Bismillahi
Rahmani Rahim
No podemos combatir a nuestros
opresores culturales con las mismas armas que ellos han utilizado sobre
nosotros mismos. Sería una completa falta de sensatez, como combatir el cáncer
inoculándole un mayor número de células enfermas. Esto sólo puede ocasionar la
lógica autodestrucción del organismo, sobre todo cuando el mismo organismo
dispone de la forma más adecuada de combatir, enfrentar y vencer la enfermedad,
por más virulenta que esta sea. No podemos ser libres cuando aún nos permitimos
comer de la mano de quien nos esclaviza, cuando aún nos permitimos pensar de la
manera que él piensa, siguiendo sus parámetros y ajustándonos pasivamente
gustosos a ellos. Es imposible.
Por lo tanto debemos ante todo
poner claridad en nuestro camino y estar alertas de cuales son realmente los
peligros que nos impiden avanzar. El Creador Todopoderoso nos ha otorgado
ciertas herramientas de las que hemos demostrado desconocer su valor. Y mientras
no les demos la correcta utilización vamos a continuar en las penumbras que
nuestros opresores han forjado para aislarnos y ultimarnos.
Claro está: la peor penumbra es
la que nos forjamos a nosotros mismos al ignorar cuál es realmente nuestra
posición en el mundo, cuál es nuestro objetivo y qué misión tenemos que
cumplir. Y así damos con el gusto a quienes se benefician de nuestra ignorancia
y de nuestra necedad. E insistimos, ¿cómo vamos a ser capaces de despertar
cuando solamente creemos disponer de un sueño programado para no terminar
mientras no descubramos lo que realmente somos? Si buscamos donde no debemos,
jamás vamos a encontrar lo que por derecho nos corresponde y seguiremos cavando
en el interior de la madriguera que sólo suma oscuridad a nuestro encarcelamiento
interior.
La única manera de recuperar la
libertad es regresar a nuestra Tradición, a nuestra propia identidad espiritual
y cultural, perseverar en su fortalecimiento y cuidado, para así desarticular
la estratagema ideológica que genera subversión, división y violencia, lo que
conviene a los intereses opresores de nuestros conquistadores.
Debemos reforzar el sentido de
responsabilidad, jamás olvidar que llegará un momento en que deberemos entregar
nuestras almas y que se nos pedirán cuentas de todo lo que hemos hecho, dicho,
pensado y sentido.
Mientras estemos obcecadamente ebrios
con los productos que nuestros opresores nos ofrecen para mantenernos aislados
en una ilusoria caricatura de realidad, no vamos a ser capaces de afrontar lo que
nos espera y seremos los únicos culpables de nuestra propia ruina.
Debemos aprender a utilizar las
herramientas que el Todopoderoso ha puesto a nuestra disposición para que
hagamos nuestro tránsito de manera correcta y sabia: discernimiento e inteligencia.
¿Cómo reconoceremos lo que nos daña y perjudica sin el auxilio de estas
herramientas? Y allí también el Todopoderoso ha dejado instrucciones para que
las utilicemos de la forma que mejor conviene a nuestro desarrollo: Islam, de
la mano del más grande Maestro para toda la humanidad, Sayidina Muhammad
(asws).
Mientras busquemos donde no
debemos, jamás vamos a dar con lo que por derecho nos corresponde.
Herramientas e instrucciones de
uso están allí, a nuestra disposición. Sólo debemos llevar a cabo un mínimo
esfuerzo de voluntad… voluntad que la tiranía pretende anquilosar con
sucedáneos artificiales que sólo estimulan el sueño de la conciencia y engrosan
el engaño del enemigo interior que necesariamente debemos aprender a conocer.
El dormir demasiado también llega
a corromper nuestro sentido del compromiso. No conocemos el compromiso porque
desconocemos el pacto que hemos hecho con nuestro Señor.
Por lo tanto debemos
comprometernos con la Verdad que está en nuestro origen y desbaratar la
urdimbre de lo mentido que nos mantiene sujetos a una humillante representación
de nosotros mismos. La Verdad siempre termina manifestándose a si misma, y esta
manifestación da vida como destruye: da vida cuando voluntariamente reconocemos
su pulso en nosotros mismos y por ella nos transformamos y trascendemos la
vileza para alcanzar nuestra originalidad; destruye cuando reincidentes en un
estado de inconsciencia consentida vamos a su encuentro envilecidos y opacos,
faltos de brillo y luz. Nosotros elegimos qué situación se ajusta mejor a
nuestras intenciones.
O despiertas, o te harán
despertar, y tú te haces todo a ti mismo. No te dejes engañar. Abre los ojos,
la gran mentira del mundo no resiste al menor destello de luz. Nada nos oprime
más que nosotros mismos permitiéndonos ser oprimidos por lo que es ajeno a
nuestra naturaleza y que sólo busca devorarla en su total indefensión.
Regresa a lo Sagrado, no hagas
de tu Tradición un justificativo para la desidia de tu ego ni un medio para
publicitar las inclinaciones que el opresor sugiere a tu debilidad.
Que tu vida sea Islam; a los ojos de tu Señor
Todopoderoso tendrás más valor que el mundo y lo que contiene. Así te
conquistarás a ti mismo y podrás derrotar a quienes te esclavizan en el
interior y el exterior. Es el único Sendero hacia la Libertad.
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