jueves, 24 de octubre de 2013

Tradición Nómada: Símbolos y Significado

"Es indudable que el tipo de gaucho que tuvo realmente fisonomía particular -el primero que fue llamado así- fue el gaucho nómada, no delincuente, que estuvo implícito en el gauderío oriental del siglo XVIII. Este gaucho fue algo más que un simple vagabundo. Adquirió en la Argentina, a lo largo del siglo XIX, rasgos propios bien definidos. Y cuando se difundió suficientemente -es decir, a medida que fue creciendo la población rural- fue llamado gaucho, como también se había llamado al paisano oriental del siglo XVIII. (...)

Fue el hombre de nuestro campo, principal escenario de su vida legendaria y real. De vida solitaria ya en grupo de tiendas, como las tribus nómades, ya en rancheríos aislados como en la pampa sureña".

              (Tradición Gaucha, '6 de Diciembre: Día Nacional del Gaucho')

En artículos precedentes hemos notado cómo los autores clásicos citados aluden de manera recurrente a lo 'árabe' como elemento distintivo en la caracterización de nuestro antepasado de la pampa (el Gaucho). Si bien estos autores de antaño (tenemos especialmente en cuenta a Domingo F. Sarmiento) hacen referencia a lo 'árabe', considerando de este modo una visión específica de la civilización 'oriental', es decir, 'tradicional', de manera peyorativa y contrapuesta a los postulados liberales del progreso y la civilización por ellos representada, consideramos cuanto menos apropiada esta alusión, ya que ciertamente las analogías entre ambos (lo árabe y lo gauchesco) convergen en un mismo punto original de sabiduría tradicional y manifestación cultural, que en todo se oponen al sentido profano, materialista y antitradicional manifestado por el liberalismo ideológico de los autores citados. Si bien para ellos lo 'oriental' representa 'atraso' y 'anquilosamiento', no deja por eso de tener un atractivo exótico que fácilmente se convierte en 'barbarismo' desenfrenado, pasional y primitivo. No está demás hacer notar que en nuestros días el último bastión tradicional que representa una seria amenaza para los sistemas surgidos desde el neoliberalismo (políticos, financieros y culturales), el Islam, aún se sigue presentando con las mismas características de retraso, inercia, irreverencia, exotismo y barbarismo, por más que la pretendida 'tolerancia igualitaria' del mundo moderno reclame ruidosamente lo contrario.

Ahora bien, a continuación comprobaremos cómo desde la significación etimológica del término 'árabe' se van desglosando ideas que nos remiten a realidades concretas y simbólicas que conciernen a la esencia misma de la humanidad sobre la faz de la tierra, y cómo, sujetos al más aciago desarraigo, la experiencia profana del mundo moderno nos ha hecho olvidar nuestra originalidad, la cual es un requisito necesario para lograr trascendencia.

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Nómada, el Hombre Original

En el libro sagrado del mundo islámico, el Noble Qur'an, y en los dichos sapienciales del Profeta Muhammad (que Dios le conceda paz), en numerosas ocasiones encontramos el término árabe 'arabiyyan', que puede ser traducido como 'árabe', pero que sin embargo se lo traduce como 'beduino', ya que alude específicamente a los pastores trashumantes del desierto. Al respecto, y en referencia al conflicto étnico árabo-bereber producto de la colonización francesa en el Magreb africano, el erudito andalusí contemporáneo Abderrahman Mohammed Ma'anan, en la conferencia titulada 'La identidad bereber del Magreb', dice lo siguiente:

"(Entre los bereberes del Norte de Africa) la palabra 'árabe' goza de un extraordinario prestigio, pero tiene otro significado. En realidad, tiene el mismo significado que en su lengua original. Árabe, fundamentalmente, es sinónimo de 'nómada', y al nómada se le atribuyen una cierta cantidad de virtudes ideales: generosidad, hospitalidad, valentía, gallardía, libertad, y, también, sentido de la poesía expresado en una lengua pura. Las ciudades representan la degeneración de esas nobles costumbres. El nómada es el hombre original. El Profeta, hombre eminentemente urbano pero de espíritu nómada, dijo: 'He sido enviado para completar las virtudes más nobles', y se refería a los beduinos como sus hermanos 'los árabes'. Árabe, en árabe o en bereber, no designa una etnia en particular, sino un carácter. (...) No es de extrañar que un musulmán se considere a sí mismo árabe perteneciendo a la raza que pertenezca desde nuestra óptica (es decir, desde el significado propio del término que se vincula a una manera de vivir libre). Evidentemente, en la actualidad, cuando los términos han sido definidos de otra manera, más racial y exclusivista, estas identificaciones resultan problemáticas y equívocas, pero es necesario que comprendamos su uso tradicional hasta el momento en que apareció el valor que les concedemos ahora".

En su magistral y altamente recomendable biografía del Profeta del Islam, 'Muhammad: Su vida basada en las fuentes más antiguas', Martin Lings escribe lo siguiente:

"Era costumbre en todas las grandes familias de las ciudades árabes enviar a sus hijos, pocos días después del nacimiento, al desierto, para que fuesen amamantados y destetados y pasasen parte de su infancia entre una de las tribus beduinas. La Meca no tenía ningún motivo para ser la excepción, pues las epidemias no eran infrecuentes y el porcentaje de mortalidad infantil era elevado. De cualquier modo, no sólo el aire puro del desierto era lo que deseaban que sus hijos absorbiesen. Eso, para los cuerpos; pero el desierto también tenía su obsequio para las almas. Hacía poco que el Quraysh (tribu a la que pertenecía el Profeta -que Dios le conceda paz-) se había dado a la vida sedentaria. Hasta que Qusayy (líder beduino) les dijo que construyesen casas alrededor del santuario (la Ka'aba) habían sido en mayor o menor medida nómadas. Los asentamientos permanentes, quizás inevitables, representaban un peligro. La forma de vida de sus antepasados había sido más noble, la de los moradores de tiendas frecuentemente en movimiento. Nobleza y libertad eran indisociables; y el nómada, libre. En el desierto un hombre se sentía consciente de ser el señor del espacio y, en virtud de su señorío, escapaba en cierto modo del dominio del tiempo. Al levantar el campamento se desprendía de su pasado y el mañana parecía tener menor fatalidad si su dónde y su cuándo estaban aún por venir. El habitante de la ciudad, sin embargo, era un prisionero; estar establecido en un lugar -ayer, hoy, mañana- era ser un blanco para el tiempo, el destructor de todas las cosas. Las ciudades eran centros de corrupción. A la sombra de sus muros la pereza y la dejadez estaban al acecho prestas para embotar la atención y la vigilancia del hombre. Todo decaía allí, incluso el lenguaje, una de las más preciosas posesiones del hombre. Pocos árabes sabían leer; aún así, la belleza del habla se consideraba como una virtud que todos los padres árabes deseaban para sus hijos. La valía de un hombre se juzgaba en gran parte por su elocuencia, y la corona de la elocuencia era la poesía. Tener un gran poeta en la familia era algo de lo que ciertamente había que enorgullecerse, y los mejores poetas procedían casi siempre de una u otra de las tribus del desierto, porque era en el desierto donde la lengua hablada estaba más próxima a la poesía.

Así pues, en cada generación había que renovar el vínculo con el desierto -aire puro para el pecho, árabe puro para la lengua, libertad para el alma- y muchos de los hijos de los qurayshíes permanecían hasta ocho años en el desierto para que pudiera dejar en ellos una impronta duradera, aunque un número menor de años resultaba suficiente para esto". (Capítulo 8: 'El Desierto', pág. 19)

Leemos en el inmenso poema que define nuestra nacionalidad:

Soy gaucho, y entiendanló
como mi lengua lo explica,
para mí la tierra es chica
y pudiera ser mayor.
Ni la víbora me pica
ni quema mi frente el sol.

Nací como nace el peje,
en el fondo de la mar;
naides me puede quitar
aquellos que Dios me dio:
lo que al mundo truje yo
del mundo lo he de llevar.

Mi gloria es vivir tan libre
como el pájaro del cielo;
no hago nido en este suelo,
ande hay tanto que sufrir;
y naides me ha de seguir
cuando yo remuento el vuelo.      
                                                                            
                                         (José Hernández, 'El Gaucho Martín Fierro')

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Caín y Abel: Significación Tradicional de un Simbolismo Primordial

Ahora bien, remitiéndonos al simbolismo tradicional de raíz abrahámica, en la historia de los hijos de Adán, Caín es representado como agricultor y Abel como pastor, estableciendo así los dos tipos de pueblos que han existido desde los orígenes de la humanidad: los sedentarios, dedicados a la cultura de la tierra, y los nómadas, al pastoreo de rebaños. Estos representan las ocupaciones esenciales y primordiales de esos dos tipos humanos. Cada una de estas dos categorías naturalmente tiene su ley tradicional propia, diferente la una de la otra, y adaptada a su género de vida y a la naturaleza de sus ocupaciones. La manera que tradicionalmente se presenta la historia del rito sacrificial en el que Caín hace ofrendas vegetales y Abel ofrendas animales, se vincula propiamente al tipo de ley de los pueblos nómadas.

Naturalmente son los pueblos agricultores, por el mismo hecho de ser sedentarios, los que más tarde o temprano acaban construyendo ciudades, y, de hecho, se dice que la primera ciudad fue fundada por el mismo Caín. De manera general se puede decir que las obras de los pueblos sedentarios son obras del tiempo: fijados en el espacio en un dominio estrictamente delimitado, desarrollan su actividad en una continuidad temporal que se les aparece como indefinida. Por el contrario, los pueblos nómadas y pastores no edifican nada duradero, y no trabajan en vistas de un porvenir que se les escapa; pero tienen ante ellos el espacio, que no les opone ninguna limitación ("para mí la tierra es chica, y pudiera ser mayor"), sino que al contrario les abre constantemente nuevas posibilidades.

La actividad de los nómadas se ejerce especialmente sobre el reino animal, móvil como ellos; la de los sedentarios toma al contrario como objetos directos los dos reinos fijos, el vegetal y el mineral (la utilización de los elementos minerales comprende concretamente la construcción y la metalurgia; la tradición atribuye el origen de ésta última a Tubalcaín, uno de los descendientes directos de Caín). Es así que, por la fuerza de las cosas, los sedentarios llegan a constituirse símbolos visuales, imágenes que desde el punto de vista de su significación esencial, siempre se reducen más o menos directamente a esquemas geométricos, que están en el origen y la base de toda formación espacial. Los nómadas, por el contrario, a quienes las imágenes les están vedadas como todo lo que tendería a retenerlos en un lugar determinado (de aquí que la tradición monoteísta sea la más natural para el hombre original, y que la raigambre abrahámica esté asociada a los pueblos nómadas), se constituyen símbolos sonoros, los únicos compatibles con su estado de continua migración. Así, los sedentarios crean las artes plásticas (arquitectura, escultura, pintura), es decir, las artes de las formas que se despliegan en el espacio y se fijan en él; y los nómadas crean las artes fonéticas (música, poesía), es decir, las artes de las formas que se desenvuelven en el tiempo y que fluyen en él. (Cf. René Guénon, 'El Reino de la cantidad y los signos de los tiempos', cap. 'Caín y Abel')

Retomando el simbolismo tradicional, y en este orden de cosas, es sumamente significativa la muerte de Abel a manos de Caín, homicidio original cuya culpa recae sobre todo sedentarismo como regla propia del anquilosamiento espiritual, notable singularidad que expondremos en nuestro estudio.

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Raíces de nuestro Nomadismo Gaucho

Desde tiempos remotos el norte de África se ha visto poblado por un conjunto de etnias autóctonas denominadas Tamazgha, habitualmente conocidos como pueblos bereberes. Estas etnias se distribuyen desde las márgenes del océano Atlántico hasta el oasis de Siwa, en Egipto, como referencias extremas occidental y oriental respectivamente; y desde la costa del mar Mediterráneo, al norte, hasta el Sahel, como límite sur. Actualmente se estima que en el norte de África existen entre 55 y 70 millones de berberófonos, concentrados especialmente en Argelia (donde Sarmiento concentra sus apreciaciones de lo árabe homologándolo a lo gaucho) y Marruecos.

El término 'bereber' procede de la adaptación árabe de 'barbr' del término griego 'barbaros', aunque, como ya hemos apuntado en un capítulo precedente, la denominación que los bereberes utilizan para sí mismos es Imazighen (en singular 'amazigh'), que significa 'hombres libres'. Esta denominación también es común en Marruecos y Argelia, y desde mediados del siglo XX se tiende a emplear el término 'amazigh', apelación original, en vez de 'bereber', término importado, para reagrupar a todas las etnias bereberes (Cabileños, Chleuh, Tuareg, Hawwara, etc.). En la antigüedad, los griegos conocían a los bereberes como 'Libios', los egipcios los nombraban 'mashauash', nombre de una tribu bereber cercana a sus tierras, y los romanos los llamaban 'numidios' o 'mauritanos'. Los europeos medievales los incluyeron en los 'moros' o 'mauros', nombre que aplicaban a todos los musulmanes del norte de África. A este respecto, el antropólogo francés Dr. Atgier señala lo siguiente: "Si entre griegos y romanos 'moro' equivalía a 'negro' (de piel oscura), en la lengua bereber 'negro' se decía y se dice 'berik'. En varios dialectos de estas gentes el masculino plural se forma con el prefijo 'iberik', pues significa 'los negros'. En otros dialectos se prescinde del prefijo y 'berik' es lo mismo en plural. Si en este vocablo suprimimos la terminación 'ik', que adjetiva así como 'ico' en 'ibérico', y se dobla la radical 'ber' -lo que es bastante común en los idiomas del norte de Africa- obtenemos la voz 'berber'. Resulta, pues, que 'moro', 'íbero' y 'bereber' indican un mismo pueblo primitivamente de piel oscura, que se ha ido modificando por mezcla con otros que sucesivamente fueron ingresando al país".

Tradicionalmente, el estilo de vida de los pueblos Imazighen ha sido el nomadismo. Por ejemplo, la población Tuareg se extiende por cinco países africanos: Argelia, Libia, Níger, Malí y Burkina Faso.

A diferencia de las conquistas llevadas a cabo por las religiones y culturas anteriores, la llegada del Islam, que fue difundida tanto por árabes como por sirios, a largo plaza iba a tener efectos permanentes sobre las etnias del Magreb.

Las primeras expediciones musulmanas en el norte de África, entre los años 642 y 669 e. c., dieron lugar a una fructífera difusión del Islam. Estas primeras incursiones, desde una base en Egipto, se produjeron bajo la iniciativa local. Pero, cuando la sede del Califato se trasladó de Medina (Arabia) a Damasco (Siria), los Omeyas reconocieron la necesidad estratégica de dominar el Mediterráneo con la vista puesta especialmente en la zona que nos ocupa.

En el año 670 una expedición liderada por Uqba ibn Nafi ocupó la ciudad de Qairuán, a unos 160 km al sur de la actual Túbez, y la usó como base para futuras operaciones. Abu al-Muhayir Dinar, sucesor de Uqba, siguió hacia el oeste de Argelia, y finalmente elaboró un modus vivendi con Kusaila, gobernante de una amplia confederación de bereberes cristianos. Kusaila, que tenía su base en Tremecén, se convirtió al Islam y trasladó su sede a Takirwán, cerca de Qairuán. Hacia 711 las fuerzas omeyas auxiliadas por bereberes conversos al Islam ya habían conquistado todo el norte de Africa. Como ya hemos apuntado, uno de los mayores logros del Islam en su historia, fue la aceptación que las etnias Imazighen hicieron de él.

En su gran mayoría todos los pueblos de tradición nómada de Asia y África aceptaron voluntariamente el Islam enriqueciendo así sus culturas ancestrales. Esto ocurrió tanto con los beduinos del desierto árabe y las etnias Imazighen, como con los Fulani y los Malinké del África occidental y los turcos Oghuz y mongoles de las estepas asiáticas.

El nomadismo es una característica fundamental del espíritu libre que se goza en los infinitos espacios de la emancipación y se nutre con el aire siempre renovado de los espacios abiertos. Lo contrario, la estática permanencia que impone el sedentarismo, establece límites ficticios a los cuales debe circunscribirse y que redundan en un enquistamiento poco productivo. De esta diferenciación, en nuestros tiempos, surge por un lado la vida urbana y por el otro la vida rural, con sus tipos humanos igualmente diferentes. Del nomadismo -eclosión tradicional del hombre original- también surge el carácter expansivo del Islam, y de aquí la aceptación voluntaria que de él hicieron los pueblos citados anteriormente, pueblos arraigados en tradiciones ancestrales que habían permanecido, en cierto sentido, impermeables a la influencia judeo-cristiana (si bien existieron bereberes judíos y cristianos, siempre representaron una exigua minoría, cuando la aceptación del Islam fue absolutamente mayoritaria). Se nos puede objetar que el cristianismo también fue asimilado por pueblos nómadas o semi-nómadas, como por ejemplo los de la Europa nórdica. Sin embargo, y justo es aclararlo, el cristianismo cuya tendencia predominó entre los pueblos nórdicos fue el arrianismo, doctrina predicada por Arrio (presbítero de origen libio) que con el tiempo sería catalogada como 'herejía' por el catolicismo imperante, en la que destaca el concepto unitario de la Divinidad y de la figura de Jesús como mensajero, contrapuesta al dogma de la trinidad católica y a Jesús como manifestación divina, emparentándola indisolublemente con la Tradición original de raíz abrahámica de la cual el Islam es fiel depositario. De aquí la feliz aceptación del Islam por parte de numerosos visigodos en la Península Ibérica, cuando con ellos se mezclaron los musulmanes Imazighen del norte de África.

*Breve nota acerca del Millat Ibrahim, Tradición de nuestros Nobles Antepasados

A continuación abriremos un breve paréntesis para una anotación necesaria que puede servir de complemento a nuestra exposición.

En el Sagrado Qur'an hay un término árabe, 'Millat', que abarca la idea que se tiene de la vida, del mundo y de la felicidad, lo cual es el factor determinante en el modo de vivir y actuar. Este término, por la revelación divina, está íntimamente vinculado con el Profeta Ibrahim (Abraham, que Dios le conceda paz), y habitualmente se lo traduce como 'la religión de Abraham'. Sin embargo, y dado el alcance que nos muestra su significado, consideramos que el concepto es mucho más abarcativo que la traducción de 'religión', por lo que preferimos la de 'Tradición'. Millat Ibrahim será entonces la 'Tradición Abrahámica', es decir, el legado espiritual del Profeta Ibrahim de reconocimiento y sometimiento al Dios Único y Todopoderoso.

La etimología del nombre Ibrahim (lo mismo que la de Abraham) remite al significado de 'Padre de multitudes' (Ib de Ab, padre; rahim, compasivo, mas proviene de la raíz 'rhm', cuyo sentido es 'matriz', es decir, desde donde se genera la descendencia), de aquí que 'Tradición' entronque con 'Patriarcado', siendo Ibrahim el Patriarca (Padre fundacional) de los pueblos del Tawhid (representantes del Monoteísmo), fundamentalmente asociados al nomadismo (Ibrahim mismo fue un pastor nómada). Dios Todopoderoso dice en el Sagrado Qur'an: "...la Tradición de vuestro padre Ibrahim, él os llamó antes 'sometidos' (millata abikum ibrahima, huwa samikum al muslimin)" (22:76). La Tradición Islámica transmitida por nuestro Profeta Muhammad (que Dios le conceda paz) es la expresión más pura, natural y acabada del Millat Ibrahim, de la Tradición Abrahámica, el legado profético de nuestros antepasados.

El sentido de Millat está asociado al de Hikmat, término árabe que significa 'Sabiduría', como un desprendimiento de aquella. Desde un modo correcto de contemplar la vida surge la sabiduría necesaria para poder vivirla. Dijimos que el modelo más acabado de la Tradición Abrahámica son las enseñanzas de nuestro Profeta Muhammad, por lo que Millat y Hikmat concluyen en su Sunnah, es decir, su modo de vida, tanto exterior como interior, reflejos de la Tradición y la Sabiduría Monoteístas como guías para la humanidad.

En cuanto a temas vinculados directa o indirectamente con los orígenes hispanomusulmanes de la cultura gauchesca, el Profesor Ricardo Elía alude al 'profundo monoteísmo entroncado con la más pura tradición musulmana que trasunta el Martín Fierro, la "Biblia Gaucha" del poeta José Hernández'. Aseveración dichosamente acertada que se nos hace más que evidente:

Mas quien manda los pesares
manda  también el consuelo;
la luz que baja del cielo
alumbra al más encumbrao,
y hasta el pelo más delgao
hace su sombra en el suelo.

Dios formó lindas las flores,
delicadas como son;
les dio toda perfección
y cuanto él era capaz;
pero al hombre le dio más
cuando le dio el corazón.

En las sagradas alturas
está el maestro principal,
que enseña a cada animal
a procurarse el sustento
y le brinda el alimento
a todo ser racional.

Su esperanza no la cifren
nunca en corazón alguno;
en el mayor infortunio
pongan su confianza en Dios;
de los hombres, sólo en uno,
con gran precaución en dos.

Pero ponga su esperanza
en el Dios que lo formó;
y aquí me despido yo,
que he relatao a mi modo
males que conocen todos
pero que naides contó.

***
"La historia islámica de la península es, en una parte nada despreciable, una historia de los Beréberes y de su intervención en el continente europeo" (Dr. Bosch Vilá, Universidad de Granada)

Retomando nuestra exposición, nos remitiremos a la llegada del Islam a la Península Ibérica. Como ya hemos dicho, el Islam ingresa a la Península Ibérica de la mano del general Tariq ibn Ziyad al-Layti. Este guerrero de origen bereber, nació el 15 de noviembre del año 679 e. c. Desde niño vivió en contacto con la naturaleza en las montañas del Rif marroquí. Recibió la enseñanza islámica tradicional y fue avezado en el uso de todas las armas de combate: espada, lanza, arco y flecha. El gobernador de Túnez, Musa ibn Nusair, confió en su capacidad militar y lo nombró gobernador de Tánger.

Por aquel entonces dos bandos se disputaban el poder en la Península Ibérica: el del usurpador Don Rodrigo, y el de quien era considerado como verdadero heredero al trono, Agila II, hijo del fallecido monarca visigodo Witiza. Esta facción nobiliaria, los witizanos, pidió ayuda a Musa ibn Nusair, mediante el conde de Ceuta, el godo Olbán, quien gobernaba sobre una zona poblada por bereberes. Musa ordenó a su lugarteniente Tariq continuar los pasos de Tarif ibn Maluk, primer oficial musulmán en realizar una expedición de reconocimiento al otro lado del estrecho. El 30 de abril de 711 partieron los barcos con las fuerzas de Tariq desde el promontorio de Abila, junto a Ceuta. Luego de cruzar 14 km de mar entre las antiguas Columnas de Hércules, desembarcaron en la bahía de Algecias, al pie del Peñón Calpe, que a partir de entonces pasaría a ser conocido como Jabal al-Tariq, es decir, 'el Monte de Tariq' (Gibraltar).

Las tropas de Tariq contaban con unos siete mil hombres, en su mayoría bereberes, acompañados de algunos centenares de caballeros árabes. En julio se le sumaron cinco mil bereberes más. Don Rodrigo abandonó la agresión contra los vascos del norte y acordó una tregua con Agila para combatir a los recién llegados.

El 19 de julio de 711 los dos ejércitos se encontraron en el sitio llamado Wadilakka, en la cuenca del río Guadalete, al noreste de la antigua Gades (Cádiz). La infantería berberisca diezmó a los germanos; con la colaboración de la caballería árabe aniquilaron a las huestes cristianas.

Numerosas comunidades hispanoromanas recibieron a Tariq ibn Ziyad como libertador. Estos pueblos hacía 200 años que estaban oprimidos por la tiranía de los conquistadores germánicos, explotados por impuestos elevados, sin derechos ni libertades, discriminados y tratados con violencia e injusticia. En el territorio islámico de Al-Ándalus que surgía, podrían vivir y trabajar en paz.

El respeto y la tolerancia manifestados por los musulmanes hacia los cristianos nativos. Considerados como ellos mismos 'Gentes del Libro', sumado, como dijimos, al arrianismo ancestral legado por los nórdicos, contribuyeron a facilitar la obra de expansión y asimilación del Islam en Hispania.

A pesar de la escasa valoración que los estudios históricos parecen haber dado al componente amazhig en la conquista del territorio hispano, los bereberes continuarían expandiéndose e incluso, en numerosos casos, aventajando en número al elemento propiamente arábigo. Al respecto son altamente significativas las palabras de lamento proferidas por Luis del Mármol Caravajal, historiador español de fines del siglo XVI: "Sabidas estas victorias en África, fue tanto el número de Africanos que creció en España que todas las ciudades y villas se hincharon dellos, porque no pasaron como guerreros sino como pobladores con sus mujeres e hijos, en tanta manera que la religión, costumbres y lenguas corrompieron, y los nombres de los pueblos, de los montes, de los ríos y de los campos se mudaron".

Volviendo a nuestra figura histórica del comienzo, en su libro 'Recuerdos de Provincia' (1850), Domingo F. Sarmiento se ocupa de su genealogía, y continuando una línea ascendente que parte desde su madre, Paula Albarracín, se remontará a un líder moro llamado Al Ben Razín, quien en el contexto del ingreso musulmán en la Península Ibérica, estableció una familia y dio su nombre a una ciudad, siendo así que Albarracín, ciudad de la provincia de Teruel (España), sólo constituye una derivación de aquella.

No obstante que Sarmiento atribuyera su fisonomía 'árabe' al citado antepasado, lo cierto es que su verdadero origen se encontraría mucho más vinculado a los bereberes del norte de África que a los árabes con quienes creyó vincularse. Veamos por qué:

Entre los grupos de etnia amazigh que cruzaron a la Península Ibérica en el siglo VIII, se encuentran los Hawara, del tronco de los Botr, y al cual pertenecía la familia de los Banu Razin. Los asentamientos correspondientes a esta etnia Hawara son reconocibles porque al comienzo de sus respectivas denominaciones aparecen los prefijos 'banu' o 'beni', y su presencia se difundió por el centro, sur, y este de la Península, siendo que en lo que respecta a la familia de los Banu Razin, ésta se posicionó en el macizo entre Teruel y Cuenca, con el propósito de defender las fronteras de Al-Ándalus.

Será el citado Bosch Vilá quien, señalando que los Hawara fueron una de las primeras etnias amazigh que se establecieron en las tierras fronterizas de Al-Andalus, describe a una de sus fracciones, los Banu Razin, como una familia 'numerosa y rica' y que ocupando 'castillos al sur de la actual provincia de Teruel llegaron a constituir en Santa María de Ben Razin una dinastía taifa..."

Los Hawara o Huara o Houara, habían habitado el Fezzan Libio (región sudoeste del país) y, conforme a los estudios realizados por el francés Charles Foucauld, el término 'Huara' debe asociarse con el vocablo 'Ahaggar', tuareg noble. Posteriormente habrían de emigrar hacia la costa del norte de África, pasando a dominar a las antiguas poblaciones allí asentadas hasta integrarlas étnicamente. El islamólogo franco-argelino Evariste Levi Provençal, en 'Historia de la España Musulmana hasta la Caída del Califato de Córdoba' (1950), sustenta también el origen amazigh de los Banu Razin. No sólo en nuestros gauchos, sino que en numerosas asociaciones encontramos elementos norafricanos en nuestra Argentina, provenientes de los moriscos llegados al Río de la Plata.

Para concluir, el teniente coronel Aníbal Montes, en su estudio 'El indio, el criollo y el gaucho', argumenta que los árabes (bereberes, diríamos), en España, se hicieron sedentarios y ciudadanos durante ocho siglos; ese mismo árabe, trasplantado a la inmensidad del continente americano, sin más recursos que sus armas y su caballo, debió necesariamente volver a la atávica condición del antepasado nómada. De aquí derivó nuestro gaucho y por eso es útil enterarnos de cómo era aquella singular y notable entidad étnica y su tradición ancestral.

miércoles, 23 de octubre de 2013

El Estado Safávida y la imposición shiíta

Bismillahi Rahmani Rahim

Mucho se ha hablado, sobre todo en medios latinoamericanos de tendencia izquierdista y revolucionaria, de la resistencia al occidente por parte del régimen iraní, el Hezbollah y el gobierno sirio de Bashar al-Assad, como ejemplos conductuales en la guerra anti-imperialista. Sin embargo poco se sabe, o se da a conocer, de los orígenes político-religiosos de éstos regímenes y movimientos, fundamentalmente basados en la perspectiva poco tradicional que supone en el Islam la ideología shiíta. Como tales, dentro del ámbito de la creencia islámica, redundan en una evidente desviación para nada compatible con el auténtico espíritu de resistencia que originalmente han demostrado los musulmanes sunnies en épocas de la colonización de mano del Yihad de los Ahl ul-Tariqat (gente del Sufismo). Sin erigirnos más que sobre la Aqida' de Ahl as-Sunnah wa'l-Jama'a, y sin consentir jamás con ninguno de los gobiernos o movimientos actuales que se autoproclaman como 'sunnitas' (desde la monarquía apócrifa de los saudíes hasta la desafortunada emergencia política de los Hermanos Musulmanes, Talibanes, fundamentalistas, etc.), expondremos a continuación una breve reseña histórica del movimiento que devino en los actuales regímenes iranío-alawitas y nos aproximaremos un tanto a sus ideologías para poner en evidencia cuán lejos se encuentran desde su híbrida concepción espiritual de brindar una seria contracara a través del Islam a las pretensiones imperialistas del monstruo occidental.

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La ascensión de los Safávidas

Los primeros safávidas fueron sheykhs sufíes, cuyos discípulos les proporcionaron la plataforma sobre la que pudieron establecerse como gobernantes del Irán. La orden safávida fue fundada por Safíuddin (1252-1334), cuyos antepasados habían alcanzado reputación de piadosos en la ciudad de Ardabil, en la región montañosa del este de Azerbaiyán durante los trescientos años anteriores. Safíuddin fue el sucesor espiritual del Sheykh Zahid de Gilán, y su gran mérito fue convertir una orden sufí de alcance meramente local en otra que tuvo discípulos en Anatolia oriental, Siria, Irán, el Cáucaso y hasta entre la nobleza mongola. A lo largo del siglo XV la orden se transformó en un movimiento revolucionario a medida que sus creencias se hacían cada vez más shiítas y adquiría importancia política cuando los sheykhs safávidas enviaron a sus discípulos a combatir contra las autoridades sunnitas por sus convicciones. Los soldados safávidas fueron apodados 'qizilbash' o 'cabezas rojas', por los otomanos a causa de sus característicos turbantes rojos con doce pliegues que recordaban los doce Imames del shiísmo. Entre 1459 y 1494, tres jefes de la orden murieron de forma violenta; pero la organización de la misma era tan eficaz y tan firme la lealtad de los discípulos, que en 1501 el sheykh Ismail, de catorce años de edad, derrotó a los gobernantes turcomanos del norte de Irán en Sharur, y se proclamó como Shah (emperador) en Tabriz.

A lo largo del siglo XVI la dinastía safávida que ya había conquistado el resto de Irán y la parte oriental del Fértil Creciente, tuvo que afrontar el contraataque sunni desde dos frentes. En el este contra los uzbekos, que habían acusado su ataque a Samarcanda; y sobre todo porque Ismail hizo verter oro fundido en el cráneo de su jefe muerto para convertirlo en su copa. Tan pronto como se enfrentó a ellos, los Otomanos se movilizaron por el oeste. Este conflicto sería de largo alcance ya que la mera aparición de un estado shiíta y la actividad militante de los mismos en Anatolia oriental, representaban una seria amenaza al Islam tradicional (sunni) defendido por el Imperio Otomano. El resultado fue la aplastante derrota sufrida por los safávidas en Chaldirán (1514), lo que conllevó la pérdida de Diyarbakir y de las ciudades santas del shiísmo en Irak.

Shiísmo y Estado Safávida

El acto más importante de Shah Ismaíl para afianzar su poder fue declarar que la religión oficial del Estado Safávida sería el shiísmo de los Doce (Ithna Ashari). El shiísmo -conviene recordarlo- surgió como un movimiento de disensión político-religiosa y de oposición hacia los primeros califas reconocidos por la comunidad islámica luego de la partida física del Profeta Muhammad (asws), que se justificaba doctrinalmente proclamando que los únicos sucesores legítimos del Profeta eran los descendientes de su primo y yerno Ali (ra). Junto a la interpretación exotérica del Sagrado Qur'an, dicha creencia establecía la existencia de una interpretación secreta (esotérica), que Muhammad (asws) había transmitido a Ali (ra) y éste a su heredero. Por consiguiente, la única fuente autorizada de gobierno residía en aquellos sucesores de Ali a los que se les había comunicado este conocimiento esotérico y que así designaron al Imám o dirigente de la comunidad de creyentes. Progresivamente los Imames fueron elevados a un status sobrehumano, que se expresaba en la creencia de que eran encarnaciones de la luz divina, que había llegado hasta ellos a través de los Profetas partiendo desde Adám (as). Y de tal creencia se seguía que eran infalibles y sin pecado. Los 'duodecimanos', la secta shiíta de mayor envergadura, reconocía a doce Imames, el último de los cuales, Muhammad al-Muntazar, había desaparecido hacia el año 873 y cuyo regreso se aguardaba. Hubo muchas otras sectas shiítas. La más importante de las cuales fue la de los Zaidíes, dominante en el Yemen, y la de los Ismailíes, los califas fatimitas, y la infame 'orden de los asesinos'.

Los shiítas se distinguen perfectamente bien de la comunidad tradicional o sunnita, a la cual mayoritariamente se le ha otorgado la autoridad religiosa. Para la gente de la Sunnah esa autoridad radica en el consentimiento de la comunidad que mantiene la ley sagrada (Shari'at) mediante el Califato; para los shiítas, en cambio, se asienta en los Imames infalibles, lo que constituye el tercer artículo de su credo, luego de los referentes a Allah y al Profeta (asws). La gente de la Sunnah obtendrá toda su guía del Sagrado Qur'an, de las tradiciones del Profeta (asws) y de la Shari'at; idealmente tienen que esforzarse por vivir conforme a un modelo de conducta definitivamente acabado a mediados del siglo X por las escuelas de Fiqh (jurisprudencia). Los shiítas, por su parte, tienen la posibilidad de una fuente renovada de inspiración a lo largo de las generaciones, gracias a sus Imames y a quienes los representan. Shah Ismaíl y sus herederos se consideraban a sí mismos como encarnaciones del Imam duodécimo. También en sus ritos pusieron distinto énfasis a medida que iban desarrollándose. Si la energía espiritual sunni quedaba absorbida en el recuerdo de Dios (Dhikrullah), la de los shiítas se centraba en buena medida en el recuerdo del martirio de Husseyn en particular y de los Imames en general, que tendenciosamente se suponía habían sido asesinados por los sunnitas. Muharram es el mes del duelo, y el 10 de ese mes (día de Ashura), fecha en que Husseyn fue degollado en Kerbala, representa la culminación del año religioso que se celebra con procesiones transportando maquetas de la tumba de Husseyn, con la autoflagelación en arrepentimiento por la deslealtad a la casa de Ali y con la repetida recitación del episodio de Kerbala; todo ello en un delirante estado emocional y entre maldiciones a los sunnitas. Como cabría esperar, la peregrinación a Kerbala y a las tumbas de los demás Imames iba a ser tan importante como la peregrinación a Meca.

El shiísmo duodecimano fue la roca sobre la que se construyó el primitivo Estado Safávida. Era un estado teocrático en el que Shah Ismaíl era el Imám duodécimo reencarnado. Su familia alentó aún más sus pretensiones al respecto, asegurando una descendencia bastarda del séptimo Imám, Musa al-Kazim. Había, también, aspectos de las creencias iraniana pagana y shiíta que contribuyeron a ese proceso. Al menos desde el siglo XIII los sufíes iranianos manifestaron una fuerte lealtad a Ali (ra), mientras que los shiítas pretendían, desde largo tiempo atrás, que Husseyn había desposado a la hija de Yazdigird III, último rey sasánida, enlazando así la casa de Ali (ra) con la tradición monárquica iraniana pre-islámica profundamente arraigada entre el pueblo. Al llegar Ismail al poder emprendió la tarea de imponer el shiísmo a una población que era predominantemente sunnita. Utilizó la fuerza, con sus corolarios de coacción y violencia, y el pueblo sucumbió; los ulama sunnis resistieron enfrentándose a la alternativa de la huida o la muerte. El ser shiíta se convirtió entonces en garantía de lealtad al Estado.

Desde mediados del siglo XVII la condición teocrática del régimen fue disminuyendo, al establecerse la distinción entre institución religiosa del Estado y burocracia estatal. Este fue el primer indicio del cambio crucial que iba a operarse en las relaciones entre los ulamas shiítas y el Estado durante los dos siglos siguientes. Al principio, los ulamas fueron un instrumento del poder estatal. Tras la muerte de Shah Abbas (mediados del siglo XVII), los ulamas comenzaron a desafiar enérgicamente la legitimidad del gobierno real, del monarca como encarnación divina, y arremetieron contra la misma afirmando que el único representante auténtico del Imám era un muytahid verdaderamente sabio y competente. Ellos tenían ahora la obligación de aumir el control del pueblo shiíta que los safávidas habían creado (cf. en la actualidad los acontecimientos de la revolución iraní encabezados por el nefasto Ayatolláh Jomeini).

De ese modo, los safávidas sentaron las bases del moderno Estado iraní, trazaron de forma aproximada sus fronteras, establecieron un ideal absolutista y, a través del shiísmo duodecimano, le dieron una identidad claramente definida, que de cualquier otra manera hubiese pasado completamente desapercibida.

***
Desde sus inicios el shiísmo, con todo su aparato de creencias y poder, no ha sido más que una recurrente contradicción a la doctrina Islámica tradicional tal cual fue enseñada por el modelo profético de Sayidina Muhammad (asws). Tanto como el wahhabismo y el salafismo (y sus variantes radicalizadas), los movimientos modernos (religiosos o seculares)generados desde la ideología shiíta no dejan de ser un contrasentido que conviene ruidosamente a las potencias que pretenden la hegemonía mundial mediante el acabamiento del último bastión tradicional que en este mundo decaído puede redundar en un obstáculo para sus avariciosas pretensiones. Como Musulmanes nos corresponde conocer responsablemente nuestra historia para poner claridad en nuestra vivencia tradicional y no dejarnos engañar por las voces fantasiosas de la subversiva moda profana.

Autores: Raíces y Sabiduría

Fuente de consulta: Atlas of the Islamic World since 1500, Francis Robinson, Andromeda Oxford Ltd., 2002.

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jueves, 17 de octubre de 2013

Un día más pasó, ¿has vivido por Allah?

-Sohbet dado por Sahib us Sayf Sheykh Abdul Kerim al-Hakkani (ra)-

Estamos intentando decir un par de palabras insha’Allah, en esta noche sagrada. Los musulmanes han olvidado sus días sagrados porque están siguiendo los pasos de los incrédulos. Por eso están olvidando todo. Así es, y en primer lugar estoy intentando recordarme a mi mismo y a quienes escuchan. Si quieres ser recordado, tómalo. Si no quieres escuchar, déjalo aquí y vete de vuelta. No hay problema. Insha’Allah yo voy a vivir de acuerdo a lo que digo.

Auzubillahi mina shaytani rayim bismillahi rahmani rahim

Medet ya sayidi sultan ul awliya medet.

Estamos pidiendo ayuda y apoyo de nuestro Sheykh para que nos envíe un par de palabras en estas noches sagradas, para decir, para hablarme a mi mismo y a ustedes, a quienes escuchan. Un día más ha pasado. Hoy ha terminado. El magrib ha terminado, el día ha acabado. Se ha cerrado una página más de tu vida, de mi vida. Se ha cerrado una página más. Obsérvala para ver si hoy día nuevamente eres ganador. ¿Como lo vamos a entender? ¿Has vivido por Allah –swt-? ¿O viviste por este dunya? Si vives por este dunya y si has ganado el dunya entero, aun así has perdido. Has perdido. Si vives por Allah –swt-, y has perdido el dunya entero de tu mano, aun así eres el ganador. No lo mires desde la apariencia exterior. El sheytan está haciendo tanta demostración para engañarlos a todos.

Así que si volvemos a nuestro origen, ¿ahora que decimos? ¿Que somos? Somos Nakshibendis. Estamos intentando ser murids Nakshibendis. Allahu alam si lo vamos a lograr antes de que llegue Azrail, solamente ser un murid. Deja todo lo demás. Camino Nakshibendi, eso es lo que dice Shah Bahauddin Naqshband. Donde todas las tariqats terminan, allí es donde la orden Nakshibendi empieza; y cuando estás entrando y diciendo “Bismillahi Rahmani Rahim”, en tanto entras por la puerta del camino Nakshibendi, el final es el comienzo. Está frente a ti. Sin final.

¿Dónde estamos? Estamos ocupados. ¿Estamos ocupados con dunya? ¿O estamos ocupados con maula? Si estás ocupado con dunya, eres perdedor. Si estás ocupado con maula, eres un ganador. ¿Estás ocupado con tu ego? ¿O estás ocupado con algo más, con alguien más? Si estás ocupado con (la lucha contra) el ego, nuevamente eres el ganador. Si estás ocupado con quién dice qué, qué dice él, qué hizo él, nuevamente eres un perdedor. Si estás ocupado con tu ego, incluso si hoy día no estás progresando, al menos te estás observando a ti mismo. Dices: “¿Qué he hecho hoy día? Nuevamente todo es incorrecto”. Por supuesto, tienes que encontrar (algo incorrecto). Si encuentras una cosa correcta, déjamelo saber. En ese momento voy a seguirte, porque todo lo que estoy viendo también es incorrecto. Pero al menos hacemos correcta nuestra intención, porque tus acciones son acordes a tu intención. Si tu intención es buena, entonces lentamente tus acciones también se volverán buenas. Si tu intención no es buena… “no ser buena” significa que no es por la causa de Allah. Si es por la causa de tu ego, no es buena.

Entonces, ¿qué nos dice la orden Nakshibendi? Tarikatuna sohbet wal jayru fil yami’at. Shah Bahauddin Naqshbandi (qs) ha dicho 12.000 veces estas palabras. 12.000 asociaciones hizo de esta forma. ¿Y qué más nos dice cuando estamos en este camino? “No andes molestando a nadie, y no seas molestado por nadie.” Ese es el fundamento de nuestra Tariqat. Así es, a la gente hoy en día (como hemos dicho, como sabes) le gusta molestar a los demás porque aun no se han encontrado a sí mismos y están ocupados con sinsentidos, malayani. Si estás ocupado con malayani, es una señal que te muestra, como lo dice el Sagrado Profeta (asws), de que Allah no te ama. Y cuando estás ocupado con alguien más que ti mismo, vas a hacer fitna y confusión. Vas a difamar. Todo lo demás llegará con eso. Todo lo malo va a llegar.

Si estás ocupado contigo mismo, cualquier cosa que alguien diga… (Por ejemplo) si alguien dice (acerca de ti): “Este tipo es un mentiroso”, debes observarte a ti mismo durante esas 24 hs y preguntarte: “¿Soy un mentiroso? Sí, lo soy. Le prometí a mi Señor…” Ellos pueden decir alguna otra cosa, de alguna otra manera (comentando sobre ti). No importa. Si te llaman mentiroso, tienes que verificarte a ti mismo. Tienes que decir: “Así es, ¿soy un mentiroso? Sí, lo soy, porque en el día de la creación, le prometí a mi Señor y hoy nuevamente no he mantenido mi promesa. Soy el peor mentiroso. Ese no dice (de mí) nada malo. Él dice lo correcto.”

Con todos los incidentes como ese, verifícate a ti mismo. Lo encontrarás. Si estás encontrando eso (que lo que se ha dicho es cierto), di: “Sí, de esta o de esa forma estoy intentando hacer lo mejor. Estoy intentando ser un siervo de mi Señor.” Ninguno de nosotros es completo, excepto los Awliya’Allah. Cuando lo observamos, cometemos tantos errores, tantas acciones incorrectas. Pero si la intención es correcta y estás corriendo para corregirte a ti mismo, no importará en ese momento quién dice qué. No tienes que dejar que eso te moleste. No deberías estar molesto por eso, porque si lo haces eres un perdedor como el otro que te ataca. Sheytán llega a ese, utilizándolo para que te ataque. Si sigues lo que ese dice, y te perturbas y corres tras ese, sheytán te están engañando a ti también. Lo perdiste. Entonces, ¿cuál es la ganancia?

Así que, ¿entonces para qué estás viviendo en este mundo? ¿Cuál es el significado de intentar ser un siervo de nuestro Señor Allah-swt-? Ahora no somos solamente Musulmanes, somos gente que da un paso más, diciendo: “Sí, necesitamos Tariqat. Necesitamos un Sheykh. Necesitamos que alguien entrene nuestro ego salvaje. El ego es muy salvaje. Necesitamos a alguien que entrene nuestro ego.” Ser un murid no es sólo venir una vez a la semana como un turista e irse, o nunca venir. En estos días, eso es lo que ocurre. Eh, una vez a la semana, si lo mantienes adecuadamente una vez a la semana, nuevamente vas a ser ganador. Pero poniendo el sohbet por un oído y sacarlo por el otro lado… “Todas palabras, palabras agradables ese dice aquí”. No mires quien está hablando. Mira a quien hace que ese hable. Si hay error en eso, déjalo. Toma las palabras correctas. Cada semana hablamos casi una hora. En el tiempo de esa hora, ¿no pudiste encontrar dos palabras correctas? Toma esas dos palabras correctas. Deja el resto. Vas a ver que nuevamente eres un ganador.

Pero si no haces eso, nuevamente eres un perdedor. ¿Por qué? Porque otra vez corres junto a tu ego, corriendo para cumplir nuevamente con los deseos de tu ego, porque los deseos del ego no vienen solamente con comer y beber luego del placer. El deseo del ego dice: “Tengo que ser el ganador, no importa si está bien o mal”. Eso es lo que el ego pretende. Eso es hacia lo que el ego corre para decir. ¿No es lo que ese dice: “tengo que estar bien”? Por eso es que el ego declara señorío a Allah-swt-. Allah dice: “¿Quién eres tú y Quién soy Yo?”. “Tú eres tú y yo soy yo”, eso es lo que ha dicho el ego. Así que, si no conoces las trampas y trucos del ego, vas a caer en ellos. Y eso es exactamente lo que nos ocurre a nosotros: estamos cayendo en ellos. ¿A quién estamos siguiendo? Sí. Es bueno, todos dicen… Tantas veces estoy observando a todos decir: “No estoy aceptando a nadie. No estoy aceptando ningún wakil, a nadie excepto a Sheykh Maulana”. 

Masha’Allah, lo amo, muy bien, muy bonito. No lo necesitas, ¡definitivamente! ¿Estás siguiendo lo que Sheykh Maulana dice? ¿Estás viviendo de acuerdo a lo que él dice? Si lo haces, por supuesto que no necesitas a nadie más. Pero si realmente estás siguiendo lo que él te dice a ti, vas a correr para seguir a alguno de sus representantes. En ese momento vas a encontrar que, sí, es necesario. Es necesario. Así que la pretensión no es cierta. Nuevamente estás mintiendo. Así que te llamo mentiroso.

Di, di que no eres un mentiroso. Eres un mentiroso, si, porque pretendes algo y haces otra cosa. ¿Y por qué ocurre todo esto? Debido a las trampas y los trucos de nuestros egos. El ego quiere ser el ganador. El ego de todos tiene las mismas características y quiere ser el vencedor, quiere estar en la cima. No puede ser. Allah –swt- también tiene un protocolo sobre la faz de la tierra, con el que todo el que busque por el mas allá donde cada uno será rey en su propio reino. En este mundo es otra cosa. En este mundo, Allah ha hecho que algunas personas sigan a alguien más, y aquellos que están siguiendo a alguien siempre siguen un protocolo, desde el comienzo de Adam hasta Muhammad (asws), y desde ahora hasta el Día del Juicio. Así que si el hombre no esta siguiendo a alguien, está siguiendo a su ego. Él va a adorar a su ego.

Entonces, ¿qué estamos diciendo? ¿Hoy somos los vencedores? ¿Hoy ganamos? 24 horas han pasado. ¿Hemos verificado qué hicimos hoy día? ¿Por qué vivimos? ¿A donde fuimos? ¿Qué dijimos? ¿A quién se lo hemos dicho? ¿Qué acciones hicimos por la causa de Allah? ¿Caminaste por la calle y tomaste una piedra y la moviste hacia el costado porque pensaste que podía dañar a alguien? Eso también es una buena acción. Eso es algo que puedes hacer. Entonces, eso es lo que tenemos que buscar. Tantas veces estoy observando a todos venir aquí o a algún lugar diferente y la gente dice: "pero soy un buen hombre" o "soy una mujer buena" o "soy una persona buena". Masha’Allah, ¿deberíamos darte un titulo? ¿O deberíamos darte una gran medalla, con una ceremonia, porque eres una buena persona? ¿Qué es "bueno" en tu libro? Inclusive si eres como un ángel y no estas molestando a nadie y estas haciendo tantas cosas aquí y allí, si no te ajustas a la categoría que Allah –swt- dice es bueno y malo, aun no eres alguien bueno.

Por lo tanto, ¿por qué te molestas a ti mismo con sinsentidos? Con cada día que pasa, se te quita un día más de tu vida y estas perdiendo un día más. Cada día estamos yendo un paso adelante hacia nuestra tumba, y cuando la vida nos sea quitada, vamos a buscar estos días perdidos. Vamos a correr por estos días, pero será muy tarde. Vamos a decir: "¿Por qué gaste mi tiempo en nada, con malayani?", incluso diciendo: "¿Dónde gaste mi vida en este mundo? ¿Por qué no me senté en algún lado solamente para decir 'Allah'?"

En la tumba todos se están quejando excepto los Awliya’Allah que han partido. El resto se esta quejando porque están buscando lo que han perdido cuando estuvieron ocupados con este dunya. Y lo están buscando y dicen: "cuan tonto fui, sabiendo que iba a morir. Sabiendo que los días que se me dieron estaban contados, que iba a llegar a un final y gaste mi vida en nada. Y no he ganado." ¿Y cuanto lujo tienes que piensas que aun está bien correr de esa manera? Esta noche o mañana...si olvidas estos tres días, te olvidas a ti mismo. Despierta, vuelve a ti mismo. Fuérzate a despertar. Tres días... el mundo sólo son tres días. No olvides. Son tres días. No cuatro; solamente tres días: ayer, hoy y mañana. Y cuando descompones estos tres días, ayer es pasado. Lo que sea que has hecho, eso es lo que se escribe en tu libro, en tu página. Eso es lo que te va llegar frente a ti en el Día del Juicio -ayer, lo que sea que has hecho. Mañana para ti es un gran signo de interrogación. ¿Vas a ser capaz de lograrlo o no? Hoy, tú tienes que mirar lo que has hecho hoy.

Y como lo he dicho antes, cuando hoy vives por la causa de Allah -al menos si tu intención fue vivir por la causa de Allah- y te sientas y calculas tus obras, si ves que no has hecho demasiado, pero al menos tu intención fue correcta, eres un vencedor. "Tu hoy debe ser mejor que ayer" entonces, como lo dice el Sagrado Profeta (asws); y si hoy hiciste la buena acción, y si te sientas y te calculas a ti mismo, y entiendes lo que hiciste mal, y lo aceptas, tu mañana se volverá mejor. En ese momento te esforzaras a ti mismo por mañana. Vas a despertar de esa estación de ghaflat (indiferencia). Hoy los niños no son responsables hasta que alcanzan la edad de la responsabilidad. Ahora, hoy en día, la responsabilidad llega a los 16 años de edad. Pero las personas están creciendo tan rápidamente, que tal vez acortemos más la edad. Pero ahora se dice 16 años de edad. A los 16 años están sabiendo de todo y desconociendo una cosa: como correr por la causa de Allah. Es porque los niños no están viendo ya nada más como eso, aquí y allí. Solamente están viendo estilos de vida egoístas y egoísmo.

Estoy hablando a los Musulmanes. No les estoy hablando a los no-musulmanes. Estoy hablando a Ahlil Tariqat, gente de tariqat. No le estoy hablando a la gente que aun no ha encontrado tariqat. Y estoy hablándote a ti y a mí. Le estoy hablando a esa gente que pretende seguir el camino de Sheykh Maulana. Esto es Sheykh Maulana; esto es lo que él ha venido enseñando por toda mi vida y esto es lo que he escuchado. Cuando chequeas la vida de Sheykh Abdullah Daghistani (qs), esto es en lo que él se concentraba, yendo paso tras paso hacia el Sagrado Profeta (asws), diciéndole a la gente: "Oh gente, no vivan para este dunya, vivan por Ájirat. No vivan por sus egos, vivan por Allah; no se ocupen de los demás, ocúpense con ustedes mismos. No se ocupen con este dunya, ocúpense con Ájirat."

Observa que has hecho por hoy. ¿Eres el ganador o eres el perdedor? ¿Te gusta lo que hiciste hoy? ¿Ganaste hoy? Si te gusta, definitivamente mañana te tienes que mover. Tienes que correr más para hacerlo mejor. Entonces sheytan nos llega desde todos lados para engañarnos. Nuestro deber es no dejarnos engañar por sheytan. Esto es lo que tenemos que hacer. Lo que sea que ocurra en tu vida, tienes que saber que Allah -swt- nos envió a ti y a mi a este mundo sólo para probarnos. Esta vida solamente es temporal. No te molestes, no te enojes por tonterías. No te dejes encolerizar por la tontería de este dunya. Moléstate contigo mismo, enójate contigo mismo, con tu ego y di "oh mi ego, hoy me has engañado una vez más. Estoy poniendo la intención de mañana no dejarme engañar por ti". Y si mañana te engaña nuevamente, haz nuevamente otra promesa de que vas a ganar contra tu ego. Si haces eso, un día vas a vencer. De otra manera, vas a ser continuamente un perdedor y te iras de este mundo como un perdedor. Ehhh, ¿Quién va a perder? ¿La gente que te está atacando o tú? ¿Quién está obrando mal? El que esta obrando mal, está perdiendo.

Pero, ¿quién sabe? Sheytan también es un siervo. Tú eres un siervo. Yo soy un siervo. Sheytan es un siervo; y Allah-swt- lo utiliza en ese trabajo sucio. Si te agrada ayudar a sheytan haciendo el trabajo incorrecto, bienvenido. Pero no has sido creado para eso; has sido creado únicamente para hacer el bien, para vivir por la Causa de tu Señor. Y en ese momento serás feliz con este lado. No importa en qué situación estás, serás feliz. Serás feliz con tu Señor. Cuando Musa (as) le preguntó a Allah-swt-, dijo: "Ya Rabbi, ¿Cuando estarás contento conmigo?". La respuesta le llegó: "Es muy fácil, Ya Musa, cuando tu estés feliz conMigo, Yo estaré feliz contigo." Si quieres saber si Allah es feliz contigo, pregúntate a ti mismo: "¿Soy feliz con Allah-swt-?" ¡Por supuesto que no! Todos van a decir: "Soy muy feliz". Hmm. Verifiquemos. Si eres tan feliz con Allah-swt-, de las 500 buenas acciones u ordenes que Allah te ha dado, ¿cuántas hiciste? ¿Cuántas estás haciendo? Hay 800 acciones prohibidas que Allah nos ha ordenado no hacer, ¿cuántas de estas órdenes has mantenido? ¿Cuántas cosas de estas has dejado de hacer? Si pretendes mediante la lengua: "soy feliz con Allah", nuevamente eres otro mentiroso. Si no mantienes lo que Allah te ha ordenado, nuevamente estás mintiendo. Te estás engañando a ti mismo.

Si Allah-swt- pone un incidente sobre ti, va a ocurrir. Si tienes el amor del Sagrado Profeta (asws) y si amas a los Awliya'Allah, ¿piensas que nada va a ocurrirte? Un amor de esa clase es tan fraudulento, ¿hmm? Perdiste ese momento para decir... Mantienes la puerta abierta para decir... Esperas y dices: "¿Que incidente me ocurrirá hoy?". Lo que es, lo debes buscar, porque Allah-swt- creo a su Profeta como "sharafu maruka". Él lo envió para ser el guía de la humanidad entera. Observa su vida desde la niñez hasta su partida de este mundo. ¡Obsérvalo! Observa qué le ocurrió a él; y, si alguno de estos incidentes te ocurre a ti, deberías estar muy feliz, no deberías estar triste.

Hoy en día la gente es débil. Muy bien, eres débil. Hoy estás molesto; mañana te tienes que deshacer de eso. Mañana tienes que deshacerte de ese enojo. ¿Cuál era otro principio de nuestra Tariqat? Dejar el enojo. El enojo nunca te va a dejar; tú tienes que dejar el enojo. El enojo va a correr hacia ti. Sheytan va a utilizar tanta gente, aquí y allí, tantos incidentes para hacerte enojar. ¿Por qué te estas enojando?

Asi que, insha'Allah ar Rahman, puedo hablar de esto hasta mañana. Pero hay ya suficientes balas para que mañana uses contra sheytan. Pon la intención de decir todas estas palabras, como dije antes. Hace ya casi una hora que estamos hablando. Di: "Todas estas palabras que él está diciendo ahora aquí, no me gusta ninguna. Sólo me gustaron dos palabras." Toma esas dos palabras y fíjate si mañana eres el vencedor. Solamente toma una palabra, di: "Voy a dejar el enojo", y observa lo que va a ocurrir.

Sheytan está corriendo, diciendo a sus diputados: "Manténgalos enojados". Dice: "Si encuentran a alguien enojado, corran tras ese. Nunca lo dejen solo. Manténganlo siempre enojado, ya que cuando están enojados los sujeto con fuerza. Cuando llegan y se someten a si mismos a los incidentes que los rodean, de esa manera no los puedo engañar. No los puedo engañar fácilmente." Sheytan dice esto a sus diputados: "Así que corran y háganlos enojar. Si están enojados, en ese momento, les pongo la rienda alrededor de sus cuellos y los llevo hacia donde quiero. Entonces ellos piensan que van hacia el Paraíso, pero vienen conmigo al fuego." El Sagrado Profeta (asws) dice: "El enojo es como fuego que quema y consume un gran trozo de madera. Lo vuelve polvo." El enojo vuelve polvo todo lo que quema, toda buena acción que has hecho. No estés enojado; deja la ira. Hazte un favor a ti mismo, a nadie más: deja la ira. Si dejas la ira, automáticamente tantas cosas van a dejarte. Mañana es un día nuevo, una prueba nueva que va a llegarte. Algo más va a ocurrir. Quien sabe, tal vez la gente que te está atacando vaya a calumniarte. ¿Eso es algo nuevo? Por 1400 años, al Sagrado Profeta (asws)... Durante 1400 años lo han estado atacando y a todas sus esposas y a todos sus Sahabi-e Kiram. ¿Ellos están perdiendo o están ganando? Tu fe debe decirte si están ganando o están perdiendo. Por lo tanto, ocúpate de ti mismo, insha'Allah ar-Rahman te volverás el vencedor.


Wa min Allahu tawfiq.