Florecimiento cultural es
sinónimo de vigorosa espiritualidad.
La cultura es el resultado
acabado de la obra de un espíritu activo y libre: es la representación de su
desarrollo efectivo.
La Tradición es el fundamento
para la cultura: la provee de arquetipos poderosos para que pueda constituirse
de acuerdo a las posibilidades vernáculas de la raza. El tradicionalismo será
su feliz corolario.
Toda espiritualidad debe
reducirse al tríptico: Tradición-Cultura-Tradicionalismo.
La Tradición es la base
espiritual para que la cultura se haga manifiesta: es la Sabiduría primordial
con que los hombres desarrollan sus posibilidades inherentes.
La cultura es el rasgo
distintivo que caracteriza a pueblos y razas diferentes.
En su autenticidad la Tradición
es una fiel colaboradora en la evolución de la cultura.
Si bien la Sabiduría reviste un
carácter unívoco de universalidad, la manifestación cultural dependerá de las
posibilidades cualitativas vernáculas de cada pueblo y raza.
Cada rasgo cultural distintivo,
en su autenticidad, es un destello de Sabiduría y Tradición.
Cuando la cultura se transforma
en raigambre popular se convierte en tradicionalismo.
Tradición es la luz; cultura el
color; tradicionalismo la forma.
Tradición es sabiduría, esencia
y cualidad. Cultura es significado e identidad. Tradicionalismo es folclore,
usanza y costumbrismo. El tríptico guarda la plenitud sacra de pueblos y razas.
Un hombre de Tradición debe ser
consecuentemente un hombre de cultura, y por esto, un tradicionalista.
Un hombre de Sabiduría debe ser
consecuentemente un hombre con identidad vernácula, y por esto, de usanza
folclórica.
El folclore, como idioma
cultural del pueblo, guarda en sí mismo destellos de Sabiduría tradicional.
Cada pueblo y raza posee un
folclore determinado de acuerdo a sus posibilidades culturales.
Toda posibilidad cultural
encuentra su fundamento en la Tradición.
La Tradición es única,
universal y precede a la formación cultural de pueblos y razas.
El espíritu humano trasciende
mediante la Tradición, manifiesta su vitalidad mediante la cultura y se goza a
sí mismo con los frutos del tradicionalismo.
Por esto nuestra Tradición es
el Islam, nuestra cultura vernácula la gauchesca, y nuestro tradicionalismo el
folclore y el costumbrismo gaucho.
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