sábado, 12 de enero de 2013

Claridad y Sencillez del Camino Revelado


Bismillahi Rahmani Rahim
La Revelación Coránica viene a restablecer la sencillez, despierta en el ser humano la espontaneidad, lo aleja de la complicación con la que afronta la realidad cuando ésta es simple. Somos nosotros los que retorcemos las cosas, los que las hacemos imposibles. El Islam es la reinstauración de la sencillez (el yusr, que también por ello es sinónimo de riqueza, comodidad). La senda Más Fácil (al-yusra) es el Tawhid, el Camino de la Reunificación, que lo remite todo a su origen, una fuente de exuberancia.

La sencillez de la Sunnah -las costumbres del Profeta-, la sencillez de la 'Aqida -la cosmovisión que nos ha transmitido-, la sencillez de la Haqiqa -la realidad esencial del universo-, todo se va entretejiendo para dar forma al Islam, y revelan la Voluntad que guía, una Voluntad que quiere que el hombre la descubra en lo Más Fácil y se oriente hacia Ella de forma fácil. Esta sencillez es lo que el Qur'an llama muchas veces Luz (nur), porque es claridad y sensatez.

El musulmán se vuelve hacia su Señor con sencillez y camina hacia El con facilidad. No hay retorcimientos en el Islam: sus principios son nítidos, sus exigencias son comprensibles, al alcance de todos... Y Muhammad (asws) fue imagen de lo que significa proponerse una vida en consonancia con los latidos del corazón. Por ello es central en el Islam el tema del Destino (al-Qada wal-Qádar, el Decreto y la Medida): es concebir la existencia como una realidad que fluye unificada por un Poder, una Voluntad y una Ciencia trascendentes, y ello relativiza nuestros conflictos hasta disolverlos en la energía que tiene la vida, cuyas honduras invitan a una existencia desapegada de los fantasmas en medio de los cuales se desespera el común de los hombres. E invita, sobre todo, a una acción firmemente arraigada en la radicalidad de lo eterno de cada instante.

El Profeta (asws) fue modelo de saber vivir fácilmente. No es necesario ser rebuscado para presentir la grandeza de nuestra existencia. Según 'Aisha -su esposa-, nunca se le daba a elegir entre dos cosas sin que él escogiera lo más fácil y sencillo. Y también dijo de él: "En su casa, entre los suyos, era la criatura más amable, la más tierna, que no dejaba de sonreír y de reír". Su Sunnah -su Tradición- nos enseña que prefería la ropa, la comida, los muebles...que fueran más fáciles de conseguir, lejos de toda ostentación, falsedad o preocupación. Caminaba con sencillez, dormía con sencillez, hablaba con sencillez, se relacionaba con los demás con sencillez. Se conformaba con lo que había y no hacía exigencias. Son infinitos los ejemplos que demuestran su falta total de obsesiones. En cierta ocasión dijo: "El Islam es fácil. Quien quiera complicarlo, será vencido por él". Y también dijo: "No seáis intolerantes con vosotros mismos, pues si lo sois se será intolerante con vosotros". Y dijo: "Facilitad las cosas a la gente, y no las compliquéis". Y también: "Allah se apiada de quien es de trato fácil, de quien pone las cosas sencillas cuando compra o vende, o cuando realiza cualquier gestión". Y dijo: "El dotado de sensibilidad espiritual es fácil y suave", y "El dotado de sensibilidad espiritual aúna y no separa". Y dijo: "La persona más detestable para Allah es el que se retuerce entre querellas". Sa'id ibn al-Musáyyab cuenta que en cierta ocasión le fue presentado un hombre al Profeta y éste le preguntó su nombre, y el hombre le respondió: "Me llamo Haçn (quiere decir Tristeza, Retorcimiento -nombre preislámico frecuente-)", y Muhammad (asws) le cambió el nombre por Sahl, que quiere decir Fácil, Afortunado...pero ese hombre se negó a dejar el nombre que le habían impuesto sus padres, y según Sa'id ibn al-Musáyyab fue una persona apesadumbrada hasta el último de sus días. Repasar la gran cantidad de testimonios que insisten en el amor de Muhammad (asws) por lo más fácil y lo más amable, descubre que, al fin y al cabo, ése es el espíritu que infundió a la nación que surgió de su acción.

Ese comportamiento es el propio del Islam, basado en una 'Aqida en la que todo es fácil: Allah es Uno, Señor de los mundos... Y el universo -trabado sobre esa realidad esencial- queda igualado. Todo lo demás es alejarse de lo espontáneo, de las intuiciones primeras, de los saberes que anidan en el corazón, y es distanciarse de lo que sugiere la vida, que no es resultado de complicaciones, sino del gesto más fácil, el "Sea" (kun) de Allah.

-Sheykh Abdur Rahman Mohammed Maanan, El Qur'an Comentado, sura 87 aleya 8-

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