El amor es hermoso para el Señor y para Sus siervos. Si hacéis algo con
amor, deberá ser aceptado por el Señor, y Él deberá hacerlo agradable ante
vosotros. Si amáis vuestro trabajo os será fácil hacerlo, sino sólo será una
carga. El Señor dice: "Yo no estoy
necesitado de vuestras devociones, Sólo busco el amor con el que son
ofrecidas." Oh siervos del Señor, oh creyentes, no paséis por alto
este punto. ¡No seáis como esclavos remando en un barco - si rezáis, debéis
hacerlo con amor, no a la fuerza, como si un capataz de esclavos estuviera
parado ante vosotros con un látigo! A Dios no le agradan esas oraciones
forzadas. Tratamos de realizar todas las prácticas pero nos olvidamos de pedir
por el Amor Divino, convirtiéndonos en robots, o como aquellos que hacen
gimnasia.
Allah nos ha pedido que comprometamos nuestros cuerpos en Sus devociones
y en el servicio a Su creación a través de caridad y buenas acciones, ¿pero
cuál debe ser el fruto de esas acciones? Si no es el amor, el fruto es amargo y
es rechazado. Si nuestra devoción provoca que el Amor de Allah crezca en
nuestros corazones, entonces debemos mantener esa práctica y continuar en
nuestro camino; y si mantenemos la compañía de un maestro espiritual, y vemos
que a través de su compañía el amor de Allah se despierta en nuestros
corazones, entonces debemos seguirlo estrechamente.
El Amor de Allah no es fácil de alcanzar, ya que no podemos imaginarlo;
por lo tanto, el Todopoderoso ha hecho a los Profetas apóstoles de Su Amor. El
Amado de Allah, el Sello de los Profetas, Muhammad, la paz sea con él, fue
un canal tan puro para la transmisión de ese amor que los corazones de sus
compañeros estaban sumidos en su amor, y eran transportados hacia el amor de
Allah. Él era el representante de Allah, que es la Absoluta Verdad ;
por lo tanto, el Profeta declaró: "Quien
me haya visto ha visto la
Absoluta Verdad ".
Cuando una delegación de no musulmanes fue a visitar Medina, quedaron
sorprendidos por el amor y el respeto que sus compañeros le mostraban al
Profeta. Cuando regresaron a su hogar le dijeron a su líder: "Hemos conocido muchos emperadores,
reyes y jefes tribales, pero nunca hemos visto a uno al que sus súbditos o
cortesanos trataran con tal devoción y amor sincero. ¿Cómo puede ser
esto?" No eran capaces de comprender el secreto de este amor, ya que
sus egos habían negado que Muhammad fuera Profeta. El amor de los compañeros
hacia el Profeta era tal que solían decirle: "Estoy preparado para sacrificar por ti incluso a mi madre y a mi
padre", que para los árabes, es más que decir: "Me sacrificaría por ti". Y verdaderamente muchos de
ellos sufrieron penalidades casi intolerables en nombre de su creencia en la
misión del Santo Profeta: exilio, desheredación, boicot, tortura y muerte.
¿Quiénes representaron al Santo Profeta después de su vida en la tierra?
Aquellos que evocaron ese amor. El Profeta los describió: "Aquellos que los vean recordarán a Dios". Aquel que
tenga sed por el Amor Divino debe buscar esta gente. Pero en nuestro tiempo la
mayoría están escondidos, y el Islam para mucha gente se ha convertido solo en
una serie de reglas de conducta y formas de devoción - un caracol vacío. ¿Quién
puede obtener sabor de algo así? ¿Las mezquitas serán solo gimnasios? Y ahora
los "profesores de gimnasia" se
oponen a los Caminos Sufíes, que son los caminos del corazón, caminos que
llevan hacia el Amor de Dios.
¡Nuestro Señor nos ha dado un instrumento que no mide nuestra presión
sanguínea, sino nuestra "presión de
amor" y nuestro objetivo es hacer que suba! Sí, intenten mejorar cada
día, ya que el Santo Profeta dijo: "Quienquiera
que no mejore cada día está retrocediendo." ¿Qué significa esto? No
significa que si rezamos cuarenta oraciones hoy, debemos rezar cuarenta y una
mañana y cuarenta y dos el siguiente día. No, no es necesario, el objetivo es
que llenen sus devociones cada vez con más amor de su Señor, para que Él
observe: "Mi siervo hoy ha mostrado
más amor hacia Mi que ayer". Uno de nuestros Grandsheykhs resumió
perfectamente lo que estoy tratando de decir: "El peso de
un átomo de amor vale más que setenta años de devoción sin amor".
Maulana Sheykh Nazim al-Hakkani (qs)
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