¡Alabanzas para nuestro
Todopoderoso Creador cuyas palabras son claras como el agua del arroyo que cae
desde la cima de la Montaña para renovar las energías de nuestro cuerpo y
nuestro espíritu, quienes se regocijan en el destellos de la Sabiduría que los
colma y los devuelve a su Origen, a las Raíces que nutren la manifestación de
toda existencia!
Todos los seres humanos
pertenecemos a una misma familia que desciende de Padres primordiales en común;
todos tenemos un vínculo indisoluble que nos hermana y nos integra a un mismo
universo sin distinciones de raza, nombre o color. Sin embargo, como las flores
de un inmenso Jardín, nuestro Todopoderoso Creador ha dado a Sus criaturas
rasgos distintivos con los cuales favorecer el desarrollo humano mediante el
reconocimiento, el intercambio y las relaciones mutuas basadas en la
tolerancia, el respeto y la armonía. Como el Mundo tiene sus zonas cálidas y
frías, secas y húmedas, cubiertas por estepas, desiertos, hielos, bosques y
llanuras, Él, exaltado sea, nos ha dotado con diversas cualidades y aptitudes
con las que nutrir el Conocimiento y reforzar la Virtud. Así mismo, de cada
pueblo, de cada tribu, ha hecho surgir personas elegidas para guiar los pasos
de Sus criaturas, originando, desde una misma Raíz, Tradiciones y Culturas cuya
misión ha sido enriquecer la Historia Sagrada del Mundo, vehiculizando el
desarrollo intrínseco a los seres humanos.
La Nobleza es un atributo que
se asocia con la Virtud, y la Virtud es el resultado de una vida en Paz acorde
a la Divina Voluntad del Cielo.
Raíces y Sabiduría, Musulmanes cuyo
objetivo es la difusión de la Cultura, la Tradición y la Espiritualidad.
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