Sheykh Abdul Kerim Effendi
Bismillahi Rahmani Rahim
Islam son dos principios, se
asienta sobre dos principios: uno es aprender cómo adorar a tu Señor; el otro,
cómo ayudar y llegar a Sus criaturas. Si una persona hace estas dos cosas, sin distinciones
que digan “este es judío, este es cristiano, este es negro, este es blanco,
este es verde, este es amarillo”, alcanzará las estaciones elevadas.
Originalmente todos hemos sido creados de lo mismo, poseemos el mismo material,
el mismo material de creación. Por esto Allah, en el Sagrado Qur’an, nos dice:
“Los He separado en diferentes naciones, en tribus diferentes, para que se
reconozcan unos a otros, para que aprendan unos de otros, para intercambiar, para
aprender, para que se desarrollen, para que se vuelvan mejores”. Volvernos
mejores para el servicio Divino. En realidad, todos estamos para el servicio
Divino. No estamos para nuestro propio servicio, para el servicio a nuestros
egos, sino para el Gran servicio. Debemos estar a Su servicio; cuando estamos a
Su servicio, en ese momento, seremos capaces de ver a Sus criaturas y decir:
“Esta es Su criatura, mi deber es servir a esa criatura. Si estoy sirviendo a
mi Señor, mi deber es servir a Su criatura también”.
Nuestro deber como hombres
es amarnos unos a otros, respetarnos unos a otros, respetar los derechos de los
demás y aprender a conocernos, a comunicarnos, a amarnos unos a otros. Cuando
aprendamos a amarnos unos a otros, entonces seremos capaces de alcanzar a
nuestro Creador. En un hadiz, el Sagrado Profeta (asws) nos dice: “Todo el que
diga ‘la ilaha illa Allah’, y crea en estas palabras, entrará al Paraíso”. Eso
significa que la persona tiene Fe. El Profeta (asws) dice: “Pero si no se aman
los unos a los otros, si no aprenden a amarse los unos a los otros, aunque
digan esa frase, no habrán alcanzado realmente las raíces principales de la
Fe”.
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