lunes, 9 de octubre de 2017

La Esencia del Islam: No culpes a los demás, apréstate a su servicio


Bismillahi Rahmani Rahim

No busques la culpa en los demás cuando a quien tienes que culpar es a ti mismo. Obsérvate, reflexiona, ¿cuál ha sido tu culpa? Incluso si el perjuicio te llega de otra persona, no la mires a ella, sino a Aquel que te la ha enviado. Dios no escribe nada malo para Sus siervos mientras ellos no traspasen sus limitaciones. Y cuando traspasas tus límites, Dios te devuelve a tu órbita de la mano de otro siervo Suyo. Si algo te sucede a manos de otra persona, no la culpes, más bien piensa: "¿Qué habré hecho para que Dios me envíe a esta persona para que me lastime?". Fíjate en eso. Son llamadas de atención. Si buscas con sinceridad, lo encontrarás por ti mismo.

Deja de ocasionarte problemas a ti mismo y a los demás. Ocúpate de tus asuntos, corrige tus intenciones, ya que toda acción que llevas a cabo recibe lo que le corresponde de acuerdo a la intención que la impulsó. La paz no proviene del exterior, sino del interior. Y lo más importante para obtener paz es aprender a compartir, a dar. No dar tan sólo lo material, sino dar buen ánimo, dar amor, no odio. Debes aprender a amar a los demás. Incluso si ellos no te aman, tú debes amar. Y amando te llegará la paz. Hoy en día no hay más gente pacífica porque todos se están atacando mutuamente a través del odio, el rencor, los celos y la envidia. Así es que deben despertar a sí mismos. La vida en este mundo tan sólo representa tres días: ayer pasó, mañana es desconocido; vive hoy, vive correctamente hoy. Entonces, si llegas a mañana, lo vivirás mejor. Si estás feliz con Dios, no importa dónde estés, serás feliz, así estés sentado en un palacio, en un basural o en prisión, no importa. Dios está contigo.

El Islam ha sido construido y se asienta sobre dos principios fundamentales: uno es aprender a servir y adorar a Dios, Creador, Sustentador y Señor del universo; el otro, ayudar y llegar con bondad a Sus criaturas, es decir, a todo ser humano. Si una persona hace estas cosas sin distinciones que digan: "este es judío, este es cristiano, este es negro, este es blanco...", alcanzará las estaciones espirituales más elevadas.

Nuestro deber como seres humanos es amarnos unos a otros, respetarnos unos a otros, respetar los derechos de los demás y aprender a conocernos, a comunicarnos, a amarnos mutuamente. Cuando aprendamos a amarnos unos a otros seremos capaces de alcanzar a nuestro Señor.

Todo el que sinceramente afirme que no hay más divinidad que Allah (Dios), y crea con el corazón en estas palabras, entrará  al Paraíso. Eso significa que esa persona tiene Fe. Pero si no se aman los unos a los otros, si no aprenden a amarse los unos a los otros, aunque digan aquellos no habrán alcanzado las raíces principales de la Fe.

Cuando realmente dispongamos nuestras obras al servicio de Dios, seremos capaces de ver a Sus criaturas y decir: "Esta es una criatura de Dios; mi deber es servir a esa criatura. Si estoy sirviendo a mi Señor, mi deber también será servir a Su criatura".


(Enseñanzas tomadas de sohbets dados por Hz Sheykh Abdul Kerim Effendi, quiera Allah-swt- santificar su secreto)

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