Si eres hombre
no olvides que eres
hombre
que es olvidar a Dios
y herir al mundo,
quizá la cumbre
de tu piel te asombre
temporario trayecto a
lo profundo,
olvidarás el árbol,
las espigas,
el sol y los caminos
de la siesta.
Si olvidas que eres
hombre,
no me digas que tu
pobre corazón
está de fiesta,
si olvidas que eres
hombre,
quién podría ser
padre del olvido
o ser hermano, ser
hijo, o ser amigo,
o ser poesía en la
palma tendida de una mano.
Porque es difícil
elevarse en hombre
lo harán tan sólo los
que no se olvidan,
y aunque la cumbre de
tu piel asombre
tan solo el corazón
es muerte o vida.
Por el polvo
oscilante de las horas
caminará tu idea
empobrecida,
como un órgano mudo
que atesora
el peso de una nota
inconcebida,
y habrás de ser un
poco de la vida
y
un milenio de sombra, sin aurora.
-Don José Larralde-
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