de
Marfil. Las lenguas mandé pertenecen a un rama divergente de la familia
lingüística de Níger-Congo.
Las
lenguas mandé más comunes son el mandinka en Gambia y Senegal, el malinké en
Guinea y Malí, y el soninké en los estados meridionales de África occidental, y
que como los otros idiomas africanos del oeste terminan en -ke o -ka (que
significa 'charla' o 'gente'). También hablan kriol y portugués en
Guinea-Bissau, francés en Senegal, Malí, Costa de Marfil, y Burkina Faso, e
inglés en Liberia, Sierra Leona, y Gambia.
Historia
El
pueblo manden tiene en su haber la fundación del mayor de los antiguos imperios
del oeste africano. Desde los puntos de vista étnico y cultural, los mandingas
se relacionan de cerca con los fulani y wólof de la costa atlántica y los
songhai del Sahara. Algunas fuentes dicen que el pueblo manden se define más
por la cultura y la lengua que por la pertenencia étnica, puesto que son muchos
y diversos los grupos étnicos que han adoptado la lengua, los nombres y las
tradiciones manden.
Pre imperio de Malí
El
reino mandinka de malí o de manden existía ya varios siglos antes de la
unificación de Sundiata Keita, como pequeño estado al sur del imperio Soninké de
Wagadu, mejor conocido como Imperio de Ghana. Ésta es una zona de montañas,
sabana y bosques que proporcionan la protección y los recursos ideales para una
población de cazadores. Los que no vivían en las montañas formaron pequeñas
ciudades-estados, tales como Toron, Ka-Ba y Niani. La leyenda cuenta que la
dinastía Keita, de la cual descienden los emperadores de Malí, tuvo su origen
en Bilal (ra), un compañero fiel del profeta Muhammad (asws), originario de
Keita.
Imperio de Malí
El
Imperio de Malí (1235-1546) fue un estado medieval cuyo núcleo fue la región de
Bamako, en el actual Malí. El imperio fue fundado por Sundiata Keita. Era
conocido por su generosidad y la riqueza de sus gobernantes, en especial Mansa
Kankan Musa I. El Imperio de Malí tuvo una profunda influencia en la cultura de
África Occidental permitiendo la difusión de su lengua, leyes y costumbres a lo
largo del río Níger.
Historia post imperial
Tras
la caída de los grandes reinos de las vieja patria de Manden, muchos emigraron
hacia la costa atlántica. Entre éstos estaban los Manneh, soldados del anterior
imperio de Malí que invadieron la costa occidental de África durante la primera
mitad del siglo XVI. No hay duda en cuanto a su origen, por la evidencia de sus
vestidos y armas (que fueron observados en aquel entonces por viajeros
europeos), su lengua, así como de la evidencia de la tradición manneh,
registrada por escrito circa 1625. Los manneh avanzaron en paralelo a la línea
de la costa de la Liberia moderna, luchando con cada grupo tribal que encontraron.
Tuvieron éxito todas las veces, y sólo fueron detenidos cuando, en el noroeste
de lo que ahora es Sierra Leona, encontraron a los sosso, gente mandinga como
ellos, con armas, organización militar y tácticas similares a las suyas.
La
colonización francesa afectó en gran manera la vida de Manden. Las guerras
constantes con los europeos costaron las vidas de millares de sus soldados,
crearon un creciente comercio en el Atlántico, y crearon fronteras coloniales
artificiales que dividieron a la población. Sin embargo, la gente de Manden
sigue siendo políticamente activa en la zona y ha elegido a sus propios
presidentes en varios estados.
Desafortunadamente,
su conflicto de muchos años con otras tribus africanas se ha exacerbado en el
siglo XX, pues la desertificación las ha forzado constantemente a emigrar al
sur en busca de trabajo y de otros recursos. Con frecuencia, esto ha dado lugar
a brotes de guerra con las poblaciones aborígenes asentadas a lo largo de la
costa.
Aspectos sociales y culturales
La
cultura de los mandingas, a diferencia de la mayoría de los africanos, es
patrilineal y patriarcal. Son predominantemente musulmanes. Las prácticas más
famosas de Manden son sus hermandades de varones o mujeres, conocidas como Poro
y Sande o Bundu, respectivamente.
Tradicionalmente,
la sociedad mandinka es aristocrática, basada en un sistema de castas con
nobles y vasallos. Antes, como la mayoría de los africanos, también tuvieron sirvientes,
a menudo prisioneros de guerra y generalmente de las tierras que rodeaban su
territorio. Los descendientes de reyes y de generales anteriores mantenían un
estado social más alto que sus compatriotas nómadas o asentados. Con el tiempo
las diferencias se han igualado, correspondiendo con la mayor o menor fortunas
de cada grupo. Aunque el mandinga llegó a muchas de sus actuales localizaciones
como invasor o comerciante, la mayoría son hoy agricultores o pescadores;
todavía hay también herreros, pastores de ganado, y son muy estimados los
djelis o bardos, que han mantenido viva la historia de su pueblo, mantenida en
forma de cantos épicos.
Religión
El
pueblo manden ha sido predominantemente musulmán desde el siglo XIII. En áreas
rurales, muchos combinan la creencia islámica con ciertas creencias animistas
pre-islámicas, tal como la creencia en espíritus y el uso de amuletos.
Arte
Su
mejor arte está en la joyería y las tallas. Las máscaras hechas a mano asociadas
a las fraternidades y a la hermandad de mujeres del Marka y del Mendé son
probablemente las más conocidas. Manden también produce telas maravillosamente
tejidas que son populares en todo el África occidental, así como los collares
del oro y de plata, pulseras, brazaletes, y pendientes. Las campanillas en los
collares forman parte de una creencia en que pueden ser oídas por los espíritus
al sonar en ambos mundos, el de los antepasados y el de la vida. Los cazadores
de Mandé usan a menudo una sola campana que puede ser callada fácilmente cuando
el silencio es necesario. Las mujeres, por otra parte, suelen usar muchas
campanas, produciendo un canto armonioso en los poblados.
Música tradicional
La
más conocida se toca con el kora, un instrumento con 21 o más cuerdas,
realizada por las familias de los músicos los djelis (en francés griots). El
kora es una especie de arpa, con un puente con muescas similar al de un laúd o
una guitarra. Es posible que sea el aparato de cuerda más complejo de África.
En cuanto a los djelis, son bardos profesionales, encargados de mantener sus
grandes tradiciones e historias épicas orales, actuando también como consejeros
de los líderes de Manden. Entre los más celebrados en la actualidad están Salif
Keïta, Kandia Kouyaté y Jaliba Kouyaté.
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