Tiken
Jah Fakoly es ante todo un cantante comprometido con su continente. Nunca se ha
callado a la hora de denunciar los abusos de los políticos y las manipulaciones
de las multinacionales en África, y particularmente en su país, Costa de
Marfil, que ha vivido desde la caída del Presidente Houphouët-Boigny (figura
del país que no duda tampoco en criticar, erosionando la imagen de Padre de la
Nación que se cuidó de dejar), caos político, segregación racial, desorden
público, decadencia económica, crisis de esperanza. Este compromiso abnegado le
ha valido numerosos problemas y amenazas físicas, por no decir intentos de
asesinato. Cuando le quemaron su casa, decidió exiliarse en Malí.
Muy
crítico con todas los movimientos politizados que intentan dividir a los
africanos, Tiken Jah Fakoly nunca se ha cansado de luchar contra el absurdo
concepto de “Ivoirité” (Ivuaridad, Marfilidad), en un país creado por los
colonos franceses hace poco más de un siglo, concepto que los políticos del
país intentan recuperar para excluir de la política y del país a los vecinos de
otros países cuando la región siempre ha vivido muchos movimientos de
poblaciones y mucho mestizaje.
Sus
orígenes mandinga (Malinké-Bambara) tienen mucho que ver con este mensaje transfronterizo.
El pueblo Mandinga reinó durante la Edad Media Europea desde el Sahara hasta las
fronteras del Océano Atlántico y del Níger, ocupando los territorios del actual
Mali, Senegal, Costa de Marfil, Gambia, Guinea, Mauritania. Fakoly es el nombre
de un antepasado de Tiken Jah (del lado de su madre) quien contribuyó en la
decisiva batalla de Kirina (año 1235) a la caída del Rey de los chamanes idólatras
Soumaoro Kanté, impulsada por Sundjata Keita quien fundó el pacífico Imperio
Musulmán Mandinga.
A
continuación presentamos un vídeo de una de sus particulares canciones:
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