jueves, 14 de agosto de 2014

La Naturaleza Sunni del Musulmán

Bismillahi Rahmani Rahim

Desde hace ya unos cuantos años, y debido al auge mediático de los fundamentalismos apócrifos concienzudamente promocionados por el inmenso aparato prestidigitador que se oculta tras la tiniebla del poder y que se nutre de la ignorancia de la masa, asistimos a un uso lamentable y desafortunado del vocablo 'sunita', concepto derivado del árabe 'sunni' y que alude a una determinada manera de ser musulmán, que es decir, creyente. Decimos lamentable y desafortunado, ya que se lo emplea en referencia a los grupos y/o sectas que se adjudican el accionar subversivo definido como 'terrorista' y que con violencias injustificadas asola diferentes partes del mundo. No vemos en esto más que la artificiosa tendencia de circunscribir bajo un término ampliamente espiritual la oscura trama del más burdo salvajismo, tendencia que se ajusta admirablemente a la más sutil maniobra manipuladora que deviene sugestivamente en 'opinión pública'. Notable resulta vislumbrar como los medios masivos de comunicación vienen empleando el término 'sunita' adosado a 'extremismo' o 'fundamentalismo', sin siquiera permitir al público una mínima exégesis de lo que en realidad el término comporta. Si esto fuese posible, de ninguna manera se seguiría utilizando tal vocablo en dichas referencias. Pero insistimos: todo esto capciosamente responde a una hábil estrategia de desprestigio, que llevada a un plano metafísico representa el ansiado predominio del mal sobre el bien.

En rigor, debemos ser claros: no existe tal cosa como extremismo o fundamentalismo sunita, por más que sus detractores y detentores se esmeren en presentarlo -o presentarse- como tal ante la ignorancia pública general. Sí pueden surgir lecturas extremistas de una religión, cuando a ésta se le quita el elemento espiritual despojándola de su carácter original, subsumiéndola a los antojos y caprichos de una voluntad obstruida por la fantasía ególatra de individuos necios y faltos de claridad. Esto ha sucedido en todo tiempo y en todo lugar. ¡Qué ejemplo notable el de las cruzadas que los individuos necios y faltos de claridad en nombre del cristianismo han levantado y levantan contra el mundo del Islam! Por lo tanto, debemos hablar con propiedad, y nos corresponde, como Musulmanes Sunnis, aclarar ciertas cuestiones de cabal importancia.

Originalmente el término 'sunni' proviene de Sunnah; es decir, un sunni es quien vive de acuerdo a la Sunnah. Sunnah es una palabra árabe que puede ser traducida como 'Costumbre' o 'Tradición', y en el contexto de la espiritualidad islámica alude al modo de vida enseñado por el Profeta Muhammad (asws) en consonancia con la naturaleza primordial (Fitra) de la criatura humana. Este modo de vida no sólo incluye los aspectos exteriores como la apariencia física, la vestimenta, las formas rituales específicas y los comportamientos éticos, sino también los aspectos interiores como las disposiciones y estados con los que el creyente debe relacionarse en -y con- la existencia y que son inherentes a su desarrollo espiritual. El sentido esencial de este término se encuentra íntimamente relacionado con otro vocablo árabe que la revelación coránica asocia directamente con el patriarca Ibrahim (Abraham, as): 'Millat'. Milllat, en nuestro léxico occidental, podría traducirse como 'Cosmovisión', es decir, la idea que se tiene de la vida, del mundo, y de la felicidad, lo cual es el factor determinante en el modo de vivir y obrar. Ambos términos se vinculan en esencia con un tercero, Hikmat, que significa 'Sabiduría'. La Sunnah del Profeta Muhammad (asws) es el modo de vida tradicional acorde a la Millat de Ibrahim (as), a la cosmovisión profética revelada por la Voluntad divina, lo que redunda en una manifestación de Hikmat, de Sabiduría, por parte del peregrino espiritual que se pone en sintonía con ella.

Ahora bien, ¿cuáles son los pilares fundamentales de esta tradición, de esta cosmovisión, de esta sabiduría? En primer lugar el reconocimiento activo y la entrega voluntaria al Dios creador, Señor absoluto y todopoderoso de los mundos. Luego, y como una lógica derivación de ello, los atributos elementales que favorecen y nutren todo crecimiento espiritual de acuerdo a la Voluntad divina: Veracidad, Honestidad, Misericordia, Paciencia, Respeto, Ecuanimidad, Justicia, Amor, Caridad, Generosidad, Paz, Perseverancia, Perdón, Humildad. Todos estos atributos conforman la Sunnah de nuestro Profeta Muhammad (asws), y son los que, mediante su aplicación positiva, nos hacen musulmanes sunnis, o sunitas, más allá y al margen de cualquier connotación de fanatismo o politiquería. Todos esos atributos compendian la realidad original de la prédica profética de Muhammad (asws), siendo un ejemplo acabado su vida misma, que los musulmanes sunnis tomamos como ejemplo. Por lo tanto, un musulmán sunni será honesto, veraz, confiable, respetuoso, ecuánime, justo, misericordioso, paciente, perseverante, humilde, generoso, caritativo, y un agente para la concordia y la paz entre los hombres, como lo fue su Maestro, el Profeta Muhammad (asws). Así será un portador de Sabiduría, de Luz, esclarecido y esclarecedor, promotor del bien, de los buenos modales y de la correcta educación. Una persona así jamás podría siquiera dañar a una hormiga, todo lo contrario, se esmeraría denodadamente en obrar lo mejor en todo momento y circunstancia observando de cuidar siempre el derecho de los demás, inclusive el de los animales y de todo lo que compone la creación, no viendo en ella más que la hermosa obra de su amado Creador. Respetuoso de la cultura de su tierra, sabrá apreciar y disfrutar lo bello que hay en ella y desestimar e intentar corregir lo malo que de ella se desprenda, eso sí, no sin antes haber corregido todo aquello que en sí mismo consienta con la maldad y sea un atisbo de ella. Por esto que un musulmán sunni por definición sea una persona culta y abierta a la manifestación artística espiritualmente sana y recreativa, sin valorar jamás la frivolidad, la banalidad y la grosería que se promueve desde la barbarie mercantilista. En definitiva, el musulmán sunni buscará su desarrollo personal, el de su entorno y el del mundo en general, sin recurrir a violencias ni coacciones de ninguna clase, siendo él mismo un ejemplo de tolerancia y amabilidad.

En estas breves apreciaciones hemos querido brindar un exiguo acercamiento a la inmensa realidad de un concepto burdamente manoseado por quienes, de un bando o de otro, combaten una guerra que se encuentra a años luz de la verdad espiritual del Islam Tradicional. Quiera Dios dar claridad a los corazones sedientos por esa verdad y nos permita ser mejores personas para el bien de los demás.

Wa min Allahu Tawfiq.


Raíces y Sabiduría.

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