Bismillahi
Rahmani Rahim
Hazrat Abu Hurayra pasaba
cierto día por el mercado de Medina y se molestó al ver cuánto se preocupaba la
gente por las cosas mundanales. ¡Con qué dedicación se entregaban a la
compraventa y a tomar o entregar las mercaderías!
Se detuvo y les dijo: ¡Qué
inútiles sois, gente de Medina!
La gente preguntó: ¿Qué te
hace pensar eso, Abu Hurayra?
Les dijo: ¡La herencia del
Profeta (saws) se está repartiendo y Uds. están aquí en el mercado...! ¿No van
a ir a recibir su parte?
Ellos preguntaron: ¿Y dónde
está lo que dices, Abu Hurayra?
Les dijo: En la Mezquita.
Se dirigieron a toda prisa
hacia la mezquita del Profeta. Hazrat Abu Hurayra los aguardó en el mercado.
Cuando volvieron y lo vieron allí, dijeron: ¡Oh Abu Hurayra! ¡Fuimos a la
mezquita y no vimos que allí se esté repartiendo nada!
Les dijo: ¿Es que no vieron
a nadie en la mezquita?
Respondieron: Si, claro que
sí... vimos algunas personas orando, a otros recitando el Sagrado Qur’an y
vimos a otros estudiando lo que Allah permitió y lo que Allah prohibió...
Les dijo: ¡Hay de ustedes!
¡Ésa es la herencia del Profeta Muhammad (saws)!
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