sábado, 28 de septiembre de 2013

El Noble Hadiz del Waliullah

Bismillahi Rahmani Rahim
Se narra que Abu Hurayra (ra) dijo que el Mensajero de Allah (asws) dijo:
"Allah-swt- dice:
Quien muestre enemistad hacia mi Wali, le declararé la guerra. Nada Me complace más que Mi siervo se acerque a Mí mediante el cumplimiento de lo que le He ordenado; y él continúa acercándose a Mí mediante las obras voluntarias, alcanzando con ello Mi amor; y cuando Le amo, me convierto en su oído con el que escucha, su vista con la que ve, su mano con la que toma y su pie con el que anda; y siempre que Me pida algo, se lo concederé, y si busca refugio en Mí, se lo daré". (Hadiz sahih transmitido por el Imam al-Bujari)

jueves, 26 de septiembre de 2013

Raíces de Tradición

"Árbol que guarda sus ráices
siempre le suebra corteza"
-Don José Larralde-

Hoy mucho se cacarea sobre los desmanes del imperialismo y de la creciente defensa de la soberanía de los 'supuestos' pueblos libres. Sin embargo, y teniendo en cuenta que esa 'libertad' sólo es una ficción conceptual, se ignora el alcance de un imperialismo tal vez más devastador que el de la imposición violenta. Nos referimos al imperialismo cultural, que es uno de los resultados más acabados del imperialismo que se ejerce sobre la mentalidad tanto individual como general. ¿Quién es realmente libre de las cadenas subrepticias de ese enorme monstruo global que sutilmente impone sus parámetros y leyes de atrofia e inmoralidad? Bástenos recordar la inquisidora necesidad que se nos ha hecho piel, esa necesidad de consumo que virtualmente nos devora y que aplaza nuestros valores humanos elementales y los remplaza por la depredadora irreflexión de una vida sin sentido y sin belleza. Bástenos recordar que todo lo que se nos 'fuerza' a consumir es el resultado demagógico de una visión de desarraigo y despojo cuya única finalidad es ejercer libremente su despotismo espiritual en nombre de una mentida igualdad que promueve como natural y plausible el más irreverente libertinaje, la más vil sujeción a las pasiones inferiores y la desconexión con lo que nos hace ser y nos da expansiones. Pues un espíritu expansionado es un espíritu libre, y un espíritu libre lo es en tanto que sepa 'ver' la realidad y ajustarse a los mandatos decidores de la verdad, destello revelador que es un reflejo interior de la voz de Dios.

Sin embargo, parapetados tras ideologías subversivas impuestas por el mismo aparato de poder que moviliza los resortes de todo imperialismo mental, sucumbimos a la idolatría carcelaria de supuestos enajenantes que lejos de facilitar soluciones generan aún más violencias y disfunciones quitándonos claridad. Seamos cuidadosos. El imperio es una inmensa maquinaria que se escabulle y se oculta tras tramposas mascaradas. De todos modos sus furcios no dejan de ser harto evidentes: así tenemos a los imberbes rebeldes que desde la industria del seudo-arte promocionan levantamientos que no pasan de la moda y el momento, frágiles sucedáneos del vuelo libertador; así tenemos a los momificados oligarcas de la política representando un sainete descomunal que para aplauso gana en desprecio y de burla en llanto; así tenemos el arma virtual que nos condena al inculto manoseo de lo tecnológico y su ética robótica de interacción maquinal; así tenemos la pantalla-medio de (in)comunicación, prolífica herramienta para la enseñanza del inculto estereotipo que sin saña nos conduce a la más cruel paradoja de la vida: no creer en nada más que lo que se ve, se oye, se lee y se reproduce en fantasmal proyección.

Despertar nos hará libres; despertar, conocer nuestras raíces, amar a ultranza nuestra urdimbre tradicional. Tradición, tenaz enemiga del gran inquisidor, culto de nuestros antepasados- patriarcas forjadores de identidad viril, tensión espiritual que impulsa a la propia trascendencia, religiosa consciencia de formar parte del plan de Dios y su movimiento vertical. Debemos instruirnos en ella, vivirla, saborearla, ser sus hijos, sus defensores, sus guerreros, sus transmisores, ser como el árbol que se hunde en la tierra para ofrecer sus retoños al cielo, como la montaña que impertérrita se mantiene frente a los embates del pampero y como el cóndor macho que en vuelo triunfal sobre la altura cordillerana vislumbra su destino de grandeza soberana.

El suelo fértil, como el vientre materno, genera nueva vida y da cobijo al alma que busca su eternidad alumbrar. ¡Tradición, tierra fértil por Dios fecundada, que tu sabiduría dé luz a nuestros pasos en rumbo al más allá!

domingo, 22 de septiembre de 2013

Enseñanzas de Grandsheykh Abdullah Daghestani (qs)

Dadas por Maulana Sheykh Nazim al-Hakkani.

Océanos de Misericordia, Libro II.

¿Quién es un incrédulo?

Nuestro Grandsheykh dice que el que nunca dice “Allah” es un Kafir, incrédulo. Cualquiera que diga “Allah”, incluso en su propio lenguaje, no debes decir de él que es un “kafir”. Esto es claro, nuestro Grandsheykh lo ha dejado tan amplio, tan abierto, sin poner condiciones; todos los profetas sólo vinieron para hacer que la gente creyera en su Señor, y no en sí mismos.

Todo el que diga “Dios” debe ser considerado un creyente. Incluso si una persona dice, como nosotros hacemos en español: “Oh, Dios mío”, Allah lo está amarrando. Esta es una gigantesca y buena noticia.

El Profeta, que la paz sea con él, dice que si una persona dice: “Ya Rabbi”, Allah le dice: “Estoy aquí, siervo mío, ¿Qué  necesitas?”. Allah está más cercano a ti que tú mismo.

***

Por qué preferimos el Islam

El hombre, si está interesado en un objetivo, puede seguir el camino de los filósofos o el camino de los Profetas y Santos. Los filósofos no aceptan más guía que sus propias mentes. Si dices que hay filósofos en el Islam, no lo aceptamos. Es la religión de la Realidad, no de la imaginación.

Misticismo significa aceptar un guía y una guía, ya sea en religiones nuevas o antiguas. Si el hombre está pidiendo por un objetivo, va hacia un lado o hacia el otro. Muchos van al camino del Sufismo porque es fácil seguir a un guía. ¿Si un edificio está acabado, por qué decir: ‘debo construir el mío propio’? Lo importante es el objetivo.

¿Por qué preferimos el Islam por sobre el Cristianismo o el Hinduismo? Nuestro objetivo en el Islam es Allah Todopoderoso, solamente alcanzar la Presencia Divina. Encontrar a Allah y estar con Él es el objetivo perfecto. Él está presente con nosotros, pero nosotros estamos ausentes de Él.

El entendimiento de cada siglo es diferente porque el desarrollo marcha con la gente. Hay escuelas antiguas, y luego de ellas, gradualmente, les han sucedido otras escuelas. El Hinduismo comenzó hace 4.000 años con métodos acordes al entendimiento de aquellas personas. Los hombres en nuestro tiempo tienen más habilidades y capacidades. También podemos ver que las leyes religiosas se han vuelto más tolerantes a través de los años, desde el Judaísmo a la Cristiandad y al Islam.

Ahora es posible que un hombre alcance su objetivo en 40 días, mientras que antes su desarrollo interior podría tomarle años. Ahora no tenemos demasiado tiempo, estamos con prisa por alcanzar el objetivo. Para viajar hacia Mecca ahora no usamos camellos como hacía el Profeta. ¿Quieres montar un asno Budista cuando tenemos un aeroplano?

sábado, 21 de septiembre de 2013

Islam y Medio Ambiente

    El papel básico del ser humano en la tierra es la sumisión completa a Allah-swt-:

  “No he creado a los Genios y a los Hombres, sino para que se me sometan” (Corán, 51:56)

         La sumisión a Allah es un camino que abarca todos los aspectos de la vida del ser humano. Realizar todo aquello que Allah demanda de nosotros, el Salat, el Ayuno, el Zakat y la Peregrinación, constituye la sumisión completa a Allah. Lo mismo puede decirse de todo acto que realiza el ser humano de acuerdo a un punto de vista islámico, desde el momento en que se hace por amor hacia a Allah.

         Todo acto, en tanto que sea bueno (por ejemplo la protección del medio ambiente) y hecho por amor hacia Allah-swt- se considera un acto de sumisión que genera recompensa en esta vida y en la próxima. Este es el camino del medio, lejos de aquellos que muestran desconsideración hacia el medio ambiente y lejos también de aquellos que idolatran la naturaleza.

         La desconsideración por el medio natural va en detrimento del ser humano. Lo mismo ha de decirse del extremo opuesto, de la protección absoluta del medio ambiente. Un ejemplo de esto último es defender cada miembro del reino animal hasta el nivel de poder poner en peligro la vida de un ser humano en una operación de rescate.

         Hay que hacer notar que el Islam aboga por la protección del entorno natural. Que el Islam tiene un alto respeto por el medio ambiente es algo que puede ser encontrado en el Corán y en la Sunna tal como veremos posteriormente. El hecho de que la protección del medio ambiente constituya una señal de respeto hacia Allah, no significa por otra parte que todo elemento del medio ambiente haya de ser respetado. De hecho, algunas veces sucede justo lo contrario. El Profeta (asws), afirmó que una persona que remueva un árbol (que constituya un obstáculo) del camino de otro ser humano se acredita con ello el Jardín.

         La postura islámica es una situación media y equilibrada entre la conducta humana que desprecia el medio ambiente y aquellos que adoran todo o parte de la naturaleza. El punto de vista islámico aúna por un lado la protección medio ambiental de la codicia del ser humano y por otro lado permite un desarrollo sostenible.
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         La Creación es el lugar de los Signos que señalan hacia Allah-swt-

         El medio ambiente es percibido como el lugar donde los signos (es decir, ríos, plantas y pájaros), señalan la existencia de Allah-swt-:

         “Ciertamente en los cielos y en la tierra, hay Signos para los creyentes. En la creación de vosotros mismos y en los animales dispersos por la tierra, hay Signos para aquellos que poseen Imán. En la alternancia de la noche y el día, en el sustento que Allah hace descender del cielo, en el dar vida después de haberla quitado en todo aquello que hay sobre la tierra, en el cambio de los vientos, hay Signos para aquellos que son sabios.” (Corán, 45:3-5)

         En consecuencia, cualquier destrucción que se haga sobre el medio ambiente equivale a la destrucción de estos Signos. Si una especie llega a extinguirse, puede considerarse como una pérdida de un Signo que reflejaba la grandeza del Creador. En verdad se trata de un asunto lamentable si continuamos destruyendo el ambiente, porque impediremos a las generaciones futuras tener una relación saludable con su ambiente, en donde el término “saludable” significa la oportunidad de experimentar estos Signos. 

         Se ha dicho que existen dos libros; uno que se lee (es decir, el Corán) y uno que se ve (es decir, el universo). Mientras que se sabe porque el Corán es descrito como Libro, el universo se define como libro en el sentido de que incluye los signos que indican hacia Allah. No obstante se precisa de un corazón transparente para desvelar la funcionalidad de estos signos. De hecho, una vez que la persona deja de estar bloqueada para “leer” los signos que llenan el universo, bellas formas de dzikr (recuerdo de Allah el Todopoderoso) emergen ante él y se le muestran las correlaciones de muchos versículos del Corán y los correspondientes “versículos” del universo.

         El bloqueo a estos Signos está perfectamente ejemplificado en el ejemplo de las grandes urbes metropolitanas e industriales. Las grandes estructuras, incluyendo los altos rascacielos, alteran el horizonte. La salida y la puesta de sol dejan de ser experiencias cotidianas, al menos para aquellos atrapados dentro de la urbe. ¡Se necesita mucha ingenuidad para ver un “signo” en pedazos de piedra!

         Debido a la ausencia de verdes pulmones en la ciudad, sus habitantes, que tan solo pueden ver el acero y edificios concretos, no pueden experimentar el ciclo de la vida expresado en los versículos del Corán:

         “Signo para ellos es la tierra muerta: Nosotros le damos la vida y producimos el grano del cual coméis.”  (Corán, 36:33)

         Aunque no comprendemos como, todo en el universo, incluyendo cada componente del medio ambiente, participa del recuerdo, dzikr, de Allah:

         “Los siete cielos y la tierra, y todos las criaturas que contienen, declaran su Gloria: No hay nada que no celebre Su alabanza; no obstante, no entendéis como declaran Su Gloria. En verdad Él es más Benévolo, el Más Indulgente.” (Corán, 17:44)

         Hay muchos versículos que mencionan a seres específicos que alaban a Allah; algunos de ellos son los siguientes:

         “El trueno Lo glorifica con Su alabanza, y lo mismo hacen los ángeles por temor a Él...” (Corán, 13:13)

         “¿Acaso no veis que es Allah cuyas alabanzas son celebradas por todas las criaturas en los cielos y en la tierra, y los pájaros del cielo extendiendo sus alas? Cada uno sabe su propio modo de alabarle. Y Allah conoce bien todo lo que hacen.” (Corán, 24:41)

         “...Y sometimos a las montañas y a los pájaros para que celebraran con David las alabanzas a Allah...” (Corán, 21:79)

         Es bastante evidente que tanto los objetos animados como los inanimados celebran las alabanzas a Allah. Por tanto, la destrucción de cualquier especie significa la extinción de ese determinado Signo, que no solo es recuerdo de los hombres para Allah, sino que también supone la propia extinción de las alabanzas a Allah de aquel Signo. Con un poco de imaginación, uno puede ver el universo como un constante círculo de dzikr (recuerdo). Quedan excluidos por supuesto de esto aquello cuyos corazones no son lo bastante sensibles como para ver la necesidad de unirse al resto del universo.

         Que es algo inherente a la creación apuntar hacia Allah, ha sido algo ampliamente discutido por los sabios y místicos musulmanes. Una bella e iluminadora idea expuesta por Sa’id An-Nursi (muerto en 1960) expresa que toda criatura, por su propia naturaleza en sí, tiene lo que yo traduciría de una forma libre, una impronta divina que no puede ser imitada.

         “Un corazón iluminado es capaz de ver el sello que ayuda a trascender este reino hacia el otro”.

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El impacto del Imán (la Fe) en el medio ambiente

         Allah-swt- ha proveído a la humanidad con el sustento adecuado; tan solo nos ha exigido que nada ni nadie Le asociemos:

         “¡Oh, hombres! Someteos a vuestro Señor que os ha creado a vosotros y a vuestros antepasados, tal vez seáis de los temerosos. Él que hizo de la tierra un lecho para vosotros y de los cielos un techo, e hizo descender agua de los cielos y de este modo hizo crecer frutos para vuestro sustento. No asociéis semejantes a Allah puesto que sois de los que saben.” (Corán, 2:21-22)

         El Corán enseña que hay una correlación entre la conducta de la gente y las condiciones del medio ambiente. La conducta recta lleva a resultados positivos:

         “Si el pueblo de esas ciudades se hubiera abierto a Allah y hubiera sentido respeto hacia Él, hubiéramos abierto para ellos  las bendiciones del cielo y de la tierra...”(Corán, 7:96)

         “¡Oh pueblo mío!, no pido de ti recompensa alguna. Mi recompensa solo corresponde a Quien me ha modelado. Pero no comprendéis.” (Corán, 11:52)

         Lo contrario también es cierto. Desviarse del camino recto que Allah ha dispuesto para la humanidad también lleva aparejado consecuencias negativas para el medio ambiente:

         “Mas quien se aparte de Mi recuerdo, la suya será una vida mísera...” (Corán, 20:124)

         Además de esto hay versículos que establecen una correlación entre los desastres naturales y la conducta desviada del ser humano, la conducta inmoral, o una combinación de ambas cosas:

         “...y Él envía los rayos, golpeando con ellos a quien desea...” (Corán, 13:13)

         “¿Estáis seguros de que Él no hará que os hundáis cerca de la tierra o enviará contra vosotros una violenta tormenta de arena, sin que entonces podáis encontrar protector? ¿O estáis seguros de que no os devolverá allí una segunda vez, enviando entonces contra vosotros un huracán que os haga naufragar por vuestra incredulidad? Allí no encontraréis entonces quien os socorra contra Nosotros.” (Corán, 17:68-69)

         El resultado final de la actitud desviada y de la inmoralidad, cuando llegan a ser generalizada, es la total destrucción medio ambiental. Esta es la historia del Profeta Noé y la lluvia que destruyó todo excepto el Arca y sus ocupantes tanto hombres como animales. La orden que terminó con la riada muestra que las aguas obedecieron a la orden de Allah:

         “Se dijo: ¡Oh tierra, traga tu agua, y oh cielo, que cese la lluvia. El agua empezó a bajar y se ejecutó la orden. Y el Arca quedó apoyada en Al-Yudi. Y se dijo: alejado sea el pueblo que permanece en la oscuridad”. (Corán, 11.44)

         El Corán está lleno de historias que reflejan la correlación entre el mal actuar y la sanción de Allah conducente a una destrucción. El Capítulo de la Caverna del Corán, incluye una historia de dos propietarios de dos huertos en medio de los cuales discurre una corriente de agua. Uno de ellos lleno de Imán y humildad deposita su confianza en Allah, mientras que el otro no mantiene una relación adecuada con Allah; de forma arrogante sostiene que su huerto siempre será el mismo sin contar con la Voluntad de Allah (es decir, sin decir Insha Allah), ¿cómo terminó esta parábola?

         “Así sus frutos (y alegría) fueron destruidos, y permaneció retorciéndose sus manos por lo que había gastado en su propiedad que ahora había caído pieza a pieza, y tan solo podía decir, ‘Que desgracia la mía! No debía nunca haber asociado compañero alguno a mi Señor’” (Corán, 18:42)

         El mismo criterio podría ser aplicado a la historia de los Propietarios del Jardín en la Sura del Cálamo. Los propietarios querían reunir los frutos muy temprano por la mañana de forma que la gente necesitada no pudiera compartirlo. El resultado fue que antes de que fueran al jardín, y en el transcurso de la noche, hubo una visita de Allah que barrió todos los alrededores. Cuando vieron que su jardín parecía un lugar oscuro y desolado, uno de ellos les recordó que habían actuado erróneamente:

         “Ellos dijeron: ‘¡Gloria a nuestro Señor!, ¡en verdad hemos estado haciendo el mal!’” (Corán, 68:29)

         Como regla general, hay que decir que existe una relación directa entre la acción incorrecta y las calamidades:

         “Cualquier desgracia que os suceda es a causa de las malas acciones que vuestras manos han forjado, y para muchos Él concede el perdón.” (Corán, 42:31)

         Además la trasgresión genera corrupción en cualquier parte:

         “La desgracia ha aparecido en la tierra y en el mar debido a lo que han forjado las manos de los hombres, para que Allah pueda darles a probar el fruto  de algunas de sus acciones  y así puedan retractarse del mal.” (Corán, 30:41)

         La corrupción (fasad) en este contexto abarca toda clase de daño ya sea material o espiritual. Uno debería estar agradecido a Allah porque su sanción no haya sido inmediata a la trasgresión pues de haber sido así, la vida en la tierra haría tiempo que se hubiera extinguido:

         “Si Allah castigara a la gente según se merece, Él no habría dejado una sola criatura viviente sobre la tierra, pero Él les ha dado un aplazamiento hasta un Término fijado: cuando su término expire, sabrán que Allah vigila a Sus siervos.” (Corán, 35:45)

         En la Sura de An-Nahl (La abeja) la misma noción es reforzada:

         “Allah propone una parábola: una ciudad que disfruta de seguridad y tranquilidad, con abundante sustentos por todas partes, no obstante se muestra desagradecida por los favores de Allah, y por ello Allah le hace degustar el hambre y el terror encerrándola por todos lados a causa del mal que el pueblo ha forjado.” (Corán, 16:112)

         Resulta claro que no agradecer la generosidad de Allah lleva aparejado  la destrucción. Por el contrario el agradecimiento produce la situación opuesta:

         “¡Y recuerda!, Vuestro Señor ha declarado públicamente: ‘Si sois agradecidos, Yo añadiré más favores sobre vosotros...” (Corán, 14:7)

         Este versículo prueba que una conducta correcta, en línea con el punto de vista islámico, conduce a un mejor medio ambiente, si Allah quiere, por supuesto.


Fuente: Musulmanes Andaluces

jueves, 19 de septiembre de 2013

Orgullosos del Islam


Bismillahi Rahmani Rahim

El Islam no se está levantando a causa de ti o de mí, a causa de siervos débiles como nosotros. Sino que el Islam aun se está levantando sobre los hombros de 124.000 Awliya Allah. Ellos lo están manteniendo. Cada uno de ellos puede solucionar todos estos problemas (en el mundo) instantáneamente. Pero ellos tienen modales apropiados. Están sentados y esperan, ya que todo hadiz que el Profeta (asws) ha dicho se tiene que cumplir. Por eso es que están sentados y esperando. Y nosotros estamos sentados y esperamos. Allah nos hace atravesar ciertas pruebas cada día que pasa. Cuando las pruebas suceden no pienses que te van a llegar anuncios sin parar diciéndote: 'Estamos haciendo pruebas'. Cosas sencillas están llegando como pruebas.

Esto ha sido dicho desde el tiempo del bendito Profeta (asws). Así que eso también nos es advertencia suficiente por mil cuatrocientos años. ¿Por qué crees que Allah y Su Profeta (asws) mencionan en el Qur'an y en los benditos Hadices las vidas de los Sahaba-e Kiram? ¿Por qué crees que nos hablan de todas las dificultades por las que atravesaron? ¿Piensas que sólo es para rellenar papel? ¿Para rellenar libros? Es para mostrarnos, para decirnos: "Observad, esto puede sucederle a ustedes. Y por eso deben tomar a ese (al Profeta) como ejemplo, ya que ahora ese es vuestro modelo de conducta. Debéis seguir los pasos de él si queréis entrar al Paraíso de aquellos (los Sahaba)".

Así que, alhamdulillah, sheytán está corriendo sin detenerse pero los Awliya Allah aún no se están moviendo. Ellos están sentados y esperan. Cuando llegue la orden, uno-dos-tres, el reino de sheytán que han construido va a caer. Los seres humanos lo han construido. Los seres humanos trabajan para ese reino. Todo el que trabaje para ese reino va a pagar el precio por ello. Está llegando el tiempo de pagar el precio. La puerta aún sigue abierta para que todos digan 'Astaghfirullah' y se vuelvan (del error). Aún está abierta. No importa lo que la persona ha hecho, aún está abierta. La puerta del perdón sigue abierta para que digas 'Astaghfirullah', vuelvas tu camino, pidas perdón por lo que has hecho mal y te sea quitado. Pero no. Sheytán insiste en declarar asociación con Allah y dice: 'No. Tú hiciste mal y yo voy a continuar haciendo esto'. Y todo el que corra junto a ese sheytán va a pagar el precio por hacerlo. Allah nos dice: "No los He creado para el fuego. Los He creado para el Paraíso. Ustedes pertenecen al Paraíso. Por esa razón los He creado. No corran tras sheytán. Su trabajo es llevarlos al infierno al que está entrando". Es fácil alejarse de eso. Volved vuestros rostros hacia Allah y Su Profeta (asws) y hallaréis seguridad.

El bendito Profeta (asws) dice: "En ese tiempo, en el Ajir Zaman, caminar en las calles se les hará muy difícil". Entonces le preguntaron: "Ya Rasulullah, ¿qué deberíamos hacer?". Dijo: "Quedaos en vuestros hogares. Reuníos en grupos pequeños y permaneced juntos". Y los Sahaba-e Kiram preguntaron: "Ya Rasulullah, ¿qué deberíamos hacer si también entran en nuestros hogares? ¿Qué deberíamos hacer si vienen a dañarnos, a matarnos o a hacernos algo malo?". El bendito Profeta (asws) dijo: "En vez de ser un asesino vuélvete un mártir". Mira y comprende las dificultades. El dice: "Si ellos entran a tu hogar y están preparados para dispararte, están a punto de matarte, y si el Takbir (de Mahdi) no ha sido dado, si el Califa no ha declarado la guerra contra la incredulidad, no deberías hacer nada". Dijo: "Sé como el hijo de Adam; uno mató al otro (Habil y Qabil). Uno se volvió asesino y el otro se volvió mártir. Sean como esos".

Así que, esto es Islam y deberían estar orgullosos de él. No hay nada de lo que estar orgullosos por ustedes mismos. No hay nada de ustedes mismos de lo que puedan decir: "Estoy orgulloso y soy superior". Pero deberíais estar orgullosos del Islam, y si alguien llega frente a ti, entonces deberías ser capaz de decir: 'Sí, soy Musulmán; sí, me estoy aferrando a esto'. No sean temblorosos como gallinas. Si van a temblar como gallinas entonces no tienen lugar junto a mí. Deben ir a otros Sheykhs. Deben ir a otros Imams que estén temblando también. Yo no temo a nada. No tenemos temor alguno excepto el temor de Allah. Estamos manteniendo elevado el Islam y vamos a mantenerlo elevado. Si estás en esto, entonces debes mantenerlo elevado.

Los creyentes deben ser inteligentes. Los creyentes deben utilizar la inteligencia que Allah les Ha dado. Deben utilizarla y deben mostrarla. Allah nos está observando para ver cómo somos y si estamos escapando o si andamos con vueltas. Eh, aun así (si te escapas o andas con vueltas) eres un creyente. Ellos no van a decir que no estás creyendo. Pero va a ser como ese Sahabi que atraparon los incrédulos. Atraparon un Sahabi y le dijeron: 'Di que renuncias al Islam o te pondremos en el fuego'. Él dijo: 'Hasta mi último aliento voy a decir Islam y Profeta'. Y lo arrojaron al fuego. Piensa, piensa. Había un gran fuego y todos, todos los oficiales de la ciudad de ese entonces estaban sosteniendo a ese hombre, su esposa estaba allí y su hijo estaba allí. Ellos decían: 'Renuncia o te pondremos en el fuego'. Y él dijo: 'Lo voy a mantener hasta mi último aliento'. Y lo arrojaron vivo al fuego. Luego tomaron a su esposa y dijeron: 'Tú has visto qué hemos hecho con tu esposo. Di que reniegas del Islam y de Muhammad o te pondremos en el fuego'. Ella dijo: 'Así lo hagáis o no, la muerte me llegará de todos modos. Así que de esta manera voy más rápido hacia mi Señor'. Ellos la arrojaron al fuego y el chico estaba mirando. El chico tenía vuestra edad. Cerca de los veinte. Lo sujetaron y dijeron: 'Dilo o tú has visto lo que sucedió con tu madre y tu padre. También te haremos lo mismo'. El chico empezó a temblar y dijo: 'Reniego'.

Así que lo dejaron pero en su corazón no se sentía cómodo. Corrió y fue hacia el Profeta (asws) diciendo: 'Ya Rasulullah, esto ha sucedido. Esto es lo que han hecho y yo tuve tanto miedo que les dije de que había renunciado, pero ahora no encuentro paz'. Entonces el Profeta (asws) lo miró y le dijo: "Si nuevamente ellos te hacen eso, entonces nuevamente di las mismas palabras. Pero nunca te olvides que la estación a la que entrarás en el Paraíso de ninguna manera es cercana a la de tus padres. Jamás los volverás a ver otra vez".

Wa min Allahu Tawfiq.


Sahib us Sayf Hz Sheykh Abdul Kerim al-Hakkani (ra), 8 de julio de 2005, Osmanli Naksibendi Dergah.

martes, 17 de septiembre de 2013

Montar a la Jineta, Zenetes y Montoneras Gauchas

En su obra 'El Payador', el escritor argentino Leopoldo Lugones, reivindicando el alma gaucha y remitiéndose al legado morisco-andalusí plasmado en el gaucho de nuestras pampas, describe la siguiente característica como notable heredad:

"Por lo demás, es sabido que el arte de cabalgar y de pelear a la jineta, así como sus arreos, fue introducido en España por los moros (bereberes), cuyos zenetes o caballeros de la tribu berberisca de Banu Marín, diéronle su nombre específico. Así, jinete, pronunciación castellana de 'zenete', fue por antonomasia  el individuo diestro en el cabalgar".

Continuando con las apreciaciones de Lugones, compartiremos un acercamiento a las definiciones e historia de la jineta y los bereberes Zenetes, así como también el resultado directo que esta influencia tradicional tuvo en la forja de las montoneras gauchas que fueron los personajes claves en la constitución de nuestra entidad patria.

La jineta consistía en una técnica de equitación basada en la velocidad y la agilidad. Los caballos tenían que ser ligeros, briosos y revueltos. El método o sistema de monta a la jineta tenía y tiene una característica muy especial, consistente en hacer correr, parar y girar el caballo bruscamente pero en sujeción a determinados principios. El caballo tenía que revolverse y marchar de un lado a otro, incluso hacia atrás, con gran agilidad y presteza, y todo ello mediante la ayuda de los pies, piernas y rodillas, así como de la mano izquierda del jinete. Por esto es que este tipo de monta se caracteriza por llevar el caballo con una sola mano en monturas con grandes arzones que permitiesen sujetar bien al jinete ante los movimientos bruscos del caballo y estribos cortos para que el jinete llevase con sus piernas al caballo pudiendo usar las manos para la lanza y algún otro instrumento de ataque. En el combate a la jineta, los jinetes atacaban a galope tendido, en pequeños grupos o en solitario, hacían todo el daño posible y repentinamente volvían grupas y huían para volver a atacar en el momento más imprevisto.

Ahora bien, ¿de dónde proviene la monta a la jineta?

La jineta surge en el Magreb africano (Norte de África) y llega al califato de Córdoba (Península Ibérica) en el siglo X, con la incorporación de tropas bereberes en el ejército califal que inició el sultán Al-Hakam II (961-976) e impulsó su visir Al-Mansur, quien eliminó el sistema de reclutamiento nacional y lo sustituyó por la incorporación masiva de mercenarios africanos; si bien los involucrados en la conquista musulmana de la Península Ibérica fueron guerreros de origen bereber que masivamente poblaron las zonas conquistadas, los califas anteriores a Al-Hakam, de origen árabe, se habían mostrado reticentes ante la incorporación de tropas africanas en el ejército. Sin embargo, el polígrafo Ibn Hayyan, en su Muqtabis, escribe sobre Al-Hakam: "Llegó a asomarse...para contemplar a los jinetes bereberes, cuando desarrollaban sus escaramuzas, y no les quitaba la vista, lleno de asombro. 'Mirad -decía a quienes le rodeaban- con qué naturalidad se tienen a caballo estas gentes. Parece que es a ellos a quien alude el poeta cuando dice: Diríase que nacieron debajo de ellos y que ellos nacieron sobre sus lomos. ¡Qué asombrosa manera de manejarlos, como si los caballos comprendiesen sus palabras!'. Y los que le oían se maravillaban de la rapidez con que había cambiado de opinión respecto a los bereberes". El ejército califal pasó a componerse fundamentalmente de tropas bereberes de caballería, a las que se respetó su organización interna y su equipo tradicional. A partir de entonces en Andalucía se difunde la silla de montar africana, que tenía los arzones más elevados.

El nombre de 'jineta', dado a este estilo ecuestre, procede de la tribu de los Zenetes, ya que el primer escuadrón de caballería que cruzó el estrecho para incorporarse a las tropas califales de Al-Hakam II fue el de los Banu Birzal, fracción de la tribu de los Banu Dammar, del sur de Túnez, que pertenecían a la dinastía de los Zenetes, si bien posteriormente acudirían numerosas tribus de Marruecos y Argelia, como los Banu Marín, que utilizarían el mismo sistema de equitación.

Zenata o Zeneta, Zanata o también Zenete e Iznaten, son las variaciones del nombre que recibió un grupo de pueblos bereberes durante el período medieval, del cual descienden varias etnias actuales. El historiador y viajero musulmán Ibn Jaldún relata que fueron, junto con los Masmuda y los Sanhaya, una de las tres grandes confederaciones bereberes musulmanas de la Edad Media. Añade que estas tribus, que a la vez eran nómadas y sedentarias así como constructoras de ciudades, se concentraron en el Magreb Medio (la actual Argelia, donde Sarmiento verá en los 'árabes', como él llama a los bereberes, a los gauchos de la pampa, homologándolos peyorativamente en su ideología liberal). Ibn Jaldún remontó el linaje mítico de los Zenetes hasta Mazigh y Cam, el hijo de Noé. Este pueblo encuentra su origen en la lenta migración que tribus nómadas efectuaron desde el Cercano Oriente hacia el Magreb africano para luego dirigirse al norte y alcanzar la Península Ibérica. Los Luwata, tribu de la confederación de los Zenetes que tuvo en la antigüedad un patriarca llamado Lerna, eran nombrados 'Libus' por los antiguos egipcios y se los llama 'Lubim' en el libro bíblico del Génesis; estos Luwata dieron por su parte el nombre a Libia (en la antigüedad clásica se denominó Libya a todo el actual continente africano).

La mayoría de los Zenetes derivan de tres grandes tribus bereberes: Maghraua, Deyrawa y Banu Ifren. El mismo nombre de África parece provenir de la tribu Ifren establecida antiguamente en el este del actual Magreb. El nombre procedería de la raíz Ifru, con sus posibles variantes: Ifri, Afer, Afar, etc. Ifriqiya es el nombre que dieron los árabes a la región de los Banu Ifren, que correspondía a la actual Tunicia.

Hacia el año 711, ya islamizados y aliados con los árabes, los bereberes marcharon sobre la Península Ibérica, lo que hizo que numerosos Zenetes se establecieran en Al-Ándalus, haciendo trascender allí algunos rasgos culturales como el ejemplo ya citado de su destreza ecuestre de la que se deriva la palabra castellana actual 'jinete' precisamente de 'zenete'.

Los Banu Marín fueron los miembros de una dinastía de origen bereber zenete que gobernó la zona del actual Marruecos entre los años 1244 y 1465. También controlaron brevemente algunas regiones de Andalucía y el Magreb, influyendo fuertemente en el reino Nazarí de Granada, donde a partir de 1275 destacaron importantes contingentes de tropas de caballería.

Aunque el origen de la jineta es norafricano, no cabe duda de que fue en al-Ándalus donde evolucionó y alcanzó su máxima expresión. La jineta es ante todo un sistema para hacer la guerra a caballo ('hacer mal a caballo', decían en el siglo XVI). El naturalista español Bernardo de Vargas Machuca (1557-1622), en su libro 'Exercicios de la Gineta' (1619) dice: "Porque la invención de la gineta fue para la guerra, y para ella se aplicó la lanza y adarga", por lo que cabe suponer que se forjaría en la frontera o frente de guerra entre musulmanes y cristianos, en lo que los musulmanes llamaban 'dar al-yihad' (territorio de la guerra).

Ahora bien, destacable es el hecho  que refiere la tradición en cuanto a que el primer gaucho de nuestras pampas fue un soldado raso andalusí que hastiado por el maltrato del ejército realista del que formaba parte y la miserable forma de vida a que lo sometían, trocó su morada al precio de un caballo blanco y una guitarra con los que rumbeó hacia la pampa distante. En 1586, Alejo Godoy da inicio a la historia gaucha que lucirá su impronta bravía tanto en las guerras por la independencia como en los conflictos sociales de mano del caudillismo y las montoneras.

Si bien es de notar que la forma de andar a caballo típicamente gaucha reúne elementos del montar a la jineta procedentes del Norte de África y del montar a la brida, que tiene procedencia centroasiática, vemos en las montoneras un resultado cabal de la monta y el combate a la jineta heredado por nuestros gauchos de sus antepasados hispanomusulmanes.

En la historia argentina se llamó 'montoneras' a las unidades militares gauchas de extracción rural, generalmente de caballería, comandadas por los caudillos. Las montoneras eran unidades relativamente inorgánicas que generalmente operaban en ámbitos rurales. Sus tácticas de combate eran rudimentarias, pero se adaptaban a las condiciones predominantes en el campo abierto. En efecto, las montoneras generalmente debían recorrer grandes distancias sin población alguna entre pueblos y ciudades, y combatir en lugares elegidos por características geográficas naturales que favorecían sus movimientos. Las armas que utilizaban eran combinaciones de lanzas con sables y boleadoras. El método utilizado por las montoneras suele llamarse 'guerra de guerrillas', táctica militar que consiste en hostigar al enemigo con destacamentos irregulares y mediante ataques rápidos y sorpresivos aprovechando también las irregularidades del terreno. Para esto se sirvió el gaucho, entre otras cosas, de las sillas de montar de origen andalusí de arzones altos, utilizadas, como apuntamos antes, en los combates a la jineta ya que lograban estabilizar al jinete para que se sirviera de sus manos para empuñar las armas de combate.

El gaucho fue un elemento determinante en la constitución no sólo de la Argentina, sino de toda la América del Sur en sus procesos libertarios y sociales, plasmando el espíritu poderoso de aquel soldado raso andalusí, Alejo Godoy, y sus ansias emancipadoras legadas desde un pasado inquisitorial y traducidas en movimientos independentistas. Fue así que los gauchos desempeñaron un papel fundamental durante la Guerra de la Independencia Argentina entre 1810 y 1825.

Surgida la Primera Junta en Buenos Aires, fueron gauchos los que siguieron al caudillo José Gervasio Artigas. Artigas formó un ejército popular de gauchos e indios, derrotó a los realistas y puso sitio a la ciudad de Montevideo.

Los gauchos, junto a los indígenas y otros campesinos, ayudaron a plasmar el primer gobierno federal en la inmensa región del Río de la Plata, conformando la Unión de los Pueblos Libres (o Liga Federal, confederación de provincias aliadas liderada por Artigas, que sumió el título de protector de los pueblos libres, constituida por las provincias de Córdoba, Corrientes, Entre Ríos, la Provincia Oriental, Santa Fe y los pueblos de Misiones) dentro de las Provincias Unidas del Río de la Plata.

Durante la guerra de la independencia el gaucho también se integró al Ejército del Norte enviado desde Buenos Aires hasta los confines del Alto Perú de lo que fuera el Virreinato del Río de la Plata.

Especial reconocimiento mereció la actuación de los gauchos jujeños del mayor general Eustoquio Díaz Vélez. Durante la Segunda Campaña del Alto Perú, comandada por el general Manuel Belgrano, Díaz Vélez creó, en el año 1812, un cuerpo de soldados a caballo compuesto mayoritariamente por gauchos jujeños, puneños y tarijeños, a los que denominó 'Los Patriotas Decididos', y que fueron la retaguardia que contuvo permanentemente el avance de los realistas durante el Éxodo Jujeño. Estos gauchos de Díaz Vélez participaron también en las victorias de la Batalla de las Piedras y de Tucumán, esta última la más importante librada por la Independencia Argentina.

Al ser derrotado el Ejército del Norte, fue nombrado como nuevo comandante el general José de San Martín, quien encomendó a Martín Miguel de Güemes la defensa de la frontera norte, mientras él se dirigía a Mendoza a formar el Ejército de los Andes (también constituido en gran medida por gauchos y huasos), con el objetivo de cruzar los Andes para liberar Chile y Perú.

Los gauchos desarrollaron los combates contra los realistas en el marco de acciones de guerrilla que se darían en llamar 'montoneras', a lo largo de una línea fronteriza de más de 600 km de extensión, que quedó bajo la responsabilidad de Güemes después del colapso militar patriótico producido por la derrota del Ejército del Norte tras la Batalla de Sipe Sipe en 1815. El principal escenario de operaciones fue la Quebrada de Humahuaca y las provincias vecinas de Tarija.

Aquellas luchas se prolongaron por más de diez años, conociéndose con el nombre de 'Guerra Gaucha'. Solamente en el norte del territorio argentino, la fuerza militar gaucha libró 236 combates contra las fuerzas realistas españolas defendiendo la frontera. Los gauchos norteños demostraron habilidades y destrezas particulares para el combate a caballo y en la lucha abierta, aún en medios adversos.

Así las tropas gauchas también constituyeron un hito muy importante en el desarrollo de la independencia de Bolivia, destacándose las acciones guerrilleras llevadas a cabo por los comandantes de las republiquetas independientes como Manuel Ascencio Padilla, su mujer Juana Azurduy, Eustoquio Méndez y otros. Estas actuaban en estrecha colaboración con las tropas de Güemes.

En el sur de Brasil los gauchos desencadenaron una guerra independentista en la región de Río Grande del Sur, formando una república independiente entre los años 1836 y 1845, liberando a los esclavos y creando una constitución.

En la bibliografía histórica militar internacional, los gauchos fueron comparados por analogía con los soldados musulmanes del cuerpo de mamelucos del Norte de África. Nosotros vemos un destello más de la clara e indudable influencia hispanomusulmana transmitida a través de los moriscos y que llega desde los Zenetes del Magreb africano para colaborar en la manifestación del espíritu único de nuestra raza gaucha, espíritu que nos justifica como argentinos entre las culturas tradicionales del mundo.

Para concluir nuestro artículo citaremos en apoyo a nuestra tesis algunas apreciaciones más del ya nombrado Leopoldo Lugones que en referencia al gaucho jinete dice lo siguiente:

"Jinete por excelencia, resultaba imposible concebirlo desmontado; y así, los arreos de cabalgar, eran el fundamento de su atavío.

Su manera de enjaezar el caballo, tenía, indudablemente, procedencia morisca. (...) Las riendas y la jáquima (del árabe 'sakina', cabezada de cordel que hace las veces de cabestro) o bozal, muy delgados, aligeraban en lo posible el jaez (del árabe 'yehez', cualquier adorno que se pone a las caballerías, en este caso los jaeces), cuyo objeto no era contener ni dominar servilmente al bruto, sino, apenas, vincularlo con el caballero (...) Las anchas cinchas taraceadas (del árabe 'tar'zi', incrustación) con tafiletes (del bereber 'tafilelt', cuero bruñido y lustroso, mucho más delgado que el cordobán) de color, son moriscas hoy mismo. (...) Análogos bordados y taraceos solían adornar los guardamontes usados por los gauchos de la región montuosa. Aquel doble delantal de cuero crudo, que atado al arzón delantero de la montura, abríase a ambos lados, protegiendo las piernas y el cuerpo hasta el pecho, no fue sino la adaptación de las adargas (del árabe ad-darqa, escudo de cuero de forma ovalada o acorazonada) moriscas para correr cañas, que tenían los mismos adornos y casi idénticas hechuras: pues eran tiesas en su mitad superior y flexibles por debajo para que pudieran doblarse sobre el anca del animal" (Lugones, 'El Payador'. Para los significados etimológicos nos hemos remitido al Prof. Shamsuddin Elía).

Para mayor información remitimos a nuestros lectores a la sección 'Tradición Argentina' en el Contenido Temático de este blog.

sábado, 14 de septiembre de 2013

Canción para Imam Shamil an-Naqshbandi

Canción tradicional avar del Daguestán ejecutada con pandur, instrumento de tres cuerdas, dedicada a Imam Shamil, héroe de la resistencia islámica caucásica en la llamada 'Guerra de los Muridines' contra la invasión zarista.

lunes, 9 de septiembre de 2013

Los beneficios y virtudes del Básmallah

Bismillahi Rahmani Rahim

Fragmentos extraídos del Tafsir del Imam Al-Qurtubí.

"Bismillahi Rahmani Rahim" es un juramento que Allah, nuestro Señor, hizo descender en el encabezado de cada sura con el que jura ante Sus siervos: "¡Siervos míos! Eso que he puesto para vosotros en este sura es verdad, y Yo os daré fiel cumplimiento de todo cuanto en ella os he garantizado: Mi promesa, Mi benevolencia y Mi justicia".

Dijo Saíd ibn Abu Sakina: "Me ha llegado la noticia de que Ali ibn Abu Talib (ra) miró a un hombre que estaba escribiendo:

"Bismillahi Rahmani Rahim"

y le dijo: ¡Mejórala! Porque un hombre perfeccionó la escritura del básmallah y fue perdonado". Dijo Saíd: "Conocí otro caso de un hombre que estaba mirando una hoja en la que estaba escrito:

"Bismillahi Rahmani Rahim"

la besó, después la puso sobre sus ojos y fue perdonado". Conforme a este significado está la historia de Bishrin al-Hafi, que tomó del suelo un pergamino en el cuál estaba escrito el nombre de Allah, lo perfumó y su nombre fue honrado, según mencionó Al-Qushairí (el texto de la historia aparece en la Risala Al-Qushairía: '... La causa de su arrepentimiento (tawba) fue que se encontró en el camino una hoja escrita con el nombre de Allah, Poderoso y Majestuoso, y que la habían pisado. De manera que la recogió y con unos dirhams que tenía compró algalia y perfumó la hoja poniéndola en el hueco de un muro. Después de eso oyó en sueños una voz que le decía: ¡Bishrin! Perfumaste Mi nombre y Yo te perfumaré en dunya y en el Ajira. Y cuando se despertó del sueño se volvió arrepentido a Allah').

Relató An-Nasái, que se transmitió de Abu al-Malíh, y a su vez del que iba a la grupa de la montura del Mensajero de Allah (asws), que éste dijo: "Si te derriba el animal de la montura, no maldigas a sheytán, porque se engrandecerá tanto como una casa y dirá: 'Con mi fuerza yo lo he hecho caer'. Por el contrario, di:

"Bismillahi Rahmani Rahim"

porque de esa forma se empequeñece hasta ser como una mosca".

Se transmitió de Abdullah ibn Masud (ra) que dijo: "Quien quiera que Allah lo salve de los diecinueve ángeles del Infierno (Az-Zabániya) que diga con cierta frecuencia:

"Bismillahi Rahmani Rahim"

para que Allah-swt- le proteja por cada letra del básmallah de cada uno de ellos. Pues el básmallah tiene diecinueve letras como el número de ángeles del Infierno, de que dice Allah-swt-:

'Sobre él hay diecinueve (ángeles)' (74:30)

y ellos dicen 'Bismillahi ar-Rahman ar-Rahim' en cada uno de sus actos y de allí les viene la fuerza".

Dijo Ibn Atíya: De igual forma también se precisa la noche del Decreto como la noche del veintisiete (de Ramadán), porque se corresponde con el número de palabras del sura de la Noche del Decreto.

Hay acuerdo general de la Ummah en que está permitido escribir el básmallah al principio de los libros de ciencia y en el comienzo de las cartas. Sin embargo, para la poesía acordaron no escribir delante el básmallah.

La recomendación general es decir el básmallah: "Bismillahi Rahmani Rahim", al comienzo de cada acto: como comer, beber, sacrificar, el acto del coito, la purificación, embarcar en el mar y en definitiva todas aquellas acciones hechas por el hombre lícitamente. Dijo Allah-swt-:

"Y comed de aquello sobre lo que se haya mencionado el nombre de Allah, si creéis en Sus signos" (6:118)

Y dijo Allah-swt- en otra ayat:

"Y dijo: ¡Embarcad en ella! Y que sea en el nombre de Allah su rumbo y su atraque. Ciertamente mi Señor es Perdonador y Compasivo" (11:41).

Dijo el Mensajero de Allah (asws): "Cuando te vayas a dormir cierra tu puerta y menciona el nombre de Allah diciendo: 'Bismillah'. Apaga tu lamparilla y menciona el nombre de Allah; y ata tu odre de agua y menciona el nombre de Allah". Y dijo: "Si alguno de vosotros acudiera a su mujer para tener una relación íntima con ella que diga: 'Bismillah, oh Allah, apártanos a sheytán y apártalo de lo que nos proveas por esta relación'. Ya que, ciertamente, si se decreta que nazca un hijo fruto de esa relación entre los dos, sheytán jamás le perjudicaría". En otro hadiz, el Profeta (asws) le dijo a Umar ibn Abu Salama: "¡Muchacho, di Bismillah y come con tu mano derecha, y come de lo que tienes más cerca!". Y en otro añadió: "Sheytán no tendrá acceso a una comida sobre la que se haya mencionado el nombre de Allah". Dijo: "El que vaya a sacrificar un animal que lo haga en el nombre de Allah".

Un día, Uzmán ibn Abu al-As (ra) se quejó al Profeta (asws) se un dolor que tenía en su cuerpo desde que se hizo musulmán, y el Mensajero de Allah (asws) le dijo: "Pon tu mano en el lugar que te duela de tu cuerpo y di tres veces: 'Bismillah', y luego recita siete veces: 'Audhu bizzati Allahi wa qudratihi min sharri ma ayidu wa uhádhir' (me refugio en la soberanía de Allah y en Su poder del mal que encuentro y del que me guardo)".

Relataron Ibn Maya y At-Tirmidí que el Profeta (asws) dijo: "La protección entre los genios y las desnudeces del hijo de Adám es que diga 'bismillah' cuando entra al excusado". Relató Daraqutni que Aisha dijo: "Cuando el Mensajero de Allah (asws) tocaba el agua para hacer la ablución, mencionaba el nombre de Allah-swt-, y a continuación vertía el agua sobre sus manos".

El básmallah significa: 'Por la creación de Allah y Su poder manifiesto y capacidad que llegan hasta donde El quiere'. La expresión 'Bismillah' equivale a decir: 'Con la ayuda de Allah, Su aprobación y Su bendición'; siendo ésta una enseñanza de Allah-swt- hacia Sus siervos para que recuerden Su nombre en la apertura de la recitación del Qur'an y en otras ocasiones, como hemos mencionado anteriormente, de manera que el comienzo de los actos se realice con la bendición de Allah, Poderoso y Majestuoso.

Se relató de Ali ibn Abu Talib (ra) que dijo a propósito de 'Bismillah': 'Es una cura para toda enfermedad, y una ayuda para toda medicina'. En cuanto a 'Ar-Rahman': 'Es una ayuda para todo el que crea en Él; y es un nombre que no se pone a otro que no sea Él'. Y en cuanto a 'Ar-Rahim': 'Es para quien haga tawba, crea y obre rectamente'.


(Compendio del Tafsir Al-Qurtubí, págs. 93-100)