viernes, 30 de mayo de 2014

Islam y Cultura Argentina: Apuntes sobre el origen andaluz de la payada gauchesca

La cultura siempre ha sido la manifestación de un espíritu activo que expresa su irradiación sirviéndose de las herramientas naturales que el entorno le dispone. Para un pueblo determinado esa manifestación espiritual equivale a una identidad tradicional distintiva con la que se distingue de los demás. La cultura es, por lo tanto, el resultado propio de un genio étnico regional que retrata lo autóctono, el color singular que representa un sentir y un ser diferencial, original y que se perpetuará a través de los tiempos con el impulso que le confiere su cualidad de universalidad. Nuestra tradición argentina en gran medida viene representada por la cultura campera, y todo aquello que desde ella ha germinado como expresión de un espíritu o de un genio étnico particular: música, poesía, costumbres, etc. El gaucho, el paisano, como modelos de esta tradición, fueron -y son- los encargados de difundir y preservar nuestra cultura vernácula desde los albores mismos de la constitución de la patria argentina.

El gaucho, el hombre de la extensión infinita que se conoce como pampa, fue en sus orígenes un hijo libre de la llanura que a caballo recorría las distancias sin más horizonte que el de su dichosa libertad. Se había forjado fama de cantor errante pues poseía la virtud innata del alma musical, heredada de sus antepasados peninsulares. La guitarra, símbolo visible de aquella valiosa herencia, era, junto a su caballo, las prendas infaltables que reunía como única riqueza con la que cubrir su necesidad. Y con eso le bastaba. Se dedicó a la caza del ganado cimarrón, fue arriero, baquiano, y más tarde, con la llegada del alambrado limitador, fue peón de hacienda, domador, esquilero, y demás faenas del campo. Y lo más importante, aquello que definió un tipo cultural que arraigó y sirvió de instrumento para la obra cumbre de nuestra literatura proverbial representada por el Martín Fierro: fue payador, costumbre también de herencia peninsular que aquí halló un nuevo color, original y distintivo, signo indudable de identidad y tradición.

Cuando se indaga sobre el origen de la payada y el payador, nuestros representantes culturales en primera instancia suelen aludir como antecedente a los trovadores provenzales, juglares medievales que llevaban una vida ambulante y recitaban versos improvisados de diversa índole, tratando desde temas de amor hasta diatribas políticas. Sin embargo, luego de algunas pesquisas que hemos llevado a cabo encontramos que su procedencia data de un origen muy diferente y que nos remite directamente a la España musulmana.

Los musulmanes entran a la Península Ibérica hacia el año 711 de la era cristiana forjando una de las culturas islámicas más florecientes por aquel entonces: el emirato de Al-Ándalus. Este emirato caería definitivamente en manos de los reyes católicos en el año 1492. Sin embargo los musulmanes transmitirían pautas culturales que encontrarían arraigo en los no-musulmanes, quienes las asimilarían a su acervo y las harían propias. Por ejemplo, el poeta Ezra Pound, en su Canto VIII, en referencia a la canción de un trovador, nos dice que Guillermo de Poitiers (noble francés, noveno duque de Aquitania, séptimo conde de Poitiers y primero de los trovadores en lengua provenzal del que se tiene noticia, 1071-1126) "había traído la canción de España, con sus cantantes y sus velos...", estableciendo un origen moro para la poesía lírica medieval popularizada por los trovadores. El erudito Evariste Lévi-Provençal (1894-1956), en sus estudios ha encontrado cuatro versos arabo-hispanos completos recopilados en un manuscrito del mismo Guillermo de Aquitania. Según fuentes históricas, el padre de Guillermo había hecho llevar a Poitiers centenares de prisioneros musulmanes luego de los combates por la “reconquista” católica de España. Guillermo, impulsor de la tradición trovadoresca, habría heredado su sensibilidad, e incluso su temática, de la poesía andalusí. Esta hipótesis fue apoyada a comienzos del siglo XX por Ramón Menéndez Pidal, aunque su origen se remonta al Cinquecento (periodo artístico del Renacimiento europeo correspondiente al siglo XVI) de parte de Giammaria Barbieri (filólogo italiano muerto en 1575) y Juan Andrés y Morell (1740-1817, sacerdote jesuita, humanista cristiano y crítico literario español de la Ilustración). Meg Bogin, traductor al inglés del Trobairitz (trova occitana de los siglos XII y XIII), también apoya esta hipótesis. Otra de las influencias recibidas por los trovadores desde los hispanomusulnanes fue la introducción en Francia desde el siglo XI, y luego al resto de Europa, de un gran número de instrumentos musicales, por ejemplo: las palabras laúd, rabel, guitarra y órgano, derivan de los originales árabes 'oud, rabab, qitara y urghun. Así también una teoría propuesta por Meninski en su 'Thesaurus Linguarum Orientalum' (1680) y luego por Alexandre de Laborde en su 'Essai sur la Musique Ancienne et Moderne' (1780), sugiere que los orígenes de las notas del solfeo también provienen de una raíz árabe. Esta teoría sostiene que las sílabas del solfeo (do, re, mi, fa, sol, la, si) habrían derivado de las sílabas del sistema árabe de solmización llamado 'Durr-i Mufassal' (Perlas separadas): dal, ra, mim, fa, sad, lam, shim.

De igual modo consideramos que si bien la payada encuentra un antecedente en los cantos de los trovadores provenzales, quienes a su vez lo recibieron de los cantores poetas andaluces, ésta se encuentra íntimamente relacionada en su forma y estilo con el repentismo y el trovo de la cultura hispanomusulmana. Debemos aclarar que esta influencia netamente andalusí llega al Río de la Plata de mano de los exiliados moriscos que arribaron a estas costas americanas de manera clandestina, eludiendo los controles o integrando las filas de los ejércitos españoles. Y por esto mismo debemos ser categóricos al diferenciar la influencia que ejerció en nuestro suelo argentino el color español-europeo del color morisco-andalusí. Este último, si bien forzado por la Inquisición a una conversión al cristianismo y a una cancelación jurídica de la comunidad islámica, conservó marcadas pautas del acervo cultural musulmán que se plasmaron con libertad en los llanos pampeanos de mano de su vástago directo: el gaucho y la cultura gauchesca. La payada es una de esas pautas que aquí arraigaron y se transformaron en parte formativa de la tradición autóctona.

Ahora bien, retomando nuestro estudio: el repentismo es un canto de improvisación que toma el tenor de 'discusión dialéctica' entre dos trovadores y que responde a un patrón determinado que ha estado presente en un gran número de culturas, sobre todo en la historia del Mediterráneo Musulmán.

En el ámbito árabe-musulmán, la improvisación es un arte arraigado desde el siglo VIII. La costumbre de improvisar 'sobre pie forzado' aparece en multitud de textos de la cultura islámica (p.ej. Las Mil y Una Noches), generándose incluso todo un sistema de juegos poéticos basados en la repentización, como señala Bencheikh en ‘Poetíque arabe’, Ed. Gallimard, París 1989, pg. 73. El 'pie forzado' es un verso octosílabo que se impone a un poeta-cantor improvisador para que construya un poema improvisado cuyo último verso debe ser obligatoriamente el forzado[1]. El Arte de la poesía improvisada, en forma de duelo entre dos poetas, está suficientemente acreditada en Al-Ándalus (Cf. Del Campo Tejedor, Alberto: ‘Trovadores de repente’, Centro de Cultura Tradicional Ángel Carril, Salamanca, 2006).

Del repentismo surge el Trovo, forma musical tradicional de la comarca de La Alpujarra, región histórica de Andalucía que comprende Granada y Almería, así como de otras zonas del sureste español, y que consiste en la improvisación de 'poesía dialogada' sobre una base musical folclórica. A partir de 1492, y especialmente tras la rebelión de los moriscos liderados por Muhammad ibn Umayya (en 1568-1570), la Alpujarra sufre un proceso de feroz despoblación a manos de la inquisición católica. En este largo período de casi un siglo, los moriscos alpujerraños mantuvieron sus tradiciones músico-poéticas y sus bailes (como la zambra).

El escritor y escribano Emilio Pedro Corbiére (1886-1946) nos dice: "Este gusto a payador o cantor, creación árabe, que es la primitiva sangre de los andaluces, vino importado con los conquistadores a América, y de aquéllos se han copiado muchos de sus objetos de uso, como los frenos y las riendas de cuero trenzado. Es árabe el estilo de sus canciones pesadas, monótonas, quejumbrosas como lamentos, siempre en el mismo tono, y que los nativos denominaron 'tristes'" ('El Gaucho. Desde su origen hasta nuestros días', Editorial Renacimiento, Sevilla, 1998, pág. 206)

En este contexto, son altamente significativas las declaraciones del cantautor uruguayo Alfredo Zitarrosa (1903-1969): "La milonga es rioplatense... Se trata de un ritmo que recibe influencias afro y, por cierto, también proviene, como una buena parte del folclore nuestro, del folclore del sur de Andalucía, del sur de España, del folclore andaluz". (Entrevista que se le realizó en España por el periodista José Luis Izaguirre, para Radio Peninsular en diciembre de 1976).

El ya citado Lugones escribe: “Precisamente los trovadores del desierto habían sido los primeros agentes de la cultura islámica, constituyendo en sus justas en verso, la reunión inicial de las tribus que Mahoma, un poeta del mismo género, confederó después (el autor habla del Profeta Muhammad como ‘poeta’ remitiéndose al Sagrado Qur’an, libro revelado que Muhammad se encargó de transmitir y cuya particularidad es el verso, ya que en el momento se dirigía a un pueblo de eminentes poetas para quienes la palabra tenía un influjo particularmente especial). Así se explica que para muchos gauchos, en quienes la sangre arábiga del español predominó, como he dicho, por hallarse en condiciones tan parecidas a las del medio ancestral  (el desierto árabe, la pampa argentina), tuviera el género tanta importancia (…) ¡Quién habría dicho al conquistador que con la guitarra introducía el más precioso elemento de civilización, puesto que ella iba a diferenciarnos del salvaje, el espíritu imperecedero! Dulce vihuela gaucha que ha vinculado a nuestros pastores… con la rediviva dulcedumbre de las qassidas arábigas cuyos contrapuntos al son del laúd antepasado y de la guzla monocorde como el llanto, iniciaron entre los ismaelitas del arenal la civilización musulmana: el alma argentina ensayó sus alas y su canto de pájaro silvestre en tu madero sonoro, y prolongó su sensibilidad por los nervios de tu cordaje, con cantos donde sintiose original, que es decir, animada por una vida propia. (El Payador, págs. 61-62)

Acerca del numen artístico del gaucho, el sociólogo y jurista argentino Carlos Octavio Bunge (1875-1918) dice:

"Poseía un espíritu contemplativo y religioso. Falto de escuelas, su filosofía era simple ciencia de la vida formulada en abundantes sentencias y refranes. (...)

Trovador de abolengo, habíase traído de Andalucía la guitarra, confidente de sus amores y estímulo de sus donaires. Sentado sobre un cráneo de potro o de vaca, bajo el alero del rancho o bien sobre las salientes raíces de un ombú, tañía las armónicas cuerdas para acompañar sus canciones dolientes o chispeantes, a cuyo ritmo bailaban los jóvenes. De este modo se unían en una sola manifestación, como en las culturas primitivas, las tres artes: danza, música y poesía. En la danza alternaban movimientos graciosos, casi solemnes, y alegres zapateos. En la música -cielitos, vidalitas, tristes, a veces no sin marcado sabor morisco-, recordaba las melodías populares de la bendita tierra de los claveles y las castañuelas. (...)

Era fértil en imágenes como los poetas orientales; casi no se expresaba más que con metáforas y en estilo figurado. Fácil lirismo tenía en el fondo del alma y el chascarrillo a flor de piel. Prolongaba inmensamente notas trémulas, vibrantes, cálidas, que se dirían nacidas, más que humano pecho, de las entrañas mismas de la Pampa, como por evocación divina." (Fragmentos del discurso pronunciado en la Academia de Filosofía y Letras, 1913)

Si bien la payada hoy en día en nuestro territorio -y hace ya un siglo- se desarrolla sobre ritmo de milonga, es sabido que originalmente los gauchos improvisaban sobre ritmo de cifra. Uno de los grandes intérpretes de música surera -la música de tradición campera que mejor ha sabido mantener el color de la estirpe gaucha-, don Argentino Luna, en una entrevista realizada por el músico Chango Spasiuk para el Canal Encuentro, decía que la cifra tenía un claro origen en el flamenco andalusí. Ahora bien, el escritor andalucista Blas Infante (1885-1936) sostiene que el término 'flamenco' proviene de la expresión árabe 'fellah min ghair ard', que significa 'campesino sin tierra'. Asimismo dice que muchos moriscos se integraron en las comunidades gitanas y supone que desde ese caldo de cultivo surgió el cante flamenco, como manifestación del dolor que ese pueblo sentía por la aniquilación de su cultura (cf. Orígenes de lo flamenco y secreto del cante jondo, 1929-1931). En su obra 'El Ideal andaluz' escribe: "(,..) estos moriscos, estos andaluces fieramente perseguidos, refugiados en las cuevas, lanzados por su sociedad española, encuentran en el territorio andaluz un medio de legalizar, por decirlo así, su existencia, evitando la muerte o la expulsión. Unas bandas errantes, perseguidas con saña, pero sobre las cuales no pesa el anatema de la expulsión y la muerte, vagan ahora de lugar en lugar y constituyen comunidades organizadas por caudillos, y abiertas a todo peregrino (...) Basta cumplir un rito de iniciación para ingresar en ellos. Son los gitanos (...) Hubo, pues, (el morisco) de acogerse a ellos. A bandadas ingresaban aquellos andaluces, los últimos descendientes de los hombres venidos de las culturas más bellas del mundo, ahora labradores huidos. ¿Comprendéis ahora por qué los gitanos de Andalucía constituyen, en decir de los escritores, el pueblo gitano más numeroso de la tierra? ¿Comprendéis por qué el nombre flamenco no se ha usado en la literatura española hasta el siglo XIX, y por qué existiendo no trascendió el uso general? Un nominador arábigo tenía que ser perseguido al llegar a denunciar al grupo de hombres, heterodoxos a la ley del estado, que con ese nombre se amparaban. Comienza entonces la elaboración del flamenco por los andaluces desterrados o huidos en los montes de África y España" (págs. 107-108). El Padre García Barroso también considera que el origen de la palabra flamenco puede estar en la expresión árabe usada en Marruecos 'fellahmengu', que significa 'los cantos de los campesinos' (cf. La música hispanomusulmana en Marruecos, Larache, 1941). Asimismo, Luis Antonio de Vega aporta las expresiones 'felahikum' y 'felahenkum', con en el mismo significado (cf. El origen del flamenco. El baile de los pájaros que se acompañan en sus trinos).

Con estos breves apuntes hemos querido sumar información sobre la indudable influencia que la cultura hispanomusulmana ha tenido en la forja de nuestra identidad tradicional argentina. Por esto, y en tanto que musulmanes argentinos, es nuestro deber conocer, respetar y amar nuestras señas culturales distintivas para así poder sanamente desarrollar nuestro espíritu en el marco de una experiencia islámica espontánea y natural.




[1] Así encontramos en un cantautor argentino contemporáneo, el gaucho y payador surero Alberto Merlo (1931-2012), una payada titulada ‘De pie forzado’, en la cual expone excelentemente este género de interpretación (en el disco ‘Paisano’).

miércoles, 28 de mayo de 2014

Consejos del Profeta: Aléjate del sectarismo

Bismillahi Rahmani Rahim

Hudhayfa bin Al Yaman (ra) narró: 'La gente solía preguntar al Mensajero de Dios (asws) sobre lo bueno y yo solía preguntarle por lo malo, por temor a que me alcance. Dije: "¡Mensajero de Dios! Nosotros estuvimos en la época de la Ignorancia y el mal; luego Dios nos trajo este bien (del Islam). ¿Vendrá, pues, después de este bien, algún mal (para los musulmanes)?". El Profeta (asws) dijo: "Sí". Yo dije: "¿Y después de ese mal vendrá algún bien?". Dijo: "Sí; pero estará marcado con pequeños rastros del mal". Dije: "¿Cuáles serán esos rastros?". Dijo: "Gente que dirigirá a los demás sin la guía que os dejaré; aprobaréis cosas de ellos y desaprobaréis otras". Dije: "¿Y después de ese bien vendrá algún mal?". Dijo: "Sí; predicadores a las puertas del Infierno. Quien los sigue será lanzado en él por ellos". Dije: "¡Mensajero de Dios! Descríbemelos". Él dijo: "Sí, son de nuestra raza y hablan nuestra lengua". Dije: "¿Y qué me ordenas si eso me alcanza?". Dijo: "Mantente con el grupo mayor de los musulmanes y con su Imam". Dije: "¿Y si no hay un grupo mayor ni un Imam entre los musulmanes?". Dijo: "Apártate, pues, de todas esas sectas, aunque tengas que morder la raíz de un árbol y te llegue la muerte en ese estado". 
(Hadiz Sahih transmitido por el Imam Al-Bujari)

miércoles, 21 de mayo de 2014

La Oración es el Mir'aj para los Creyentes

Bismillahi Rahmani Rahim

Astaghfirullah wa shukr Allah. Siempre estamos pidiendo el perdón de nuestro Señor por nuestros errores, y agradecemos a nuestro Señor Allah -swt- por habernos creado, haciéndonos de entre la humanidad y dándonos la Shahadat, por hacernos y contarnos entre los creyentes.

Ajir Zaman, los Últimos Días sobre la faz de esta tierra y el último momento para todo lo que Allah-swt- ha creado. Allah conoce el Día de la Creación, cuando comenzó a crear. Nosotros no lo sabemos. No podemos ubicar ese número en ningún cálculo. Pero Allah-swt- nos dice que llegará un día, el Qiyamat, el Último Día, para no sólo este mundo, sino para todo lo que Ha creado que el hombre puede ver y pensar y lo que no puede pensar. Todo tendrá un final y todo llegará para ser contabilizado, para ser juzgado. Para esto es que los creyentes se deben preparar a sí mismos. Y es un viaje tan largo.

Cuando alguien intenta viajar hacia algún lugar lo prepara todo, lo que le sea necesario. Nos debemos preparar para ese viaje, cualquiera sea nuestra necesidad en este mundo. Y será fácil de preparar cuando nos sometamos nosotros mismos a nuestro Señor, a nuestro Profeta (asws) y a aquellos que Allah-swt- ha elegido y seleccionado para nosotros diciéndonos: "Sigan a estos". Si les seguimos, entonces en corto tiempo debemos alcanzar ciertas estaciones con las que luego entenderemos cuál es el valor de este mundo y cuál es el valor de Ajirat. Cuando entendemos el valor de Ajirat, el valor de este mundo se convierte en cero en nuestros corazones. No nos volveremos locos por los beneficios de este mundo porque conocemos una realidad, que si no es hoy entonces mañana, si no es mañana entonces al otro día, si no es al otro día entonces un año después o diez años a partir de ahora o cincuenta años, la muerte nos llegará. No creo que nadie aquí vaya a vivir para ver otros cien años más. Así que conocemos esa realidad, que dentro de cien años nadie aquí permanecerá en este mundo. Todos se van a retirar de él. No sabemos cuánto tiempo queda para el Día del Juicio, pero debemos ver qué nos corresponde y cómo prepararnos a nosotros mismos.

Así que Allah-swt- sabe que las criaturas que Ha creado son débiles y que corren sin detenerse tras este mundo. Por esto es que Ha creado otros días especiales en el transcurso del año diciéndonos: "Observen cuidadosamente estos días. Muestren el correcto respeto a estos días y la recompensa que van a recibir en estos días puede que no la reciban en todas sus vidas con toda su adoración". Nos estamos aproximando a una noche muy valiosa. Insha'Allah ar-Rahman estamos poniendo la intención de que mañana a la noche es la noche del Mir'aj. Puede ser esta noche, mañana o al día siguiente. Tu intención debe ser sólida. Debes poner correctamente tu intención y decir: '¡Ya Rabbi! Quiero llegar a esa noche y quiero obtener las bendiciones de esa noche'.

Así que, ¿qué es el Mir'aj y qué es lo que nos da? El incidente sucedió entre Allah-swt- y Su Profeta (asws). Allah-swt- nos dice mediante el Sagrado Qur'an que en una parte de la noche hizo que Su Profeta (asws) se moviera desde Mecca hacia Qudus y desde Qudus (Masyid al-Aqsa) tomó a Su Profeta elevándolo, Mir'aj, hacia los cielos atravesando por todo lo que Allah Ha creado, atravesando todos los Paraísos, viendo qué sucede en el Paraíso, atravesando el Fuego, el Infierno, viendo qué sucede allí y atravesando todo lo existente, llegando al Sidrat-ul Muntaha donde se detiene toda la creación. Nada se mueve más allá de eso. Incluso Yibril (as) no se pudo mover más allá de eso diciéndole al bendito Profeta (asws): '¡Ya Muhammad! Más allá de esto es para ti. No se me da permiso para pasar una pulgada más allá de esto'. Cuando el Profeta (asws) le preguntó: "Ya Yibril, me has acompañado todo el trayecto desde Mecca llegando aquí arriba, ¿y me dejas sólo aquí? No conozco el camino". Le dijo: 'Ya Muhammad. Más allá de esto es sólo para ti, no para mí. Se me ha dado una orden estricta y mi Señor Allah-swt- dice: "Si cruzas más allá de este límite serás enviado a la no-existencia"'. Ya que la Nur y las luces que están llegando desde Allah-swt-, le dice a Su ángel: "Los elementos con los que te He creado no pueden soportar ver esa luz. Por eso serás enviado a la no-existencia. No volverás a ser creado jamás".

Yibril (as) representa la inteligencia y él dijo: '¡Ya Muhammad! La inteligencia me ordena, Allah lo ha ordenado y mi inteligencia dice: No cruces más allá de esto porque serás enviado a la no-existencia. No puedo pasar. Más allá de esto se te ha dado permiso a ti y tu Señor ya te ha preparado el transporte'. Los Awliya'Allah dicen que para llegar desde el Sidrat-ul Muntaha hasta la Presencia Divina transcurrieron cinco veces quinientos mil años. El bendito Profeta (asws) viajó desde ese punto hacia el otro punto. Tal vez fueron diez veces o tres veces de distancia, pero lo importante es que Allah-swt- tomó a Su Profeta (asws) desde Mecca en un tiempo muy reducido, en una noche, y ese tiempo reducido se convirtió en millones de años. Eso es Allah. No pienses en cómo sucede. '¿Cómo va a suceder?'. Si mediante la inteligencia puedes alcanzar el Sidrat-ul Muntaha, más allá no puedes. Más allá se acaba la inteligencia. Yibril (as) se detuvo allí porque la inteligencia se detiene allí, acaba. Más allá de eso, el bendito Profeta (asws) se movió mediante el corazón.

Antes de que el bendito Profeta (asws) comenzara a moverse desde Mecca tantos otros incidentes sucedieron allí en Mecca. No vamos a entrar en eso en este momento de Juma'a. Pueden leerlo en tantos otros libros, insha'Allah. Pero un incidente que ocurrió fue que llegaron los ángeles y abrieron el corazón del Profeta (asws), el pecho, y sacaron el corazón fuera. Ellos lo lavaron con lo que trajeron del Paraíso. Lavaron ese corazón y lo pusieron dentro nuevamente. Con lo que pusieron allí, ahora, el bendito Profeta (asws) era capaz de moverse más allá de ese punto. Como lo dicen los Awliya'Allah, todo el que vaya a entrar en el Paraíso debe hacerlo a través de un río, un río que da luz, atravesarlo y entrar. No podemos entrar al Paraíso con este cuerpo, pero cuando entramos a esa agua, esa agua va a cambiar este cuerpo, va a poner otros secretos en este cuerpo para entrar al Paraíso, insha'Allah ar-Rahman.

¿Qué nos da a nosotros? ¿Qué tenemos que entender cuando Allah-swt- lava el corazón de ese Profeta (asws)? Ese corazón era completamente puro. No había errores en él. Tenía sumisión completa hacia Allah-swt-. Este incidente sucedió muchos años después de que él declarara 'La ilaha illa Allah Muhammadur Rasulullah'. Por aquel entonces tantos enemigos del bendito Profeta (asws) le estaban atacando. Estaba casi completamente solo. Por entonces sólo un puñado de gente estaba a su lado. Y Allah-swt- lo tomó de Mecca llevándolo hasta Qudus. Allí, 124.000 profetas estaban listos para el Profeta (asws) y él hizo dos rakats de oración con ellos antes de ser elevado de la tierra a los paraísos. Hay otra señal que ahora Sheykh Maulana está poniendo en nuestros corazones de que esa elevación hacia los paraísos mediante la forma física debe ser desde Qudus. Tantas dudas tienen los Musulmanes de hoy en día diciendo: 'Oh, el Profeta fue allí en espíritu, mediante el sueño y no con el cuerpo'. Debe ser cuerpo y espíritu juntos. Si fue un sueño, entonces el tuvo ciento de miles de sueños. ¿Por qué tuvo que hablarnos de ese (Mir'aj)? El cuerpo, la forma física se movió. Allah-swt- lo movilizó desde Mecca hasta Qudus, y desde Qudus hasta Su Presencia Divina.

Cuando el bendito Profeta (asws) llegó al Mesyid al-Aqsa, 124.000 profetas estaban listos. Ellos le dieron bayat (juramento de lealtad) antes de que llegara al Paraíso. Aceptaron su Profecía. Todos los profetas llegaron y se marcharon (de este mundo) antes de que él llegara. Ellos aceptaron que él llagaría. Pero Allah-swt- los preparó allí para que aceptaran y dieran bayat a ese bendito Profeta (asws) antes de que comenzara ese viaje. Así que todas las naciones provenientes de aquellos profetas,- todos los profetas dieron bayat- y, por lo tanto, todas esas naciones dieron bayat al Profeta (asws), los creyentes, quienes creían en sus Profetas. Es una gran bendición para ellos. ¿Pero qué hay de nosotros? Y el bendito Profeta (asws) nos dice: "Si dos días son iguales, si para el creyente dos día son iguales, entonces el creyente está perdiendo". No debemos hacer que dos días sean iguales. Cada día que pasa deben progresar. Progreso no es sólo mediante el entendimiento mundano que 'Tenemos una habitación, hagamos otra habitación, hagamos otro edificio'. No. Te debes preparar a ti mismo, debemos preparar nuestros corazones quitando lo que es incorrecto y poniendo en el interior lo que es bueno como fue abierto el corazón del bendito Profeta (asws) y algo fue puesto en él, debemos preparar nuestros corazones y debemos prepararnos a nosotros mismos para estar listos para ese Mir'aj, para estar listos para esa elevación, porque lo que se le ha dado al bendito Profeta (asws) se le ha dado a su nación, se le ha dado a quienes están siguiendo sus pasos.

El incidente del Mir’aj fue causa de separación entre los creyentes y los incrédulos, entre los creyentes y los hipócritas. Cuando el Sagrado Profeta (asws) regresó contando lo que había sucedido, los incrédulos pensaron de que ahora tendrían una gran arma en sus manos y que habrían de utilizarla en todos lados y contra todos alrededor del Profeta (asws); ellos le dirían: “Estás loco”, y los Sahabas se alejarían de él. En ese momento hubo tantos creyentes que creyeron en Abu Yahil y en los demás que estaban atacando, y cambiaron su línea hacia el lado de los incrédulos. Hasta ese momento eran creyentes, pero cuando Abu Yahil llegó utilizando su propia inteligencia, diciéndoles: “Mirad, ¿es esto posible? Este hombre está loco. No lo sigáis más”, tantos empezaron a cambiar sus caminos. Mas ellos estaban buscando a los grandes que mantienen los pilares del Islam, y así llegaron hasta Abu Bakr. Dijeron: “Si también engañamos a éste, entonces todos los que están junto a él (el Profeta) van a abandonarlo.” Entonces fueron hasta Abu Bakr as-Siddiq y le dijeron: “Oh Abu Bakr, tu eres un hombre inteligente y ahora venimos a ti con inteligencia. Ese hombre que estás siguiendo, ahora, y aunque tú no lo has visto aun, dice que ha ido en Mir’aj en muy poco tiempo durante la noche y ha vuelto con todas esas historias. ¿Qué dices de esto? Eres un hombre inteligente." Les dijo: “Si él lo dijo, lo acepto. No necesito escucharlo. ¿Ustedes dicen que él dijo eso?” Respondieron: “Asi es”. Él les dijo: “Entonces lo acepto porque ahora tengo evidencia suficiente para entender que Allah no tiene limitaciones para ese Profeta (asws). Él es un Profeta.” Alhamdulillah. Por esta razón a Abu Bakr se le dio el título de “Siddiq”, “el más veraz”. Alhamdulillah. Estamos siguiendo su camino. Estamos siguiendo el Camino Naksibendi, que es el Camino Siddiqi, el camino que proviene de Abu Bakr y llega hasta nuestro tiempo.

Debemos corregirnos a nosotros mismos, especialmente en estos días y especialmente en estas noches debemos dejar la necedad a un lado, debemos dejar a un lado los deseos egoístas incorrectos, a un lado los caminos egoístas incorrectos y debemos pedir a nuestro Señor Allah: '¡Ya Rabbi! Te pedimos perdón por cada error que estamos cometiendo. Sabemos que no hemos llegado a ningún lado. Todo lo que estamos haciendo no se ajusta a tu Presencia Divina. Acepta este servicio débil, haznos mejores, buenos, y cuéntanos entre ellos'. Debemos pedir. Esto también es algo que la nación, que la Ummat ha perdido. No están pidiendo. Solíamos ir a las mezquitas y ver gente anciana sentada durante horas abriendo sus manos, llorando y pidiendo. Cuando éramos jóvenes decíamos '¿Por qué estos hombres lloran y piden tanto? ¿Qué piden? ¿Qué quieren?'. Ellos no querían nada mundano. Y ellos eran correctos que pasaban toda su vida en las mezquitas. Eso es lo que supimos. Ellos se sentaban allí durante horas y horas, pidiendo y llorando.

Esto es lo que hemos perdido. Sheytán nos engaña. Sheytán nos dice: 'Ah, la misericordia de Allah está allí. No te preocupes'. Luego Allah nos dice mediante otra ayat: "Ese sheytán les viene con la misericordia de Allah. No sean engañados con eso". Tú tienes que hacer lo que te corresponde. Debes cumplir con lo que te ha sido dado. Si no lo estás cumpliendo entonces no tienes derecho de esperar la misericordia de Allah, porque no estás pidiendo y no te estás preparando. El hombre puede hacer todo tipo de cosas incorrectas pero si su corazón está en el camino correcto y está intentando hacer lo mejor todo el tiempo, yendo afuera, haciendo cosas incorrectas, y luego yendo a la Presencia de Allah diciendo: '¡Ya Rabbi! Soy alguien débil. Por favor, perdóname'. Ese puede esperar y aguardar por misericordia. Pero ellos ni siquiera se molestan en pedir, ni siquiera se molestan en decir: '¡Ya Rabbi! Perdóname'. Especialmente en estos días, cuando le hablas a la gente diciéndole: '¿Por qué no pides? ¿Por qué no pides perdón?' Dicen: 'No he hecho nada malo. ¿Por qué debo pedir perdón? Estoy bien. No molesto a nadie. No estoy haciendo esto y no estoy haciendo aquello'. Hmm. Eso nos es suficiente.

Así que debemos tomar a los antiguos como ejemplo. Cuando vemos sus vidas y las comparamos con nuestras vidas entonces vemos que hay una distancia de millones de años entre nosotros y ellos. Ellos no vivieron por este dunya. Vivieron para Ajirat. Vivieron por Allah-swt- y Su Profeta (asws). Contemplaron todo y cada paso correctamente, y aún así estaban sentados allí pidiendo. Esa es la señal de la servidumbre. El siervo debe pedir.

En ese Mir'aj, Allah-swt- nos está dando una gran bendición, a la nación de Muhammad (asws). Una gran bendición. La misericordia y las bendiciones se le han dado a toda la nación, a Muhammad (asws) y a todos aquellos que vienen después. Son las cinco oraciones diarias.

(...)
¿Qué es lo que nos dice el bendito Profeta (asws)? Nos dice: "El Mir'aj de un creyente es su oración". Así que cuando estás en oración estás llegando al Mir'aj, y (negando la oración al no hacerla) estás pidiendo no llegar al Mir'aj. Eh, ¿si no estás llegando al Mir'aj entonces dónde vas a estar? En la suciedad de este mundo. Nunca vas a ser capaz de separarte a ti mismo desde este dunya hacia Ajirat.

Sin embargo la vida pasa. Cada día que transcurre nos estamos haciendo más viejos. Tengo mi fotografía allí. Veo mi fotografía y no fue tomada ni siquiera hace diez años atrás. No hace diez años. Toda mi barba estaba completamente negra. No tenía ni un pelo blanco. Ahora está casi completamente blanca. Huh. No necesito que nadie me recuerde que Azrail está esperando aquí (Sheykh Effendi señala su cuello). Así que entonces este mundo no pude engañarte porque no estás corriendo tras este mundo. No debes correr tras este mundo, sino que te tienes que preparar a ti mismo desde temprana edad. Lentamente te tienes que deshacer de los deseos del mundo y entender que has sido creado para el servicio de Allah-swt-.

Así que Allah-swt- está bendiciendo a esta nación, bendiciendo a la Ummat con las cinco oraciones diarias. ¡Comprende la realidad! La oración fue una obligación para todo profeta anterior. Todos los profetas, desde Adam (as) hasta Isa (as), rezaban, sus naciones no. No era una obligación para sus naciones. Pero era una obligación para los profetas. Quienes llegaban a estaciones elevadas y corrían tras sus profetas, rezaban. Antes de ese incidente (Mir'aj), el bendito Profeta (asws) rezaba. Abu Bakr Siddiq (ra) y los demás, rezaban con él. Ellos eran poderosos. Ellos no querían que les llegara la orden directamente. Dijeron: '¿Qué sucederá si lo hacemos? No vamos a perder nada. Sólo estaremos copiando a nuestro Profeta (asws). El Profeta ha dado la orden de hacerlo, así que nosotros también tenemos que hacerlo'. Esto es tras lo que corrieron para hacer. Los débiles no lo hacían.

Entonces Allah-swt- nos envió bendiciones, diciéndonos: "Recen. Vengan a Mi Presencia cinco veces al día. Ese es el momento en el que los limpiaré. Cada vez que dicen 'Allahu Akbar', les quita todo lo incorrecto que han hecho entre una oración y otra. Cuando vienen a Mi Presencia y dicen 'Allahu Akbar', todo lo incorrecto que han hecho hasta ese momento caerá de sus cuerpos como hojas que se desprenden de los árboles. Así que se volverán completamente limpios. Cuando se levanten para nuevamente marcharse de allí, estarán limpios. Marchan fuera y hacen cosas incorrectas nuevamente, regresen otra vez a la Presencia Divina (mediante la oración)".

La oración es (una puerta de acceso hacia) la Presencia Divina para los creyentes. Cuando los creyentes levantan sus manos de este modo y las ponen hacia atrás (movimiento realizado durante el takbir), quiere decir: '¡Ya Rabbi! Estamos arrojando detrás nuestro todo este dunya y permanecemos justo frente de Ti.  Tú nos estás observando y nos estás viendo. Somos siervos sencillos y humildes. Acepta esto'. Cuando lo miras de ese modo, entonces es una bendición. Cuando lo miras de otro modo, entonces lloras diciendo: '¡Quita de aquí esta oración, no cincuenta, ni siquiera cinco veces al día!'.

Y es algo triste de decir, que los líderes musulmanes estén diciendo esto en estos días. No los musulmanes, sino los líderes están diciendo esta clase de historias, que ellos hicieron un encuentro interreligioso, que el Profeta (en su ascenso a los cielos, y luego de que Allah le ordenara realizar cincuenta oraciones diarias) le pidió consejo a Musa (as). No sabía nada. Entonces Musa (as) le aconsejaba. ¿Pero acaso no sabes que antes de que llegara allí, Musa (as) estuvo abajo, en Qudus, rezando detrás del Profeta (asws)? ¿Tú crees que el Profeta no lo sabía? Sí, el Profeta (asws) lo sabía todo. Si alguien dice que el Profeta no lo sabía, ¿entonces necesitas tomar consejo de ese? ¿Quién es el Habibullah: Musa o Muhammad? Musa (as) es el Kalimullah. Él es Kalimullah pero Allah-swt- no le habló directamente. Le habló desde el árbol. Allah tomó al Profeta (asws) hacia la Presencia Divina, frente a Él. Él dice en el Sagrado Qur'an que llegó tan cerca como dos palmos juntos que se acercan. ¿Cuál es el significado de eso? ¿Cómo lo entenderás mediante la mente? Y Allah-swt- le dio a ese Profeta (asws) cincuenta oraciones por día porque la razón de ser del hombre es adorar a Allah. Nada más. Cincuenta veces. Cuando el Profeta (asws) estaba descendiendo, entonces Allah-swt- dijo: "Ya Muhammad, todo el que mantenga estas cinco oraciones diarias, le daré la recompensa como si lo hiciera cincuenta veces diarias".

Alhamdulillahi Rabbil Alamin. Debemos entender esto. No debemos volvernos débiles en nuestras oraciones. No escuches a nadie. Si alguien te dice: 'Deja tu oración', ese es socio de sheytán. Sheytán no quiso hacer oración, no quiso hacer saydah y se volvió sheytán. Fue pateado lejos de la Presencia Divina. Allah-swt- nos dice: "Vuestro valor para Mí solamente llega tanto como os acerquéis a Mí. Y la manera más fácil de llegar cerca de Mí es mediante la oración, mediante vuestra intención y mediante vuestra sinceridad". Deben mantener eso. Acerca de la oración, el bendito Profeta (asws) nos dice: "El signo de un creyente y el signo de un munafiq (hipócrita) se distingue mediante las oraciones". Entre los creyentes había munafiqs. Dijo: "Esos (los hipócritas) sólo vienen a la oración cuando quieren mostrarse al mediodía y por la tarde. No los verás ni en la mañana (para el fajr) ni para el momento del Isha. Esa es la señal de los munafiqs".

Debemos juntarnos para la oración del Fajr. Eso es lo más importante. Lo más importante es mantener juntos la oración del Fajr. Si mantienen juntos la oración del Fajr, entonces durante el día te puedes olvidar aquí y te puedes olvidar allí, pero has hecho al rey de las oraciones. Y Allah-swt- lo hace tan fácil. Dos rakats en la mañana. Dos rakats diciendo: "Vengan a Mi Presencia y les concederé lo que necesiten diariamente. Mantenedme cono prioridad. Ponedme por encima de todo temprano por la mañana y entonces luego arreglaré vuestros trabajos. Ustedes corren y todo les funcionará".

Todo el que lo mantenga de ese modo debe chequear sus calendarios. Debes volver en los días, mirar y entender que en los días que hiciste sinceramente dos rakats por la mañana (oración de Fajr), vas a ver que el día corrió por ti. Ese día funcionó para ti. Pero el día en el que no corremos sinceramente y sólo tenemos dudas, ese día puede tener altos y bajos. No importa. Aún así tenemos que llegar a la Presencia (de Allah).

La oración es una bendición para la nación. Mediante la oración, Allah-swt- nos da lo que Él ha dado, lo que Él ha concedido como presentes a Sus Profetas, y, mediante esas oraciones, insha'Allah ar-Rahman, cuando nos corregimos a nosotros mismos, cuando corregimos nuestra espiritualidad, nuestros corazones, nuestros espíritus, cuando tomamos el control de nuestro ego en nuestras manos, entonces podremos desaparecer de la fila de oración y puede que también alcancemos la Presencia Divina. Allah-swt- es el Más Misericordioso y el Más Poderoso.

Wa min Allahu Tawfiq.


Jutbah dada por Sheykh Abdul Kerim al-Hakkani el 23 de Rajab de 1427 (18 de agosto de 2006) en la Osmanli Naksibendi Dergahi del Siddiki Center en New York.  

domingo, 18 de mayo de 2014

Acerca de la licitud del canto y la música según el Fiqh del Islam

El gran jurista andalusí Ibn Hazm de Córdoba refuta a aquellos que afirman la ilicitud de la música instrumental.

En el nombre de Allah, Clemente y Misericordioso.

Allah bendiga y salve a nuestro señor Muhammad, a su Familia y a sus Compañeros.

Dice Abû Muhammad Ibn Hazm: Alabado sea Allah, Señor de los mundos. La recompensa será para los hombres piadosos. No habrá dureza más que para los injustos. Allah bendiga a Muhammad, sello de los Profetas.

Y después:

Allah te asista, y también a mí, con Su favor, y nos ayude con Su gracia para reconocer Sus verdades. Tú deseas que te explique si el canto con música instrumental es lícito o ilícito, puesto que nos han llegado algunas tradiciones (ahâdîz) que lo prohíben y otras que lo permiten. Voy a exponer las tradiciones que lo prohíben y señalaré los defectos de que adolecen (‘ilal), y luego registraré las tradiciones que lo permiten y demostraré su autenticidad, si Allah quiere, pues Allah es el que ayuda a encontrar la verdad.

Las tradiciones que lo prohíben son éstas:

1. La que transmitió Sa’id ibn Abí Razin, tomada de su herma no; quien la recibió de Layz ibn Abi Salim, y éste de ‘Abd ar-Rahmân ibn Sábit, y éste de ‘Aisha Madre de los creyentes, y ésta del Profeta - sobre él sea la paz -, quien dijo: Allah ha prohibido las cantoras, ha prohibido venderlas, pagarlas, enseñarles el canto y escucharlas.

2. Transmitió Láhiq ibn Husayn ibn ‘Umar, que Ibn Abû-l-Ward al-Maqdisi refirió lo siguiente: Nos contó Abú-l-Murayyá Dirár ibn Ali ibn ‘Umayr, el qádi al-Yayláni, quien lo tomó de Ahmad ibn Said, y éste de Muhammad ibn Kutayyir al-Himsi, y éste de Faray ibn Faddála, y éste de Yahyá ibn Sa’id; y éste de Muhammad ibn al-Hana Fiyya, y éste de ‘Ali ibn Abi Tálib, lo siguiente: Dijo el Mensajero de Allah: Cuando mi nación practique quince cosas que acarrean la ruina, es decir: cuando sea el dinero todopoderoso; y la lealtad perseguida; y el diezmo forzado; y el hombre se humille a su esposa, y desobedezca a su madre y maltrate a su padre; y se alcen las voces en las mezquitas; y el príncipe del pueblo sea el mayor malvado; y se honre a un hombre por temor al daño que pueda hacer; y se vistan de seda; y se utilicen cantoras e instrumentos musicales; y cuando el último de esta nación maldiga al primero de ella: entonces serán castigados con un viento rojo, transformados en monstruos y aniquilados.

3. Transmitió Abú ‘Ubayda ibn Fudayl ibn ‘Iyád, tomándolo de Abú Said, mawlá de los Banú Hásirn, llamado ‘Abd al-Rahmán ibn ‘Abd Alláh, quien lo recibió de ‘Abd al-Rahmán ibn al-Alá, y éste de Muhammad ibn al-Muháyir, y éste de Kaysán, mawlá de Muáwiya, y éste de Muáwiya, que el Mensajero de Allah - Allah lo bendiga y salve - prohibió nueve cosas, entre ellas el canto (al-giná), el llanto de plañideras, la reproducción de figuras, la poesía, el oro, las pieles de animales, la seda gruesa y la seda fina.

4. Transmitió Salám ibn Miskin, tomándolo de un shaykh que conoció a Ibn Masúd, lo siguiente: El canto (al-giná) engendra descreimiento hipócrita (nifáq) en el corazón.

5. Transmitió ‘Abd al-Malik ibn Habib, tomándolo de ‘Abd al ‘Aziz al-Andalusi, quien lo había recibido de Ismáil ibn Ayas, y éste de Ali ibn Zayd, y éste de al-Qásim, y éste de Abú Umámá, que había oído al Mensajero de Allah decir lo siguiente: No es lícito instruir a las cantoras, ni venderlas, ni comprarlas, ni utilizarlas, pues el lucrarse con ellas es cosa prohibida. Allah reveló esto en Su Libro cuando dice: «Entre los hombres, hay algunos que, faltos de conocimiento, compran relatos de recreo para extraviar a otros del camino de Allah» (Qur’an, 31:5). Y por Aquél en cuyas manos está mi alma, siempre que un hombre levanta su voz con el canto, le acometen dos demonios que con sus pies le golpean pecho y espalda hasta que se calla.

6. También según ‘Abd al-Malik ibn Habib, quien lo había tomado de al-Uwaysi, y éste de ‘Abd Alláh ibn ‘Umar ibn Hafs ibn ‘Asim, el Mensajero de Allah había dicho: Ciertamente el oído del cantor está en la mano de un demonio, que le hace temblar, hasta que se calla.

7. También según ‘Abd al-Malik ibn Habib, quien lo tomó de Ibn Muin, y éste de Músá ibn Ayan, y éste de al-Qásim, y éste de Abú Umáma, el Mensajero de Allah había dicho: Ciertamente Allah prohibió instruir a las cantoras, comprarlas, venderlas y comer con el producto de su precio.

8. Bujári registra lo siguiente: Refiere Hisám ibn ‘Ammár, quien lo tomó de Sadaqa ibn Jálid, y éste de ‘Abd al-Rahmán ibn Yazid ibn Yábir, y éste de ‘Atiyya ibn Qays al-Kilábi, y éste de ‘Abd al-Rahmán ibn Gánim al-Ashari, y éste de Abú ‘Amir o Abú Málik al-Ashari, quien había oído al Profeta - sobre él sea la paz - decir lo siguiente: Ciertamente, en mi nación, existirán algunas gentes que considerarán lícito el uso de la seda gruesa, la seda fina, el vino y los instrumentos musicales.

9. Transmitió Ibn Sufyán, quien lo recibió de Ibráhim ibn ‘Utmán ibn Said, y éste de Ahmad ibn al-Gamr ibn Abi Hammád, en Emesa, y de Yazid ibn ‘Abd al-Samad, y estos dos de ‘Ubayd ibn Hishám al-Halabi, apellidado Abú Nu'aym, y éste de ‘Abd Alláh ibn al-Mu bárak, y éste de Málik, y éste de Muhammad ibn al-Munkadar, y éste de Anas, que el Mensajero de Allah había dicho: Aquél que escuche a una cantora (qayna), sepa que, el día del juicio, se derramará plomo derretido en sus oídos.

10. También según Ibn Shabán, que lo tomó de su tío, y éste de Abú ‘Abd Alláh al-Dawri, y éste de ‘Ubayd Alláh al-Qawáriri, y éste de ‘Imrán ibn ‘Ubayd, y éste de ‘Atá ibn al-Sáib, y éste de Said ibn Yubayr, y éste de Ibn ‘Abbás, quien comentando las palabras de Allah -glorificado y ensalzado sea-: «Entre los hombres, hay algunos que compran relatos de recreo para extraviar a otros del camino de Allah», había dicho: Se trata del canto (al-giná) .

11. Transmitió Abú Bakr ibn Abi Sayba, tomándolo de Zayd ibn al-Habbáb, y éste de Muáwiya ibn Sálih, y éste de Hátim ibn Hurayz, y éste de Málik ibn Abi Maryam, quien dijo: Vino a vernos ‘Abd al Rahmán ibn Gánim y nos refirió que les había contado Abú Málik al-Mari que había oído al Profeta -sobre él sea la paz- decir lo siguiente: Gentes hay en mi nación que beben vino dándole otro nombre, que tocan instrumentos musicales sobre sus cabezas, y utilizan cantoras (al-qaynát), y por los cuales Allah arrasará la tierra.

12. También transmitió que Allah -ensalzado sea- ha prohibido dos voces malditas: la voz de la plañidera y la voz de la cantora (muganniya).

En todo esto no hay nada de verdad, pues son relatos apócrifos: Por lo que se refiere a la tradición de ‘Aisha -Allah esté satisfecho de ella- n° 1, la transmite Said ibn Razin, que la tomó de su hermano, y nadie sabe quién ha sido ninguno de los dos.

En la tradición de ‘Ali -Allah esté satisfecho de él- n° 2, todos los transmisores citados hasta Yahyá ibn Said no se sabe quiénes han sido. En cuanto a Yahyá ibn Sa’id, no transmitió ni una palabra de Muhammad ibn al-Hanafiyya, pues no le alcanzó.

En la tradición de Ibn Masúd -Allah esté satisfecho de él- n° 4, se alude a un Shaykh que no se nombra y al que nadie conoce. En la tradición de Muáwiya, n° 3, se cita a un Kaysán que no se sabe quién es, y a Muhammad ibn Muháyir que es dudoso (daif). En ella se prohíbe también la poesía, la cual era cosa permitida.

Las tradiciones de ‘Abd al-Malik ibn Habib n° 5, 6 y 7, todas ellas son falsas (hâlika). En la de Abû Umáma, n° 5, se cita a Ismáil ibn Ayash, que es dudoso (daif), y a al-Qásim citado también en la n° 7 a quien le ocurre lo mismo.

La tradición aducida de al-Bujári, n° 8, no la registra este autor con el isnâd reglamentario, pues se limita a decir: «Refiere Hishám ibn ‘Ammár...» y luego sigue hasta Abû ‘Amir o hasta Abû Málik, y no se sabe quién es este Abû ‘Amir.
Las tradiciones de Ibn Shabán, n° 9 y 10, son falsas (hâlika): la de Anas, n° 9, es recusable (baliyya) porque se transmite por desconocidos, y no fue nunca transmitida por los discípulos fidedignos de Málik. La segunda tradición, se registra como procedente de Makhúl quien la había recibido de ‘Aisha, cuando aquél jamás alcanzó ni conoció a ésta; por otra parte, existen en él transmisores desconocidos como Hâshim ibn Násih y ‘Umar ibn Músá; además, está truncado.  La tercera, n° 10, viene tomada de Abú ‘Abd Alláh al-Dawri, que no se sabe quién es.

En la tradición de Ibn Abi Shayba, n° 11, aparecen Muáwiya ibn Sálih, que es dudoso (daif), y Málik ibn Abi Maryam que no se sabe quién es.

En cuanto a la prohibición de las dos voces, n° 12, no se sabe quién la ha transmitido.

Así, cae absolutamente todo lo que afecta a este capítulo.

Por lo que toca a la explicación dada a las palabras de Allah -ensalzado sea- nº 10: “Hay algunos hombres que compran relatos de recreo...”, diciendo que aquí se trata del canto (al-giná), tal interpretación no procede del Mensajero de Allah, ni se atestigua en ninguno de sus Compañeros; únicamente es la opinión de un comentarista que no aporta ninguna prueba documental a su criterio, y lo que así se dice no es aceptable. Pero, aunque fuera cierto, no habría que entender que alude sólo al canto, pues Allah -ensalzado sea- sigue diciendo: “... para extraviar a otros del camino de Allah”; y todo lo que puede provocar este extravío es una ofensa y un delito, aunque se trate de la compra de un libro sagrado o de la enseñanza del Al-Qur’ân. En Allah está el remedio.

Pero no hay nada de cierto en ello, pues Allah -ensalzado sea- ha dicho: «Ya se os ha explicado con detalle lo que se os ha prohibido» Qur’án, 6: 119. También ha dicho -ensalzado sea-: «Él es quien creó para vosotros todo lo que existe en la tierra» (2:27). Y el Mensajero de Allah, en la línea de Sad ibn Waqqás, línea sólida, ha dicho: «La mayor parte de los musulmanes que cometen negligencias, son los que preguntan por algo que no está prohibido y queda prohibido por causa de su pregunta».

Queda claro, pues, que todo lo que Allah -ensalzado sea- nos prohibió, nos lo ha explicado con detalle, y que aquello cuya prohibición no nos consta detalladamente, está permitido.

Muslim ibn al-Haÿÿâÿ registra la siguiente tradición tomada de Harún ibn Said al- Ayli, quien la recibió de ‘Abd Alláh ibn Wahh, y éste de ‘Amr ibn al-Háriz, y éste de Ibn Shiháb y éste de ‘Urwah az- Zubayr, y éste de ‘Aisha, Madre de los Creyentes, según la cual, Abû Bakr entró a verla en los días de Miná, cuando con ella estaban dos esclavas cantando y tañendo, mientras el Mensajero de Allah estaba arrebozado en su manto; Abû Bakr quiso arrojar de allí a las esclavas, pero el Mensajero de Allah se destapó y dijo: ¡Déjalas, Abú Bakr, que son días de fiesta!

También registra Muslim, procedente de ‘Amr ibn al-Háriz, quien lo tomó de Muhammad ibn ‘Abd ar-Rahmán, y éste de ‘Urwa, y éste de ‘Aisha, que ésta refirió lo siguiente: Entró el Mensajero de Allah, cuando dos esclavas estaban cantando una canción excitante, y se acostó en el lecho volviendo la cara; entonces entró Abú Bakr, quien me reprendió, diciendo: ¡El canto de Satán en la casa del Mensajero de Allah! - Pero éste se volvió a él y le dijo: ¡Déjalas!

Si se dice que Abú Usáma transmitió esta tradición tomándola de Hishám ibn ‘Urwa, que éste había tomado de su padre y en la que dice: «No eran cantoras», se puede replicar que ‘Aisha dice que «cantaban» (tuganniyáni), con cuya palabra se documenta el «canto» (al -giná) de ellas, aunque no fueran propiamente «cantoras», es decir, «expertas» en el canto; y el Mensajero de Allah, al oír decir a Abû Bakr: «El canto de Satán», desaprobó sus palabras, pero no desaprobó el canto de las dos esclavas. Esta es la prueba que nadie ha contradicho y que siempre se ha considerado auténtica.

Transmitió Abú Dáwúd al-Siÿistáni, tomándolo de Ahmad ibn ‘Ubayd al-‘Adáni, quien lo había recibido de al-Walid ibn Muslim, y éste de Said ibn ‘Abd al-‘Aziz, y éste de Sulaymán ibn Mûsá, y éste de Náfî’, quien refirió lo siguiente: Oyó Ibn ‘Umar una flauta y puso sus dedos sobre sus oídos, apartándose del camino, y luego dijo: Nafî’, ¿oyes algo? - Contestó éste: No. - Entonces levantó sus dedos y dijo: Estuve con el Mensajero de Allah y oyó algo igual a esto, y obró de forma igual a ésta. Si hubiera sido una negligencia, el Mensajero de Allah no hubiera permitido a Ibn ‘Umar escucharlo, e Ibn ‘Umar tampoco hubiera permitido a Náfi’ escucharlo. Sin embargo -sobre él sea la paz- repugnaba para sí todo lo que no fuera acercarse a Allah, como repugnaba el recostarse para comer, el enjugarse con su ropa después de lavarse y de perfumarse, el poner cortinas de brocado sobre la puerta de ‘Aisha o sobre la puerta de Fátima -Allah esté satisfecho de ellas-, y como repugnaba en extremo -sobre él sea la paz- que en su casa hubiera un dinar o un dirham. Únicamente su misión -sobre él sea la paz- fue prohibir lo reprobable y ordenar el bien. Si aquello hubiera sido una negligencia, no se hubiera limitado -sobre él sea la paz- a taparse los oídos, sin ordenar que se suprimiese, prohibiéndolo. Pero no hizo -sobre él sea la paz- nada de eso, sino que lo dejó seguir y él se alejó. Está claro, pues, que es cosa lícita, aunque el abstenerse sea más meritorio, como ocurre con las demás cosas superfluas pero lícitas del mundo, sin ninguna diferencia.

Transmitió Muslim ibn al-Haÿÿâÿ, tomándolo de Zuhayr ibn Harb, quien lo había recibido de Yarir ibn Hishâm ibn ‘Urwa, y éste de su padre, y éste de ‘Áisha, la cual refirió lo siguiente: Un grupo de abisinios comenzaron a danzar en la mezquita, un día de fiesta; el Mensajero de Allah me llamó, puse mi cabeza sobre su hombro, y comencé a mirar a sus juegos de danza, hasta que fui yo la que tuve que retirarme con él cesando de mirarlos.

Transmitieron Sufyán az-Zawri y Shuba, tomándolo ambos de Abû Isháq al-Sabii, y éste de ‘Amir ibn Sad al-Baÿali, quien refirió lo siguiente: Abû Masûd al-Badri, Qurza ibn Kab y Zábit ibn Çayd, estaban en al-‘Aris, y entre ellos sonaba el canto (giná). Yo les dije: ¿Cómo es esto, siendo vosotros Compañeros del Enviado de Allah? -Y contestaron: Ciertamente se nos ha permitido el canto (al-giná) en las bodas y el llanto sin plañideras sobre los muertos.- Únicamente difieren en que Shuba trae “Zábit ibn Wadia” en lugar de “Zábit ibn Çayd”, y no menciona a «Abú Masûd».

Transmitió Hishâm ibn Çayd, tomándolo de Hassán, y éste de Muhammad ibn Sirin, quien refirió lo siguiente: Un hombre vino a Medina por esclavas, y se alojó en casa de Ibn ‘Umar, pues había entre ellos quien tenía una esclava que tocaba instrumentos musicales. Llegó un hombre con él que estuvo regateando el precio, sin llegar a un acuerdo, y entonces dijo Ibn ‘Umar: «Vámonos a ver otro hombre que será más propicio que éste en la venta». Fueron a ‘Abd Allah ibn Yafar, quien les mostró las esclavas, y ordenó a una de ellas: «¡Empieza la música!».  Ella comenzó a hacerlo hasta que Ibn ‘Umar sospechó que aquello iba dirigido a él, y dijo: «¡Basta ya! ¡Todo el día con el canto de Satán!».  Y se concertó la venta. Luego volvió aquel hombre a Ibn ‘Umar y le dijo: «¡Oh Abû ‘Abd ar-Rahman! He sido estafado en novecientas dirhams».  Entonces vino Ibn ‘Umar con aquel hombre al vendedor, y le dijo: «Este ha sido estafado en novecientos dirhams, de modo que, o se los das o se devuelve la compra». Y contestó: «Bien; se los daré».  Así pues, ‘Abd Alláh ibn Yafar y ‘Abd Alláh ibn ‘Umar -Allah esté satisfecho de ellos- escucharon el canto con laúd; aunque Ibn ‘Umar repugnaba las cosas que no eran serias, no prohibió el canto, e incluso intervino en la compra de una cantora (muganniya), como ves; si hubiera sido ilícito, no lo habría permitido, de ninguna manera.  Si alguien arguye que Allah -ensalzado sea- ha dicho: «¿Qué hay más allá de la Verdad, sino el extravío?» (10:33), y entendiera que en éste entra el canto (giná), se le podría replicar: ¿Y dónde entra el solazarse en los jardines, el teñir de colores las ropas y todo lo que es cosa de recreo?

Dijo el Mensajero de Allah: Las obras se valoran según las intenciones, y a cada hombre se le juzgará según la intención que haya tenido. Así pues, quien escucha el canto con la intención de usarlo para cometer un pecado es un pecador; esto se aplica también a otras acciones fuera del canto; mientras que quien escucha el canto para refrescar su alma y así ganar fuerzas para cumplir con su deber hacia Allah y hacer buenas obras, es un siervo de Allah bueno y obediente. Y aquel que escucha el canto sin intenciones de obediencia ni desobediencia está haciendo algo neutro e inofensivo, que es similar a ir al parque a pasear, pararse junto a una ventana y mirar el cielo, vestir ropas azules o verdes, etc. Abû Hanifa ha dicho: A quien roba una flauta o un laúd, se le corta la mano, y quien los rompe debe pagarlos. No se puede prohibir ni permitir nada sino con un texto de Allah -ensalzado sea- o de su Mensajero -sobre él sea la paz-, porque está informado por Allah -ensalzado sea-, y no es lícito aportar información procedente de Él -ensalzado sea- sino con un texto sobre el que no exista ninguna duda, pues el Mensajero de Allah ha dicho: «Aquél que mienta sobre mí, intencionadamente, tiene preparado su asiento en el infierno».

***

Dijo Abû Bakr ‘Abd al-Báqi ibn Burriyál al-Hiÿári -Allah esté satisfecho de él-: Cierto principal personaje me contó lo siguiente: Tomé el ejemplar que contiene las tradiciones aducidas sobre el vituperio del canto (al-giná) y la prohibición de vender las cantoras (al-muganniyât); y lo que sobre ellas dice Abû Muhammad ibn Hazm -Allah esté satisfecho de él-, y lo llevé al imâm y al-faquí Abû ‘Umar ibn ‘Abd al-Barr, y se lo confié durante unos días rogándole que lo revisara detenidamente; el ejemplar quedó en su poder unos días, al cabo de los cuales volví a él y le dije: ¿Qué hiciste con el ejemplar? - Y contestó: «Lo he examinado, y no veo que haya en él cosa que añadir ni quitar».

Wa min Allahu Tawfiq.

***

Ibn Hazm de Córdoba (m. 1064) es una figura de primer orden, a la vez típica y singular, del Islam andalusí bajo los últimos Omeyas, a quienes su familia y él mismo estaban vinculados, y durante el confuso y fecundo período de los Reyes de Taifas, cuya fragmentación política no fue en detrimento del desarrollo cultural de al-Andalus.

Autor juvenil de una obra sobre el amor profano, este autor prolífico, fogoso y apasionado, que se ocupó de moral y de historia, ha dejado sobre todo su huella en el campo del pensamiento y de las ciencias del Islam.

Erudito competente, aunque parcial; crítico enterado de ciertos temas, pero a menudo injusto; polemista de pluma acerba; discutidor de dialéctica temible para sus coetáneos, este personaje con carácter de una pieza ha representado casi solo, dentro de la escuela málikí, la escuela zâhirí o « literalista », fundada en Oriente unos dos siglos antes y condenada a desaparecer no mucho después de este brillante respiro.


Como para Ibn Hazm la verdad es una, el verdadero saber ha de ser también uno, aunque sus métodos difieran, según se refiera a la naturaleza (tabâ'i`) o a la ley (sharâ'i'), ya que en el primer caso bastan la experiencia y la razón, mientras que en el segundo caso todo queda incluido en los nusûs o «textos formales» (Corán y Hadiz), cuyo único complemento válido es el «consensus» (iÿmâ`) de los primeros musulmanes. Desde luego, la Naturaleza es fija y definitiva, en tanto que la Ley ha sufrido, hasta la desaparición del Profeta, cierto número de abrogaciones. Pero, igual en un caso que en otro, el objeto del conocimiento es ya para siempre un todo acabado: «La verdad es que no hay nada en la parte del mundo perceptible por la razón que escape a la razón (`aql), y que no hay nada en la Ley islámica que escape a la transmisión (sam')». Lo mismo en el dogma o en el derecho que en las ciencias no hay más que lo verdadero o lo falso, aunque no siempre lo captemos con seguridad, como ocurre con el testimonio o con las tradiciones por una sola vía. El hombre, el creyente, es el que debe esforzarse por conseguir una información lo más completa posible. La comprensión inteligente y directa de la documentación islámica tradicional, que es clara (wâdih, bayyin) cuando se la toma en su sentido obvio (zâhir), no debería en modo alguno prestarse a interpretaciones divergentes, y, como además está prevista para su uso en el presente y en todo el futuro de los hombres, no necesita en absoluto de ampliaciones o extrapolaciones. Por consiguiente, hay que rechazar los razonamientos exegéticos, cuyos resultados nunca podrían aportar la certeza. Por consiguiente también, hay que aceptar una lógica necesariamente válida, que no haga decir a los textos más de lo que formalmente dicen.

jueves, 15 de mayo de 2014

Sabiduría Osmanli: Vive por el Ajirat

Bismillahi Rahmani Rahim

Somos creyentes. No estamos viviendo para este mundo. Estamos viviendo para el Ajirat. Es decir, ¿a quién le importa si tenemos felicidad o tristeza o amor u odio en este mundo de la manera en que el mundo define qué es felicidad  y amor y odio y pena? Estamos mirando lo que Allah y Su Profeta definen como amor, felicidad, odio y tristeza. A los ojos del mundo, los Profetas eran personas que llevaban vidas muy miserables. Pero a la vista del creyente, ellos llevaban las vidas más hermosas.

Cree en Allah y cree en Su juicio, y Allah no te abandonará. Este mundo te abandonará, tus sentidos te abandonarán, tu inteligencia te abandonará, tus sentimientos te abandonarán, tu cuerpo te va a dejar, y todos te van a dejar. No importa cuánto los ames o cuánto ellos te amen, cuando mueres te ponen bajo el suelo, nunca lo olvides, ¡y te abandonan! Ellos no te toman y te abrazan y te mantienen en su cama. Ellos saben cómo cavar rápidamente un hueco y cómo ponerte bajo el suelo y cómo taparlo y luego alejarse.

¿Quién nunca te va a dejar? Allah y Su Profeta y los Awliya’Allah.

Así que aprende a desplazar tu amor hacia los adecuados. Entonces, en ese momento, surgirá el sentimiento real. Tal vez no vayas a obtener el sentimiento real aquí en este mundo. No importa. ¿Y qué? De todos modos este mundo se acabará. Estamos buscando algo que nunca se acabará y lo obtendrás desde el otro lado.


-Khoja Lukman Effendi, Califa de Hz Sahib us Sayf Sheykh Abdul Kerim al-Kibrisi (ra).