sábado, 29 de junio de 2013

La Honradez del Mensajero de Allah (asws)

Bismillahi Rahmani Rahim

El Mensajero de Allah (asws) era la encarnación de la honradez. Su propia gente, antes de su Profecía, le llamaba Al-Amin -el veraz, digno de confianza-. Aún después de su declaración como Profeta, sus enemigos siguieron confiándole sus bienes de valor.

Previno a su gente contra la mentira, faltar a las promesas y el abuso de confianza. Todos estos fueron condenados como "los signos de la hipocresía" (Abu Daud, Adab, 80; Ibn Hanbal, 3:447). El Mensajero de Allah (asws) era tan meticuloso en este asunto que un día al ver a una mujer que llamaba a su niño diciéndole: '¡Ven aquí, te daré algo!', le preguntó si ella decía la verdad. La mujer contestó que le daría un dátil a lo que el Profeta (asws) respondió: "Si no le das nada, serás una mentirosa".

Su preocupación por esto se extendió hasta los animales. Una vez, al ver que un Sahabi trataba de engañar a su caballo, se enojó y le dijo: "Deja de engañar a los animales y sé honesto con ellos" (Bujari, Iman, 24; Muslim, Iman, 107). Otra vez, cuando volvían de una campaña militar, unos Sahaba tomaron algunas crías de pájaro de un nido para acariciarlos. Cuando la madre  vio que sus crías no estaban en el nido empezó a revolotear llena de sufrimiento. Cuando el bendito Profeta (asws) vio esto, se disgustó tanto que ordenó que devolvieran las crías de inmediato. Una orden semejante muestra que los representantes de la honradez no deberían dañar a ninguna criatura viva. (Abu Daud, Yihad, 112, Adab, 164; Ibn Hanbal, 1:404).

El Islam enfatiza la honradez y la confianza hasta tal punto que las habladurías y la calumnia están prohibidas:

¡Creyentes! ¡Evitad las suposiciones infundadas de las que una parte son faltas graves! ¡No espiéis ni calumniéis a nadie! ¿Os gustaría comer la carne de un hermano muerto? Os causaría espanto... ¡Temed a Allah! Allah es Indulgente, Misericordioso (Qur'an, 49:12)

Hazrat Abu Hurayra (ra) comenta que una vez el bendito Profeta (asws) preguntó: "¿Sabéis lo que es la murmuración?". Los presentes respondieron que él lo sabría mejor que nadie. Entonces prosiguió: "Murmurar es aquello de lo que nunca se complacería en escuchar uno de vuestros hermanos". Uno de ellos dijo: "¿Y si lo que se dice de él es cierto?". El Profeta respondió: "Si lo dicho es cierto, estarías murmurando, pero si por el contrario fuera falso, serías un calumniador" (Abu Daud, Adab, 40; Tirmidhi, Birr, 23; Muslim, Birr, 70).

El Mensajero de Allah (asws) tenía palabras duras para aquellos que engañan y son desleales: "Cuando Allah reúna a toda la gente el Día del Juicio, se levantará una bandera en nombre de cada persona desleal. Y se anunciará: '¡Esta es debida a la deslealtad de tal y tal!'" (Muslim, Yihad, 9).

El corazón del Mensajero de Allah (asws) permaneció cerrado a todo lo maléfico, pero abierto a todo lo bueno. Vivió en un clima de seguridad, fidelidad y honradez. Nunca hizo trampas ni mintió ni engañó a la gente, tampoco chismeó, calumnió o albergó malas ideas sobre nadie. Por el contrario, la gente confió en él. Sus enemigos lo difamaron, pero nadie lo acusó nunca de ser mentiroso o desleal.

El bendito Profeta (asws) nos ha transmitido que el abuso de confianza en un signo del final de los tiempos: "Cuando se abuse de la confianza, esperad el fin de los tiempos". Cuando sus Sahaba le preguntaron cómo se podría abusar de la confianza de alguien, contestó: "Cuando un puesto sea confiado a alguien no cualificado para ello, entonces empezad a pensar en el fin de los tiempos" (Bujari, Ilm, 2; Ibn Hanbal, 3:361).

La asignación de gente cualificada a empleos o trabajos es una confianza social y desempeña un papel significativo en la administración pública y en el orden social. Su abuso causa desorden social. Debería haber un orden en todos los niveles sociales, ya que las responsabilidades deben ser otorgadas tanto a unos como a otros. El bendito Profeta (asws) dijo: "Cada uno de vosotros es pastor y responsable de los suyos. El gobernante es un pastor responsable de su pueblo. Un marido es un pastor responsable de su familia. Una mujer es responsable de la casa de su marido. Un siervo es un pastor responsable de manejar los deberes o la propiedad que su señor le confía" (Bujari, Yumua, 10; Muslim, Imara, 20; Abu Daud, Imara, 1). Si cada uno en una sociedad cumpliera con sus responsabilidades de acuerdo al hadiz anterior, viviríamos en 'una sociedad de confianza'. Hasta ese momento, sólo podemos imaginar tales utopías y hacer una esfuerzo por mejorarnos a nosotros mismos.

La honradez es un aspecto tan esencial de la creencia que el Mensajero de Allah (asws) una vez dijo: "Quien no es digno de confianza, no es un creyente" (Ibn Hanbal, 3:135), y describió a un creyente como 'aquel a quien la gente confiaría su vida y propiedad' (Tirnidhi, Iman, 12; Ibn Maya, Fitan, 2). 

También dijo: "Prometedme seis cosas y yo os prometeré el Paraíso: Decid la verdad, cumplid vuestras promesas, si os dejan algo guardadlo, permaneced castos y no participéis en actos ilícitos, no miréis lo prohibido evitándolo" (Ibn Hanbal, 5:323). Incluso está prohibido mirar con deseo a alguien con quien no estás casado. En un hadiz qudsi Allah dice: "Una mirada lujuriosa es como una flecha venenosa en la aljaba de sheytán. A quienquiera que tenga temor de Mí, le inculcaré una creencia tan firme en su corazón que será apreciada por la eternidad" (Hindi, Kanz al-Ummal, 5:328).


Por su veracidad, honradez y otras virtudes loables, el bendito Profeta (asws) dejó una señal imborrable en la gente de todos los tiempos. Cada palabra y hecho suyo proclama su Profecía, que él fue enviado para dirigir a la gente a la verdad, sacarles de la oscuridad de la ignorancia y el salvajismo, la esclavitud y la inmoralidad hacia la luz del conocimiento, la cima ética y el amor, la compasión y la auténtica libertad.

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