La opinión común que se tiene
de la religión en nuestra sociedad mantiene que es un sistema de creencias cuyo
único fin es conseguir la felicidad en el Más Allá. Sin embargo no es así. La
religión ordena la vida social y de este modo trae la tranquilidad y la
seguridad a los seres humanos.
Una noche, durante su Califato,
‘Umar, que Allah este satisfecho con él, estaba como de costumbre
inspeccionando las calles de Medina. Se detuvo de repente al oír una
conversación entre una madre y su hija.
“Echa un poco de agua en la
leche que vamos a llevar mañana al mercado.”
La hija contesto:
“¡Madre! ¿No has oído que el
Califa ha prohibido hacerlo?”
La madre se enfadó y subió de
tono:
“¡Hija! ¿Cómo se va a enterar
el Califa, a estas horas de la noche, de que echamos agua en la leche?”
La hija, con el corazón lleno
de respeto por Allah, no podía aceptar fácilmente el engaño que proponía su
madre.
Siguió protestando:
“¡Madre! Supongamos que el
Califa no se entera, pero ¿y Allah? ¿Piensas que Él tampoco lo ve? Es fácil
engañar a la gente, pero es imposible esconder nuestras acciones de Allah, quien
ve y oye todo.”
Las respuestas de la joven, en
cuyo corazón había el conocimiento Divino, y un tremendo temor de Allah,
conmovieron a ‘Umar, que Allah esté satisfecho con él. Amir al-Mu’minin,
el Líder de los Creyentes, se dio cuenta de que aunque era una mujer común,
poseía una excepcional conciencia. Quiso tenerla por nuera y casó a su hijo con
ella. De esta cadena tan pura procede ‘Umar ibn Abdulaziz, considerado el
quinto Califa guiado rectamente.
Este incidente muestra el hecho
de que respetar los límites de lo halal es suficiente para alcanzar la
felicidad y elevar a los seres humanos al nivel de la perfección. Por el
contrario, el conflicto con estos límites, que son amplios, y el mezclarse con
lo que es haram y dudoso, son actos dañinos para el siervo de Allah. El
Profeta Muhammad, que Allah le bendiga y le conceda la paz, dijo
de lo dudoso, que a veces puede ser difícilmente separado de lo haram:
“Abandonad lo que trae la duda
a vuestros corazones, adoptad lo que es inequívoco.”
No obstante, sería un grave
error caer en el otro extremo de no aceptar nada, incluso lo halal, creando
confusión al respecto.
Islam insiste en mantener el
equilibrio y seguir el camino medio en toda circunstancia. El objetivo del
Islam no es imponer límites a los seres humanos. Al contrario, su objetivo es hacer
que vivan sin ansiedad, felices y en paz. Este sosiego se alcanza devolviendo
al corazón su lugar, de donde brota toda belleza. Para lograrlo, basta con oír,
sentir y aplicar los profundos y refinados atributos del corazón del Profeta, que
Allah le bendiga y le conceda la paz.
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