domingo, 17 de marzo de 2013

¿Qué es el Sionismo?


El Sionismo es un movimiento específico del pueblo hebreo,  cuyo objetivo no es la vuelta de los judíos dispersos a la Tierra Prometida, como suele creerse en los medios árabes y occidentales. Por el contrario, los objetivos del Sionismo son mucho más amplios, y hasta cierto punto contradicen la creencia anterior. Ello nos obliga a hacer las siguientes puntualizaciones:

1) El Sionismo es un movimiento y no un partido político. Por lo tanto, agrupa a hombres de distintas tendencias, unidos en función de una serie de objetivos comunes, pero discrepantes a veces en la manera de alcanzarlos. A lo largo de la Historia encontramos a sionistas de tendencias liberales, como David Ricardo, y Juan Alvarez Mendizábal; de tendencias conservadoras, como Benjamín Disraeli; de tendencias republicanas, como Michel Debré y Henry Kissinger; de tendencias socialistas, como Carlos Marx, Moses Hess, Víctor Adler, León Blum, Jules Moch, Pierre Mendes France y Bruno Kreisky; y de tendencias comunistas, como León Trotski, Rosa Luxemburgo, Bela Kun, Matyas Rakosi, Walter Ulbricht, Yuri Andropov y el general Jaruzelski.

2) El Sionismo es un movimiento específico del pueblo hebreo, y como tal suele adoptar formas racistas (ya veremos en su momento que el mismo Marx era racista). Este racismo se apoya originalmente en la Biblia, aunque ha sido desarrollado por el Talmud y la Kábala. No debemos dejarnos engañar por la decisión tomada a principios de 1985 por el gobierno israelita de evacuar a los hambrientos judíos falashas de Abisi-nia, pues los negros convertidos al judaísmo, siempre han chocado con dificultades para establecerse en Israel. Los falashas, si es que finalmente se quedan, se transformarán en fieles trabajadores no especializados, que desplazarán a los asalariados árabes de las empresas israelitas. Los falashas servirán también como clases de tropa de policía para atacar a los mismos árabes.

3) El Sionismo no desea que todos los judíos se conviertan en ciudadanos del Estado de Israel. Esto sólo cuenta para los judíos pobres, y más concretamente para los de Asia y África. Si todos los judíos emigraran a Palestina, el Sionismo perdería gran parte o incluso todo el poder que actualmente detenta en Estados Unidos, Inglaterra, Francia y Rusia. El judío Andropov, durante el tiempo que ha ocupado el mando supremo en Moscú, no ha permitido emigrar a Israel más que a matrimonios de jubilados y algunos obreros sin especializar.

4) El Sionismo no ve en el Estado de Israel más que un Hogar Hebreo, apto para recibir desheredados y también para servir de punto de apoyo en sus planes imperialistas sobre una zona sumamente estratégica, donde se hallan el canal de Suez y los ricos yacimientos petrolíferos de Oriente Medio. Pero no se trata de un Hogar Hebreo único, pues los sionistas crearon hace tiempo otro en la Tartaria Oriental dependiente de Rusia. Tiene la categoría de región autónoma, su nombre ruso es Ewreskaia y su capital está en Birobidzhan. Los sionistas han elaborado igualmente planes, a veces abandonados pero nunca olvidados, para crear otros Hogares en sitios como Gibraltar, Malta, Uganda, Madagascar y Argentina-Chile. Este último, denominado Andinia, abarcaría toda la Patagonia desde el río Chubut más la Tierra del Fuego y las Malvinas, oportunamente cedidas por Inglaterra, que ya cedió en su momento Palestina. Debemos tener en cuenta que la política de Gibraltar y Malta la llevan dos judíos sionistas, Jossua Hassan y Dom Mintoff, convenientemente apoyados por la Masonería inglesa, a la cual ambos están afiliados.

5) El Sionismo se propone extender aún más su influencia en Oriente Medio con la formación del Gran Israel, que debe llegar desde el Éufrates hasta el Nilo, como declaró en un discurso David Ben Gurión en 1956. Estas dimensiones se basan en una supuesta promesa hecha por Dios al patriarca Abraham, que efectivamente aparece en el libro del Génesis, pero que sin duda constituye una interpolación apócrifa realizada por la escuela de Ezra, en el siglo V antes de J.C. Ezra fue precisamente autor de una ley prohibiendo a los judíos casarse con mujeres de otras razas.

6) El Sionismo busca el dominio total del mundo por medios de infiltración política, colocando hombres clave en puestos clave, y de control económico, a través de sus empresas multinacionales. Hoy día, todas las grandes empresas capitalistas, salvo rarísimas excepciones, pertenecen a clanes judíos o están mediatizadas por ellos. Entre las excepciones no debemos contar a la famosa constructora de automóviles Ford, cuyo fundador Henry Ford denunció sin embargo el peligro sionista en los años 20 (más tarde tuvo que doblegarse y desmentir sus afirmaciones anteriores). El primer delegado americano en la Ford española, al finalizar el período franquista, fue precisamente un judío, Carl Levy. En 1984, el judío Abraham Katz presidía en Nueva York la organización US Council for International Business.

7) El Sionismo se sirve para sus fines, en gran medida, de la Masonería. Aunque ésta era al principio una asociación genuinamente europea (a la que debemos nuestras hermosas catedrales) que hacía jurar a sus iniciados sobre el Evangelio de San Juan y que no admitía judíos, sus ritos actuales proceden de la Kábala hebrea y sus jefes ocultos son miembros del Gran Sanhedrín Mundial. La judaización de la Masonería se inició a principios del siglo XVIII con la fundación de la Gran Logia de Inglaterra. Casi todos los primeros ministros de Inglaterra, así como casi todos los presidentes de Estados Unidos y Méjico, han sido y son masones.

8) El Sionismo cuenta con una rama masónica especial, reservada exclusivamente para judíos, cuyo nombre es Beni Berith, transcrito a veces B'nai B'rith, que en hebreo significa Hijos de la Alianza. Esta organización se creó en Estados Unidos a mediados del siglo XIX, y a ella han pertenecido algunos intelectuales de renombre como Albert Einstein y el doctor Freud. Empezó a introducirse en España antes de la muerte de Franco, que recibió a su gran maestre americano Label Katz. Su jefe actual en este país es el empresario Max Mazin, miembro del cuadro dirigente de la CEOE. Otro jefe europeo importante de la Beni Berith es el político socialista austríaco Bruno Kreisky.

9) El Sionismo está dirigido por un Gran Sanhedrín, donde se reúnen los jefes judíos de la Masonería y de la Beni Berith con los representantes del Estado de Israel, de la Alianza Israelita Universal, del Congreso Mundial Judío, del Gran Kahal de Nueva York, de la banca Rothschild y de varias empresas multinacionales. Ha sido presidente del Gran Sanhedrín el judío americano Bernardo Baruch, consejero de todos los inquilinos de la Casa Blanca desde Wilson hasta Kennedy. A partir de 1940, el Gran Sanhedrín ha contado también con miembros honoríficos de nacionalidad soviética como Litwinow, Kaganowicz, Mazurow y Andropow.

Insha'Allah continuaremos develando este movimiento oscurantista...

No hay comentarios:

Publicar un comentario