Bismillahi
Rahmani Rahim
La Revelación Coránica viene a
restablecer la sencillez, despierta en el ser humano la espontaneidad, lo aleja
de la complicación con la que afronta la realidad cuando ésta es simple. Somos
nosotros los que retorcemos las cosas, los que las hacemos imposibles. El Islam
es la reinstauración de la sencillez (el yusr,
que también por ello es sinónimo de riqueza,
comodidad). La senda Más Fácil (al-yusra)
es el Tawhid, el Camino de la Reunificación, que lo remite todo a su origen,
una fuente de exuberancia.
La sencillez de la Sunnah -las
costumbres del Profeta-, la sencillez de la 'Aqida -la cosmovisión que nos ha
transmitido-, la sencillez de la Haqiqa -la realidad esencial del universo-, todo
se va entretejiendo para dar forma al Islam, y revelan la Voluntad que guía,
una Voluntad que quiere que el hombre la descubra en lo Más Fácil y se oriente
hacia Ella de forma fácil. Esta sencillez es lo que el Qur'an llama muchas
veces Luz (nur), porque es claridad y
sensatez.
El musulmán se vuelve hacia su
Señor con sencillez y camina hacia El con facilidad. No hay retorcimientos en
el Islam: sus principios son nítidos, sus exigencias son comprensibles, al
alcance de todos... Y Muhammad (asws) fue imagen de lo que significa proponerse
una vida en consonancia con los latidos del corazón. Por ello es central en el
Islam el tema del Destino (al-Qada
wal-Qádar, el Decreto y la Medida): es concebir la existencia como una
realidad que fluye unificada por un Poder, una Voluntad y una Ciencia
trascendentes, y ello relativiza nuestros conflictos hasta disolverlos en la
energía que tiene la vida, cuyas honduras invitan a una existencia desapegada
de los fantasmas en medio de los cuales se desespera el común de los hombres. E
invita, sobre todo, a una acción firmemente arraigada en la radicalidad de lo
eterno de cada instante.
El Profeta (asws) fue modelo de
saber vivir fácilmente. No es necesario ser rebuscado para presentir la
grandeza de nuestra existencia. Según 'Aisha -su esposa-, nunca se le daba a
elegir entre dos cosas sin que él escogiera lo más fácil y sencillo. Y también
dijo de él: "En su casa, entre los
suyos, era la criatura más amable, la más tierna, que no dejaba de sonreír y de
reír". Su Sunnah -su Tradición- nos enseña que prefería la ropa, la
comida, los muebles...que fueran más fáciles de conseguir, lejos de toda
ostentación, falsedad o preocupación. Caminaba con sencillez, dormía con
sencillez, hablaba con sencillez, se relacionaba con los demás con sencillez.
Se conformaba con lo que había y no hacía exigencias. Son infinitos los
ejemplos que demuestran su falta total de obsesiones. En cierta ocasión dijo: "El Islam es fácil. Quien quiera
complicarlo, será vencido por él". Y también dijo: "No seáis intolerantes con vosotros
mismos, pues si lo sois se será intolerante con vosotros". Y dijo: "Facilitad las cosas a la gente, y no
las compliquéis". Y también: "Allah
se apiada de quien es de trato fácil, de quien pone las cosas sencillas cuando
compra o vende, o cuando realiza cualquier gestión". Y dijo: "El dotado de sensibilidad espiritual
es fácil y suave", y "El
dotado de sensibilidad espiritual aúna y no separa". Y dijo: "La persona más detestable para Allah
es el que se retuerce entre querellas". Sa'id ibn al-Musáyyab cuenta
que en cierta ocasión le fue presentado un hombre al Profeta y éste le preguntó
su nombre, y el hombre le respondió: "Me
llamo Haçn (quiere decir Tristeza,
Retorcimiento -nombre preislámico frecuente-)", y Muhammad (asws) le
cambió el nombre por Sahl, que quiere decir Fácil,
Afortunado...pero ese hombre se negó a dejar el nombre que le habían
impuesto sus padres, y según Sa'id ibn al-Musáyyab fue una persona
apesadumbrada hasta el último de sus días. Repasar la gran cantidad de testimonios
que insisten en el amor de Muhammad (asws) por lo más fácil y lo más amable,
descubre que, al fin y al cabo, ése es el espíritu que infundió a la nación que
surgió de su acción.
Ese comportamiento es el propio
del Islam, basado en una 'Aqida en la que todo es fácil: Allah es Uno, Señor de
los mundos... Y el universo -trabado sobre esa realidad esencial- queda
igualado. Todo lo demás es alejarse de lo espontáneo, de las intuiciones
primeras, de los saberes que anidan en el corazón, y es distanciarse de lo que
sugiere la vida, que no es resultado de complicaciones, sino del gesto más fácil,
el "Sea" (kun) de Allah.
-Sheykh
Abdur Rahman Mohammed Maanan, El Qur'an Comentado, sura 87 aleya 8-
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