domingo, 24 de febrero de 2013

La Sabiduría del Caudillo


Notas de Espiritualidad Heroica
Bismillahi Rahmani Rahim
Antes de entrar en batalla, el Caudillo habló así:
Hijo mío, esclarecer el discernimiento de la Humanidad ha sido siempre la tarea de aquellos Hombres selectos para transmitir el Mensaje libertador del Soberano de los Mundos. Por esto es que esclarecer tus pensamientos, distinguir lo real de lo falso, deben ser tus prioridades, ya que gracias a ese discernimiento podrás generar movimientos libres desde tí mismo, lo que equivale a decir que tu voluntad estará completamente preparada para obrar de acuerdo a lo que se ha asignado para ti.
Debes tener siempre presente la distinción entre lo que conlleva un perjuicio para tu desarrollo como hombre y lo que realmente pueda brindarte una apertura para conseguir dar pasos firmes y decididos. Esta distinción requiere una activación de tu poder de atención: estar atento es una virtud que muy pocos saben desarrollar en estos tiempos de inconsciente somnolencia.
Entiende que permanecer atento te hará un agente activo que no conviene a quienes invierten sus energías en generar el sueño que cubre al mundo; ya que todo el que duerme se ha atascado en un nivel de consciencia en el que la voluntad es una herramienta pasiva dispuesta a ser manipulada por fuerzas ajenas a sí misma. Y muchos creen estar despiertos cuando son los que más profundamente dormidos están.
Atención es abrir los ojos de tu pecho, los únicos capaces de reordenar los acontecimientos y las cosas que se hacen manifiestas de acuerdo a su significado original. En cambio quienes duermen experimentan una versión falseada de los acontecimientos, versión impuesta desde quienes provocan el sueño.
Adecuado discernimiento implica una voluntad orientada hacia lo correcto, y por lo correcto deberás luchar.
Luchar, y no sentir temor de lo que esto significa, ya que una entidad pasiva, cuya naturaleza está originalmente orientada a la actividad, está siempre expuesta a la destrucción de sí misma.
¿Qué piensas que hará el león al ver en peligro la seguridad de su manada? El Profeta ha venido a enseñarnos nuestra naturaleza de León, naturaleza orientada a la actividad, ya que el camino está repleto de obstáculos que sólo una voluntad poderosa podrá sortear.
Por lo tanto, debes descubrir al Guerrero en ti mismo, siendo esto una justa consecuencia de poder discernir con claridad lo real de lo inconsistente.
Lo inconsistente está allí, como un velo de opacidad que cubre lo real. ¿Cómo piensas quitar ese velo más que con un acto contundente de la voluntad despierta? Lo inconsistente está asociado al sueño, y el sueño con la intención disolvente del demonio.
Sin embargo, todo está allí para probar tu valor como hombre. Sin examen el hombre no es, y el examen es por el hombre. Si no hay Guerra lo inconsistente se afirma inapropiadamente destruyendo las luces de la consciencia. Y el resultado de esta afirmación es el error, la ignorancia y la pesadez propia de una vida sin sentido.
Toda proclama de paz sin haber vencido a los propios demonios sólo es vanagloria del sueño de los ignorantes.
Sólo después de vencer en el fragor de la batalla se puede disfrutar de la Paz auténtica.
El Héroe no duerme, y quienes duermen no participan de la naturaleza heroica, ya que el sueño es el placer de la voluntad afeminada y el Héroe el resultado de la voluntad transformadora.
Un sistema compuesto de sueños siempre tiende a mermar y a ridiculizar la naturaleza heroica. Por esto verás abundantes héroes falsarios y afeminados como resultado parasitario de esa anormal inversión.
La inversión siempre ha sido la herramienta más apropiada para las intenciones del demonio. Invertir el orden de las cosas es generar caos, y hacer del caos un sustituto de la belleza real es el objetivo del sueño de quienes duermen la inconsciencia. La inversión lleva a percibir el caos como belleza y a lo real como violencia que debe ser censurada. Así es, lo Real siempre será violencia desbaratadora de los movimientos de la inconsistencia.
Y precisamente esa es la función del Guerrero: poner orden en su vida y en aquello que lo rodea para devolver su justo lugar a la belleza. Para esto es necesario la fuerza de una consciencia despierta y una voluntad activa, lo que para quienes duermen puede significar "violencia".
La Justicia siempre será violenta para el criminal que no reconoce su crimen. Y el sueño es el peor atentado contra la consciencia que no se reconoce a sí misma dormida.
No hay Guerrero ni Héroe sin consciencia de si mismo y del Orden que el Creador ha puesto en la Creación: Orden, consciencia, belleza y Justicia.
El impostor invertirá los valores en nombre de una libertad mentida que impone la esclavitud como cultura y la corrupción como única norma válida de conducta. Y todo aquello que se genera desde la esclavitud y la corrupción se considera progreso y civilización. ¡Tal es, hijo mío, el poder somnífero del veneno demoníaco!
Ayudar a los demás implica en primer lugar ayudarte a ti mismo; ayudarte a ti mismo significa levantarte contra el sueño, despertar, activar la voluntad, discernir con claridad cuál es el peligro y cuál la apertura. Sin esto el hombre sólo gana en engaño y arbitrariedad.
Sin embargo, y para despejar cualquier malentendido, la violencia tiene para nosotros dos aspectos completamente diferentes:
Tienes por un lado lo que hemos dado en llamar "violencia necesaria" de lo Real ante lo inconsistente, es decir, la emergencia de lo real que se lleva a cabo desde el discernimiento como primer paso fundamental, supone una violentación de lo inconsistente para desenmascararlo y luego destruirlo, en el sentido de hacerlo desaparecer. Este "violentamiento" es un acto de la voluntad con el que se toma consciencia de lo que es vital para el desarrollo humano como de aquello que supone un escollo que se debe quitar para poder avanzar.
Lo llamamos "violencia necesaria" ya que fundamentalmente es un movimiento perturbador para nuestras inclinaciones egoístas y viles, muchas que tenemos incorporadas y de las que en un estado de consciencia dormida apenas percibimos el perjuicio que nos ocasionan y con las que podemos perjudicar a los demás.
Nuestro ego opone resistencia para deshacerse de lo que considera inherentemente suyo, por lo que nuestra voluntad deje ejercer cierta presión que exige disciplina y ordenamiento, destrucción de la anarquía.
Si buscas belleza primero debes abrir los ojos; para abrir los ojos necesitas quitar el velo que te obstruye la visión; y para remover ese velo necesitas de una voluntad poderosa.
Sin embargo, la voluntad adquiere fuerza en la aceptación, es decir, en el reconocimiento de lo que adolece y en el seguimiento de una enseñanza que canalice su energía por un camino recto. La aceptación llega con humildad, ya que esta, la humildad, es la auténtica virtud de los poderosos, y todo poder ha de ser luz para la emancipación de individuos y pueblos.
La segunda clase de violencia, y que podemos definir como la más peligrosa, perjudicial y nociva para la humana integridad, es la "violencia innecesaria" originada desde los movimientos del ego tras la consecución de sus vanos objetivos.
Al estar velado con respecto a lo real, el ego sólo puede reconocerse a si mismo en detrimento de los demás. El velo obra como un espejo mediante el cual el ego contempla su realidad como única, lo que conlleva la tendencia de absolutizar sus inclinaciones mezquinas sin considerar ni la responsabilidad ni los derechos hacia los demás. El ego rompe todo vínculo replegándose en un universo ficticio creado desde la proyección de sus deseos, miedos, obsesiones y emociones caricaturescas. El ego, al percibirse como dios en sí mismo y dios de sí mismo, se convierte en la criatura más peligrosa que el ser humano pueda cargar en su interior. En sus ansias por lo inmediato, el ego arrastra la naturaleza faraónica de la tiranía y la opresión, naturaleza de por sí violenta para consigo mismo y los demás, violencia que extrema el velo de lo inconsistente sobre lo real, lo que equivale a la ilusión más peligrosa que lleva al hombre al vicio y a la maldad.
El demonio llega al hombre a través del ego, a través del velo que ciega y engaña al ego. Sin embargo, y he aquí un hermoso secreto, tanto el ego como el demonio son concesiones del Señor Todopoderoso para sus criaturas, ya que, ¿cómo vas a vencer sin contrincante al que vencer? El pájaro debe romper su cascarón para extender sus alas y echarse a volar, lo mismo la crisálida para poder ser mariposa, ¿cómo entonces el espíritu volará libre por los llanos infinitos sin antes romper el cascarón del ego?
El ego es una herramienta: bien empleada es de ayuda, mal empleada de daño... Y todo depende, hijo mío, de nuestra voluntad y de la Divina Misericordia que nos permita ejercitarla correctamente.

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