Touba es una ciudad excepcional
en muchos aspectos. En primer lugar, es verdaderamente una ciudad sufí. Fue
fundada en 1887 por un sheykh sufí, Ahmadu Bamba Mbacké (1853-1927), durante un
estado místico (hâl en árabe). La ciudad entera ha sido construida y
continúa administrada por la orden sufí (la tarîqa murid o Muridiyya) que él
fundó. En consecuencia, la concepción de vida islámica, sufí en particular, han
dominado la creación y el diseño urbano de Touba.
La toponimia de la ciudad
refleja su calidad trascendente: los diversos barrios y distritos llevan
nombres y atributos de Dios, así como numerosos conceptos escatológicos del
Corán. En segundo lugar, la ciudad posee una considerable autonomía política y administrativa
dentro de Senegal. Como ciudad santa, Touba debe mantenerse en estado de
pureza. Para los murids, es una zona protegida, un recinto sagrado del cual
quedan excluidos "Satán y sus obras". Por consiguiente, está
prohibida toda actividad ilícita y frívola, como el consumo de alcohol y
tabaco, el juego, los deportes, la música y el baile. La inmunidad de Touba
respecto a la corrupción del mundo profano de su alrededor se mantiene
enérgicamente gracias a la tarîqa murid. Sus miembros siempre se han esforzado
en mantener el control absoluto sobre la ciudad santa, con la consiguiente exclusión
de organismos estatales y administrativos que comúnmente gestionan y administran
el resto de ciudades del país. La educación, la sanidad, el abastecimiento de
agua potable, las obras públicas, la gestión de los mercados, la propiedad del
suelo… La tarîqa administra todos los aspectos de la vida y del crecimiento de
la ciudad.
Pese a que la República de
Senegal es constitucionalmente un Estado secular unitario basado en el modelo
francés, la tarîqa murid ha logrado obtener el reconocimiento legal de su
administración independiente por parte del Estado. Desde 1976, Touba posee la condición
de "comunidad rural autónoma", lo cual significa que los servicios y
la administración local se encuentran bajo la jurisdicción del Jalifa General
murid, y no de funcionarios del Estado. El Sheykh Serigne Maty Lèye Mbacké,
actual Jalifa General, es nieto del Sheykh Ahmadu Bamba y es el séptimo
descendiente que ocupa el cargo.
Pese a su calificativo
burocrático, Touba, con más de medio millón de habitantes, no es ninguna comunidad
rural. Es la segunda ciudad más grande después de Dakar y continúa creciendo
rápidamente. Todo esto la hace fascinante y única y, además, representa una
gran oportunidad para aprender los procesos urbanos fuera de los aparatos del
Estado.
En árabe, Tuba significa
"felicidad", "bendición" o "beatitud" y evoca los
dulces placeres de la vida eterna en el más allá. En la tradición islámica,
Tuba también es el nombre del árbol del paraíso. Los hadices citados por Al-Bujârî
e Ibn Hanbal lo describen como un gran árbol de dimensión astronómica y
numerosos atributos excelentes. Poetas sufíes y teósofos como Hâfiz, Suhrawardî
e Ibn 'Arabi han hablado de este árbol simbólico como aspiración a la
perfección espiritual. En este imaginario sufí, Tuba es un "Árbol del
mundo", una representación de la creación. Es un árbol de la luz divina,
arraigada en Dios e ilumina el mundo. Sheykh Ahmadu Bamba eligió el nombre de
su ciudad muy consciente de estas referencias.
El sufí más famoso del Senegal
fue más que un maestro espiritual. Tenía también una misión social: rescatar a
la sociedad de la alienación colonial para regresar al "camino recto"
del Islam. Touba jugó un papel importante en ambos objetivos. La ciudad santa es,
en efecto, una manifestación terrenal de Tuba, el árbol del paraíso celestial.
La vía recta, el camino de la sobriedad y la virtud, constituyen el vínculo
entre las dos manifestaciones, donde el acceso a la felicidad celestial depende
de una vida justa en la tierra. Tuba es así un qutb, un axis mundi que
vincula la tierra y el cielo. Este lazo queda manifiesto en la alineación
horizontal y vertical del diseño de la ciudad.
Tras haber
"descubierto" (kashf en árabe) el sitio sagrado de Tuba en
1887, Sheykh Ahmadu Bamba se asentó allí con su familia y sus discípulos más
cercanos. Sin embargo, no pudo disfrutar del enclave por mucho tiempo. El
carismático Sheykh fue abrumado por multitud de seguidores. Además, la
administración colonial francesa comenzó a sospechar de su popularidad y sus
intenciones y le detuvieron en 1895.
Ahmadu Bamba pasaría la mayor
parte del resto de su vida bajo restricción punitiva, en el exilio o bajo
arresto domiciliario. Sólo después de su muerte, mientras se encontraba bajo
arresto domiciliario en Diourbel, volvió a Touba… para ser enterrado. Y sólo entonces
la construcción de la ciudad empezó realmente a ponerse en marcha.
En el corazón de Touba yace un
santuario espiritual único. Este santuario consta de dos espacios distintos:
por una parte, el espacio sólido y formal de la gran mezquita y varios mausoleos
adyacentes y, por el otro, un espacio abierto y bastante etéreo donde se encuentra
el cementerio. Esta configuración fue creada por el propio Sheykh Ahmadou Bamba
poco después de la fundación del santuario y es aquí donde las dimensiones físicas
y metafísicas de la ciudad están más estrechamente relacionadas.
La gran mezquita se levanta en
un pedestal en el centro de la gran plaza pública (penc en wolof). Esta
mezquita es una de las mayores de África. La construcción comenzó en la
década de 1930, pero se vio interrumpida por la Segunda Guerra Mundial. En 1963
finalizaron las obras. Desde entonces ha sido continuamente ampliada y
embellecida, en particular con la construcción de una cadena de salas de
oración a lo largo del perímetro del pedestal en la década de 1980 y
tras ser completamente recubierta de mármol importado a finales de la
década de 1990.
La mezquita tiene cinco
minaretes y tres grandes cúpulas. La mayor cúpula central se eleva sobre la
sala de oración principal en frente del mihrâb. Debajo de la cúpula del noreste,
a la izquierda del mihrâb, se encuentra la tumba de Sheykh Ahmadu Bamba Mbacké,
ricamente adornada y dulcemente perfumada. Hay un continuo flujo de visitantes
piadosos en esta parte del edificio.
El atributo arquitectónico más
importante de la gran mezquita es su minarete central, conocido popularmente
como "Lamp Fall" (en homenaje a Sheykh Ibra Fall, el discípulo y
compañero por antonomasia de Ahmadu Bamba). Lamp Fall tiene una altitud de 87 metros.
Domina la mezquita y el paisaje circundante. Durante el día puede verse claramente
a 15 kilómetros de distancia, mientras que por la noche el resplandor del faro
en su cumbre llega todavía más lejos. Derivación de la palabra francesa "lampe",
las asociaciones lumínicas de Lamp Fall son claras. Marca el sitio de la visión
mística de Sheykh Ahmadu Bamba, su experiencia trascendente. Lamp Fall es una
de las estructuras más altas de Senegal y su función principal es
representativa. Marca Touba como un qutb, un polo donde la vida en el
mundo material se vincula a la recompensa eterna en el más allá, representado
por Tûbâ, el árbol del paraíso. Este único alminar simboliza y actualiza Touba.
Su forma omnipresente resulta inmediatamente reconocible y es la figura
prominentemente de la iconografía murid.
No hay comentarios:
Publicar un comentario