miércoles, 30 de enero de 2013

La influencia del Islam en la Cultura Argentina


Nota preliminar: En las citas hemos mantenido la notación original de los textos transcritos, lo que puede pasar por errores ortográficos, sin embargo corresponde más al estilo de la época que a la ortografía propiamente dicha.
Cuando se habla de "árabe" debemos entenderlo más que nada en su sentido etimológico haciendo a un lado la supuesta filiación étnica: árabe designa un carácter distintivo que alude al nomadismo y sus virtudes ideales: generosidad, hospitalidad, valentía, libertad. Téngase en cuenta que las citas aluden al Norte de África, donde 'étnicamente' se manifiesta lo amazigh, lo bereber (que no árabe, en cuanto a 'raza'), pueblos de por sí nómadas o semi nómadas con los que se emparenta nuestro arquetipo nacional, el gaucho.

Las definiciones de Sarmiento
A Domingo Faustino Sarmiento Albarracín (1811-1888), presidente de los argentinos (1868-1874), le corresponde el mérito de ser el primer escritor conocido que distingue y analiza los perfiles árabes en el ser nacional. Sarmiento, durante su viaje por Argelia en 1846, logra transmitirnos a través de sus obras datos y referencias que hablan de una profunda influencia del Islam en la cultura argentina: "En Arjel me ha sorprendido la semejanza de fisonomía del gaucho y del árabe, i mi chauss (guía) me lisonjeaba diciéndome que, al verme, todos me tomarían por un creyente. Mentéle mi apellido materno que sonó grato a sus oídos, por cuanto era común entre ellos este nombre de familia; i digo la verdad, que me halaga i sonríe esta jenealogía que me hace presunto deudo de Mahoma" (D.F. sarmiento: Recuerdos de Provincia, Cap. "Los Albarracines", Emecé Editores, Buenos Aires, 1998, pág. 78).
También apunto: "Entre otras cosas los baqueanos árabes me llamaron poderosamente la atención por la singular identidad con los nuestros de la pampa. Como éstos huelen la tierra para orientarse, gustan las raíces de las yerbas, reconocen los senderos, i están atentos a los menores accidentes del suelo, las rocas, o la vejetación. Un árabe, por ejemplo, conversa con otro en el Sahara, mediando entre los interlocutores una distancia de dos leguas; los espías husmean la proximidad del ganado a tres leguas de distancia, i como sabuesos siguen por el olfato la dirección de los duares enemigos. Yo ponderé a mi turno la vista de nuestros rastreadores i los conocimientos omnitopográficos de nuestros baqueanos, a fin de sostener la gloria de los árabes de por allá, a punto de ser eclipsada por el olfatear el ganado i conversar de un estremo al otro del Sahara, de los gauchos de por acá". (D.F. sarmiento: Viajes por Europa, África y América 1845-1847 y Diario de Gastos, "África", Colección Archivos - Fondo de Cultura Económica, en colaboración con la Unesco, Buenos Aires, 1993, pág. 198).
En 1850 puso la siguiente nota a su "Facundo": "No es fuera de propósito recordar aquí las semejanzas notables que presentan los argentinos con los árabes. En Argel, en Orán, en Mascara, y en los aduares del desierto, vi siempre a los árabes reunidos en cafés, por estarles prohibido el uso de licores, apiñados en derredor del canto de la vihuela a dúo, recitando canciones nacionales plañideras como nuestros tristes (estilo de canción gaucha). La rienda de los árabes es tejida de cuero y con azotera como las nuestras; el freno de que usamos es el freno árabe y muchas de nuestras costumbres revelan el contacto de nuestros padres con los moros de Andalucía. De las fisonomías no se hable: algunos árabes he conocido que juraría haberlos visto en mi país" (D.F. sarmiento: Facundo, Editorial Estrada, Buenos Aires, 1953, pág. 84).
¿Por qué estaba Sarmiento en Argelia? El escritor Ricardo Rojas (1882-1957) aclara: "Porque deseaba ver el desierto y sus árabes, sospechándolos semejantes al paisaje argentino y a los gauchos" (R. Rojas: Vida de Sarmiento, Editorial Guillermo Kraft, Buenos Aires, 1962, pág. 288).
El propio Sarmiento lo confirma: "...así hallamos en los hábitos pastoriles de América, reproducidos, hasta los trajes, el semblante grave y hospitalidad árabes" (D.F. Sarmiento: Facundo, pág. 63).
Esta herencia recóndita embargaba la vida del sanjuanino: "He tenido siempre la preocupación de que el aspecto de la Palestina es parecido al de La Rioja, hasta en el color rojizo u ocre de la tierra, la sequedad de algunas partes, y sus cisternas; hasta en sus naranjos (...) Pero aún no dejaría de sorprender por eso la vista de un pueblo que habla español y lleva y ha llevado siempre la barba completa, cayendo muchas veces hasta el pecho; un pueblo de aspecto triste, taciturno, grave y taimado, árabe..." (D.F. Sarmiento: Facundo, págs. 152-153).
- Extraído de "Reconstrucción Historiográfica de las Señas Mudéjares del Gaucho", por el prof. Shamsuddin Elía –
Este artículo forma parte de un estudio que hemos emprendido indagando en los orígenes islámicos del gaucho argentino y la incidencia del Islam en la formación de la cultura argentina. Remitimos a nuestros lectores a la sección “Etiquetas” de este blog, a la sección Tradición Argentina, donde encontrarán nuestro material publicado al momento.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario