lunes, 9 de julio de 2012

La Conducta Ejemplar del Profeta Muhammad (asws) con los Animales


Bismillahi Rahmani Rahim
En la época pre-Islámica los animales fueron tratados sin piedad ni misericordia. Se les solía cortar trozos de carne o sus colas en vivo. Se organizaban luchas brutales entre ellos. El Profeta, que Allah le bendiga y le conceda la paz, terminó con estas prácticas. Las tradicionales peleas de gallos, camellos o la corrida tienen su origen en la época pre-Islámica.

Un día, Rasulullah, que Allah le bendiga y le conceda la paz, vio un asno cuya cara estaba cauterizada. Se entristeció y dijo: “¡Que Allah castigue al que lo ha hecho!” Recomendó que los animales fueran marcados en un lugar donde no les causara daño.

Una vez vio un caballo en los huesos. Le dijo a su dueño:
“Teme a Allah por los animales que no pueden hablar. No permitas que estén hambrientos.”

Abdullah ibn Ja’far, que Allah esté satisfecho con él, transmitió:
“Un día el Rasulullah, que Allah le bendiga y le conceda la paz, llegó al jardín de un compañero. El camello que estaba en el jardín gemía y de los ojos del Profeta empezaron a caer lágrimas. Se acercó al camello y acarició su cabeza. El camello dejó de gemir. Más tarde el Profeta, que Allah le bendiga y le conceda la paz, se encontró con el dueño del jardín y le dijo: ¿No tienes temor de Allah quien te encomendó este camello? Se me quejó de que le pegas y maltratas.’”

Rasulullah, que Allah le bendiga y le conceda la paz, explicó la diferencia entre el estado de misericordia y el que carece de ella: “Una mujer de mala vida vio un perro en el desierto que estaba lamiendo la arena a causa de la sed. Se apiadó de él, sacó con su zapato un poco de agua de un pozo que había en las cercanías y le dio de beber al perro. Allah le perdonó sus faltas por esta acción. Otra mujer no se preocupaba de su gato y no le daba de comer. Ni siquiera le dejaba recoger los insectos del suelo. Al final, el gato se murió de hambre. Esta mujer se convirtió en gente del Fuego por su crueldad.”

El Profeta, que Allah le bendiga y le conceda la paz, transformó una sociedad ignorante en una sociedad que llegó a ser parte de la Edad de la Felicidad, asr al-sa’adah. La gente que solía tratar a otros seres humanos con máxima dureza y que enterraba a sus hijas, se volvió misericordiosa, también con los animales. El Profeta, que Allah le bendiga y le conceda la paz, respetaba incluso los derechos de los pequeños gorriones.

Aburrahman, el hijo de Abdullah nos ha transmitido:
“Durante un viaje con Rasulullah, que Allah le bendiga y le conceda la paz, vimos a un urogallo del desierto con sus dos pequeñuelos. Cogimos a las crías y la madre comenzó a revolotear alrededor de nuestras cabezas. El Profeta, que Allah le bendiga y le conceda la paz, se acercó inmediatamente y dijo: ‘¿Quién le ha hecho daño cogiendo a sus pequeños? ¡Devolvedlos a su nido!”

La caza está permitida en la ley Islámica. Sin embargo, el Profeta, que Allah le bendiga y le conceda la paz, avisó a los cazadores del deber de respetar las épocas de reproducción y crianza con el propósito de mantener la balanza ecológica.

La caza por la caza, entristecer a los pequeños arrebatándoles a sus madres o a las madres arrebatándoles a sus pequeños, disturba el corazón compasivo y misericordioso.

Estos hadices sacan a la luz el hecho de que la misericordia de un perfecto creyente debe ser lo suficientemente amplia como para albergar incluso a los animales salvajes.

Aparte de ordenar ser misericordioso con los animales, el Profeta, que Allah le bendiga y le conceda la paz, no permitía que se les maldijera. Camino a Batnubuwat en una expedición militar, un hombre de los Ansar maldijo al camello que le llevaba a él y a su compañero por andar muy despacio. Rasulullah, que Allah le bendiga y le conceda la paz, le mandó bajar del camello y le dijo: “No nos acompañes con el camello que acabas de maldecir. No os maldigáis unos a otros, ni a vuestros hijos, ni a vuestra propiedad.” Este hadiz es un ejemplo de su ilimitada misericordia.

Bayazid al-Bistami, conocido como el “Sultán de los Santos”, llegó a tener tanta sensibilidad y refinamiento con respecto a todas las criaturas de Allah, que sentía su dolor en el corazón. La siguiente historia es una buena ilustración de sus sentimientos.

Durante un viaje, se sentó a descansar debajo de un árbol; luego se levantó y siguió el camino. Después de haberse alejado se dio cuenta de que en su bolsa había algunas hormigas del lugar en el que había estado sentado. Volvió allí y las depositó en el mismo sitio porque le disgustaba la idea de llevarlas lejos de su casa, lo cual es un ejemplo de la interiorización de la enseñanza del Profeta, que Allah le bendiga y le conceda la paz.

La enseñanza del Profeta, que Allah le bendiga y le conceda la paz, contiene advertencias que constituyen una guía a ese respecto. Dijo: “El que carece de misericordia, carece de todo tipo de bondad.”

No hay comentarios:

Publicar un comentario