Este
artículo forma parte de la serie “La Herencia Hispanomusulmana en el Gaucho
Argentino”, que Dios mediante reuniremos en formato libro para compartir con
nuestros lectores.
Como ya hemos apuntado
anteriormente, el biotipo gaucho no ha sido históricamente una entidad
restringida únicamente al ámbito de la Argentina, sino de la América en
general, y de su origen moruno también da testimonio la migración de un pueblo
particular que cumplirá un rol fundamental en la historia no sólo de Argentina,
sino también del Brasil y el Uruguay: los Maragatos.
En el capítulo II, página 28,
del libro 'El Payador', haciendo referencia a la llegada del español a nuestras
costas sudamericanas, el escritor argentino Leopoldo Lugones dice: "...o intentaron quedarse como la
chusma de Egipto, sin conseguirlo más que sobre la desierta costa atlántica, en
las cuevas del Carmen de Patagones". Ahora bien, ¿quién es esta
'chusma' egipcia que quiso el destino se asentara en Carmen de Patagones?
A sesenta kilómetros al sur de
Asyut, en Egipto, a mitad de camino entre las localidades de Tahta y Suhaj, se
encuentra la población de al-Maraghat (en árabe: caverna, gruta). A principios
del siglo VIII, un grupo de ciudadanos maragatos se sumaron al contingente de
18 mil hombres que Musa Ibn Nusair (640-714), gobernador del califato Omeya en
el Norte de África, llevó a la Península Ibérica hacia 712 para consolidar las
posiciones que su lugarteniente bereber Tariq Ibn Ziyad había conseguido el año
anterior (de aquí que el antropólogo
español Dr. Aragón y Escacena, en su obra 'Estudio antropológico del pueblo
maragato' -Madrid, 1902-, considere a los maragatos descendientes de una
inmigración berberisca).
Desde un principio los
maragatos se asentaron en la provincia ibérica de León, en un área montañosa
que sería llamada La Maragatería, situada en la zona central de la provincia
hacia el suroeste de la ciudad de León. Hacia fines del siglo XVII y comienzos
del XVIII, llegan al Río de la Plata numerosas familias de maragatos de León
procedentes del puerto de La Coruña, y otras tantas procedentes de los Azores.
Los maragatos serán los pobladores pioneros de los Establecimientos
Patagónicos, fundando las poblaciones argentinas de Carmen de Patagones (la
ciudad más austral de Buenos Aires), Mercedes de Patagones (actual Viedma), San
Julian y Puerto Deseado. De ésta última población, otros grupos de maragatos se
dirigieron hacia la Banda Oriental, fundando allí la ciudad de San José de
Mayo, en el actual territorio de Uruguay. Por esta razón es que los actuales
pobladores de San José de Mayo y su entorno, así como los de Carmen de
Patagones, suelen recibir el gentilicio de 'maragatos', aún cuando tengan otros
orígenes. Ya a fines del siglo XVIII serán identificados con los gauchos de la
región. El tradicionalista y estanciero bonaerense Ronaldo Urruti, investigador
de los orígenes andalusíes del gaucho rioplatense, aporta un dato no menor: los
maragatos serán los encargados de imponer algunas pilchas gauchas como el
calzoncillo cribado (con flecos).
Durante todo el siglo XIX, los
maragatos tendrán un rol activo en la política de la región del sur de Brasil.
Río Grande del Sur es uno de
los 26 estados que junto al distrito federal componen Brasil. Es. Además, el
estado más meridional del país localizándose en la Región Sur de Brasil. El
actual territorio de Río Grande del Sur, en tiempos de la colonia, se hallaba
comprendido dentro del Virreinato del Río de la Plata, constituyendo el centro
y centro-norte de la gran Banda Oriental de las primeras épocas coloniales.
Entre el 20 de septiembre de
1835 y el 1 de marzo de 1845, movilizados por las ansias de libertad e
independencia, los maragatos forman parte de las fuerzas gauchas riograndenses
en la llamada 'Guerra de los Farrapos', cuyo desenlace fue la proclama como
país independiente del Río Grande del Sur. También tuvieron una notable
participación en la Revolución Federalista, llamada justamente 'Revolución de
los Maragatos', que estalló en Río Grande del Sur en febrero de 1893 contra los
recién proclamados Estados Unidos del Brasil que, con el cambio de nombre,
fueron la continuación del Imperio del Brasil. La Revolución Federalista contó
con la participación de miles de gauchos montoneros brasileños, argentinos y
uruguayos. La inestabilidad política llevó a los federalistas a intentar
derrocar a las fuerzas leales del presidente estatal Júlio Prates de Castilhos
(cuyos seguidores eran llamados 'picapaus' o 'chimangos'), esperando
conseguirse nuevamente la autonomía riograndense y la descentralización del
estado naciente. Los líderes militares de la Revolución fueron los caudillos
nacionalistas Gumersindo Saravia (1852-1894) y Aparicio Saravia (1855-1904).
En su 'Vida de Aparicio Saravia. El gaucho de la libertad', el
historiador revisionista argentino Manuel Gálvez nos aporta el siguiente dato
esclarecedor: "Popularmente, cada
bando ha puesto a su contrario un mote: para los federalistas o
revolucionarios, los partidarios del gobierno son los 'picapaos', nombre de un
pájaro, y les llaman así porque, como el picapote o carpintero, en el árbol,
ellos están siempre 'picando' al pueblo con impuestos y exacciones; y para
ellos los federalistas son los 'maragatos'. ¿Dícenles así por haber entre ellos
algunos uruguayos de San José, llamados 'maragatos'? En España se da ese nombre
a los habitantes de las Hurdes (comarca que se extiende a través de las
provincias españolas de Cáceres y Salamanca), a quienes se les cree
descendientes puros de los moriscos y muy peleadores" (pág. 62).
Así es que aún en nuestros
días, Río Grande del Sur, en Brasil, mantiene una cultura gauchesca prominente.
"La singular cultura gauchesca es el
sello de Río Grande del Sur, donde los vaqueros de piel tostada rondan las
pampas sureñas con su inconfundible sombrero plano y barbijo, pantalones
amplios, pañuelo rojo al cuello y botas de cuero", señala la guía
turística Insight Guides-Brazil.
Para concluir esta breve reseña
haremos mención de un investigador brasileño que ha acreditado la estirpe
andalusí del gaúcho del Brasil: Manoelito de Ornellas (1903-1969), etnógrafo y
estanciero, que en la década de 1950 escribió varias monografías eruditas
probando la herencia morisca en el gaúcho riograndense, por ej.: 'Gaúchos e
Beduínos. A origen étnica e a formaçao do Rio Grande du Sul', Río de Janeiro,
1948 y 1956; 'A Filigrana Arabe nas Tradiçoes Gaúchas', Porto Alegre, 1950; 'A
cruz e o alfanje. A expansao da cultura árabe', Bahia, 1960.
Información
investigada y recopilada por: Raíces y Sabiduría.
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