sábado, 5 de agosto de 2017

La Ética del Guerrero


Un Guerrero siempre combate por la perfección.

         Cada golpe que asesta al enemigo está respaldado por siglos de sabiduría y pensamiento. Cada golpe debe contener el poder y la ligereza de los Guerreros del pasado, quienes continúan hasta hoy bendiciendo el campo de batalla. Cada movimiento que realiza honra los movimientos que las generaciones precedentes legaron hasta los presentes a través de la Tradición.

         El Guerrero sabe que algunos momentos tienden a repetirse. A menudo encuentra dificultades que ya tuvo que vencer antes, y acaba encontrándose en una situación difícil, de la que ya tuvo que salir con honor, y hace que su espíritu se encuentre embarazado: le parece que todo está repitiéndose y que no hace progresos y que se halla impotente para seguir adelante. "Ya pasé por esto", se queja a su corazón. "Sí, ya pasaste por ello", replica su corazón -"Pero nunca lo superaste completamente". Y de esta forma, el Guerrero se da cuenta de que Allah lo está probando en Su Sendero Recto enviándole la repetición de la experiencia con un sólo propósito: enseñarle aquello que no quiso aprender la vez anterior.

         Un Guerrero sabe que sus enemigos existen para probar su fe, su coraje, su perseverancia, su habilidad para tomar decisiones y su paciencia. Sus enemigos están haciendo que él cumpla su papel y su deber ante Allah Todopoderoso.

         A veces un Guerrero es como la corriente de agua fluyendo a través de los obstáculos que encuentra a lo largo de su camino. A veces sucede que la resistencia conduce a una muerte inevitable, y entonces el Guerrero se adapta a las circunstancias. Sin quejarse y sin protesta alguna, sigue el curso rocoso serpenteando a lo largo del desfiladero de la montaña. Y su poder es semejante al del agua, pues nadie ha sido capaz de aplastarla con el martillo ni cortarla con el cuchillo. La espada más poderosa de la tierra es incapaz de dejar una herida en su superficie. Las aguas del río se adaptan a las posibilidades y obstáculos que encuentra a lo largo de su camino, pero siempre recuerda su objetivo último: el mar. La corriente más débil se hace fuerte a través de la suma de otras corrientes con las cuales se va uniendo a lo largo de su camino. Y llega el momento en el que el poder del río se hace insuperable.

         Un Guerrero se encontrará con mucha gente que tratará de mostrar su peor lado tan pronto tenga una oportunidad. Es su falta de confianza interior la que tratan de ocultar tras su conducta beligerante; ocultan su miedo a la soledad tras la máscara de la independencia. No creen en sus propias capacidades, pero pregonarán en todo rincón sus virtudes y valores. Un Guerrero ve estas características en muchos hombres y mujeres a quienes tiene que conocer. Pero nunca cae en la ilusión y nunca confía en la primera impresión. Pero si lo que quieren es aturdirlo o buscar su atención, él guardará silencio. El Guerrero aprovechará cualquier oportunidad para ver sus propios defectos, pues se contempla en los demás como si estos fueran su propio espejo.

         Un Guerrero conoce sus capacidades. No necesita fanfarronear sobre su talento y sus virtudes. Un Guerrero no malgasta sus días intentando desempeñar el papel que alguien le ha asignado. Un Guerrero no hace ningún esfuerzo para parecer lo que no es. ¡Él es tal como es!

         Para un Guerrero no existen conceptos como "mejor" o "peor", pues todo el mundo ante sus ojos ha sido obsequiado con la posibilidad de seguir el Camino Recto. Pero hay gente que no está satisfecha con este Camino e intentan herirle, insultarle, provocarle o llevar a cabo cualquier cosa con tal de volverlo loco. En esos momentos el corazón le dice al Guerrero: "Deja a un lado el insulto, pues ello no incrementará tus facultades. Tan solo malgastarás tus energías". Un Guerrero no desperdicia su tiempo cuando responde a un desafío, pues sabe que lo que fue prescrito por el Todopoderoso debe ser realizado.

         A veces el Guerrero no tiene donde dormir, nada que comer, ni siquiera armas ni municiones. A veces la enfermedad le abate y no encuentra asistencia médica. "Todo está bien", piensa, "Todo ello forma parte de mi trabajo. Nadie me obligó a tomar este camino. Fue una decisión mía". Estas palabras encierran todo su poder: él eligió su Camino, y para él no hay nada de lo que quejarse y nadie a quien lamentarse. Dijo el Profeta (asws): "A quien Allah le desea un bien, le pone a prueba".

         Un Guerrero aprendió hace ya mucho tiempo que Allah envía la soledad para enseñar al hombre el arte de la vida en común; que Allah utiliza la cólera para demostrar el infinito valor del mundo y que Él utiliza el aburrimiento para hacer comprender la importancia del riesgo y de la falta de egoísmo; que Allah usa el silencio para sugerir cuan de responsable ha de ser cada palabra; que el cansancio sirve para hacer deleitar y manifestar el descanso; que la enfermedad sirve para que percibamos la dicha de una salud plena; que con el fuego Allah nos da la idea del agua, con la tierra nos enseña qué es el aire y con la muerte Allah nos muestra cuán importante es la vida.

         Un Guerrero no malgastará su tiempo en criticar las decisiones de otros. Las cosas importantes permanecerán y las fútiles se desvanecerán. Para creer en tu Camino no hay necesidad de probar que alguien eligió el sendero incorrecto para sí mismo.

         El sabio chino Lao Tsé dijo: "El camino del Guerrero incluye el respeto hacia todo lo pequeño y frágil. Siempre intenta atrapar el momento correcto en el que debes dar los pasos apropiados. Aunque hubieras alcanzado la maestría en el arte del arco, aún así pon atención en como colocas la flecha y tensas el arco. Al final, el discípulo que se da cuenta plenamente cuáles son sus necesidades termina siendo más sabio que el sabio distraído. Concentrar el amor dentro de ti mismo significa felicidad; concentrar odio conlleva la desazón. Aquel que no puede discernir una dificultad deja la puerta abierta y da entrada a la calamidad. ¡Una batalla no tiene nada que ver con una reyerta!".

         Un Guerrero nunca acepta algo inaceptable. El Guerrero sabe que las palabras más importantes en todas las lenguas son las más cortas, Allah, Sí, Vida. Estas palabras, fáciles de pronunciar, llenan vastos espacios. Pero aún hay otra palabra, también corta, pero difícil de pronunciar para mucha gente: esta palabra es "no". Aquel que nunca dice "no" piensa que es magnánimo, bien educado, pues esta palabra tiene fama de ser dicha por aquellos que son egoístas, materialistas y poco espirituales. Pero el Guerrero nunca cae en esa trampa. Hay momentos en la vida en los que se dice "sí" a los demás, mientras que se dice "no" a sí mismo, y es por ello por lo que los labios del Guerrero nunca pronunciarán el "sí" cuando su corazón dice "no".


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