Bismillahi
Rahmani Rahim
Como Musulmanes Otomanos modestamente intentamos colaborar (cultural y espiritualmente) en la restauración de un
vasto, justo y prolífico Imperio Islámico, heredero de la gloria Osmanlí, que
englobe en sí mismo las diversas manifestaciones culturales, religiosas y
tradicionales de los distintos pueblos y etnias que conformen la extensión del
territorio imperial, siendo respetuosos y tolerantes con cada uno de aquellos
aspectos inherentes, creyendo en la convivencia pacífica y ordenada y en el
mutuo intercambio para el desarrollo colectivo, siempre y cuando se observen
los límites y mandatos que han sido revelados como guía para la humanidad
mediante la Ley Sagrada de nuestro Señor Todopoderoso, Allah-jwa-. Por esto,
nuestro sistema de gobierno -el sistema
de gobierno que anhelamos y esperamos sea restaurado, Dios mediante, con el
retorno de nuestro Sultán, de nuestro Emperador- es el Califato, esto es,
la Teocracia Imperial.
Como Musulmanes Argentinos
creemos que el Islam Tradicional, tanto en su aspecto práctico como
doctrinario, es el sistema de vida elegido por Allah Todopoderoso para que los
seres humanos puedan desarrollar sus posibilidades llevando una vida correcta y
sana en vistas de lograr un tránsito apropiado a la humana condición hacia la
Próxima Vida, existencia cuyo atributo específico es la eternidad. Por esto
consideramos que nuestra creencia es inmodificable, que no está circunscrita a
consideración alguna de espacio-tiempo, y que es igualmente válida para todo
hombre de todo tiempo en cualquier parte del mundo.
Nuestra creencia no se opone en
nada al desarrollo cultural correspondiente al pueblo o a la etnia en
particular que acepta el Islam como modo de vida o que se encuentra habitando
dentro de los límites del poder imperial manteniendo su creencia de origen.
Todo lo contrario. El Islam estimula el desarrollo cultural autóctono mejorando
todo aquello que pueda y deba ser mejorado, y quitando todo aquello que pueda
ser perjudicial y nocivo para el progreso humano (cultural, ético y
espiritual).
Sin embargo, como vivimos en
tiempos de desmedida confusión en los que la incultura y la falta de
espiritualidad (desde su negación a su subversión) han sumido al hombre en una
experiencia fantasmal de sí mismo, debemos ser sumamente cuidadosos al
contemplar la realidad de las cosas, debemos aprender a discernir con claridad
todo aquello que pueda ser positivo para nuestro desarrollo como seres humanos,
y deshacernos de lo que no conlleva más que daño y esclavitud para nuestro
crecimiento interior.
Si bien nuestro estilo de vida
es Islam, hemos puesto un énfasis particular en las raíces de nuestro suelo
argentino (mediante su resultado inmediato, el Gaucho), ya que consideramos que
son el resultado de una Sabiduría Tradicional cuyos resortes son los mismos que
movilizan el crecimiento cultural de todo pueblo y etnia, y que en nada
contradicen nuestra creencia fundamental, todo lo contrario. Hemos encontrado
que nuestras raíces autóctonas beben y se nutren en gran medida del acervo
tradicional Islámico, por lo que consideramos apropiado difundir, compartir e
intentar desarrollar nuestras posibilidades culturales a partir del mutuo
intercambio, que en realidad no es más que complementarismo, de raíces y
sabiduría, raíces de tradición.
Tomando la Tradición Gauchesca como
punto de partida de nuestra cultura autóctona, sentimos necesario el
reconocimiento, desde el Islam, de una identidad Musulmana Argentina que nos
defina distintivamente entre las demás, y colaborar así con el crecimiento de
nuestra Comunidad y de nuestro Imperio en el servicio a Allah. Como Otomanos
nos corresponde ahondar en nuestras raíces y nutrirlas con el agua refrescante
del Islam.
Sólo a Allah Todopoderoso le
corresponde el éxito y a Él encomendamos nuestros esfuerzos.
Nuestros estudios pueden leerse en:
La Herencia Hispanomusulmana en el Gaucho Argentino
Nuestros estudios pueden leerse en:
La Herencia Hispanomusulmana en el Gaucho Argentino
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